martes, 17 de marzo de 2009

La Ruta del Agua


Anochece. Decidimos quedarnos en una de las casas rurales próxima al río Guaro y a los Baños de Vilo y realizar un itinerario poco conocido para muchos de los visitantes que llegan a esta parte Alta de la Axarquía: La Ruta del Agua. Unos 14 Km de recorrido por Periana-La Negra-Guaro-La Laguna-El Cerrillo- Cjo.Zapata-La Negra-Periana. En total, nos llevará 5 horas, media hora de desayuno y diez minutos de descanso. Caminando por carretera asfaltada unos 10 Km y el resto por carril terrizo.
Eso sí, no venimos precisamente en la época idónea. Nos advierten que para hacer la Ruta del Agua, se aconseja la Primavera o el invierno. Insistimos que estamos preparados y adelante. Y de nuevo recomendaciones: Existen puntos de agua frecuentes pero debemos ir provistos de agua en abundancia. Respecto a la comida, cargamos la mochila con bocadillos, fruta y algunas barritas energéticas. No falta nuestra cámara de vídeo para inmortalizar un recorrido a descubrir por su originalidad.
El día se despereza e iniciamos la salida en Periana. Concretamente en el cruce del Barrero y seguimos la carretera comarcal C-335 dirección Riogordo. A 700 metros a mano derecha nos encontramos con "Las Encinillas", paraje misterioso lleno de leyendas. Según los lugareños, " se dice que en esta zona salían espantos que aterraban a cuantos por allí pasaban. Al parecer era consecuencia de que en el pueblo existían dos libros, uno de magia blanca y otro de magia negra en manos de brujos; los cuales hacían conjuros para que la gente no entrase en sus dominios".
Seguimos caminando unos metros y encontramos el cruce de Riogordo-Alfarnate donde hay un cartel informativo de " La Ruta del Agua", tomamos el camino de la derecha y llega a la aldea la Negra, donde podemos comprar huevos frescos en las granjas próximas. Ya en camino, prácticamente llano, vemos encinas, olivos, almendros y casas típicas del lugar, conservándose aún algunas eras donde antiguamente aventaban el trigo y las aceitunas. A partir de aquí la vegetación es más exuberante, influenciada por el curso del río Guaro, que permite que exista diversidad de árboles frutales como naranjos, mandarinas, algarrobos, encinas, granados…
Dejamos atrás La Negra y nos adentramos en Guaro, situada al margen del río del mismo nombre. Ya se escucha el sonido del agua en la cascada producida por la fuerza del agua. Grabo con mi cámara la cascada de unos 300 m. y todo el entorno del paisaje como un molino de agua antiguo utilizado para moler trigo, aunque ya se ha reformado y rehabilitado en vivienda. Y por fin, el río Guaro, cuyo caudal constituye el principal abastecimiento de agua del municipio, regando a su paso las huertas de la Negra, los Baños de Vilo, Regalan y desembocando en el río Sábar, que terminará en el pantano de la Viñuela.

La aldea de Guaro solo tiene 72 habitantes. Sus calles son pendientes y sus casas blancas y muy bonitas, se puede ver el nacimiento del río, de nuevo sus hermosas cascadas con esa increíble fuerza. Nos sentamos al borde del río; el ruido del agua produce una sensación de relax y de bienestar que invita a no seguir la ruta. Observamos como el nacimiento sale de una bocamina, y justo encima se encuentra la Sierra de Alhama con su abrupto paisaje dando la impresión de que las rocas cobran vida. Junto al nacimiento del río hay una antigua era que invita también a descansar para recrearse en contemplar el paisaje: Marchamonas, Sierra Tejeda, La Maroma.
Abandonamos la aldea tomando una de sus callejuelas a la derecha y emprendemos la marcha hacia la Laguna, a través de un camino sin asfaltar que dista apenas 1 Km de Guaro. La Laguna es una pequeña cortejada construida alrededor del nacimiento del agua y con una fuente de dos caños, la cual abastece a sus pocos habitantes y riega las huertas de esta zona. Observamos como encima de la fuente y al pie de un pequeño monte de piedras rocosas deterioradas por el viento y el agua, se esconde una laguna rodeada de juncos y con un manto de musgos donde solo se escucha el sonido de las ranas croar.
Hay también leyendas sobre este lugar. "Cuentan los viejos que sus abuelos estando de fiestas en un cortijo cercano, y volviendo a casa fueron a beber a la fuente y no la encontraron, ni tampoco el cortijo, se los había engullido la tierra, por ser esta zona de terrenos arcillosos y de abundantes "hundieras " … se dice que a los tres días aún se escuchaban a los gallos cantar..".
Seguimos nuestra marcha dejando atrás la carretera que sube al Puerto del Sol y Alfarnate. A pocos metros encontramos un cortijo abandonado, se llama "el Cerrillo", está situado en un pequeño monte desde el que oteamos el horizonte cubierto de amplios y maravillosos paisajes con campos verdes poblados de olivos y almendros en flor… Es hermoso pero hay que continuar…vamos con cuidado para que no salpicarnos con el agua que corre libremente por el camino que lleva al cortijo Zapata, donde se aprecia abundante vegetación: hinojos, zarzas, juncos, aulagas, álamos negros, lirios, esparragueras, matagallos, retamas… y toda clase de insectos.
Entre la frescura del arroyo y los álamos está el cortijo Zapata, tiene una gran era, y al lado una fuente de agua espesa por su sabor, un poco más abajo, el manantial Zapata. Tras este intenso recorrido de fuentes, riachuelos, olivos y almendros en flor emprendemos el camino de vuelta.
Hacemos un alto para descansar. Hay que subir de nuevo hasta bordear el Cerrillo, y las fuerzas se van agotando de tanto caminar. Unos minutos y comenzamos el descenso serpenteante por la carretera de Alfarnate, donde la vista alcanza otra vez las Sierras de Alhama y Tejeda.
Estamos realmente agotados y tomamos el desvío de la izquierda hacia el cortijo "el Batán". Esta segunda ruta nos lleva directamente al cortijo que tiene un manantial de aguas transparentes que emanan durante todo el año. Nos refrescamos en ellas y bebemos con ansia, recuperando las fuerzas perdidas… Totalmente renovados, bajamos por el carril hasta Baños de Vilo, sus aguas medicinales terminan de relajar nuestro cuerpo fatigado…. Una vez recuperados y ligeros ya de equipaje, descendemos de nuevo a la carretera asfaltada que nos lleva a Riogordo o a Periana.
La Ruta del Agua, es una satisfactoria experiencia que se debe vivir y disfrutar y la primera del itinerario que realizamos en esta primera aventura por Andalucía, siguiendo.....la huella de los árabes.

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