martes, 31 de julio de 2012

Pregón nº 15 a San Isidro Labrador por Francisco Arrebola Larrubia año 2002.

PREGÓN A SAN ISIDRO LABRADOR Nº 15
REALIZADO POR FRANCISCO ARREBOLA LARRUBIA
AÑO 2002.


Queridos paisanos, amigas y amigos:

Después de dos años, vuelvo otra vez como pregonero de nuestras fiestas - entrañables - de San Isidro, y tengo que confesaros, que cuando me lo propusieron, en un principio pensé que ya había agotado los temas sobre los que podía hablar de mi pueblo con motivo de la Festividad de nuestro Patrón.

Pero por un lado, no me podía negar a una petición de mis paisanos, y por otro lado, cuando me dispuse a elegir un tema, encontré que nuestro pueblo es una fuente inagotable de sugerencias que inundan nuestro pensamiento, sobre todo, cuando piensas en su gente.

Aquí las personas mantienen su rostro humano, el tiempo tiene su medida y te permite tratar y convivir en comunidad con los otros.
Como dice la canción: 
Cada cual con su trabajo 
Con sus sueños cada cual
Con la esperanza por delante
Y los recuerdos por detrás...
Gente de mano caliente por eso de la amistad.


Aquí las personas son el centro, por encima de intereses, objetivos materiales y ambiciones que hacen del vecino un potencial competidor.

...Que sin ser mala en sí la competencia, nos lleva en grandes ciudades, cuando menos, a ignorar a nuestros semejantes, generando individuos obsesionados por el logro, líderes profesionales, empresariales y políticos sin rostro humano, que se olvidan de que son y dirigen personas.

En estas grandes concentraciones humanas el poseer bienes y acumular poder ha llegado a convertirse social y políticamente en la lamentable definición actual del ser. Donde ... si rezamos pedimos solo EL PAN NUESTRO, ... Donde ... Nunca el cielo pedimos para otros.

Superamos, al parecer, la etapa de las ideologías acaparadoras y reductoras de la persona, pero estamos inmersos en otra indefinición donde el hombre y la mujer quedan aparcados por el materialismo, ... Donde el ideal humano solo contempla el prototipo de la belleza en términos de unas medidas convenidas, y del ganador, reduciendo el resto de los seres humanos en simples seres contemplativos, invadidos permanentemente por la frustración y el olvido.

Y como dice el poeta:
¡Hay que luchar por todos los que no luchan!
¡Hay que pedir por los que no imploran!
¡Hay que hacer que nos oigan los que no escuchan!
¡Hay que llorar por los que no lloran!
¡Hay que vivir sembrando! ¡SIEMPRE SEMBRANDO!

En nuestro pueblo, permanecen todavía valores que reconocen a la persona por encima de las corrientes de grandes concentraciones.

Aquí la mujer sigue siendo el centro de la familia. No precisan cumplir esos cánones artificiosos para ser válidas a la comunidad. Aquí la mujer por el hecho de serlo es el núcleo social y familiar más sólido y permanente.

A esta mujer, de Periana, alegre, trabajadora, emprendedora, es a la que yo hoy quiero dedicar este  Pregón del año 2002. porque es un valor permanente en esta Comunidad.

Porque avanzó con el ritmo de los tiempos siempre luchando junto a sus hombres, preparó a sus hijos para la vida y mantuvo la llama del hogar haciendo que la familia tradicional se perpetúe y evolucione manteniendo todos sus miembros integrados en su entorno.

Estas mujeres Perianenses fueron la referencia viva y familiar en períodos tan duros  como el de la emigración al extranjero. Fueron para el marido, el hijo o el hermano que marchaba, el faro permanente que les indicaba la necesidad cotidiana de trabajar pensando en el regreso.

Fueron aquellas que cantaron aquella canción que decía:
...Pide al viento firmeza y al río que vuelva atrás/
No me pidas que me quede/ que si toda mi vida contigo va.
Y se quedaron / solo físicamente / por responsabilidad...

Y fueron en este pueblo madres modélicas que sustentaron a la familia como el gran valor del bienestar.

Estas mujeres, trabajadoras de dos jornadas: las del campo o el negocio, y las del hogar, que sin ningún alarde cumplieron con creces y acuñaron conductas que fueron referencia siempre para nuevas generaciones.

Durante muchos años, estas mujeres, nunca fueron premiadas, reconocidas, ... más bien la comunidad las trató mal, puso lutos interminables que deslucieron cuerpos jóvenes y bellos, como si de condenas se tratara, se les vetó la diversión del hombre, la poca diversión .. de ir al bar, salir, etc. A su generosidad se respondió con mezquindad. ¡qué injusta situación !


Todas estas circunstancias, la dureza de estas tierras, históricamente mal comunicadas y olvidadas por los gobernantes hizo un prototipo de mujer fuerte, luchadora, que había de enfrentarse cada día a la precariedad y al desaliento.


Fue esta mujer de Periana la que rezó a San Isidro con la fe más profunda, luchó y crió unos hijos también luchadores, con la cultura del sacrificio y de la superación permanente.


Como de la noche más oscura surge el día más brillante, así de aquellas generaciones forjadas por el sacrificio y la injusticia, surgen hoy estas mujeres perianenses, que al igual que esta fuente perdura en el tiempo, ellas se perpetúan en nuestra comunidad con la luz más pura y resplandeciente, con el sentido más profundo del amor, de la familia y del trabajo.


Son la proyección de los afanes de esta tierra, el instrumento que creará nuestro futuro... Y yo diría ... resumiendo, que además son las más listas...


Estas mujeres, de varias generaciones, de ayer y el hoy... son las que deben exigir en este pueblo de Periana, que sus moradores, sobre todo sus dirigentes tengan el talante y la condición de seres humanos, capaces de entender los nuevos tiempos de las comunicaciones, de las nuevas tecnologías y de las transformaciones, como algo que sirve a la persona, lo que hace más libre y lo cohesiona con los demás miembros de la comunidad.


ESTA MUJER


Es la que, con su cordura debe y puede exigir que se cuide esta magnífica tierra, que tierra y hombre continúen sin agredirse y que se mantenga el equilibrio para que siga siendo productiva y cuna de los perianenses, para que nunca más sus hijos tengan que salir a buscar el sustento en tierras extrañas.


Nuestro pueblo, sin dejar de ser productor agrícola y ganadero, comienza a ofertar alternativas en el área de los servicios, ocio y turismo.


Hagamos esta transformación con respeto siempre a la Naturaleza, nuestra madre, la que nos legó estos magníficos paisajes, estos aires limpios, estos productos agrícolas de primerísima calidad.


... Y hagámoslo con ese sentido de la belleza que siempre estas mujeres supieron utilizar para adornar hasta la más humilde de las casas de este pueblo y sus campos.


Serán, estoy seguro, estas mujeres, en esta naturaleza formando un dúo inseparable - MUJER - NATURALEZA, las garantes de nuestro bienestar, en este nuestro pueblo, haciendo que el progreso y las transformaciones que el presente nos está planteando inexorablemente, se adapten y se impregnen del sentido humano y respeto a la tierra.


Nunca me he atrevido a hacer pronósticos, soy de los que creen que el futuro es imprevisible, solo nos queda a las personas el recurso de formular los mejores deseos y que nos asista el talento de estas perianenses para afrontar el presente y el futuro, sin perder el tren del progreso y sin olvidar que el progreso es para el hombre, ... para todos los hombres, y que este debe tener siempre un sentido humano. ... Yo pondría al progreso cara de mujer de Periana.


Y deben ser todas, mujeres de Periana, las que más se diviertan en estas fiestas, ... y en las que vengan, ... que se os deben muchas. ... Ya el castigo fue bastante ... ¡Incorporense a la vida!


Poned en las calles de nuestro pueblo la gracia, la belleza, el talento y la cordura que se necesita para tener unas fiestas en paz, felices, en las que la alegría no se le prive a nadie.


A los caballeros de este nuestro pueblo les invito a que paguemos algo, de la gran deuda, a estas mujeres dedicándoles este San Isidro.


Creo que todos estamos de acuerdo con el poeta cuando canta:


Dicen que el hombre no es hombre/
mientras no oye su nombre/
de labios de una mujer/
puede ser...


A San Isidro que las disculpe si este año no rezan tanto y se divierten un poco más, estoy seguro que nuestro Santo Patrón apoya esta iniciativa.


Vivan las mujeres de este Pueblo
Viva Periana
Viva San Isidro


¡Que comience la fiesta!




 Francisco Arrebola Larrubia.

viernes, 27 de julio de 2012

Fotos Antiguas de Periana por Salvadora Ortigosa Pérez.


Romería de Zapata 15 de mayo de 1968, en la imagen aparecen: Loli Guerrero hija de Teresa "Arranquina" Victoria "Gallardo" Paqui, Mª José del Correo, Isidro Barroso, entre otros.

Imagen cedida por Salvadora Ortigosa Pérez a la cual agradezco su participación y colaboración en esta página.

jueves, 26 de julio de 2012

Panda de Verdiales de Periana año 2001 (14 de febrero). Programa de televisión "Axarquía lo nuestro"

Pregón nº 16 de San Isidro por José Luis Clavero Moreno año 2003.

PREGÓN DE SAN ISIDRO LABRADOR Nº 16
PERIANA A 14 DE MAYO DE 2003.
JOSÉ LUIS CLAVERO MORENO


Federico Carlos Sainz de Robles en su "Breve Historia de Madrid", entre otras cosas, dice "No sé si San Isidro es el mejor de los santos; pero a mí me lo parece", incorporó añadidos a la frase - También a mí me parece que Santa María de la Cabeza es la mejor de las santas y, si hablamos de pueblos, para mí Periana es el mejor de todos. en estas valoraciones interviene más la pasión que la razón, ¿Pero qué sería de los humanos si los desposeemos de esas vehementes inclinaciones y preferencias muy vivas de unas personas a otras? En mi caso esas inclinaciones forman un triángulo, antes dicho: San Isidro, su esposa y nuestro pueblo.

