viernes, 11 de octubre de 2013

VIII Día del Aceite Verdial de Periana año 2007.




Periana reparte su oro a 12.000 visitantes en el Día del Aceite.

16/04/2007. Laopinióndemálaga

El delegado de Gobierno Andaluz, José Luis Marcos, pregonó esta festividad. Se repartieron 5.000 muestras de aceite de la localidad y 4.000 desayunos molineros
LUCÍA GODOY. PERIANA. 
"Con pan y vino se anda el camino, pero, para mejor caminar, aceite de Periana y pan para mojar". Con estas palabras que le valieron un caluroso aplauso cerró su pregón José Luis Marcos, delegado del Gobierno Andaluz en Málaga. 

Marcos hizo un recorrido por los orígenes del axárquico pueblo de Periana que basa su economía en las explotaciones agrícolas y, principalmente, en su aceite del que dijo el delegado de Gobernación que sabe a "hierba fresca, plátano y manzana". Por octavo año consecutivo, Periana celebró en el día de ayer el Día del Aceite Verdial, una jornada que superó las expectativas del Ayuntamiento al registrarse unos 12.000 visitantes que fueron recibidos con unos 4.000 desayunos molineros: bacalao, aceite, habas y por supuesto, bañados en aceite verdial. El Ayuntamiento repartió entre los asistentes 5.000 bolsas con material turístico y dos muestras de las dos cooperativas aceiteras de la localidad, San Isidro de Periana y San José Artesano de Mondrón, que esperaban alcanzar los 30.000 litros vendidos el pasado año durante esta fiesta que fue declarada Fiesta de Singularidad turística provincial. No sería hasta pasado el mediodía cuando el alcalde de la villa, Adolfo Moreno, dio la bienvenida a los cientos de personas que dieron cita en una nueva edición del Día del Aceite Verdial. El pregón, que fue un canto a la localidad y a sus productos, dio paso a la entrega de los premios Olivo Verdial. Premiados. Como viene siendo tradición, el pregonero, José Luís Marcos, recibió la distinción de `Olivo Verdial de Periana 2007´. Antonio Fernández Días, más conocido como "Fosforito" destacó entre los premiados así como el presentador de Canal Sur, Rafael Cremades. El `Olivo Verdial Málaga´ recayó en Juan Fraile. José Luís Navas Camacho así como José Ignacio Martín fueron también premiados. 



JOSÉ LUIS MARCOS MEDINA     Delegado del Gobierno en Málaga

Pregonero del VIII Día del Aceite Verdial de Periana




         Sr. Alcalde, miembros de la Corporación Municipal, autoridades, perianeños y perianeñas, visitantes, amigos todos, buenos días.


En primer lugar quiero agradecer al Ayuntamiento de Periana y a su Alcalde, Adolfo Moreno, que me hayan elegido pregonero del VIII Día del Aceite Verdial.

Me habéis hecho un regalo que nunca olvidaré, por ello, Gracias.

Bajo la de Alhama y la de En medio, la sierra hace un descanso en pequeñas lomas y largas cuestas de forma suave para cobijar a Periana, hija de Pereiro y Santana, dos fortines árabes que le dieron su nombre a este municipio que comenzó a serlo, con autonomía propia, en el tercer cuarto del siglo XVIII (año 1.761); si bien, vestigios arqueológicos encontrados en los cerros de Capellanía y Alcolea, y en la aldea de Marchamonas, nos hablan de una Periana anterior por donde pasaron griegos, fenicios, etc. Quizás sus terrenos no excesivamente abruptos, la abundancia de agua y su buen clima, hizo atractiva esta tierra a sus pobladores. Como lo hace hoy, convertida en el mirador de la alta Axarquía, bajo la Sierra de Alhama y a sólo 25 km. de la costa, ofreciendo unas fantásticas vistas a través del embalse de la Viñuela hacia el Mediterráneo.

         El visitante se vuelve poeta en Periana: tan lejos y tan cerca; tan cerca y tan lejos. La Muela, Vilo y Guaro, aceitunera de olivos con agua y sal. Los Marines y Mondrón, sultana de tradición y campesina de la mar.

         Cruce de caminos, durante siglos fuiste el paso natural que conectaba el occidente granadino con la zona más oriental de nuestra provincia. Unión de caminos que fueron testigos de florecientes períodos de intercambio humano y mercantil en los momentos de paz; pero también de férrea vigilancia y control en los momentos de guerra.

         Tu carretera, de curvas cerradas como herraduras, resulta ideal para una escapada paisajística en la que no importe el ritmo obligatoriamente lento del vehiculo.

         En la época fenicia, Periana, corazón de la ruta que conecta Vélez con Alhama, adquiere una importante dimensión comercial: salazones, vino y aceite cruzarán de un territorio a otro, sin cesar.

         Periana, rodeada de campos frutales y olivares, desciende en barrancos hasta el río Guaro, antes de que éste se ensanche para morir en ese gran lago que es el embalse de la Viñuela.

