sábado, 2 de agosto de 2025

X CONCURSO LITERARIO "VILLA DE PERIANA" AÑO 2001.

 







Antonio Peñalver Guillén gana el V Certamen Literario Nacional "Villa de Periana" con su relato titulado "Pequeña historia de un marricidio".



Antonio Peñalver Guillén fue el ganador del V Certamen Literario Nacional "Villa de Periana" en el año 1996. Este título "Pequeña historia de un marricidio" alicantino que entre otros recibiera en 1994 el Primer Premio de Novela Corta Joven y Brillante, es desahogo narrativo en clave de humor y es mucho más que eso. Es historia bien construida que cautiva al lector mientras lo divierte desvelando las interioridades de un hombre soltero y en paro, que regresa al pueblo para obtener título universitario y tendrá que dejarlo incapaz de continuar conviviendo con su madre, en palabras de Francisco Díaz Guerra. Este título fue publicado en una antología titulada "UN LUSTRO DE LITERATURA JOVEN EN PERIANA" impreso por el Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga (CEDMA), el prólogo fue realizado por Francisco Guerra Díaz y portada e ilustraciones por Antonio Hidalgo con el apoyo de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Periana siendo alcalde Rafael Zorrilla Moreno.

PEQUEÑA HISTORIA DE UN MARRICIDIO
Todo vino de cuando empezó a faltar mi padre. Mi padre faltó hará cosa de cuatro o cinco años o por ahí. A mí me pilló el evento en la capital. Con la carrera a medias. Cómo no sería que hasta estuve a punto de abandonar los estudios para volver con mi madre. Buscar un trabajo en el pueblo y ayudar a la pobre de mi mamaíta a salir adelante. Menos mal que no me dio por ahí. O, bien mirao, si lo hubiera hecho, si hubiera tomao aquella decisión entonces, quizá se podría haber evitado la desgracia que está a punto de suceder. Que dios me perdone.
Toda la familia nos alegramos, dentro de la desgracia, de que la viudez le durara lo poco que le duró a mi madre. La vida sigue, le animábamos. Y a ella le hizo poca falta que le diéramos ánimos, porque no tardó ni un año en pasar del luto a los colorines.
Cada vez subía menos al cementerio a arreglar las flores del nicho de mi difunto padre, y se bajaba cada vez más a Benidorm a bailar la conga de Jalisco. Incluso a mí, a veces, me llamaba por teléfono y hasta me hacía gracia cuando me contaba que había aprendido a bailar bakalao. La vida sigue, mamá, le animaba.
Habían pasado cuatro o cinco años, o tres o cuatro, de todo aquello cuando aparecí de nuevo por mi pueblo. Mandé cuatro cajas de trastos por Paquesprés y yo me vine con el equipaje mínimo, el título universitario en un bolsillo y el carnet del paro en el otro. Mamá, estoy aquí. Pero resultó que mi madre no estaba.
Llamé a mi hermana y mi hermana me lo aclaró todo. Resultaba que mi madre estaba viviendo con uno de sus novios, un teniente jubilado de la Benemérita. Y a mí no me lo había dicho. Lo del bakalao sí, pero esto otro no. Bueno, pensé, hace bien. Total, le dije a mi hermana, son dos días...
Comí algo. Y a las dos o tres horas apareció mi madre por allí. Más fresca que una rosa. Canturreando algo de Manolo Escobar. Sin duda había rejuvenecido. Me alegré de verla así, sinceramente. Ella ya venía alegrada de fuera. Me ayudó a deshacer el poco equipaje que traía en la bolsa de deporte, yo, en un impás, le enseñé el título universitario y ella me dio un beso de orgullo. Eso fue una de las primeras cosas que me sorprendió. Me sorprendió porque ella nunca me había besao. Al menos que yo recordara. Y menos de aquella manera tan ruidosa y tan húmeda. En la mejilla.
Nene, te tengo que decir una cosa. Me dijo. Estoy viviendo con un hombre, me dijo. Bien, mamá, eso es cosa tuya, a mí eso no me importa, de verdad. Le dije. Y ella me volvió a besar. Aunque esta vez, todo hay que decirlo, con más reparo.
Los seis primeros meses de convivencia fueron buenos. Más que nada porque vivíamos separados. Ella venía los jueves. Limpiaba, hacía la compra, iba a ver a sus nietas, pues los viernes teníamos entonces la costumbre de ir a comer a casa de mi hermana, y después, con los postres en la boca, se levantaba para arreglarse un poco, pintarse los morros y salir corriendo para Benidorm. Para no aparecer hasta el jueves siguiente.
Yo, lo repito, estaba a las mil maravillas. Además, estaba cobrando algo, no mucho, ventiseismil, del paro. Lo que me daba para mis vicios, que son pocos y baratos. Y, por si fuera poco, tenía toda la casa para mí solo. Lo que no es moco de pavo si tenemos en cuenta de dónde venía yo. Porque yo venía de compartir cuchitriles inmundos entre otros cuatro estudiantes y funcionarios. Nidos de humedad y ratas en el patio. Donde el frío hacia noche y los pocos muebles procedían de las más diversas basuras y contenedores. Pisos en los que cada vez que tocaba el timbre algún recibo o tocaba correr el turno de limpieza, había bronca segura. Pisos por los que se pagaba veintemil duros de alquiler y de los que nunca te devolvían la fianza. En definitiva, lugares en los que aprendí a desconfiar en el género humano.
Ahora todo era diferente. Mi casa era grande, llena de luz y limpia. La pantalla de la tele, por ejemplo, había pasado de tener catorce pulgadas a tener sesenta, y la película de polvo que recubría aquella, aquí se ha convertido en una Black Screen, que no sé muy bien para qué sirve, pero que ahí está. Además, suelo dormir en un colchón semi rígido. Y, lo más importante de todo, en la ducha, sea la hora que sea, hay agua caliente. Un paraíso.
Un paraíso para mí solo. Donde yo era Dios y Adán.
Solo me faltaba la Eva.