Del Santo, cualquiera de los oyentes podría mejorar mis conocimientos. El Austria Felipe III ( a quien sanó de un grave mal al invocarlo) promociona su elevación a los altares: primero la beatificación, el 4 de junio de 1619, siendo Papa Paulo V; después, la canonización en 1621, bajo el papado de gregorio XV.


Su gran biógrafo, el Félix de los ingenios, Lope de Vega.


De María Toribia (luego Santa María de la Cabeza), antes de las referencias hagiográficas, quiero en este punto evidenciar mi satisfacción por la condición femenina y de madres en solicitarme como pregonero novato en estas lides. ¡¡¡Siglo XXI, Siglo de la Mujer!!!. Pero volvamos a María Toribia, propietaria de una pequeña huerta en Caraquiz, cerca de Torrelaguna (Madrid). Allí conoce a Isidro, estamos en la mitad del siglo XII, y constituyen en su calidad de mozárabes (cristianos bajo el Islam) una muestra de sus profundas creencias religiosas, en un régimen mayoritariamente musulmán, al propio tiempo que es signo revelador de tolerancia social y religiosa. Sobrevivió a su marido muy desconsolada. De entre otros prodigios y virtudes, destacó "Los ángeles le ayudaban a cruzar los ríos, la comida se multiplicaba en su cesto y los enfermos se curaban ante su presencia". En mi criterio, méritos más que suficientes para optar, junto a Isidro, a compartir la titularidad como patrones del pueblo. En un día como mañana, nuestra Santa no debe quedar recluida, sino salir en compañía del que fue su santo esposo y sustituir en ella la ofrenda del trigo por la más delicada del pétalo de la rosa o de cualquier otra flor.

Periana, concurre en mí, en dos aspectos, también de carácter netamente femenino y materno: La naturaleza en su acepción del origen que uno tiene en cuanto al país en que uno ha nacido y en l de la madre propia.


La historia confirma que la creación de Periana es muy reciente, como municipio propio. Carlos III, impulsor de la España moderna, propicia a través de una serie de medidas, la multiplicación de estas villas con su Ayuntamiento propio, en los primeros años de su reinado Periana adquiere esa categoría (antes administrativamente dependía de Vélez-Málaga y eclesiástica de Riogordo). Hecho determinante, la roturación de tierras y el reparto para su cultivo a colonos. Es un proceso acelerado de desarrollo. Un ejemplo ilustrativo: En el catastro del Marqués de La Ensenada de 1759 (primer trabajo de este tipo en España), Periana no existe a estos efectos y de los pueblos de su entorno, a excepción de Zafarraya, están censados todos ( Alcaucín, Alfarnate, Alfarnatejo, Borge, Riogordo y la Viñuela.) Ha transcurrido menos de un siglo, y en igente obra dirigida por Pascual Madoz del Diccionario Geográfico, Histórico y Estadístico de España (1845-1850), nuestro pueblo, tiene ya 3.358 habitantes, escuela con 50 alumnos (ha superado a todos los mencionados), una iglesia con cura y tiene sacristán, un oratorio con culto al público en los Baños que se llama Vilo, tres fuentes en la población y diez fuera, todas de muy buenas aguas, siete molinos de harina y seis de aceite. En cuanto al nombre, independientemente de la falsa y rotunda leyenda, diversas interpretaciones se han dado a este respecto, en mi opinión sin entrar en polémicas etimológicas ni de otro tipo, la clave está en la Alquería o Ría que existió como tal hasta principios del S. XVIII entre Torrox y Frigiliana y que desapareció prácticamente tras su rebelión de los moriscos entre los años 1568-1572, este pueblo levantisco y rebelde (amante de su tradición e integridad), con frecuencia es citado en el Epistolario del conde de Tendilla, Capitán General de la Alhambra (o sea del Reino de Granada) a sus corregidores y demás subordinados con la recomendación de adoptar medidas de castigo para alguno de sus habitantes. Entre 1504 y 1506, he podido localizar unas seis circulares. La fechada el 4 de mayo de 1506, contiene lo que para mí constituye la solución del nombre, leo unos párrafos: "Mandamiento para que los vecinos de Periana se pasen a esta tierra de Alhama y Comares con vuestras mujeres e hijos para que están apartados de la costa". Bien pudo establecerse en mitad del trayecto, alguno de los desterrados, denominando al lugar del nuevo asentamiento con el nombre de su añorado pueblo. Al margen de elucubraciones, lo real es que nuestro pueblo se formó con gente venida de otras poblaciones, todas ellas del Reino de Granada; Alfarnate, Alfarnatejo, Alcalá Real, Alcaucín, Benamocarra, Benamargosa, Alhama de Granada, El burgo, Montefrío, Puebra de Don Fadrique y algún otro sin memoria. En resumen "PERIANA es un pueblo de pueblos".

Ha tenido (quizás por su modernidad)  pocos relatores; pero me consta un testimonio oral que traduce y aquilata el sentir admirativo de terceros muy cualificados humana y artísticamente: con motivo de la exposición, varios años atraás en la Alhama, del arte de Al-Andalus, el Metropolitan Museo de New York contribuía al evento con importantes fondos.  Los dos conservadores encargados del traslado hicieron alto aquí, para seguir hacia Granada. Su anfitrión, experto en lengua árabe y arte islámico, les hizo un recorrido por algunos de los parajes que creía más atractivos. Sus comentarios fueron al unísono y escuetos. "Uno de los paisajes más bellos contemplados". (Fue antes de la visita de B. Clinton a Granada).


Y de la madre naturaleza, identificada con el pueblo, paso a la mía propia, de la que no pude disfrutar en la intensidad del tiempo, como consecuencia de su, para mí, prematura muerte. Recorro el tiempo hacia atrás y veo su imagen en el andén de la estación de RENFE, con los ojos cegados por las lágrimas; yo apoyado en la ventanilla del tren, sollozando, con el corazón encogido; era como un estallido en el pecho; un corte radical y violento de ese cordón umbilical que nos une a lo que amamos profundamente y que recuperamos en un nuevo regreso venturoso hacia la madre, familia, el pueblo. Novalis manifiesta que la infancia es la Edad de Oro del ser humano.


Alguien también ha dicho "que la infancia es la patria de las personas" y Unamuno "que son las cenizas de los muertos las que han formado la patria." Pero esta Edad de Oro y estas "patrias" tenían sus prolongadas interrupciones, pese a mi privilegiada situación de niño de padres posibles: el alejamiento conllevaba un internado en otro mundo triste y hostil. Primero en Málaga y posteriormente de forma más prolongada en Madrid. En nuestra capital, los propios eran muy crueles con sus condiscípulos de pueblo. Éramos asediados continuamente, objeto de mofas y befas, aderezadas con el epíteto de cateto (el término ha dado nombre a un pan muy apreciado, que yo rechazo por connotaciones peyorativas). De aquellos días guardo el buen recuerdo de la somanta que le propiné a uno de los más destacados acosadores. Ello me valió un castigo que cumplí con gran complacencia y divertimiento; como mascota en aquel colectivo de penados, gocé de la protección y simpatía del resto. Ya en la capital del reino, ese fenómeno de acoso vuelve a repetirse; ahora las afrentas y escarnios tenían su fundamento en la expresión oral, en el habla, en la pronunciación; "andaluz, andaluz" repetían y reían, remedándome con muy poca gracia. (Años después, me he sacado muchas espinas acentuando el lenguaje e introduciendo voces populares nuestras que dejaban a oscuras al personal de los finolis; mi compadre puede dar fe de ello.) Esta situación de desarraigo se corresponde, en cierto modo, con la emigración pura y dura de un niño del mundo rural a la capital... Las vacaciones producían un doble efecto de dicha, la liberación de aquel ambiente y el regreso a la Arcadia Feliz: Mi pueblo, los míos.

Cerrado el capítulo de los recuerdos, en el tiempo presente, aparecen los deseos que en demanda a nuestro patrón espero que se cumplan por parte del competente para ello.

No más campanadas fúnebres discriminatorias. Lo ideal sería su inexistencia; pero, supuesta imposibilidad, un número igual de toques equipararía al ser humano, sin distinción de edad, ni sexo. No más inventivas históricas, que no producen ningún beneficio y son apropiadas por espabilados terceros. Nuestro autóctono durazno (hoy casi arqueología) es consecuencia de ese microclima; su nombre deriva del griego DORAKNON, melocotón; su origen está en Persia (Prunus pérsica), vino a través de los árabes y las primeras plantas en nuestro pueblo procedían de lugar geográfico relativamente próximo, a finales del s. XIX. De nuestras joyas urbanas y rústicas, habría que mantener un equilibrio sin perjudicar la una a la otra. Es nuestro pueblo escalonado, de vistas, la construcción debe adaptarse a este hecho sin sobrepasar la altura de la inferior a la de arriba, dentro de una línea estética y decorativa que respete la esencia y la peculiaridad del urbanismo tradicional. Del campo, tenemos un bosque cultivado, que aparte de beneficios económicos es un impresionante generador de oxígeno, tan necesario en una naturaleza cada vez más contaminada. ¡¡Lo que hoy es dicha, mañana, puede ser llanto y crujir de dientes!!


Fomentemos nuestra vida asociativa en los cultural, en lo recreativo y en lo social. Este fenómeno se patentiza con mucha fuerza en un pueblo vecino, digno de imitar en ese sentido.

Otros deseos irían en esta línea:


Salvador Rueda (1857-1933); uno de los más distinguidos, poeta y escritor ajárquico. Hace años se confundió con belicoso militar o político de la incivil guerra española ¡Qué grave error la confusión en persona tan humilde y alejada en el tiempo de esas identificaciones! Daba nombre a una calle y fue apeado de la misma. Una reparación y rehabilitación se le debe. Para Rueda, la mujer era la expresión de la belleza; pero siempre su admiración estará tamizada por la visión de la misma como madre. Una buena ocasión para que el acto estuviera ilustrado por una experta en su obra María Isabel Jiménez Morales de la Universidad de Málaga.


