domingo, 29 de marzo de 2009

Regreso al Olivar














Sur.es 29/03/2009
Obreros de la construcción se ven empujados al trabajo en el campo a causa de la crisis del ladrillo. Estos nuevos trabajadores empiezan a desplazar a la mano de obra inmigrante
Francisco Madrona está en plena campaña de recogida de la aceituna en las fincas que tiene arrendadas en la Axarquía. Aunque la lluvia y el frío de este invierno han retrasado la recogida, sólo dispone de 15 días para retirar la producción que todavía permanece en los árboles. Fábricas de aceites como las de Mondrón o Periana dejarán de moler a mediados de abril. Afortunadamente, esta temporada no está teniendo problemas para contratar mano de obra, al contrario que en años anteriores.
«La gente de los pueblos ha preferido trabajar en la obra, antes que en el campo. Durante los últimos años el trabajo agrícola ha quedado relegado a los inmigrantes. En la construcción se ganaba más y se descansaba los fines de semana, mientras que en la aceituna no hay días libres. Este año en cambio, debido a la crisis, muchos trabajadores han regresado al campo, de donde salieron», relata Madrona.
En la comarca oriental malagueña abundan las pequeñas explotaciones. Domingo Oviedo, que tiene 67 años, es uno de esos pequeños propietarios. Sus tierras no le permiten contratar jornales ni cuadrillas para realizar la recolección. «Lo hago sólo poco a poco. Vengo cuando me parece y lo dejo cuando quiero», señala. Reconoce que si tuviera que contratar a alguien no le compensaría, sobre todo teniendo en cuenta lo mucho que ha bajado el precio del aceite.
Cuadrillas
En cambio, quienes tienen fincas más grandes y no las trabajan porque viven fuera, sí se ven obligados a recurrir a las cuadrillas para realizar la recolección.
Los hermanos Domingo y José Carlos Luque tienen formada su propia cuadrilla. Trabajan en la zona de Mondrón, donde este año la producción de aceitunas rondará los cuatro millones de kilos, más del doble que el pasado ejercicio. La totalidad se destina a la elaboración de aceite. Desde antes del comienzo de la campaña tienen apalabradas las fincas para la recogida.
Domingo, que tiene 33 años, se confiesa un enamorado del trabajo en el campo. Su hermano Carlos, de 27, desde que tiene edad de trabajar siempre ha compaginado el campo con la construcción.
«Esta temporada no nos ha faltado el trabajo y no hemos parado, pero con la gran cantidad de mano de obra que hay ahora es lógico pensar que la próxima campaña tengamos más problemas a la hora de encontrar fincas en las que trabajar. Además el año que viene toca 'vecería' (menos producción) y la recolección terminará antes», explica Domingo.
En las plantaciones de olivo verdial lo normal es que un año haya una gran cantidad de aceituna y al siguiente los árboles no estén tan cargados de fruto.
Precio pactado
Los dos hermanos recogen cada día entre 1.500 y 2.000 kilos de aceitunas. Trabajan a destajo y cobran por kilo recogido. «El precio se pacta en función del número de árboles, el tipo de finca y la producción que la temporada», señala el mayor de los Luque.
Las cuadrillas se llevan entre 0,20 y 0,25 euros por kilo recogido, que luego se reparten entre todos. Domingo y Carlos, cuentan con la ayuda de jornaleros inmigrantes cuando la necesitan y así consiguen cumplir con los compromisos de recogida.
Emilio Leonid es uno de ellos. Es rumano. Lleva seis años en España, domina el idioma y se muestra encantado por estar trabajando. Su jornada laboral comienza a las nueve de la mañana y termina a las seis de la tarde. «Me da igual donde trabajar, vareando o recogiendo. Lo importante es ganar dinero para la familia», dice sin abandonar la faena. Perder el tiempo es un lujo cuando el jornal hay que ganárselo día a día.
Emilio sabe que cada vez hay más mano de obra local que está en paro y que en los pueblos, donde todos el mundo se conoce o es familia, los agricultores prefieren contratar a gente conocida. Si embargo, confía en que Domingo y Carlos se vuelvan a acordar de él la próxima temporada.
Tendencia
La vuelta al campo de los trabajadores de la construcción es un tendencia generalizada en la provincia. Desde agosto de 2008 a febrero de 2009 se han registrado en la provincia de Málaga cerca de 1.100 altas nuevas en el Régimen Especial Agrario y todo apunta a que a final de año se pueden producir 3.000 inscripciones más.
Rafael Fernández, que presume de recoger su producción a uña (a mano) y en solitario, confiesa que si el boom de la construcción le hubiera pillado con algunos años menos, también habría abandonado el campo, aunque después hubiera tenido que volver.

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