Porque, se lo crean o no, así se llamaba la última novia que tuve en la capital. Era morena, bajica y con mala leche. Qué más se le puede pedir a una mujer.
Estaba estudiando, como yo, periodismo. Así que siempre teníamos cosas de que hablar. Además, por si fuera poco, le encantaba la cerveza, y bebía tanta como casi la que bebo yo. Ah, esa era otra, nunca me dejaba que la invitase.
Le gustaba, encima, leer y escribir. Aunque sus gustos eran otros. Por ejemplo, para que se hagan una idea, a ella le iba todo lo sudaca mientras que a mí me tiraba más el norte. Dónde ella decía Márquez yo decía Easton Ellis, y cuando me hablaba de los cuentos de Eva Luna yo le recordaba los de Carver, y si, por una casualidad, ella sacaba a relucir a Pedro Páramo, yo le atacaba con El Cartero Siempre Llama Dos Veces. Por lo menos coincidíamos en el continente. Algo es algo.
Me gustaba ir con ella por la calle. No es que fuera guapa, no, pero tenía un aire a Frida Kahlo que me dejaba frío nada más de mirarla. Y luego su voz. Tenía una voz rota que le hacía parecer siempre que estaba de resaca. Y siempre estaba de resaca.
Íbamos por los bares y hablábamos, hablábamos y hablábamos. Sólo parábamos para beber y para besarnos. No llegamos a follar ni tampoco lo echamos en falta. Ahora, eso sí, los sesentainueves se hacían interminablemente dulces. Más que sesentainueves parecían noventainueves. Por lo menos.
Ella me dijo en una ocasión que le dolía cuando la penetraban. Y yo le respondí que no se preocupara.
Algunas noches del final me desvelaba y me quedaba largo rato mirándola dormir a mi lado. Tan pequeña. Con esa barriguilla de cerveza y ese morro estufarrao. Y entonces me ponía triste de pensar que en una semana la iba a tener que dejar para volver al pueblo con mi madre.
Nada más llegar a mi pueblo una de las primeras cosas que hice fue pasarme por el paro a arreglar los papeles. Otros que tal. Y al mes y medio o por ahí me llegó a casa un papel. Era una especie de aviso de que me iban a pagar. No entendí nada de lo que ponía. O, mejor dicho, lo entendí mal. Por ejemplo, en un recuadro ponía algo así como "Asignación Diaria Aceptada". Y debajo un 2.585. Yo, al leer aquello, me alegré bastante. Dos talegos y medio al día. Joer. Con ochenta boniatos hay para mucho. El problema vino cuando llegó el día de cobrar. No me ingresaron más de veintisiete mil. 
No, es que, mire, es que eso es el total a deducir. Mire, de ahí se deduce el IRPF, el IVA y la Seguridad Social.
Ya.
Yo me, o sea, hice de tripas corazón, y me quedé por la oficina del INEM dando vueltas a ver. Y vi. Dos carteles. Uno que te animaba a apuntarte al ejército profesional y otro que te mandaba a Londres a buscarte la vida de camarero y tal. Ah, y había una oferta de trabajo colgada en la pared. Era una especie de contrato que se ofrecía para ir de repartidor de bebidas alcohólicas en el estado de Kentucky. Lo juro. Y, por si fuera poco, exigían furgoneta propia.
Mi madre celebró su cumpleaños. Y yo tuve que pasar el trago de conocer a su último novio. Íbamos a comer toda la familia junta. Y para tal ocasión se presentó allí un fulano trajeao. Un fulano repeinao y con la corbata por la barbilla. Más tieso que Gerineldo. Un pobre hombre, de tan simpático que se quería hacer, terminaba por caer mal.
El tío no paraba de hablar. De él, de sus hijos, de sus hijos y de él. Al parecer tenía una hija muy lista, la mayor, que se sacó la carrera de maestra. Y él, me dijo, se dedicaba a vender alfombras. No se podía quejar. Aunque las cosas podrían ir mejor. Me tenía arrinconao. Menos mal que con la tarta llegó el alboroto y me pude escapar. Y la foto. Llegó la foto.
Dijeron todos de hacerse una foto y allá que nos pusimos. Flash. Pero, aquí vino lo peor, a la vieja se le ocurrió la flamante idea de hacerse una foto ella sola con el vendedor de alfombras que tenía una hija maestra y otro hijo que trabajaba de oficinista en el ayuntamiento. Y ahí que se pusieron.
Y yo entonces veo que aquel fulano se lía a besar a mi madre con el mismo arte con que lo hacían los protagonistas del Planeta de los Simios. Y, lo peor de todo, sin dejar en ningún momento de mirar a la cámara. Para más inri hubo que repetir la foto. Había sido el flash que no se había disparado.
Yo creía que me moría. Qué era aquello. Todas las atenciones se centraban en mí. Yo era consciente, y por eso me decidí a desahogar mi tensión entonando los primeros sones de un cumpleaños feliz que no dudé en acompañar con palmas.
Aquel fulano le duró poco. Un buen día dejó de hablarme de él. Y entonces volvió la tormenta telefónica. No terminabas de colgar el teléfono para que empezara a sonar de nuevo. ¿Está la Mari? La Mari es mi madre. No, no está. Creo que se ha ido a la Asociación de Viudas a jugar al parchís o algo así. Ah, pues vale, cuando venga dile que le ha llamao Federico. Dile que la ha llamado Domingo. Dile que el domingo la llamaré, que soy Pedro. No, bueno, no, ya la llamaré yo; ¿a qué hora decías que estaba ahí?
No era mi fuerte aquel trabajo de recepcionista. Así que decidí no coger el teléfono. De todas maneras a mí no me llamaba nunca nadie.
Eva empezó a escribirme. Las primeras semanas. Después la cosa se fue enfriando. Ya no tenía dinero para subir a la capital. Y, al parecer, ella tampoco para bajar. Además, el mercado estaba bastante mal. Mejor dicho, yo ya estaba fuera del mercado. En los bares todo eran críos. Salía a tomar algo y volvía a mi casa peor.
Miento. Una vez sí. Estuve a punto de ligar. Pero se quedó ahí. A punto. También estuve a punto de coger un trabajo.
Venía anunciado en el periódico algo así:

¿QUIERES TRABAJAR DANDO LA VUELTA AL MUNDO?
Trabaja de camarero en cruceros de lujo en la marina mercante.
H D S P.O. BOX 9GB London. UK

Cómo no. Mandé una carta.
Y mientras esperaba contestación fue cuando vino el guardia civil jubilado. Un tío con bigotito de esos que parecen pintados con boli sobre el labio superior. Un fachorro muy orgulloso de sí mismo y que confundía la educación con terminar las palabras en ito. Por ejemplo, para decir café decía cafelito.
Menos mal que hablaba poco. Ahora, lo poco que hablaba lo hablaba bien hablado.
A mi madre, a mí no, le contaba cada dos por tres que él había sido de la guardia de Franco. Y, claro, eso le daba la confianza de interpretar los telediarios. Imaginarse. No había uno bueno, los buenos estaban muertos. Mal invento la democracia esta, mal invento. Era una de sus frases preferidas.
Mi madre, la pobre, que de política solo sabe a quién tiene que votar, siempre le daba la razón y hasta le preguntaba cosas. Y él se las explicaba.
Pero tampoco duraron mucho.
Era muy celoso, nene. Me explicó mi madre sin que yo le preguntara nada. Era muy posesivo y muy suyo. Uy, nene, menudo infierno.
Pero no tuvo el orgullo de devolverle los regalos que él le había hecho. Un pañuelo de seda y una botellita, que diría él, de Chanel Nº 5. Nada menos.
Yo, sinceramente, una vez asomé la nariz a aquella botella de colonia y, si les digo la verdad, no entiendo cómo puede costar diez talegos algo tan pequeño.
Son unas magdalenas que llevan un poco de chocolate dentro. Deliciosas. Yo no soy goloso, pero estas magdalenas estaban para chuparse los dedos. Las vendían de ocho en ocho. No me acuerdo de la marca. Sé que son caras. Eso sí. De ocho en ocho.
Normalmente se compran el viernes y el sábado por la mañana, todo lo más el domingo, damos buena cuenta de ellas. Pero, lo que son las cosas, aquella semana dio la casualidad de que ni mi madre ni yo desayunamos el domingo en casa. Y sabía que quedaban dos magdalenas. Mi madre no lo hizo porque se había hecho un novio nuevo y, se conoce, había pernoctado con él. Y yo, sencillamente, porque aquel domingo me desperté a las cinco de la tarde y, directamente, comí.
Pero, en el fondo de mí, sabía que quedaban dos. Don madalenas. Rellanas de chocolate. Cremoso. Y también sabía dónde estaban. Estaban allí. En el fondo del estante del armario del pan. Justo detrás de la toña.
Yo, en el fondo de mí, estaba esperando que llegara el domingo por la noche para llevármelas a la cama. Casi casi se puede decir que no pensé en otra cosa aquel domingo más que en cenármelas. Hacía como que leía las ofertas de trabajo de los dominicales, hacía que veía aquella película que, de todas formas, hubiera olvidado nada más salir del cine. Mirándome el reloj. Las nueve y pico. Ya es hora de volver a casa, poner la tele, una taza de leche caliente y...
Hola, nene, este es una amigo. Se llama César. Hola, qué tal. Encantado. Sí, qué tal. Bueno...
¿Bueno? El hijoputa del César aquel se estaba merendando la última madalena con chocolate cremoso en su interior. Ñam, ñam, ñam. Me hablaba con la boca llena y con la última media madalena en la mano. Y vi, en una mirada que eché furtiva, vi como brillaba la crema de chocolate. Me entraron ganas de llorar.
Y, entre tanto, aquel cabrón hablándome de no sé qué de yo que sé que de qué. Creo que me dijo que yo trabajo conduciendo autobuses, pero, ojo, "mis" autobuses, ¿eh? Cabronazo.
Mamá, voy a acostarme. ¿Qué no cenas, nene? No, no. No, no, no. No. Es que... no me encuentro bien. Buenas noches. Buenas noches. Buenas y encantado de haberte conocido, tu madre me había hablao mucho de ti.
Ya.
Después vino el whisky. Antes se había atrevido con las cervezas. El tabaco, los chicles y el mando de la tele vinieron después.
Las madalenas solo habían sido su tarjeta de visita. Aquel conductor de autobuses lo que era era un gorrón. Y un listo. Se creía sabio el pobre desgraciao. Me decía cada dos por tres que él sí que había recorrido mundo, uh, ¡si yo te contara! Tú, lo que te pasa a ti, es que tú eres muy joven ¡Yo también, también he sido joven, también!
Y, mientras me contaba de la de kilómetros que se ha hecho al volante de "su" autobús se bebía "mis" cervezas, "mi" whisky, "mi" tabaco y "mis" chicles. Te voy a coger un chicle, ¿sabes?; es que el humo del tabaco se me ha quedao en la garganta. Ah, y, que no se me olvide, fue capaz de arrebatarle a mi mismísima madre el mando a distancia. Fútbol, fútbol y fútbol. De puta madre. Al César lo que es del César.