Sebastián Soriano Punzano, testigo excepcional de la fundación de Periana, sacristán mayor, notario de los acontecimientos de aquellos primeros años, al propio tiempo que defensor de los pobres y necesitados pobladores. Ha desaparedico su apellido de la nómina censal actual, su descendencia materna fue la causa, pero hoy a través del ADN ( en los seres humanos, todas las mitocondrias de las células son de origen materno), comprobaríamos que personajes importantes e influyentes de nuestro pueblo son descendientes suyos. Un ejemplo, ese Don Manuel del Puente.


Manuel Alcántara, con títulos más que suficientes para confeccionar un grueso volumen. Su vinculación a Periana viene a través de su madre; nació aquí, a ella el homenaje y así aprovechar que se deje caer por este patio. (El chivo ya no es expiatorio, fue indultado y hoy es todo un señor macho, muy barbado y dispone de un respetable hato de cabras).


-"No aburrir a Dios sobre todas las cosas (¿No me habré colado?).


MUCHAS GRACIAS
¡¡VIVA SAN ISIDRO!!
¡¡VIVA SU ESPOSA!!
¡¡VIVA PERIANA!!


José Luis Clavero Moreno

La Junta de Andalucía adjudica obras en 7 colegios.

 

En los municipios de Alfarnate, Cañete la Real, Iznate, Los Romanes (La Viñuela), Málaga capital, Periana y Villanueva de la Concepción

La Opinión La Consejería de Educación ha adjudicado en siete centros educativos de la provincia malagueña obras de reforma, mejora y modernización, que beneficiarán a más de 1.500 escolares y generarán unos 50 puestos de trabajo.
A través del Ente Público Andaluz de Infraestructuras y Servicios Educativos (ISE Andalucía), las intervenciones que se encuentran dentro del Plan de Oportunidades Laborales de Andalucía, tienen un presupuesto de 677.187 euros.
Los centros en los que se desarrollarán dichas obras, según informó Europa Press, están ubicados en los municipios de Alfarnate, Cañete la Real, Iznate, Los Romanes (La Viñuela), Málaga capital, Periana y Villanueva de la Concepción.
En Periana se harán en el Colegio de Educación Infantil y Primaria San Isidro, que cuenta con 270 alumnos. En Periana, las obras se desarrollarán en el colegio de Educación Infantil y Primaria San Isidro, donde se realizarán diferentes reformas en el gimnasio, concretamente en los aseos, la cubierta, la junta de dilatación y el suelo. Asimismo, se procederá a su pintado interior. La pista deportiva exterior también será mejorada, dotándola de una nueva pavimentación. La intervención tiene un presupuesto de 137.231,53 euros y será ejecutada por la empresa Ayron Infraestructuras S.L. en un plazo de dos meses y 12 días. Las obras beneficiarán a los 270 alumnos y alumnas del centro.
Por otro lado, el beneficiado en Málaga capital será el CEIP Giner de los Ríos, que aglutina a 520 alumnos en total.
El centro Nuestra Señora Monsalud de Alfarnate con 108 alumnos o el Instituto de Educación Secundaria Manuel Romero de Villanueva de la Concepción, con 174 escolares, serán otros de los beneficiados. A ellos se suman el CEIP Marqués de Iznate o el CEIP Nuestra Señora de Caños Santos de Cañete la Real, con 162 alumnos que también verán mejoradas sus instalaciones.
Por último, el colegio público rural Alcalde Juan García de Los Romanes, en La Viñuela, con un total de 207 alumnos, será otro de los que reformen.
Cada uno de los centros educativos tiene diferentes puntos que tratar como pueden ser la sustitución de la cubierta del gimnasio, pavimentar las pistas deportivas, o añadir accesos para personas con discapacidad, por lo que cada uno cuenta con una cuantía diferente.

La Axarquía apuesta por el oleoturismo.

 02.07.12 - 02:17 -
El objetivo es potenciar el turismo rural utilizando como reclamo las almazaras existentes en la Axarquía, a la vez que poner en valor los aceites que se producen en la comarca.
La iniciativa parte del Grupo de Desarrollo Rural (Ceder-Axarquía), que participa, junto a otros ocho grupos de cinco comunidades diferentes, en el proyecto de Cooperación Interterritorial 'Olivar, una nueva cultura del olivo'. Se trata de una iniciativa subvencionada por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, que cuenta con una dotación económica de 154.000 euros, distribuidos en dos anualidades, con la que se quiere promover una estrategia de desarrollo rural territorial a partir de la valorización de las variedades secundarias de olivos en España.
En el caso de la Axarquía los estudios se centran en las dos variedades locales de referencia en la comarca: la 'Verdial de Vélez' y la 'Nevadillo de la Axarquía', cuyo cultivo esta perfectamente localizado en el contexto comarcal.
Recorridos
Tomando como base los lugares de producción de estas dos variedades y el proceso de elaboración del aceite, casi inalterable desde hace miles de años, el Ceder-Axarquía está trabajando en el diseño de dos rutas de oleoturismo que incluirán las 22 almazaras existentes en la comarca.
Los recorridos incluirán una breve reseña de cada una de las fábricas y de los principales lugares y monumentos de interés situadas en su entorno.
Una de las rutas es la del 'Verdial de Vélez', que produce unos aceites de color verde intenso y sabor frutado, con mucho aroma y tendencia dulce, suave y ligero al paladar, cuya fabricación se localiza en los municipios de Riogordo, Periana, Alcaucín, Sedella, Arenas, Canillas de Aceituno, La Viñuela y Vélez-Málaga.
La ruta del 'Nevadilo de la Axarquía', que se caracteriza en cambio por sus aceites color amarillo oro, sabor suave, dulce, frutado y agradable al paladar, dando a los platos un sabor único, se producen en las localidades de Frigiliana, Torrox, Cómpeta y Sayalonga.
Visitas guiadas
«Lo que estamos haciendo ahora es contactar con las almazaras para conocer sus horarios y las actividades que pueden ofertar, desde la compra de aceites a visitas guiadas por sus instalaciones», ha señalado el gerente del Ceder-Axarquía, David Camacho, que ha explicado asimismo que en los folletos que se editen sobre ambas rutas se ofrecerá información detalla sobre el cultivo, la producción, la localización y sus aceites.
Camacho, que se ha mostrado convencido de que se trata de una iniciativa que puede suponer un impulso para el turismo en la Axarquía, ha señalado asimismo que el Ceder está trabajando en una Carta de Aceites con las variedades de la zona, por entender que las actuales tendencias en el sector de la restauración, siempre en constante innovación, obligan a incorporar cartas de aceites para que los clientes los puedan elegir para acompañar sus comidas.

Crean una carta con los aceites de la Axarquía y una guía para visitar las almazaras de la comarca.

 

Ambas publicaciones pueden ser descargadas de forma gratuita a través de la web del Ceder

28.06.12 - 14:38 -
El Centro de Desarrollo Rural (Ceder) de la comarca malagueña de la Axarquía ha creado una carta en la que se detallan las variedades de aceite de oliva virgen extra que se producen en esta zona y sus principales características, así como una guía turística que propone un recorrido por las almazaras distribuidas por este territorio.
Ambas publicaciones, que pueden ser descargadas de forma gratuita a través de la web del Ceder, se enmarcan en el proyecto de cooperación interterritorial 'Olivar, una nueva cultura del olivo', iniciativa en la que participan ocho grupos de desarrollo rural y que está encaminada a la detección y estudio de las diferentes variedades locales que existen de esta especie y de las características singulares del aceite que se obtiene de cada una.
Según ha informado el Ceder en un comunicado, la elaboración de esta carta de aceites responde principalmente a las nuevas necesidades y tendencias del sector de la restauración que, en su constante innovación, está apostando en los últimos tiempos por ofrecer a sus clientes distintos sabores de aceite para acompañar sus comidas.
Así, dado que "está de moda" que los establecimientos dispongan de una carta de aceites para que los clientes puedan elegir el que deseen, el proyecto ha decidido crear una carta con los aceites de la Axarquía, que se ha puesto a disposición de quienes estén interesados para que la puedan descargar desde la web del Ceder o del propio proyecto.
En la carta, el cliente puede conocer todas las características de las dos grandes variedades de aceite que se producen en la comarca, el verdial de Vélez y el nevadillo de la Axarquía, desde su olor hasta su color, sabor, procedencia y las características del fruto, la hoja y el árbol del que provienen.
Del mismo modo, se ha elaborado una guía de oleoturismo por las almazaras de la comarca, en la que se detalla su localización, forma de trabajo, tipo de aceite que se produce y cultivo del que procede, una información que se completa con una relación de lugares de interés para visitar en el municipio en el que se localiza la almazara.
Las más importante
La comarca de la Axarquía es una importante zona de producción de aceite, con una media anual de entre 6.000 y 8.000 toneladas, cifra que ha llegado a aumentar hasta las 11.000 toneladas en algunas campañas, y tiene como cultivo más usual el olivo verdial, que ocupa el 60 por ciento de la superficie total de olivar en la comarca, predominando principalmente en la zona norte y oeste.
De las aceitunas de esta especie se obtiene un aceite de color verde intenso, sabor afrutado, con mucho aroma y tendencia dulce, suave y ligero al paladar, que se produce sobre todo en Riogordo, Mondrón (Periana), Puente Don Manuel (Alcaucín), Sedella, Arenas, Canillas de Aceituno, Periana, Los Romanes (La Viñuela) y Vélez- Málaga . Otra variedad de olivo, el nevadillo, ocupa algo más del 20 por ciento del total de olivar axárquico y produce un aceite de color amarillo oro, con un sabor suave, dulce, afrutado y agradable al paladar. Esta especie es mayoritaria en el este y el sur de la comarca, sobre todo en Frigiliana, Torrox, Cómpeta y Sayalonga.
Por último, existen en la Axarquía otras variedades de olivo menos extendidas, como la picual, que no supera el 5 por ciento del total de hectáreas dedicadas a este cultivo, o la hojiblanca, la marteña y la manzanilla, que ocupan un porcentaje de superficie menor.

domingo, 22 de julio de 2012

La crisis se lleva por delante la celebración del Día del Melocotón.

