Periana reparte su oro a 12.000 visitantes en el Día del Aceite.
16/04/2007. Laopinióndemálaga
El delegado de Gobierno Andaluz, José Luis Marcos, pregonó esta festividad. Se repartieron 5.000 muestras de aceite de la localidad y 4.000 desayunos molineros
LUCÍA GODOY. PERIANA.
"Con pan y vino se anda el camino, pero, para mejor caminar, aceite de Periana y pan para mojar". Con estas palabras que le valieron un caluroso aplauso cerró su pregón José Luis Marcos, delegado del Gobierno Andaluz en Málaga.
"Con pan y vino se anda el camino, pero, para mejor caminar, aceite de Periana y pan para mojar". Con estas palabras que le valieron un caluroso aplauso cerró su pregón José Luis Marcos, delegado del Gobierno Andaluz en Málaga.
Marcos hizo un recorrido por los orígenes del axárquico pueblo de Periana que basa su economía en las explotaciones agrícolas y, principalmente, en su aceite del que dijo el delegado de Gobernación que sabe a "hierba fresca, plátano y manzana". Por octavo año consecutivo, Periana celebró en el día de ayer el Día del Aceite Verdial, una jornada que superó las expectativas del Ayuntamiento al registrarse unos 12.000 visitantes que fueron recibidos con unos 4.000 desayunos molineros: bacalao, aceite, habas y por supuesto, bañados en aceite verdial. El Ayuntamiento repartió entre los asistentes 5.000 bolsas con material turístico y dos muestras de las dos cooperativas aceiteras de la localidad, San Isidro de Periana y San José Artesano de Mondrón, que esperaban alcanzar los 30.000 litros vendidos el pasado año durante esta fiesta que fue declarada Fiesta de Singularidad turística provincial. No sería hasta pasado el mediodía cuando el alcalde de la villa, Adolfo Moreno, dio la bienvenida a los cientos de personas que dieron cita en una nueva edición del Día del Aceite Verdial. El pregón, que fue un canto a la localidad y a sus productos, dio paso a la entrega de los premios Olivo Verdial. Premiados. Como viene siendo tradición, el pregonero, José Luís Marcos, recibió la distinción de `Olivo Verdial de Periana 2007´. Antonio Fernández Días, más conocido como "Fosforito" destacó entre los premiados así como el presentador de Canal Sur, Rafael Cremades. El `Olivo Verdial Málaga´ recayó en Juan Fraile. José Luís Navas Camacho así como José Ignacio Martín fueron también premiados.
JOSÉ LUIS MARCOS MEDINA Delegado del Gobierno en Málaga
Pregonero del VIII Día del Aceite Verdial de Periana
Sr. Alcalde,
miembros de la
Corporación Municipal, autoridades, perianeños y perianeñas,
visitantes, amigos todos, buenos días.
En primer lugar quiero
agradecer al Ayuntamiento de Periana y a su Alcalde, Adolfo Moreno, que me
hayan elegido pregonero del VIII Día del Aceite Verdial.
Me habéis hecho un regalo
que nunca olvidaré, por ello, Gracias.
Bajo la de Alhama y la de En
medio, la sierra hace un descanso en pequeñas lomas y largas cuestas de forma
suave para cobijar a Periana, hija de Pereiro y Santana, dos fortines árabes
que le dieron su nombre a este municipio que comenzó a serlo, con autonomía
propia, en el tercer cuarto del siglo XVIII (año 1.761); si bien, vestigios
arqueológicos encontrados en los cerros de Capellanía y Alcolea, y en la aldea
de Marchamonas, nos hablan de una Periana anterior por donde pasaron griegos,
fenicios, etc. Quizás sus terrenos no excesivamente abruptos, la abundancia de
agua y su buen clima, hizo atractiva esta tierra a sus pobladores. Como lo hace
hoy, convertida en el mirador de la alta Axarquía, bajo la Sierra de Alhama y a sólo 25 km. de la costa,
ofreciendo unas fantásticas vistas a través del embalse de la Viñuela hacia el
Mediterráneo.
El
visitante se vuelve poeta en Periana: tan lejos y tan cerca; tan cerca y tan
lejos. La Muela,
Vilo y Guaro, aceitunera de olivos con agua y sal. Los Marines y Mondrón,
sultana de tradición y campesina de la mar.
Cruce
de caminos, durante siglos fuiste el paso natural que conectaba el occidente
granadino con la zona más oriental de nuestra provincia. Unión de caminos que
fueron testigos de florecientes períodos de intercambio humano y mercantil en
los momentos de paz; pero también de férrea vigilancia y control en los
momentos de guerra.
Tu
carretera, de curvas cerradas como herraduras, resulta ideal para una escapada
paisajística en la que no importe el ritmo obligatoriamente lento del vehiculo.
En la
época fenicia, Periana, corazón de la ruta que conecta Vélez con Alhama,
adquiere una importante dimensión comercial: salazones, vino y aceite cruzarán
de un territorio a otro, sin cesar.
Periana,
rodeada de campos frutales y olivares, desciende en barrancos hasta el río
Guaro, antes de que éste se ensanche para morir en ese gran lago que es el
embalse de la Viñuela.
Dicen
que algunos de sus olivos alcanzan una antigüedad superior a los 500 años.