Fue por aquel entonces cuando ocurrió lo de la foto de mi padre.
La foto de mi padre siempre había estado donde suelen estar las fotos de los maridos muertos. Véase, en la mesita que hay en el lado de la cama en el que roncaba él.
Y allí había estado, claro, hasta que a la vieja le dio por cambiarla de sitio.
Y, ¿saben dónde me la coloca?. Pues, justo en el centro de la mesa del comedor. Y, para más señas, orientada hacia la puerta de mi dormitorio. De tal forma que era
salir y, catapúm, encontrármelo de cara.
Tardé en acostumbrarme. Yo, cada vez que pasaba por su lado y me acordaba, pro-curaba desviar un poco la foto. Un poco hacia la puerta de la habitación de
matrimonio. Pero a la mañana siguiente me levantaba y allí estaba mirándome.
Y, por si fuera poco, en esa foto, como en casi todas, a mi difunto padre le sacaron cara de víctima. Y yo, claro, salía al váter nada más despertarme y me lo veía ahí,
a mi padre, mirándome con esos ojos tan tristes, y como diciéndome: “Nene, mátala”.
Que no se me olvide, antes de que cuente cómo fue destronado el Emperador del Autobús, que no deje de contarles la lucha que tenía cada vez que intentaba entrar
al váter.
Cada vez que intentaba entrar en el váter. Tachán. Estaba él. Encerrado con pestillo. Toc toc. Está ocupao. Decía. ¿Va a tardar mucho? Preguntaba yo. Y él me respondía. Un poco, pero no me tutees. Yo lo escuchaba pasar las hojas del periódico que había comprado yo el día anterior. Yo olía el humo de alguno de mis Ducados. Y su mierda.
Más de dos y tres veces tuve que mear en una botella de agua mineral por no poderme aguantar más.
Menos mal que el autobusero era igual de jeta tanto dentro como fuera de mi casa. Como vino se fue. Después de tres meses de mal vivencia. El tío no tendría que ser muy listo, no. Y lo digo porque al fulano no se lo ocurrió otra cosa que ponérselos a mi madre con dos o tres amigas suyas con las que suele jugar al parchís.
Dios. La vieja que se entera y no lo dejó ni volver a disculparse. Le tiró la media docena de calzoncillos, que ella misma le había comprado, por el hueco de la
escalera. Y le gritó que era un sinvergonzón, un sapalastra. Y ¡mira si me lo habían dicho!
Sabía lo que me esperaba. Porque siempre pasaba lo mismo. Igual que siempre. Cada vez que dejaba a algún novio o amigo acababa pasándome a mí la factura.
De repente empezaban a aparecer pelos míos en el desagüe de la bañera. Me hacía mal la cama. Comía haciendo ruido. Bebía demasiada cerveza. Hablaba mucho tiempo por teléfono. O me vestía malamente. Según ella.
Cualquier estupidez. Cualquier nadería era suficiente para que la tuviéramos.
Ahora, eso cambiaba radicalmente cada vez que llegaba el día diez. Los días diez cobraba las veintiséis mil del paro y le daba a ella diez.
Casi siempre, los días diez de cada mes, casi siempre me preguntaba lo que quería para comer. Siempre comía lo que había. Sin más. Pero los días diez tocaban macarrones. Mi comida favorita.
El día después de que me pasara lo de las llaves. Un lunes. Me llegó la contestación a la carta que mandé a Londres. ¡Bienvenido Abordo!. Ponía. Para empezar.
Después te recordaba las ventajas de viajar cobrando dinero. Desde 1.500 dólares al mes. Libres de impuestos. Necesitaban camareros, médicos, actores, plomeros y mucamas. El inglés era recomendable, pero no necesario.
Había que rellenar un cuestionario personal y remitirlo de nuevo a Londres, pero esta vez junto con el resguardo de un giro postal de cuatro mil quinientas. Con ese dinero tú tenias derecho a que te enviaran distintas direcciones de oficinas en las que se solía con-tratar a gente para trabajar en los cruceros. Pero no te prometían trabajo.
Ni mucho menos. Simplemente te mandaban direcciones.
No me pregunten porqué. Pero mandé las cuatro mil quinientas.
Puede que lo hiciera por estar ofuscado. Y es que justo la noche anterior fue cuando me pasó lo de las llaves.
Serían cosa de las cinco de la mañana cuando sonó el timbre insistentemente. Quién coño será a estas horas. Algún mal rollo. Mal rollo. Pensé mientras me dirigía torpemente a abrir la puerta.
Era, cómo no, ella.