 

El alcalde anuncia que no tienen los 20.000 euros que costaba la organización de esta cita

Juanjo Zayas 

  El Día del Melocotón de Periana, un evento basado en la elaboración de platos elaborados a base de esta fruta por parte de los vecinos del pueblo así como en la organización de diversas actividades de ocio, no se celebrará este año. 


El alcalde de la localidad, Adolfo Moreno, indicó que debido «a los ajustes económicos», se han visto obligado a suspender esta celebración que hubiera cumplido sus diez años en esta edición.
Según cifró Moreno, el coste de este festejo suponía alrededor de unos 20.000 euros, «por lo que hemos optado este año por no hacerla»; un evento que se realizaba en cada edición a finales del mes de julio. «Hay que decir que en Periana tampoco hay una gran extensión de cultivo del melocotón. Aún así se produce una fruta de gran calidad, por ello se celebraba este Día; para garantizar su promoción».
El regidor axárquico apuntó también la coincidencia muy cercana en el tiempo de dicho evento con la Feria de agosto, que este año caerá en los días 17, 18 y 19. «Además, contamos con otra de las grandes fiestas de Periana, como es el Día del Aceite Verdial, que seguiremos organizando; pero siempre ajustado al presupuesto con el que contemos», declaró Moreno.
El Día del Aceite Verdial se suele celebrar el primer domingo de mes de abril, con degustaciones de una variedad arraigada en la Alta Axarquía.

lunes, 16 de julio de 2012

Pregón nº 17 de las Fiestas de San Isidro Labrador por José Luis Clavero Toledo año 2004.


PREGÓN Nº 17 FERIA DE SAN ISIDRO LABRADOR  DE PERIANA
REALIZADO POR JOSÉ LUIS CLAVERO TOLEDO
AÑO 2004.

Hace ya algún tiempo, estando en el Centro de Málaga por motivos de trabajo, se me acercó uno de los mayordomos de este año y de forma para mi repentina y sorpresiva, me ofreció dar el pregón. Pese a mi extrañeza, acepté la propuesta que en reflexión posterior, me sumió en una serie de interrogantes a los que trataba de dar respuesta ¿Méritos? ¿Dotes para tal fin? y así una serie de preguntas que me hacía, sin encontrar una afirmación de cierta entidad que me diera solución a los planteamientos que me surgían.

No obstante, mi aceptación espontánea, era fruto de dos coincidencias: una externa que la constituía el honor queme confería tal propuesta, y otra interna en la que intervenía mi amor por Periana. Dicho esto, y con la invocación del Santo Patrón y de acuerdo con la expresión taurina de que "Dios reparta suertes", me estreno de pregonero.

Si la memoria no me falla, un verano de los años setenta del pasado siglo (por aquellas fechas había iniciado ya mi afición de corremundos por senderos y caminos) y ante el reto que suponía la contemplación, de las maravillosas vistas de Comares, decidimos un gran componente del grupo familiar infantil, y promovidos por nuestro abuelo Bartolomé, que siempre nos animaba a tales aventuras, realizar el abordaje de tan admirado y bello lugar. En mi padre recayó la dirección de la expedición y antes de llevar a efecto la excursión, hubo que asesorarse de expertos camineros. Nuestro guía se puso en contacto con la persona que le indicaron como más idónea para aconsejarnos, y orientarnos en la ruta a seguir. La persona que nos contactó, permanece en mi recuerdo de forma nítida: De pequeña estatura, de complexión más bien robusta, ojos perspicaces y alegres. Conocía al dedillo trochas, atajos y vericuetos del camino. En su oficio de muchos años había andado y desandado con sus jumentos, múltiples veces ese camino.


Aunque en su descripción del recorrido incluía algunas paradas para el "rengue" (ventorros que ya no existían), el "calibre" y el botijo, sí evocaba con precisión a los propietarios y las características de los destilados que servían con un estribillo repetitivo: "Como el de la Viuda ninguno". Fui testigo de la charla que los mayores desarrollaron en el "Despacho de la ya difunta señora". La jornada caminera, fue todo un éxito. El descubrimiento del pueblo colmó todas nuestras expectativas y permanece imborrable en mi recuerdo.

Este relato viene a colación, para servirme del mismo, como introducción del homenaje que quiero rendir, utilizando esta plataforma, a una procesión u oficio que imprimió carácter al pueblo y contribuyó en buena medida en expandir y acreditar muchos productos, demandados en una extensa geografía. como adivinarán, me refiero a la abnegada, sacrificada y casi anónima actividad de la "arriería", que durante muchos años configuró el comercio de Periana y difundió su nombre por aldeas, pueblos, cortijos e incluido por capitales de provincia. No solo contribuían a la divulgación cultural de nuestro pueblo, sino que eran auténticos valedores y conservadores de nuestras veredas, y como aun recuerdan algunos, depositaban un pañuelo al inicio de las sendas con el objetivo de que los usuarios contribuyeran con su voluntad por el trabajo de mantenimiento. Con profunda sabiduría popular en el conocimiento de remedios que le ofrecía la naturaleza de su ámbito laboral. Me refería, a mi abuelo paterno Pepe Reyes, que para hacer más llevadero el camino y aliviar la fatiga, utilizaban el cardo corredor o cardo cuco, como protector de su largo caminar. Se ha confirmado que entre otras propiedades, se le asigna esa cualidad antifatiga. Con la desaparición de la arriería gran parte de nuestro patrimonio rural se nos ha ido.


Este oficio viene de antiguo. Tuvo su arraigo entre los moriscos, antes de su expulsión general, ya que en muchos de ellos había sido la única profesión posible. Como consecuencia de la desposesión de sus tierras y su expulsión a otras, donde no se les miraba con buenos ojos, como es el caso de los moriscos granadinos, (Alpujarras, Axarquía malagueña y Serranía de Ronda) fueron deportados tras la guerra de las Alpujarras y llevados a tierras de Extremadura y otros territorios del reino de Castilla. Parte del recelo que suscitaban, provenía del papel que desempeñaron como elementos móviles (desplazamiento de un lugar a otro) en la sublevación de fines del S. XVI.


En "La Ilustre Fregona", Miguel de Cervantes, hace referencia a este oficio en alusión a los mozos de mulas, al parecer andaluces, con calzones de lienzo anchos, jubones acuchillados, daga de ganchos y espadas sin tiros. también en el Quijote, son amplias las citas a la profesión. 


La preponderancia morisca en este oficio, nos la proporciona la abundancia de nombres de origen árabe que se encuentran en el léxico relacionado con este oficio. Comenzando con la propia palabra de arriero, formada a partir del imperativo "harre", transcripción del árrabe "harri" ¡anda ligero!, palabra que se suele decir al burro o cualquier bestia de albarda. Como la palabra "so" "que se pare", derivada del árabe "saw" "meta" es decir "fin del trayecto". Existen otros nombres para este oficio de la misma procedencia como "almayal" o "almayar" traducido como "arriero", "recuero" y "vinatero". También el mencionado "recuero" o "recovero", derivado de la palabra "recua" del árabe "racuba" "montura" "cabalgadura". Otros nombres árabes para designar a las caballerías "acémila" (bestia de carga) "albardón" (el mulo romo) "albarda" (protección del lomo de las caballerías) "jáquima" (cabezada), "ronzal" (cabestro), "ataharre" (banda de cuero que sujeta a los bordes laterales y posteriores de la caballería, pasando bajo sus ancas, impide que la montura se corra hacia delante), viene de la palabra de at-tafara ( el baste, grupera o batícola).

La obra de Elena Pezzi "Los moriscos que no se fueron" me ha proporcionado los anteriores datos. Quiero agradecerle por servirme de sus aportaciones para ilustrar mi pregón.
Otra obra (más de sentido literario que de investigación) "Arrieros en la Serranía de Ronda, Alpujarra y Campo de Gibraltar" de Isidro García Cigüenza, me proporciona singulares particularidades. Transcribo lo siguiente: En el pueblo de Benecid, metido ya en la Alpujarra Almeriense, Francisco Fresneda, un anciano de 90 años (el libro se imprimió en el 2.001), se jactaba "y a mucha honra", decía que ser nieto de arrieros y aún más de no haber hecho otra cosa en su fica que trabajar como arriero".Se llamaba esto, ostentar con legítimo orgullo, la condición del oficio practicado a través de su dilatada vida.


En publicaciones actuales, no he encontrado, obras ni específicas ni generalizadas, que no sean las citadas. Creo que este oficio, hoy ya extinguido, merece la consideración de estudios más profusos en atención al marco e incidencia que tuvo la profesión en nuestro país, especialmente en Andalucía.


Mi homenaje, admiración y respeto a todos los que en este pueblo ejercieron el duro oficio de la arriería. Al día, día de sus vidas, por veredas, trochas, coladas, cañadas, y otros accidentes del camino: Alfarnate, Alfarnatejo, Alhama, Zafarraya, Loja e incluso Granada, Comares y lugares afines, como así mismo los pueblos del entorno más cercano con asiduidad cotidiana y otros más distantes, estacionalmente, como en el caso de Motril, para la monda o zafra de la caña. Recuas y recuas, con días y noches de duro trajinar. Me los imagino alboreando, con el "arre", "arre", por Veredas Blancas, Pulgarín, Puerto del Sol y tantos otros puntos de salida, para buscar una "entrada" a su precaria vida. A ellos pues, este Pregón, a los Barrosos, Colás, Colodras, Jeromas, Juncos, Malagas, Mellizos, Perdigones, Saturnos, Varetas, Zocatulos y Rosquilleros, a los que puedo olvidar, a todos.


