El Fuerte se trata de una plataforma caliza de forma alargada, de unos 600 m de largo por unos 200/75 de ancho, con orientación N-S.
Sus extremos se presentan con dos elevaciones rocosas, siendo la más elevada la situada en el norte con una altura máxima de 879 m, mientras que al sur es de unos 861 m.
Por casi todos sus lados queda circundada por una pared rocosa que se corta en vertical a excepción del norte, que presenta unas pendientes más suaves y por donde debió desarrollar el acceso a la cumbre.
La zona merional es de forma más alargada y estrecha, con paredes casi verticales que hizo casi innecesaria la presencia de amurallamiento.
La zona central es donde se encuetran un mayor número de vestigios arqueológicos, tanto murarios como productos cerámicos.
Los muros defensivos en este sector, que están construídos de mampostería con piedra seca, no conforman tramos continuos de mralla, pues se desarrollan en los límites de la plataforma, en aquellas zonas donde la pared rocosa era insuficiente para asegurar la defensa.
En el sector más septentrional, que es el punto más débil en la defensa natural, se levantó un grueso muro de mampostería , cuyos vestigios aún se conservan.
La cerámica encontrada en la superficie, a pesar de nor ser muy numerosa, permite situar esta fortificación entre los siglos IX y principios de XI. En encuadre cronológico nos lleva nuevamente a los momentos de la fitna, a finales del emirato, pero perviviendo a los momentos posteriores de la revuelta.
Su construcción obedeció a una necesidad estratégica y económica, la de situar un centro fortificado sobre uno de los más importantes puntos de visualización del Alto Vélez y junto a las fructíferas tierras cerealistas del corredor que se encuentran inmediatas. así pues, se trató de un hisn-refugio destinado a la defensa de las comunidades rurales de su entorno.
Sus extremos se presentan con dos elevaciones rocosas, siendo la más elevada la situada en el norte con una altura máxima de 879 m, mientras que al sur es de unos 861 m.
Por casi todos sus lados queda circundada por una pared rocosa que se corta en vertical a excepción del norte, que presenta unas pendientes más suaves y por donde debió desarrollar el acceso a la cumbre.
La zona merional es de forma más alargada y estrecha, con paredes casi verticales que hizo casi innecesaria la presencia de amurallamiento.
La zona central es donde se encuetran un mayor número de vestigios arqueológicos, tanto murarios como productos cerámicos.
Los muros defensivos en este sector, que están construídos de mampostería con piedra seca, no conforman tramos continuos de mralla, pues se desarrollan en los límites de la plataforma, en aquellas zonas donde la pared rocosa era insuficiente para asegurar la defensa.
En el sector más septentrional, que es el punto más débil en la defensa natural, se levantó un grueso muro de mampostería , cuyos vestigios aún se conservan.
La cerámica encontrada en la superficie, a pesar de nor ser muy numerosa, permite situar esta fortificación entre los siglos IX y principios de XI. En encuadre cronológico nos lleva nuevamente a los momentos de la fitna, a finales del emirato, pero perviviendo a los momentos posteriores de la revuelta.
Su construcción obedeció a una necesidad estratégica y económica, la de situar un centro fortificado sobre uno de los más importantes puntos de visualización del Alto Vélez y junto a las fructíferas tierras cerealistas del corredor que se encuentran inmediatas. así pues, se trató de un hisn-refugio destinado a la defensa de las comunidades rurales de su entorno.
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