Nene, me he dejao las llaves olvidas. Al parecer, según me contaba mientras que yo volvía a mi cama, al parecer había vuelto a salir con el vendedor de alfombras.
Y, por lo que se ve, venía de retozar con él en el coche o algo. Yo, en el fondo, asustado como estaba de que hubiera sido algo peor, en el fondo me alegré de que sólo fuera que se olvidara las llaves.
Me, bebí un poco de agua y volví a acostarme. Aunque antes, justo al pasar por delante de la mesa del comedor, vi la foto de mi padre. “Nene, hazme caso, mátala, mátala o te acabará matando ella a ti”.
Pero me contuve. Preferí pensar que simplemente había sido un accidente. Que incluso me podía haber pasado a mi. Tampoco era tan grave olvidarse de coger las llaves.
Al final, ya ves, volvieron a contestarme de Londres. Y, para que vean, con la relación de direcciones útiles venía una especialmente recomendada. Preparé una petición de empleo siguiendo las indicaciones que allí me daban. Y, creánselo o no, al mes y pico me contestaron positivamente.
Me iba a embarcar. Como en las películas. Acabaría de marinero. Quién me lo iba a decir a mi. Quizá con el cuerpo lleno de tatuajes y mil amores portuarios. Y hasta acabaría aficionándome al ron puro y duro.
Mucho más de lo que podía esperar de mi mismo.
Mamá, me voy en un crucero, de camarero.
Pero, ¿no decías que eso era un engaño?. Ya, mamá, pero me han contestao y me voy. ¿Van a pagarte mucho?
No sé. Dicen que unas ciento cincuenta. Más o menos.
¿Y me vas a ir mandando algo, que te lo vaya guardando en una cuenta? Queee... conociéndote a ti. ¡Capaz de volver sin un duro! Óyeme bien lo que te digo. ¡Aquí sin un duro no vuelvas, eh! ¡Que bastante he hecho ya con mantenerte hasta ahora!
No, mamá, no te preocupes.
No, ¡si no me preocupo! ¡Si el que se tiene que preocupar eres tú...!
Ya.
Las siete de la mañana. Un frío que pela. Me ducho con agua ardiendo. El autobús sale a las siete y media. De la capital cojo otro. Y después el avión. Estoy acojonao de ver que tengo que coger un avión a estas alturas de mi vida. Pero bueno.
Todavía ando dando vueltas por mi habitación. La reviso una y otra vez. Pues tengo la sensación de que me olvido algo indispensable. A ver, me llevo la ropa que más me gusta, la que necesito, de abrigo, el poco dinero que he podido juntar, un buen par de libros, creo. La Romana de Moravia y La Soledad del Portero ante el Penalty de Handke para el viaje. Ah, y un diccionario. Y nada más... A ver que mire, no sea que se me olvide algo...
Me pienso muy bien lo de entrar en su habitación para despedirme. Está dormida. Y sola. Ahora no está cohabitando con ninguno de sus novios o amigos. Me lo vuelvo a pensar. Ya he salido de mi habitación. Entonces es cuando vuelvo a ver la foto de mi difunto padre. Sus ojos. Esos ojos parecen quererme decir algo. Algo muy importante. Que la mate. Ahora es mi oportunidad. Después te irías a Londres. Y te embarcarías a dios sabe dónde. Que te busquen.
Ella es la culpable. Por culpa de ella tienes que irte. Dejar tu pueblo y a tu gente. Por culpa de ella. Si le tapas la cara con un almohadón no dejas huellas. Pueden interpretarlo como un paro cardiovascular. Ya son sesenta y pico los años que tiene. Mátala, nene. Total...
Pero cuenta que te quedas sin herencia. Bueno, qué herencia. Nada. Una casa medio hipoteca, cuatro duros en la caja de ahorros y un juego de albornoz sin estrenar que le regaló el guardia de Franco. Venga, anímate, quítate ese peso de la conciencia.
Me acerqué por fin a la puerta de su dormitorio. La abrí. Despacio. Temiendo despertarla. Aunque todavía era muy temprano. El poco resplandor que entraba por los huecos de la ventana me dejaban ver perfectamente el bulto de su cuerpo. Sus ronquidos me pusieron la piel de gallina. Estaba al lado de su cama y todavía no sabía lo que le iba a hacer. Me incliné sobre ella. Gemió. Pero muy bajo. En sueños. No, no puedo. Es más fuerte que yo. Además, yo no soy un asesino. Seguro que lo haría fatal.
Me incliné y la besé.
¿¡Nene!? ¿¡Se puede saber qué horas son estas de despertarme!? Son las siete y veinte. Mamá, me voy a Londres.
Ale. ¡Qué te vas ¿con al abrigo ese tan feo que te para tan mal...?!
Ya, mamá. Me voy. Adiós.
¡Y que güevos te se quedarán! ¡Irte con esas pintas de vagabundo! Anda, hazme el favor de quitarte eso ahora mismo.
Ya...
FIN