Tradicionalmente, se invoca al Patrón, para que por su mediación, haga de mediador, valedor y conseguidor de las peticiones que se le hagan. Yo en esta línea, y es mi deseo, que se creara y materializase unas "Rutas de Arrieros", que impulsarían y potenciarían el turismo rural del pueblo. Estas rutas, las demarcarían los hoy todavía sobrevivientes del oficio, aunque estimo que en muchos casos la viabilidad de la propuesta no sería posible, a causa de las muchas "puertas" que se le han puesto al campo y se le siguen poniendo. Al mismo tiempo solicito, que los competentes para ello, la erección de un monumento, compuesto por un burro y arriero, que representaría la memoria viva de una profesión que se identifica con la historia de este pueblo. Realmente, se erigiría en cualquiera de las entradas del casco urbano o bien al comienzo o coronación de la que quizás sea la senda más emblemática que nos queda, Veredas Blancas. He llegado al final y quiero rematarlo con las letras alusivas a este pregón:
No le pegues arriero 
A ese caballo castaño
Que ayer fue fuerte y ligero
Y hoy no puede con los años
¡No le pegues arriero! 
¡Canta el pueblo en su trabajo y
vienen los arrieros cuesta arriba y cuesta abajo!




MUCHAS GRACIAS
¡¡VIVA SAN ISIDRO!!
¡¡VIVA PERIANA!!


José Luis Clavero Toledo

Fotos Antiguas de Periana por Salvadora Ortigosa Pérez.


Comunión año 1958, tomando la comunión Isidro Barroso en Periana con el cura D. Justo.

Imagen cedida por Salvadora Ortigosa a la cual agradezco su colaboración y contribución a esta página.

Lotería de Navidad San Isidro 2013 ya a la venta.


Los Mayordomos y Mayordomas de San Isidro 2013 están distribuyendo la Lotería de Navidad 2012 por los diferentes establecimientos para su puesta a la venta.
Agradecemos su colaboración.

domingo, 8 de julio de 2012

PSOE andaluz afronta este viernes en Almería su XII Congreso Regional.


Este fin de semana se ha celebrado en Almería el XII Congreso Regional, representantes del PSOE en Periana han participado en este Congreso.


sábado, 7 de julio de 2012

Pregón nº 18 de la Feria de San Isidro año 2005 por Dionisio Camacho González

PREGÓN Nº 18 DE LA FERIA DE SAN ISIDRO LABRADOR DE PERIANA AÑO 2005
DIONISIO CAMACHO GONZÁLEZ
Periana a 13 de mayo de 2005


Sr. Alcalde, Miembros de la Corporación Municipal, Mayordomos, Amigos y Vecinos. ¡Gracias! ¡Gracias por estar aquí esta noche! ¡Gracias por esta distinción tan especial hacia mi persona!.

¡Gracias a ti Antonio por tus palabras que no merezco y sobre todo por el esfuerzo que has hecho por compartir este rato con nosotros. Tu calidad humana es excepcional, en ti ciencia y humanismo, razón y sentimiento no se entienden por separado.

Cuando Estela Torrubia me invitó, en nombre de los Mayordomos, como pregonero de estas fiestas en Honor a Nuestro Patrón, me quedé perplejo, sin respuesta, como que no iba conmigo y aunque al principio me mostré dubitativo no pude negarme a esta tradición; que comenzó nuestro alcalde, Adolfo Moreno cuando fue Mayordomo, entre otras razones porque San Isidro ha sido y es el referente religioso de mi familia. Mi padre Paco el carpintero, mis tíos, Ignacio y Antonio el tuerto y mi suegro, Ignacio el Americano, que ya pertenecen al mundo de los dioses, seguro que estarán con él. Para ellos Dios y San Isidro fueron siempre lo mismo.

Siempre he pensado que los pregones estaban reservados para grandes oradores, personas eruditas, historiadores o poetas. Nada de eso soy yo, por eso mi gratitud es mucho mayor y cuando se han ido acercando estas fechas mi responsabilidad ha ido creciendo, entre otras cosas porque quiero hacerlo bien, estar a la altura de vosotros, de mi gente, en definitiva a la altura de mi pueblo. Es por lo que hoy quiero hablaros con el corazón. Todo lo que sale del corazón nunca puede ser ridículo.

Decía Aristófanes que allí donde se está bien es en la patria.

Yo he nacido y vivido en Periana y ahora que trabajo fuera busco siempre un hueco para escaparme, para estar aquí con vosotros, con mi familia, con mis soledades. Vengo a quitaros la energía con la que cargar mis pilas para poder seguir trabajando.

No quiso mi corazón ni el de mi mujer que mi hijo fuera un forastero, por ello aunque ni ha nacido ni se ha criado aquí, está inscrito como perialeño para orgullo de sus padres y espero y deseo que algún día para el suyo propio.

No hay un rincón tan entrañable en este pueblo como esta Plaza, de formas caprichosas y a la vez simple y sencilla, en la que hoy nos encontramos.

En esta Plaza se ha forjado nuestra breve pero intensa historia como pueblo y lo que es más importante nuestra forma de vivir.

Mis recuerdos van ligados a ella y cómo no, a su fuente, La Fuente de Periana; incólume, indemne, siempre en su sitio y a la vez indómita. Con sus cuatro caños, con el caño de los viejos o de Triburcio, con su pila, la pila más hermosa de los pueblos de mi Axarquía. Y cambiando como cambia la vida, unas veces conteniendo lágrimas y otras mostrando toda su hermosura y lozanía irradiando alegría y ganas de vivir, como queriendo irr por delante de la misma.

¡y qué decir de la pila de abajo! Sus piedras de asperón desgastadas son huellas hechas por los hombres del campo que se afanan en un mundo sin prisas en poner a punto sus herramientas que después secaban y guardaban como la madre que cuida a su hijo recién nacido.

Y es que el trabajo sin prisas era el descanso para estos hombres.

Y en los más altivo San Isidro protagonista junto a esta Fuente de la vida de Periana.

¡San Isidro! ¡Qué sería Periana sin San Isidro! Partícipe de nuestras emociones y sentimientos, de nuestro arte, de nuestro trabajo, de nuestra cultura, de nuestras ansias de libertad, por el progreso, por el respeto al entorno que nos rodea. En definitiva partícipe de nuestra vida y muerte.

San Isidro cuyo palio es el trigo, como oro que nace del trabajo de los hombres y mujeres de nuestra tierra y cae como lluvia por su rostro.

¡San Isidro, Santo y Bendito, desnudo, sin joyas ni alhajas que con una yunta de bueyes has sido capaz de entrar en los corazones más pétreos de la condición humana, de unir a un pueblo!

Estoy seguro que cuando naciste, ya Abderraman III te había preparado esta hornacina como presagio de las penas y sufrimientos que le esperaban al pueblo andaluz. Viviste como criado y llegaste a ser abogado de los campos, para luchar contra las injusticias sociales.

Desde esta hornacina has procurado que Periana no pertenezca a grandes condados ni a familias influyentes. Has ido forjando un pueblo con hombres y mujeres desarraigados de otras zonas y no por ello, parafraseando a Andrés de Laguna, deja de ser mejor y más hermoso que otros pueblos.

Si algunos os preguntáis quien fue Andrés de Laguna os diré que fue médico de Felipe II y del Papa Julio III: Miguel de Cervantes a través de D. Quijote hace referencia a él por sus profundos conocimientos en botánica. En uno de sus tratados sobre Dioscórides, pedanio de Anazarba; Andrés de Laguna habla de la diferencia que hay entre el durazno y el melocotón. Permitidme que os lea un breve texto de este tratado pues creo que esta dicotomía que siempre se ha planteado entre nosotros nunca se ha visto resuelta con tanto ingenio como lo hace este autor. Y dice así: Las mancanas Persicas fuerno ansi llamadas, porque vinieron primeramente de Persia. Hallanse tambien debaxo de aquese nobre muchas y muy diferentes especies: como son el Durazno, el Prisco, el Melocotón, el Albaricoque, y algunas otras cuyos nombres ignoro. Antiguamente, antes que de los melocotones huviesse en el mundo noticia, eran los Duraznos mucho más estimados, y por su natural dureza, se llamavan Mala Duracina. Empero después que la industria humana, ... nos produxo e melocotón, comenco el Durazno a caer de reputación y de credito. Es el melocotón verdaderament un durazno bastardo, porque nace del Durazno y del Membrillo enxertos el uno en el otro: empero no por ello dexa de ser mejor, y mas hermosl, que los legitimos: como suele acontecer en muchos hijos bastardos que en bondad, industria, y alor hazen gran ventaja a los herederos. Reluzen en el Melocotón claramente las señales y virtudes de entreambos padres. Parecese primeraente al Durazno, en la figura, en el sabor, y en tener la carne apegada al huexco. Es semejante al Membrillo en la grandeza, en el olor, en el color amarilo, y finalmente en el hombre. Porque ... el Melocotón, procediendo de entrambas plantas, no quiso tomar del Durazno, sino del Membrillo, su sobre nombre, por ser arbol mas generoso: y ansi sobre el nombre comniun de melo, que quiere decir Mancana. Recibio el Coton, que singinica membrillo. salvo sino queremos dezir que alli melo se toma por el durazno, para que melocotón sea tanto como durazno membrillo.

¡Es pues, mi pueblo hermoso y bonito! Porque ha sabido dar cabida a los que lo adoptaron como suyo y con el sacrificio de todos ha ido configurando su identidad. Ha sido capaz de desprenderse sin miedo de sus actitudes para dejar paso a los valores que entre todos hemos ido formando. Y digo sin miedo porque San Isidro siempre nos ha mantenido unidos, creyentes y no creyentes, en los valores esenciales del ser humano.