         Dicen que algunos de sus olivos alcanzan una antigüedad superior a los 500 años. “Razón del tiempo”, que diría el poeta antequerano Muñoz Rojas, quien a buen seguro halló en ellos la inspiración para su romance de Don Sebastián:
“Olivos por donde voy,
Plata que tenéis me dais;
Aceite para el cabello
Y aceitunas para el pan,
Sombra para mis pesares
Y leña para quemar;
Ni plata ni fuego os pido,
Mientras no me deis la paz”.

          Con el permiso de Viñuela y Alcaucín, Periana es el corazón de la “ruta del aceite”, manteniendo sus fuertes sensaciones y dando finalidad a los medios que la naturaleza ofrece.

         Naturaleza insuficientemente generosa, a veces, pero a la que los perianenses, con ingenio y laboriosidad individual y colectiva, sabéis sacarle provecho a cultivos mediterráneos como el olivar, y producir el mejor aceite de la Axarquía, porque en Periana siempre ha importado mucho hacer bien las cosas.

         De no ser así, no habríais podido asentar la fama internacional de vuestros productos agrícolas. Los perianenses descartáis las cuestiones inútiles y, si descuidar el pasado, os preocupáis de las cosas que puedan suceder, sustentando la felicidad en la idea epicúrea de encontrar el equilibrio entre necesidades y medios para satisfacerlas.

         Como el ave fénix, Periana resurgió de sus cenizas tras el llamado “terremoto de Andalucía”, que la noche de 1.884 asoló sus tierras y destruyó el municipio, y hoy es un pueblo floreciente que basa su economía en las explotaciones agrícolas: sus olivos centenarios producen hoy el único aceite dorado, aceite virgen de Mondrón.

         España es un país de buen aceite. Aquí se cultivan casi un centenar de aceitunas, aunque solo una veintena se usa para elaborar aceite: desde la lechín de Granada y Sevilla, a la empeltre y arbequina de Cataluña y Aragón; la mediterránea blanqueta, y la manzanilla extremeña; desde la cornicabra de la Mancha a las andaluzas picual y hojiblanca.

         Y por supuesto, la verdial de Periana y Mondrón, que huele a hierba fresca, plátano, manzana y almendra.

         El aceite vive hoy una revolución similar a la que protagonizó el mundo del vino hace 20 años. El cuidado del campo, los nuevos métodos de recolección que permiten que las aceitunas pasen en muy poco tiempo del árbol a la almazara, y las modernas maquinarias para la molturación y la extracción del aceite han permitido que hoy se trabaje mejor que antaño y se elabore un producto de mayor calidad que nunca.

         Lo que hasta hace poco era una actividad necesaria para la subsistencia, cuenta hoy con ingenieros, informáticos, economistas o expertos bodegueros que, fascinados por la magia de los olivos, se han incorporado hace poco tiempo a este sector y están detrás de etiquetas españolas que lucen hoy en los estantes de prestigiosas tiendas para gourmets de EE.UU. o Japón.

         Si años atrás los aficionados empezaron a interesarse por las catas de vino y a disfrutar comparando las diferencias entre unas y otras variedades de uvas, ahora les ha llegado el turno a las aceitunas: los aromas frutales de la arbequina, la suavidad de la picudo o la intensidad de la picual.

         Algunos de quienes las han sacado al mercado todavía no acaban de creérselo, porque conservan demasiado fresco el recuerdo de cuando viajaban con su botella bajo el brazo intentando vender un producto que no parecía interesar demasiado.

         Hoy, sin embargo, se empiezan a poner de moda los aceites verdes, del principio de la cosecha. La recolección temprana encarece el producto, ya que la aceituna cuanto más madura más aceite da; y ya lo decían los expertos romanos: que aunque se conseguiría menor cantidad de aceite recogiendo antes la aceituna, el resultado sería tan bueno que ganarían más dinero.

         O sea, no se trata de producir más cantidad, sino mayor calidad.

Aceite de la vida;
Aceite como fuente de salud.
Aceite de oliva virgen extra de Mondrón,
Protege el estómago,
Regenera el cerebro y
Previene enfermedades del corazón.

         Este podría ser un eslogan comercial para ensalzar las cualidades medicinales del aceite.
         O este también:
En ayunas, una cucharada de aceite crudo de
Oliva para e estreñimiento.
Y después pan con aceite contra la pérdida de
Calcio y el envejecimiento.
Aceite para comer, aceite para guisar.
Aceite en el gazpachuelo,
En las migas o en la ensaladilla cateta.
Aceite para el chivo, el conejo y la carne mechá;
Para las papas a lo pobre, el morrete o las coles moreás.
Aceite hasta en la sopa: de espárragos o
Cochorreña, que igual da.
Aceite para comer y aceite para engrasar,
Para que no chirríe la “cochinilla”
Subiendo por el boquete hasta “Graná”

         A buen seguro no se enfadaría Machado conmigo si al caminante digo:
“con pan y vino se anda el camino”;
Pero, para mejor caminar,
“aceite de Periana y Mondrón y pan para mojar”.

LAS MEJORES FOTOS DE LA VIII EDICIÓN DEL ACEITE VERDIAL































 
FOTOS CEDIDAS POR FRANCISCO S. CAMACHO, AL CUAL AGRADEZCO SU COLABORACIÓN Y CONTRIBUCIÓN A ESTA PÁGINA.

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