“Razón del tiempo”, que diría el poeta antequerano Muñoz Rojas, quien a buen
seguro halló en ellos la inspiración para su romance de Don Sebastián:
“Olivos por
donde voy,
Plata que
tenéis me dais;
Aceite para el
cabello
Y aceitunas
para el pan,
Sombra para
mis pesares
Y leña para
quemar;
Ni plata ni
fuego os pido,
Mientras no me
deis la paz”.
Con el permiso de Viñuela y Alcaucín, Periana
es el corazón de la “ruta del aceite”, manteniendo sus fuertes sensaciones y
dando finalidad a los medios que la naturaleza ofrece.
Naturaleza
insuficientemente generosa, a veces, pero a la que los perianenses, con ingenio
y laboriosidad individual y colectiva, sabéis sacarle provecho a cultivos
mediterráneos como el olivar, y producir el mejor aceite de la Axarquía, porque en
Periana siempre ha importado mucho hacer bien las cosas.
De no
ser así, no habríais podido asentar la fama internacional de vuestros productos
agrícolas. Los perianenses descartáis las cuestiones inútiles y, si descuidar
el pasado, os preocupáis de las cosas que puedan suceder, sustentando la
felicidad en la idea epicúrea de encontrar el equilibrio entre necesidades y
medios para satisfacerlas.
Como
el ave fénix, Periana resurgió de sus cenizas tras el llamado “terremoto de
Andalucía”, que la noche de 1.884 asoló sus tierras y destruyó el municipio, y
hoy es un pueblo floreciente que basa su economía en las explotaciones
agrícolas: sus olivos centenarios producen hoy el único aceite dorado, aceite
virgen de Mondrón.
España
es un país de buen aceite. Aquí se cultivan casi un centenar de aceitunas,
aunque solo una veintena se usa para elaborar aceite: desde la lechín de
Granada y Sevilla, a la empeltre y arbequina de Cataluña y Aragón; la
mediterránea blanqueta, y la manzanilla extremeña; desde la cornicabra de la Mancha a las andaluzas
picual y hojiblanca.
Y por
supuesto, la verdial de Periana y Mondrón, que huele a hierba fresca, plátano,
manzana y almendra.
El
aceite vive hoy una revolución similar a la que protagonizó el mundo del vino
hace 20 años. El cuidado del campo, los nuevos métodos de recolección que
permiten que las aceitunas pasen en muy poco tiempo del árbol a la almazara, y
las modernas maquinarias para la molturación y la extracción del aceite han
permitido que hoy se trabaje mejor que antaño y se elabore un producto de mayor
calidad que nunca.
Lo que
hasta hace poco era una actividad necesaria para la subsistencia, cuenta hoy
con ingenieros, informáticos, economistas o expertos bodegueros que, fascinados
por la magia de los olivos, se han incorporado hace poco tiempo a este sector y
están detrás de etiquetas españolas que lucen hoy en los estantes de
prestigiosas tiendas para gourmets de EE.UU. o Japón.
Si
años atrás los aficionados empezaron a interesarse por las catas de vino y a
disfrutar comparando las diferencias entre unas y otras variedades de uvas,
ahora les ha llegado el turno a las aceitunas: los aromas frutales de la
arbequina, la suavidad de la picudo o la intensidad de la picual.
Algunos
de quienes las han sacado al mercado todavía no acaban de creérselo, porque
conservan demasiado fresco el recuerdo de cuando viajaban con su botella bajo
el brazo intentando vender un producto que no parecía interesar demasiado.
Hoy,
sin embargo, se empiezan a poner de moda los aceites verdes, del principio de
la cosecha. La recolección temprana encarece el producto, ya que la aceituna
cuanto más madura más aceite da; y ya lo decían los expertos romanos: que
aunque se conseguiría menor cantidad de aceite recogiendo antes la aceituna, el
resultado sería tan bueno que ganarían más dinero.
O sea,
no se trata de producir más cantidad, sino mayor calidad.
Aceite de la
vida;
Aceite como
fuente de salud.
Aceite de
oliva virgen extra de Mondrón,
Protege el
estómago,
Regenera el
cerebro y
Previene
enfermedades del corazón.
Este
podría ser un eslogan comercial para ensalzar las cualidades medicinales del
aceite.
O este
también:
En ayunas, una
cucharada de aceite crudo de
Oliva para e
estreñimiento.
Y después pan
con aceite contra la pérdida de
Calcio y el
envejecimiento.
Aceite para
comer, aceite para guisar.
Aceite en el
gazpachuelo,
En las migas o
en la ensaladilla cateta.
Aceite para el
chivo, el conejo y la carne mechá;
Para las papas
a lo pobre, el morrete o las coles moreás.
Aceite hasta
en la sopa: de espárragos o
Cochorreña,
que igual da.
Aceite para
comer y aceite para engrasar,
Para que no
chirríe la “cochinilla”
Subiendo por
el boquete hasta “Graná”
A buen
seguro no se enfadaría Machado conmigo si al caminante digo:
“con pan y vino se anda el camino”;
Pero, para mejor caminar,
FOTOS CEDIDAS POR FRANCISCO S. CAMACHO, AL CUAL AGRADEZCO SU COLABORACIÓN Y CONTRIBUCIÓN A ESTA PÁGINA.
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