lunes, 21 de julio de 2025

Periana, el pueblo malagueño que se movilizó para ayudar a una familia que lo perdió todo tras un incendio.

 


21/07/2025 - www.eldebate.com
El Ayuntamiento ha iniciado una campaña a través de sus redes sociales, en la que incluye un número de cuenta del banco y varios móviles para las donaciones.

El pasado fin de semana, una familia de Periana, localidad situada en la comarca de la Axarquía malagueña, se quedó en pocas horas sin nada. Un devastador incendio calcinó por completo el interior de su vivienda, llevándose con él todos sus recuerdos materiales. Los golpes de sus vecinos en la puerta fueron los que les alertaron de que tenían que salir del domicilio porque salía humo de su contador de electricidad.

El siniestro se produjo en la madrugada del pasado sábado, alrededor de las 1:30 horas, cuando tanto Sara Lozano, de 26 años, y su marido Victoriano Núñez, de 37, dormían junto a sus dos hijos pequeños, de tres y cuatro años. El matrimonio se levantó de golpe cuando escuchó los gritos de varios vecinos alertándoles de que salieran inmediatamente porque había fuego en su salón y toda la casa estaba ardiendo.

La pareja sacó a los niños a toda velocidad por la puerta del garaje, sin resultar heridos ni afectados por la inhalación de humo. Nada más salir de su casa se encontraron con unos 40 vecinos en la calle, que fueron los que les ayudaron a apagar el fuego con cubos de agua, de arena, mangueras y extintores, hasta que llegaron los Bomberos, según ha relatado esta vecina de Periana para el diario Sur.

La vivienda situada en la calle Cerco, a la que la familia se había mudado hace apenas ocho meses, ha quedado completamente inhabitable y se encuentra a la espera de que los técnicos determinen si los pilares básicos se han visto afectados.
El Ayuntamiento se vuelca con vecinos

Desde el Ayuntamiento de Periana han iniciado una campaña de ayuda a través de las redes sociales para colaborar con esta familia. En la publicación han informado de que «lo han perdido absolutamente todo: hogar, recuerdos, pertenencias… Necesitan de nuestra solidaridad». El consistorio ha incluido también los datos de un número de cuenta de un banco para colaborar con donativos, tanto por Bizum como por transferencia bancaria.

Este llamamiento ha desatado una oleada de apoyo vecinal desde distintos pueblos cercanos como El Borge o Alfarnate. Muchas personas se han ofrecido a reconstruir o pintar la casa calcinada de manera voluntaria. Además, algunos vecinos han escrito a través de las redes sociales que «si se necesitan albañiles, electricistas, pintura… que cuenten con nosotros».

Un dato positivo es que esta familia se ha realojado en casa de una vecina, que se la ha cedido gratuitamente hasta que puedan rehabilitar la suya. Otros vecinos les han traído comida, les han comprado ropa y juguetes para los niños.

sábado, 19 de julio de 2025

Los bisnietos de D. José Alarcón Béjar visitan Periana para estrechar lazos culturales y reforzar su legado educativo.

 





Periana, 19 de julio de 2025 - www.axarquiaplus.es

Los bisniestos del ilustre perianense D. José Alarcón Béjar agradecen el reconocimiento al dejar su nombre plasmado en la Escuela de Adultos del municipio.

Somos lo que somos gracias a lo que fuimos, a los que fueron y lo que hicieron en su día. Perpetuarlo en el tiempo hace que forme parte de legado, de la historia, de la cultura de una sociedad, de un pueblo y de sus gentes. Y ser agradecido es una muestra, sin duda, del mantenimiento de las buenas costumbres y de la educación que recibimos, no solo en las escuelas, sino también en los hogares. Y un poco de todo eso es lo que se ha revivido recientemente en Periana, donde los bisnietos de D. José Alarcón Béjar visitaron este municipio axárquico para estrechar lazos culturales y reforzar su legado educativo.

Gabriela Andrea Casademunt y Fernando Rafael Latcherre quisieron expresar personalmente para su agradecimiento por que el nombre de su bisabuelo haya quedado fijado a la historia de Periana dándole nombre a la Escuela de Adultos del municipio, perpetuando así su legado.

El acto contó con la presencia de Meritxell Vizuete, alcaldesa de Periana; Gema Frías, concejala de Cultura; Juan Manuel Núñez, profundo conocedor de la vida y obra de D. José Alarcón; y Víctor Salvador Santiago, maestro de la Escuela de Adultos de Periana.

La jornada culminó con la visita a la Biblioteca Municipal, donde Gabriela Andrea Casademunt entregó varios ejemplares de “100 caracoles, 100 árboles y 100 aves”, especiales para ella. Con este bonito gesto revive la acción de su bisabuelo, quien fue el artífice de haber donado el contenido de la primera biblioteca que tuvo Periana.

Desde el consistorio, quienes han agradecido profundamente la visita de la familia, destacan que «este contacto no solo ha servido para estrechar lazos afectivos entre la familia Alarcón y el pueblo de Periana, sino que ha abierto nuevas puertas para seguir trabajando juntos en la recuperación y difusión del legado de D. José». En este sentido adelantan que ya se están planteando futuras actividades, que estarán dirigidas por la propia Gabriela, que ahonden en la conexión histórica y cultural entre Periana y Argentina, donde emigró a los 14 años desarrollando allíto da su vida profesional en el ámbito de la contabilidad y, a pesar de la distancia, nunca perdió el vínculo con sus raíces.

Durante su visita, se mantuvo un encuentro muy enriquecedor en el que se profundizó en la figura de D. José Alarcón Béjar, quien no solo dedicó parte de su vida y recursos a su tierra natal, sino que también desplegó una intensa actividad cultural y educativa en diversos puntos de España y Argentina. Muchos de los presentes desconocían la amplitud y generosidad de su labor, orientada siempre al fomento de la cultura y la educación.



Una vida en la que se puede profundizar más desde este enlace en la página del Ayuntamiento de Periana.

viernes, 4 de julio de 2025

Seguimos en verano dando la lata...


Próxima recogida de basuraleza 10 de julio a las 20:00 h, desde la Plaza de Andalucía.


A pesar de las altas temperaturas propias del verano andaluz, los voluntarios del movimiento ciudadano #NoMeDesLaLata en Periana han demostrado una vez más su compromiso con el entorno natural del municipio. Conscientes del impacto ambiental de los residuos y del valor de cada gesto colectivo, el grupo ha decidido mantener —e incluso intensificar— sus acciones de limpieza durante los meses de julio, agosto y septiembre.