Por ello si me permitís elegir; a mí dadme, darme el San Isidro de la calle:

El San Isidro de esta fuente, el San Isidro que por primavera sale por las calles de Periana, el San Isidro de mi infancia que salía al campo a hombros de todo un pueblo en los años de sequía, el San Isidro de la romería.

¡A mí dadme, dadme el San Isidro de todos!

Echado sobre estos muros y teniendo sólo a San Isidro como testigo he dejado muchas veces mi pensamiento divagar entre la soledad y el silencio al son del agua que cae.

Desde estos muros he visto a los hombres y mujeres del campo madrugar más que la madrugada, antaño con la talega o el canasto colgados a los lomos de sus bestias. Y después, con su maquinaria más o menos arcaica, pero siempre de paso obligado para llenar el botijo de agua fresca.

Mis recuerdos son trasiego de arrieros que en las madrugadas daban de beber a las bestias. Hombres del campo que se empecinaban en sacar las sanguijuelas rocónditas en la boca de los animales entre una mezcla de saliva y tabaco que caía por sus manos.

Mujeres de pañuelo, de luto que se hacía eterno, con su espuerta para recoger aceitunas o con el cántaro al cuadril, atrapadas en el ocaso de una vida que siempre le ha sido injusta.

No creo que exista otra Plaza en esta Andalucía nuestra que sea espejo más fiel de la realidad cotidiana de un pueblo.

No puedo olvidar a mis primeros maestros y sobre todo a D. José Palomo que siempre tenía una peseta en el bolsillo para el niño que no llevaba lápiz. "Anda llégate a la tienda nueva o a la tahona y te compras un lápiz" - decía. Aquella escuela llena de niños que en la campaña de aceitunas se quedaba casi vacía con poco más que un saco de leche en polvo junto a la puerta, para despacharnos a nuestro gusto, porque no nos gustaba.

Estaba D. José Palomo en contra de aquellas filas que se formaban los sábados por las mañanas, para ir a misa. Una fila que zigzagueaba entre el empeño puesto por los maestros de mantenerla derecha y el nuestro por escaparnos de ella. Él siempre nos dejaba ir solos de dos en dos, y por cierto nunca le fallábamos.

Pero el maestro que siempre me recordaba la feria de San Isidro era D. Francisco Guerrero, cuando en los primeros días de mayo nos dibujaba en la pizarra una noria gigante, grandota, tan grande como la ilusión y las ansias que teníamos por verla aunque probablemente nunca nos subiésemos a ella. Y todos los días al salir de la escuela nos pasábamos por la lomilleja para ver cuando la montaban o para ver aquellos coches de choque con más madera que hierro cuyo suelo se tambaleaba como el agua de esta pila cuando se mueve al son del aire que sopla.

Son recuerdos de mi infancia aquellos días en los que no había escuela, de zapatos nuevos y grandes con una torunda de algodón para medio poder caminar, del niño que se le saltaba la hiel por no poderse montar en los caballitos o en las norias, discurriendo mientras estaba en el muro como se colaba en la caseta, yo no sé para qué, pero ahí estaba la gracia.

Para mí la infancia dejó paso a la adolescencia cuando la dictadura daba sus últimos coletazos. Aquella infancia que había tenido llena de pecados, porque todo era pecaminoso, dio paso al mundo contestatario de los jóvenes.

Un mundo al que debo mucho a mis profesores. Hoy conocidos por su trabajo fuera del ámbito de la docencia. A D. Antonio Gámez, el padre del Axarco le debo mi interés por el mundo de la Biología, él despertó en mí la curiosidad por la Medicina. Muchas veces cuando me quedaba en el laboratorio de Ciencias y se me escapaba el autobús, me traía en su viejo Mercedes a Periana.

De boca de D. Francisco del Pino escuché por primera vez la palabra Axarquía, cuando todavía no aparecía escrita en ningún libro de texto moderno y por supuesto en ningún letrero o rótulo luminoso.

D. Francisco del Pino me enseñó a ver y a admirar mi tierra. Siempre me decía que cuando pasabas por la estación de matanza entrando desde Vélez, el paisaje era sorprendente, era un mundo nuevo y único lleno de valles y montañas.

Él me enseñó a mirar los colores de las montañas y sierras que rodean a Periana en un paisaje mágico de color bajo un intenso cielo azul.

Desde aquí quiero agradecer a mis maestros y a mis padres el empeño que pusieron porque estudiase en un ambiente lleno de adversidades. Ellos marcaron mi futuro y lo que es más importante el camino de la libertad. Como decía Miguel de Unamuno: sólo el que sabe es libre, y más libre el que más sabe... Sólo la cultura da libertad. No proclaméis la libertad de volar, sino dar alas; no a la de pensar, sino dar pensamiento. La libertad que hay que dar al pueblo es la cultura.

También mandar un saludo a todos los estudiantes, que con su esfuerzo callado intentan abrirse camino en una tierra que le es ajena. Y yo estoy seguro que el día 15 todo aquel que no pueda venir llamará por teléfono, como yo lo hacía, para preguntar por donde irá la procesión y a la mañana siguiente todos querrán saber a qué hora se encerró y cuánto trigo le han echado a San Isidro.

Saludar a todos los que han sido mayordomos que con su esfuerzo desinteresado procuran que cada año San Isidro se sienta más orgulloso de ellos. Porque ser mayordomo es un orgullo que se va consolidando cuantos más años pasan.

Y congratularme con los que han llevado y llevarán a San Isidro sobre sus hombros con esas caras de felicidad. Es el trabajo libremente aceptado, como un placer y un deber.

Perdidas en el olvido hay personas que estos días piensan en Ti, San Isidro, son hombres y mujeres de rostro arrugado, voz silenciosa, pasos lentos y tambaleantes que cuando te estrechan la mano no quieren soltarla, son nuestros ancianos que viven en Instituciones lejos de su mundo, hombres y mujeres de nuestra tierra que han nacido y vivido aquí. Hombres y mujeres que no te piden nada especial, sólo que le devuelvas el derecho que nosotros les hemos negado, el derecho a morir en su tierra. 

Tú San Isidro, no puedes olvidarte de ellos porque ellos no lo hacen con nosotros, sí ya sé que hay derechos que no figuran en nuestras leyes ni siquiera, ahora que está de moda la Constitución Europea, más no es menos cierto que los grandes valores del ser humano están en el corazón.

Decía Martín Lutero que el corazón del hombre es una rueda de molino que trabaja sin cesar; si nada echáis a moler corréis el riesgo de que se triture a sí misma.

Y estos días el corazón de ellos, late con la misma fuerza que el nuestro, más se entristece por no verte pasar con tu mirada perdida entre nosotros por las calles de Periana.

Cuando preparaba este pregón le pregunté a uno de ellos por Tí y tu pregón, San Isidro. Y me decía con mucho respeto: primero hay que saludar, decir hola, hola o como venga bien y después tiene que hablar de la vida de San Isidro. San Isidro se crió con nosotros y estuvo arando hasta hace poco ahí en los peñones. Ha visto la era de los peñones, continuaba, pues no ha sacao parvas de trigo ni ná la criatura. Ahí se deó la salú.

No sé donde naciste San Isidro, pero nunca he dudado de la veracidad de estas palabras. Sé que un día dejaste el mundo de la opulencia para venir donde tu yunta pudiera arar.

Un mundo en el que te sientes feliz cuando lo somos nosotros y sufres cuando nosotros sufrimos, cuando un niño está triste porque no tiene unos padres que lo consuelen o cuando unos padres lloran porque han visto a su hijo morir.

Tú San Isidro tienes que quedarte con nosotros. Tú nos das lo que hay que echarle a esa piedra de molino para que no se triture: ¡la ilusión para seguir luchando! 

¡VIVA SAN ISIDRO! ¡FELICES FIESTAS!

Dionisio Camacho González
Periana a 13 de mayo de 2005.

Fotos Antiguas de Periana por Salvadora Ortigosa Pérez.

11 de septiembre de 1966 en la plaza de Rafael Alberti en la foto aparecen, Mª Victoria "Matagallos", Gloria Martín, Juanito Martín, Puri Martín, José Manuel Martín, Mª Pura Retamero, Mª Dolores "Matagallos" y Salvadora Ortigosa.

Imagen cedida por Salvadora Ortigosa Pérez a la cual agradezco su colaboración y contribución a esta página.

Jesús Fernández Mostazo y otros duatletas locales.


En este artículo nos vamos a detener brevemente en la figura del joven, Jesús Fernández Mostazo. Con 19 años, puede presumir de una importante trayectoria en pruebas combinadas (duatlón, triatlón acuatlón), aunque su verdadera pasión es la natación.

En el año 2000, se inscribe en el Club Natación Axarquía con el que consigue la ficha de federado. En 2004, con 14 años de edad, participa en su primer triatlón. En 2006 se saca la licencia de la Federación Andaluza de Triatlón.

Entre otros triatlones, destacamos la participación en el de Marbella, año 2005, consiguiendo llegar a meta el primero en su categoría.




Otra prueba en la que consigue un magnífico resultado es la celebrada en Torre del Mar, año 2006, alzándose con el primer puesto en su categoría y segundo en la general.

A nivel nacional, Jesús participa en el Acuatlón de Valladolid, sede del Campeonato de España, finalizando la prueba en novena posición en su categoría.



Para finalizar, reseñamos su puesta en escena en los Duatlones Cros de Periana, años 2005 y 2006. Actualmente, compagina los estudios universitarios con la natación.

Otros nombres destacados son:

MI PRIMER PARTIDO por José Manuel Frías Raya.


