Asociación Fernando Rey de Mondrón

Con motivo del Día de la Mujer Trabajadora el día 8 de marzo la Asociación Fernando Rey de Mondrón ha celebrado una merienda por todo lo alto y ha leído escritos realizados por las mujeres componentes de la Asociación.

Antonio su maestro, les regaló a cada alumna una rosa roja.

He seleccionado varios de ellos, escritos con mucho sentimiento realizados por Francisca Frías Luque. Desde aquí os agradezco vuestra participación y vuestro trabajo diario.

LA MUJER TRABAJADORA

Hoy celebramos el día de la mujer trabajadora, va por todas ellas, en el cual yo me incluyo y ahí va mi más sincero y respetuoso homenaje.

Todas las mujeres somos trabajadoras, unas lo hacen fuera de casa, cobrando un sueldo, pero otras muchas hacemos ese trabajo en silencio sin cobrar nada, llevando el trabajo de la casa, de la familia y a veces no se reconoce nuestro trabajo y nuestra entrega absoluta.

Algunas mujeres se sienten inútiles, desgraciadas y maltratadas, sus vidas se convierten en un infierno y eso no se puede consentir, a veces las ayudas llegan tarde o nunca.

La mujer se merece toda la atención posible e imposible, recibir cariño de los suyos, sentirse feliz y útil, porque ellas lo dan todo y a veces no son recompensadas.

Por eso deseamos de todo corazón que sean escuchadas y atendidas con el máximo respeto. Todos debemos poner lo que podamos para que así sea y estén siempre en nuestro pensamiento y en nuestros corazones.

Autora: Francisca Frías Luque

LA MUJER RURAL

La vida de la mujer rural era una vida llena de miserias y estrecheces, no había agua, había que traerla en cántaros.

No había luz, se alumbraban con un candil, se carecía de todo, Había que trabajar mucho en la casa como en el campo, las ropas se hacían de retales y de achicar otras prendas que normalmente alguien les daba, las casas eran pequeñas con una sola habitación, donde dormía toda la familia. Pero ahí estaba ella siempre dispuesta y pendiente de todos, dando ánimo y cariño, sin pedir nada a cambio.

Por eso y por muchas cosas más se merecen todo el cariño, respeto y admiración.

Gracias a Dios las cosas han cambiado, hay muchas comodidades, están los colegios para adultos y así podemos aprender a leer y a escribir, que es importantísimo, se hacen muchas actividades, viajes, etc.

Hoy día la mujer rural es escuchada y atendida en sus necesidades, gracias a otras mujeres que lucharon y luchan cada día, porque así sea, muchas gracias a todas ellas.

Autora: Francisca Frías Luque