De manera excepcional, y adaptándose a las condiciones climáticas, los encuentros de limpieza se celebrarán en horario vespertino, cuando el sol comienza a dar tregua. Esta decisión surge directamente de la voluntad de los propios voluntarios, que no han querido interrumpir su labor pese al calor estival.

“Sabemos que en esta época mucha gente se relaja con las rutinas, pero la basura no se va sola. Por eso seguimos. Solo que un poco más tarde, para que no se nos derrita la motivación.

El grupo #nomedeslalata de Periana lleva tres años actuando en senderos, cunetas y espacios naturales del municipio, retirando envases, latas y todo tipo de residuos abandonados. Esta iniciativa, que nació de forma espontánea, se ha convertido en un símbolo de conciencia ambiental y participación ciudadana.

Desde #NoMeDesLaLata se hace un llamamiento a vecinos, visitantes y amantes de la naturaleza para que se sumen a las próximas convocatorias, cuyas fechas y lugares se anunciarán en redes sociales y canales locales. Porque cuidar el entorno no entiende de estaciones, pero sí de compromiso.


Periana se suma al Plan de Transporte al Litoral 2025 con conexión directa a las playas de El Palo.

 




El municipio de Periana ha sido incluido este verano en el Plan de Transporte al Litoral 2025, una iniciativa impulsada por la Junta de Andalucía, con el objetivo de facilitar el acceso de los vecinos del interior a las playas de la provincia.

A partir del 4 de julio y hasta el 29 de agosto, los miércoles y viernes laborables, los residentes de Periana podrán disfrutar de un servicio especial de autobús directo a la playa, que partirá los miércoles y viernes laborables de julio y agosto, a las 10:15 horas desde el centro del municipio, con destino a las playas del barrio malagueño de El Palo. El regreso está programado para las 20:00 horas, permitiendo así una jornada completa de ocio y disfrute en el litoral.

Esta iniciativa busca fomentar la igualdad de oportunidades en el acceso al ocio estival, especialmente para aquellos municipios del interior con menor conexión directa al mar. Con este nuevo servicio, Periana se une a otras localidades que ya cuentan con transporte estacional al litoral malagueño.

Desde el Ayuntamiento de Periana se ha recibido con satisfacción esta concesión, que responde a una demanda vecinal reiterada en los últimos años. La alcaldesa Meritxell Vizuete, ha destacado que “es una gran noticia para nuestros vecinos, especialmente para mayores y familias sin vehículo propio, ya que podrán disfrutar de un día de playa sin preocuparse por desplazamientos ni aparcamientos”.

El Plan de Transporte al Litoral se mantendrá durante los meses estivales, y se espera que tenga una gran acogida entre los ciudadanos.


III VELADA POÉTICA "PERIANA BAJO LAS ESTRELLAS"

 















Anoche, Periana vivió una velada inolvidable llena de emoción, palabra y arte. La Plaza de Andalucía, uno de los balcones más hermosos de la alta Axarquía, fue el escenario de la III Velada Poética, organizada con esmero por el Club de Lectura y Teatro de La Viñuela, en coordinación con el Ayuntamiento de Periana.
Bajo el cielo estrellado del verano, estos poetas aventureros nos regalaron sus versos —algunos nacidos de su propia alma, otros en homenaje a grandes voces de nuestra tierra como Lorca o autores de la Axarquía— en una noche donde la poesía fue la verdadera protagonista.
Una experiencia única que unió tradición, cultura y sensibilidad, y que nos recuerda que el arte sigue muy vivo en cada rincón de nuestra comarca.
¡Gracias a todos los que lo hicieron posible!

martes, 1 de julio de 2025

Unidad Móvil de Cáncer de Mama llega a Periana desde el 23 al 30 de julio.


 

01/07/2025 - www.axarquiaplus.es 
El Área Sanitaria Este de Málaga Axarquía cita a 1.696 mujeres en julio en el Programa de Detección Precoz de Cáncer de Mama.

Durante este mes la unidad móvil dará cobertura a las mujeres de Canillas de Aceituno, Sedella, Salares, Viñuela, Alcaucín, Periana, y El Trapiche.

Un total de 1.696 mujeres de entre 49 y 71 años, de distintas localidades de la Axarquía están citadas este mes de julio para participar en el programa de detección precoz del cáncer de mama a través de la unidad móvil que comenzará su ruta en Canillas de Aceituno, donde permanecerá ubicada en la calle Calvario, junto a la cooperativa de aceite de Canillas de Aceituno, desde el día 1 de julio hasta el 4 de julio de 2025 (ambas fechas incluidas).

A continuación, la unidad se desplazará al municipio de Viñuela, estacionándose en la calle Pizarras, junto a la farmacia desde el 8 hasta el 21 de julio (ambas fechas inclusive). El último pueblo que visitará la unidad móvil será Periana, donde estará entre los días 23 al 30 de julio (ambas fechas inclusive), encontrándose situada debajo de la plaza del Centro de Día de Mayores de la localidad.

Está previsto que a lo largo de este mes de julio la unidad dé cobertura a 1.696 mujeres pertenecientes a los municipios de Canillas de Aceituno, Sedella, Salares, Viñuela, Alcaucín, Periana y la localidad de El Trapiche, perteneciente al municipio de Vélez Málaga.

Programa Cribado Cáncer de Mama

El cáncer de mama es la primera causa de muerte por patología tumoral en la mujer en todos los países occidentales. La mamografía -una prueba diagnóstica rápida y prácticamente indolora- es la exploración indicada para diagnosticar tumores en estadios muy precoces, antes de que puedan palparse.