MI PRIMER PARTIDO
                                                                                             
        
                                                        Para encender  el  fuego  de  la memoria
                                                                       es indispensable una chispa –la que sea,
                                                                       venga de donde venga.
                                                                       Josep Pla, El cuaderno gris


Hay amistades nacidas en la niñez que perduran toda la vida, y otras iniciadas en el mismo periodo de tiempo que, debido a circunstancias diversas, se evaporan durante la etapa infantil; pero, a veces, el caprichoso  devenir  consigue que, cuando ya se ha vivido mucho más de lo que queda por delante, vuelvan a reanudarse. Esto último me ha sucedido con Manolo “El Melillero”.  Con Manolo, de edad similar a la mía, compartí ilusiones, escuelas y juegos. Luego,  los caminos de la vida nos llevaron en diferentes direcciones, pero el azar quiso que, en el  Tanatorio de Periana, durante el velatorio de mi tío Joseíco,  volviéramos a encontrarnos, la noche del domingo, 28 de octubre de 2007, y reemprender la interrumpida amistad. Al cruzarse nuestras miradas busqué en el álbum de las caras conocidas y recordé, de inmediato, que era él.  Nos miramos unos instantes, en silencio, y comprobamos, mutuamente, lo que el implacable tiempo había hecho con nosotros. Sigilosamente hicimos un aparte, en la amplia sala, y hablamos durante un buen rato.  Con cuarenta años más encima desde la última vez que nos vimos, era mucho lo que teníamos por contarnos. Descubrí que, durante mucho tiempo, Manolo había sido emigrante en Francia, Badalona y Suiza, de donde  retornó al pueblo en el año 2001 para convertirse en agricultor. También me enteré de que éramos casi familia, debido a su matrimonio, y que tenía un hijo llamado Manuel Isidro. Asimismo me confirmó, lo que yo suponía, que seguía amando el fútbol y que el Barcelona continuaba siendo el equipo de su corazón. Intercambiamos teléfonos y quedamos en vernos para ver jugar al Málaga.  Por cierto, antes de despedirnos, me informó de que, aquella tarde, el equipo de La Rosaleda había perdido en Albacete por dos a uno, en los minutos de prolongación.

Después  de nuestro reencuentro, en dos ocasiones volvimos a coincidir en el mismo lugar; pero también hicimos realidad el deseo de vernos en La Rosaleda. Estos encuentros futboleros son ocasiones propicias para sacar a relucir nuestros recuerdos compartidos. Y como todos ustedes podrán deducir fácilmente, en un campo de fútbol, dos aficionados al ídem, no se van a poner a hablar, precisamente, de toros.  En la grada, aguardando el inicio o en el descanso de los partidos, hemos  revivido nuestros días de amistad y fútbol en las calles, llanos, plazas y eras de Periana. Pero también departimos de otras vicisitudes relacionadas con el deporte rey. Su pasión por el Barcelona supera lo previsible, como lo puso de manifiesto, al contarme, que en más de una ocasión, cuando residía en Suiza, cogió un avión y se plantó en el Nou Cam para ver jugar al club de sus amores. Y recordó, emocionado, la primera vez que acudió al campo donde nos encontrábamos: hecho que aconteció en un lejano mes de agosto cuando apenas era un adolescente. La cosa sucedió, más o menos, de la siguiente manera: en La Lomilleja se encontró con José Manuel, el hijo de Joseíco “El Buscas” y Pepa “Antoñón”,  que montado en su coche aguardaba a varios amigos para viajar a Málaga, con el propósito de presenciar un partido del, por aquel tiempo, prestigioso Torneo Internacional de Fútbol “Costa del Sol”. Habló largamente con José Manuel para convencerlo de que le llevase con ellos, incluso le mostró el dinerillo que tenía en el bolsillo, suficiente para sacar la entrada y pagar la parte proporcional de la gasolina.  Aunque le costó persuadirlo logró su objetivo, y así consiguió asistir  al primer partido de su vida que jugaron el Club Deportivo Málaga y un equipo brasileño, cuyo nombre no recuerda. Cuando regresaron al pueblo, a altas horas de la madrugada, su padre le estaba esperando y lo calentó  bien.

 Al igual que mi amigo Manolo “El Melillero”, yo también recuerdo con nostalgia, alegría y emoción la primera vez que presencié un partido de fútbol en el  extinto campo de la Rosaleda. Y digo extinto, porque aquel viejo campo, nada tiene que ver con el estadio actual. Solamente la ubicación continúa siendo la misma.  Algo similar le ocurre a la persona que ha nacido en una casa que derriban para construir otra nueva o un  bloque de pisos: él puede seguir viviendo en el mismo lugar, pero no entre las paredes donde fue acumulando recuerdos. La primitiva Rosaleda era un campo pequeño, provinciano, acogedor, casi, familiar. Un campo de una sola planta,  a excepción de Tribuna que hacía honor a su nombre teniendo una grada que sobresalía del resto. En la actualidad, todos los espectadores permanecen sentados, pero en aquellos lejanos tiempos solamente tenían esa suerte los de Tribuna y Preferencia; los de Fondo y Gol  veían el fútbol apretados como arencas y de pie.

La visión de mi primer partido de fútbol en “La Rosaleda” está íntimamente relacionada  con mi llegada a Málaga para estudiar en la popularmente conocida, por aquellos tiempos, como “La Escuela Franco”, un centro de Formación Profesional, por donde han pasado miles de niños  malagueños y de otros lugares de España (también de las colonias africanas) para aprender un oficio. Incluso hubo un tiempo en que salíamos con una colocación. Como es de suponer, también niños de Periana estudiaron allí.  En estos momentos me vienen a la memoria algunos de ellos: Manolo “Guerra”, Pepe de la “Anita Tito Pepe”, Manolo de “La Camarilla”, Antonio de “Corazón”,  José Antonio  “De la Viuda, Rafael “Penitas”…Pero tengo la seguridad de que fueron algunos más que, ahora, no recuerdo.  A ese Colegio, como ya he puesto de manifiesto en algunos de mis relatos, a finales de los años sesenta del pasado siglo llegué yo.  Mi madre, nada más tener noticias de que me habían concedido la beca, recabó información de algunas progenitoras de los paisanos que he citado anteriormente para prepararme el ajuar, pero yo no tuve ocasión de hacer lo propio con ninguno de ellos. Así que las primeras referencias del lugar donde iba a pasar mi próximos seis años me llegaron un par de días antes de incorporarme al Colegio al coincidir en la barbería de Rafael “Pisablando” con don Francisco Gallego, el marido de Remedios “La Campanillona”, que era profesor del referido centro y al que mi madre también había consultado. Mientras esperábamos,  me informó de algunas cosas del Colegio: oficios que se podían aprender, curso al que yo accedía, horarios, instalaciones deportivas…,  aunque para mí, la noticia más sorprendente e impactante fue saber que frente por frente al colegio se encontraba el campo de “La Rosaleda”. El conocimiento de este detalle transformó instantáneamente mi estado de ánimo. Mentiría si dijera que deseaba vehemente que llegara la fecha de incorporarme al centro; pero sirvió para disipar algunos temores.

Ahora, con el permiso de ustedes, voy a romper el orden cronológico de la narración para contarles que con don Francisco Gallego (natural de La Viñuela) al que, alguno de los años que permanecí en el Colegio, tuve como profesor, mantuve una magnifica relación, y todos los lunes, cuando lo veía llegar con su Renault 6 de color blanco, matricula MA 88550, me acercaba para preguntarle si había estado en Periana, y cuando la respuesta era afirmativa, casi siempre, me traía algún paquetillo o algo de dinero de parte de mi madre.

Posiblemente, de todos los recuerdos que conservo referentes al día que llegué a Málaga para estudiar, el que mantengo con más nitidez hace referencia a la impresión que me produjo al ver, desde la ventanilla del coche de Guerrero, la fachada principal de “La Rosaleda”.  No. No podía ser posible. Aquel lugar mítico del que yo había escuchado hablar en numerosísimas ocasiones, y con el que tantas veces soñé, estaba allí, frente a mí.  Esto sucedió un miércoles y aquella misma tarde, gracias a Javier Ruiz, un muchacho de Yunquera, con el que compartí pupitre en mi primer día de colegio, y que ya llevaba un año en la “Escuela Franco”, tuve ocasión de ver por dentro el campo del Málaga. Al finalizar las clases de la tarde, entramos por una pequeña puerta que había junto a la casa del portero, al no ser hora de entrenamiento no había por allí ningún jugador, solamente unos cuantos operarios que cuidaban el césped. Mi recién estrenado compañero, que a los pocos días se convertiría en amigo para toda la vida, conocía el campo como la palma de su mano y me lo mostró en su integridad. Podría emborronar varias páginas describiendo las sensaciones que aquella tarde experimenté, pero como no es mi intención rebasar, en demasía, el espacio asignado a mis relatos en la revista, ni aburrir a los pacientes lectores, simplemente les diré que aquella fue una de esas tardes que justifican una niñez.

  Ruiz, que al igual que yo, tampoco había conseguido plaza en el internado, anexo al Colegio, y se hospedaba en una pensión de Ciudad Jardín, separada de la mía por unos cientos de metros, se convirtió en mi  providencial ángel guía. Me descubrió con pelos y señales el enorme edificio donde se ubicaba la “Escuela Franco” y los trucos necesarios para sobrevivir en él. Pero como su generosidad no tenía límites, me enseñó a moverme por Málaga y, en mi primera mañana de domingo en la capital, excursionamos al Puerto, el Parque, el Castillo de Gibralfaro y la Catedral.  La tarde la dedicamos a estudiar matemáticas y escuchar en la radio, que había en su pensión, el partido que el Málaga jugó frente al Betis en Sevilla, cuyo resultado no recuerdo con exactitud; pero tengo la seguridad de que perdió el club malacitano. Además de por nuestro aspecto físico (los dos éramos flacuchos,  morenos y de estatura similar),  coincidíamos en otras muchas cosas que cimentaron nuestra eterna amistad. Vivíamos en pueblos similares; habíamos nacido en el mismo año y mes, con una diferencia de siete días; teníamos una hermana mayor que nosotros; nuestro padre trabajaba en el campo; éramos conscientes de que para seguir estudiando debíamos mantener la beca y, para ello, la única receta válida era estudiar mucho.  Y, sobre todo, algo que nos unió de forma definitiva fue nuestra pasión por el fútbol: queríamos al equipo de nuestra tierra y simpatizábamos con el Real Madrid. Además de las similitudes referidas, había otra que resignadamente compartíamos: jugábamos pésimamente al balompié. Cuando hablábamos de fútbol, circunstancia que se repetía muchas veces al cabo del día, Ruiz, para picarme, me contaba que la temporada anterior, cuando el Club Deportivo Málaga militaba en la primera división, había visto casi todos los partidos sin pagar un real. Yo le rogaba continuamente que me descubriera su secreto y él me decía, una y otra vez, que el próximo partido contra el Gijón lo veríamos juntos los dos.

