domingo, 25 de enero de 2009

La Compra más Malagueña.


La competencia es dura, pero los productos de la tierra tienen su hueco en el mercado, con el permiso, claro está, de las marcas blancas · Pescado, aceites, carnes, repostería o agua, la gama es amplia
Esperanza Codina / Málagahoy.es Actualizado 25.01.2009

Para empezar, unos embutidos de Colmenar o Alhaurín el Grande, acompañados de una ensalada con aguacates de la Axarquía, aliñada con aceite de oliva virgen extra de Antequera, Periana o Fuente de Piedra. Sobre la mesa, un plato de jamón de las cárnicas malagueñas Famadesa o Prolongo, que también pueden solucionar el segundo plato. Pero antes de meter el cuchillo en la carne, el paladar se puede deleitar con un pescado de la Caleta de Vélez, la bahía de Málaga, Fuengirola, Marbella o Estepona, que abastecen el mercado de boquerones, jureles, sardinas y un buen surtido de marisco: coquinas, almejas, chirlas o corrucos, entre otros.¿Y qué bebida riega el banquete? Una cerveza Victoria bien fría o uno de los buenos caldos tintos y blancos que están saliendo de las bodegas de la provincia. El vino dulce, santo y seña de las vides malagueñas, se pospone para el postre, que se puede limitar, si el estómago está muy lleno, a unas naranjas del Guadalhorce. La repostería de Alhaurín el Grande, Antequera, Torrox, Arenas o Ardales se aparca hasta la merienda, momento del día más que apropiado para consumir un lácteo de De la Vega. Y el café Santa Cristina, a todas horas.Si el ministro Miguel Sebastián invita a consumir productos españoles para luchar contra la crisis y evitar la destrucción de empleo, ¿por qué no malagueños? Un repaso a los alimentos made in Málaga que sirven para llenar la cesta de la compra refleja variedad y calidad, aunque la competencia en el mercado es dura, sobre todo si se comparan los precios con los que exhiben las marcas blancas. Un ejemplo es el aceite. Los elaborados en distintos puntos de Málaga se venden a precios similares (hay excepciones), incluso algo más bajos, que sus competidores directos, pero la diferencia al alza es evidente con las marcas blancas que abarrotan el mercado.Lo que está claro es que la despensa y el frigorífico se pueden llenar con alimentos de la tierra y el mar malagueños. En el caso de los pescados, el abanico de posibilidades es amplio y conocido, aunque sólo un 10% de los peces que se comercializan en Málaga es autóctono porque los caladeros están agotados. Los ahumados están presentes de la mano de Ubago y las conservas vegetales, de la antequerana Al Sur.Un buen vistazo a la oferta actual se puede echar en el supermercado Eroski del centro comercial Larios, que tiene dispuesta una zona con productos andaluces, mayoritariamente malagueños. Uno de los alimentos con más demanda es el café Santa Cristina, igual que los embutidos Colmenar, Rimicol y Moreno Plaza. La caña de lomo, la morcilla, el salchichón o el morcón se exhiben a pocos metros de la mejor repostería de la provincia, que procede de varios pueblos, y del famoso vino dulce malagueño.El sector vinícola de la provincia está cambiando e intenta colarse también entre los tintos y blancos de calidad del mercado español. El Consejo Regulador de las Denominaciones de Origen Málaga y Sierra de Málaga tiene inscritas más de 30 bodegas y existe un grupo de empresarios que empiezan a renovar los caldos de la tierra. Cortijo de los Aguilares, Descalzos Viejos o Vetas Petit Verdot son algunas sugerencias apetecibles de vinos tintos de la tierra. La oferta se amplía, complementan a los dulces tradicionales del Guardia o Quitapenas y se posicionan cada vez mejor para regar una buena comida con productos malagueños.

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