Destruída casi totalmente esta población por el terrible terremoto de la noche del 25 de Diciembre de 1884, el Excmo e Ilustrísimo Señor Don Manuel Gómez Salazar y Lucio –Villegas, dignísimo obispo de la diócesis , construyó estas casas que donó a las víctimas de aquella catástrofe, empleando a tal efecto cuanto poseía y las limosnas, que por su caridad y celo apostólico, obtuvo de todos los países católicos.
El grupo de casas situadas en lo alto del arroyo, podrían estar pobladas por moriscos, si nos atenemos a su marginalidad respecto a las tierras de cultivo y a su originaria estructura urbanística y arquitectónica (adaptada a una difícil orografía del terreno, sinuosidad de calles y adarves, austeridad de las fachadas, preferencia por los volúmenes cúbicos de las viviendas).
Ambas características eran frecuentes en los pueblos andalusíes de la serranía y en los asentamientos de los moriscos desterrados.
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