Mis  primeros días de Colegio, por unas cosas u otras, se tiñeron de gris; pero cuando el pesimismo me invadía conseguía liberarme rápidamente de él pensando que el domingo  iba a satisfacer una de mis ilusiones más anheladas: ver jugar al Málaga. De noche, como aún no había logrado adaptarme a la nueva cama, dormía poco y mal; pero la anterior al día que esperaba que fuese el de  mi bautizo futbolístico era tal mi nerviosismo, que no logré pegar ojo. A las once de la mañana, después de desayunar en la pensión –el almuerzo y la cena lo hacíamos en el Colegio-, nos vimos en el sitio acordado y nos dirigimos hacia el campo de fútbol. Desde horas muy tempranas se jugaban partidos de infantiles y juveniles en el Anexo, un campo que aún existe junto a las gradas de  Fondo.  Además, por aquella época, entre Preferencia y Fondo había una cancha de baloncesto  con gradas,  donde jugaban los equipos más representativos de la capital: el Medina femenino que militaba en la primera división y que dirigía un señor llamado Bonilla, la persona más nerviosa y vociferante que he conocido hasta el día de hoy, y el Málaga masculino que militaba en segunda división. Si te gustaba el deporte, había donde entretenerse.

         Para contarles cómo era mi amigo Ruiz agotaría todos los calificativos elogiosos que pueblan el diccionario de la RAE y no le haría justicia, pero hay uno que lo define con total exactitud: era, sobre todo, un niño dispuesto. Aquella mañana gris, divisando desde lo más alto de la Tribuna, como unos hombres colocaban en la parte de Gol las banderas, por orden de clasificación, de los equipos de segunda división y unas vistas maravillosas de Málaga, me dijo, pasándose la mano por el cogote y acariciándose la barbilla, que para ver el partido de aquella tarde entre el Málaga y el Gijón teníamos cuatro opciones:

a) Pasar por taquilla y pagar los cinco duros que costaba la entrada infantil de Fondo o Gol. Esta opción la desechamos rápidamente. Con ese dinero se podía uno comprar, en aquellos tiempos, diez bocadillos de pulpos en la Cantina del Colegio, 250 caramelillos de anís o montarse 25 veces en el autobús.

b)  Permanecer ocultos, hasta la hora del partido, en algún escondite de los muchos que había en el campo. Estudiamos esta posibilidad, pero la descartamos también.  Los domingos, en el Colegio, ponían de segundo plato un muslo de pollo con patatas y dos niños, en pleno crecimiento, que comían  más que  limas, no podían prescindir de semejante manjar.

c) Situarnos en las cercanías de las puertas de Gol y preguntar a todos los hombres que llevasen carnet de abonado si nos podían entrar. Ruiz me explicó que muchas personas, al comienzo de la temporada, se hacían socios del Málaga, para ello pagaban un cantidad estipulada para cada zona del campo y les entregaban una tarjeta rectangular que había que mostrar al portero, en la puerta de acceso correspondiente: éste la picaba en el lugar indicado para cada partido y entraban. Pero a veces sucedía que estas personas llevaban consigo el carnet de algún familiar o amigo que, por las circunstancias que fuese, aquel día no acudían al partido y, como eran buenas gentes, entraban a alguien.

d) Escalar la tapia del campo que daba al río Guadalmedina, la cual tenía unos agujeros hechos ex profeso para ello y que acudimos a inspeccionar.

Yo, como era novato en el asunto, me dejé guiar por Ruiz, y éste decidió que en primer lugar pondríamos en práctica el plan c y, en caso de fallarnos, cosa que podía suceder, cuando estuviese mediado el primer tiempo del partido, recurrir al d.  Al preguntarle por qué había que esperar a ese momento para escalar la tapia, me dijo que era cuando los vigilantes abandonaban sus puestos y se marchaban a ver el fútbol.

Una vez terminados de almorzar -donde por cierto, nos comimos cada uno dos muslos de pollo, ya que al haber pocos comensales, las cocineras, en aquella ocasión, se lo montaron bien-,  aunque apenas eran las dos y media de la tarde –el partido comenzaba a las cinco menos cuarto-, nos acercamos a la fachada principal de la Rosaleda, donde se encontraban las puertas de entrada a Tribuna, Preferencia y Gol. Aún había poco ambiente, tan solo algunos vendedores que estaban montando sus puestos. Nuestro objetivo era ver la llegada de los jugadores de ambos equipos.  El primero en hacerlo fue el Gijón, el autobús dejó a los futbolistas cerca de la puerta de Tribuna y fueron entrando al campo.   Miraba  extasiado y no me lo podía creer: eran ellos en persona, los héroes legendarios de mi niñez; a los que yo conocía, como si formaran parte de mi familia, gracias a los cromos que coleccionaba y estaban allí, delante de mí. Estreché la mano de Quini, toqué a Churruca, vi a Valdez, comprobé lo grande que era el portero Castro… Al poco rato apareció el Málaga y toda la gente que había aguardando comenzó a aplaudir y gritar: “¡Málaga!, ¡Málaga!, ¡Málaga!” Al primero que divisé fue a Wanderley que era negro (en la actualidad los jugadores de color son numerosísimos en el fútbol español, pero en aquellos tiempos era una rareza), a continuación vi a Migueli, Arias, Montero, Benítez, Pons, Goicoechea, Monreal… La tarde de los prodigios había comenzado muy bien: por primera vez en mi vida había visto a unos auténticos jugadores de fútbol.  A las tres y media, en punto, abrieron las puertas del campo. Habíamos acordado que para no hacernos la competencia, cada uno de nosotros nos colocaríamos en una entrada distinta de Gol. Le pregunté a Ortiz por qué no nos situábamos en Tribuna o Preferencia para verlo sentado, y me señaló a unos niños, mayores que nosotros, que hacían lo mismo.  Observé unos instantes cómo se desenvolvía mi amigo y enseguida aprendí.  Se trataba simplemente de acercarse a todo hombre que tuviese un carné de socio en la mano, no a los que llevaban entradas, y con mucha educación saludarle: ¡buenas tardes!,  y preguntarle a continuación: ¿me puede usted entrar?  En mi caso, al igual que sucede en otras facetas de la vida, se cumplió lo de la suerte del principiante, no creo que le hubiese preguntado a más de veinte personas cuando un hombre alto, delgado, pelado al cepillo y con una chaqueta azul me entró. Al atravesar la puerta que daba acceso al campo el corazón parecía que se me iba a salir, y era tanta la emoción que se me saltaron las lágrimas.  No recuerdo las veces que le di las gracias a aquel buen hombre, pero tengo la seguridad que superaron la media docena. Mi benefactor me pasó la mano por la cabeza al despedirnos y, tal y como habíamos acordado Ruiz y yo, corrí como loco para situarme en la valla que había detrás de la portería y coger sitio para los dos. Según me había dicho, era el lugar más acorde para los niños: allí nadie entorpecería nuestra visión, y estábamos muy cerca del campo y de los jugadores. Mis sorprendidos ojos miraban para todos los sitios, y aunque los tenía más abiertos que platos no daban abasto para captar todo lo que sucedía a mí alrededor; al mismo tiempo, de manera impaciente, miraba  cada momento hacia los vomitorios esperando la llegada de mi amigo. Pasaba el tiempo y él no aparecía, pero cuando estaba ensimismado, mirando el entrenamiento del portero del Gijón, me tocaron en las espaldas, al volverme y ver que era él,  celebramos nuestro reencuentro con tanta alegría y efusividad, que daba la impresión de que no nos veíamos desde el inicio del Diluvio Universal.

Aquel maravilloso partido de fútbol jugado un nublado domingo de  octubre, enmarcado en los finales de los años sesenta del pasado siglo, si lo medimos en tiempo queda muy lejano; pero yo, que por unas horas fui el niño más feliz de la tierra, lo recuerdo con tanta alegría, nitidez y precisión como si apenas hiciese unos minutos que el árbitro señaló el final. Por mi mente aún corre, regateando al olvido, el primer tiempo dominado por el equipo visitante  y que terminó sin goles; la increíble ocasión que, recién comenzado el segundo periodo, Migueli falló; el gol que metió Quini, cuando faltaba poco para terminar, y que motivó la derrota del Málaga… De igual modo posa en mi memoria la alineación que aquel día sacó Juan Ramón, entrenador del Club Deportivo Málaga, integrada por Goicoechea, Montero Arias, Monreal, Benítez, Migueli, Conejo, Aragón, Wanderley, Otiñano y Búa.

Desde aquel día lejano de mi estreno futbolístico, he presenciado cientos de partidos en la Rosaleda. He visto jugar al Málaga, en primera, segunda, segunda B,  tercera división y competición europea.  He vivido alegrías y tristezas, según tocase ascender o descender de categoría.  Recuerdo como hitos históricos el 6 - 2 o el 4 – 0 que el Málaga endosó al Real Madrid y Fútbol Club Barcelona, respectivamente. Sin embargo, el encuentro de mi vida sigue siendo mi primer partido: el Málaga-Gijón que presencié, junto a mi amigo Ruiz, aquella lejana tarde otoñal.

JOSÉ MANUEL FRÍAS RAYA

            Publicado en el número 31 de ALMAZARA