El diagnóstico temprano de esta enfermedad es fundamental no sólo para reducir su mortalidad sino también para poder actuar en sus fases iniciales, aumentar la supervivencia y poder realizar tratamientos menos agresivos que permitan conservar la mama y mejorar la calidad de vida de las mujeres que lo padecen. Se estima que la detección precoz, cuando el tumor no está extendido ni evolucionado- eleva el porcentaje de curación hasta casi el 90%.

La Axarquía se prepara para acoger la III Travesía de Resistencia del Aceite Verdial: deporte, patrimonio y naturaleza en un mismo recorrido.

 


Periana, 1 de julio de 2025

El próximo 13 de septiembre, la comarca de la Axarquía celebrará la tercera edición de la Travesía de Resistencia del Aceite Verdial, una actividad deportiva no competitiva organizada por el Club Deportivo Perianda y con la colaboración de los ayuntamientos de Periana, Riogordo, Alfarnate y Alfarnatejo.
Este evento tiene como objetivo principal reivindicar el patrimonio cultural, agrícola y paisajístico como es el aceite verdial, uno de los productos más representativos de la comarca, y al mismo tiempo fomentar hábitos de vida saludable mediante el ejercicio físico al aire libre.
Con un itinerario de 49,8 kilómetros y más de 2.000 metros de desnivel, esta exigente travesía discurre a pie desde la Plaza de Andalucía en Periana hasta la Piscina Municipal de Riogordo, atravesando los términos municipales de Zafarraya, Alfarnatejo, Alfarnate y Colmenar.
Los participantes, un máximo de 120 montañeros federados, afrontarán una jornada de resistencia de unas 12 horas y media de marcha efectiva a través de sierras, senderos tradicionales, antiguos trazados ferroviarios y olivares centenarios. El recorrido incluye puntos emblemáticos como el Pico Vilo, con más de 1.400 metros de altitud, y enclaves como Guaro, Pulgarín o Veredas Blancas; entre otros.
Una experiencia deportiva y cultural
La III Travesía no solo es un reto deportivo, sino también un homenaje a los hombres y mujeres que han mantenido viva la tradición del cultivo del olivo verdial en la Axarquía. Durante el recorrido, los senderistas disfrutarán de paradas con avituallamiento, desayuno local y picoteo final. Además, podrán pernoctar gratuitamente la noche anterior en el Gimnasio Municipal de Periana, previa inscripción.
Estas, las inscripciones a la prueba, se pueden realizar desde el 25 de junio al 25 de agosto a través de la plataforma Dorsalchip.es con un coste de 25 € que incluye seguro, camiseta técnica, avituallamientos, transporte de regreso, y servicios sanitarios.
Con esta tercera edición, la organización aspira a consolidar la Travesía como un referente en el calendario andaluz de travesías de resistencia, con vistas a su futura inclusión en la Copa Andaluza de Travesías de Resistencia (CATR) de la FADMES.

domingo, 29 de junio de 2025

Finaliza con éxito el ciclo de teatro organizado por el Área de Cultura del Ayuntamiento de Periana.

 













29/06/2025
El Área de Cultura del Ayuntamiento de Periana ha dado hoy por finalizado el ciclo de teatro que, a lo largo de todo el mes de junio, ha ofrecido al público la posibilidad de disfrutar de un total de cinco obras teatrales de gran calidad y riqueza artística.

En esta última jornada, los asistentes han podido disfrutar de una adaptación de “La novia gitana”, una obra inspirada en el clásico de Federico García Lorca, “Bodas de Sangre”. La puesta en escena nos ha sumergido en la España rural de otra época, donde los lazos familiares, los secretos del pasado y la fuerza de los sentimientos trazan el destino trágico de los protagonistas. El retorno de una antigua pasión, que amenaza un compromiso ya sellado, conduce al espectador por un recorrido emocional cargado de tensión, simbolismo y belleza poética.

El ciclo, que ha sido acogido con gran entusiasmo por parte del público, ha tenido como objetivo principal acercar el teatro a la ciudadanía y promover el valor de las artes escénicas como herramienta de cohesión social y enriquecimiento cultural.

Desde el Ayuntamiento de Periana queremos expresar nuestro más sincero agradecimiento a los actores, actrices y compañías teatrales que han participado en esta edición, por su profesionalidad, entrega y pasión sobre el escenario. De forma especial, extendemos nuestro reconocimiento a Bosco Vida, por su implicación directa en el desarrollo de este ciclo y su compromiso constante con el fomento de la cultura en nuestro municipio.

sábado, 28 de junio de 2025

Una jornada inolvidable en Comares junto a "Nacidos para ayudar", la iniciativa #NoMeDesLaLata y Protección Civil.

 














28/06/2025

Hoy hemos vivido una experiencia verdaderamente especial en el pintoresco pueblo de Comares, conocido como el “balcón de la Axarquía”. La actividad, organizada con el espíritu de convivencia, aprendizaje y disfrute del entorno, ha reunido a miembros del grupo de voluntariado "Nacidos para ayudar", participantes de la campaña solidaria #NoMeDesLaLata y voluntarios de Protección Civil, en una jornada que quedará en el recuerdo de todos los asistentes.

Gracias a Ana, nuestra guía local, el grupo ha podido conocer de cerca la historia, las leyendas y las curiosidades de este encantador rincón malagueño, recorriendo sus estrechas calles empedradas, decoradas con azulejos y detalles que reflejan la esencia morisca del pueblo.

Los más intrépidos se han atrevido a probar la famosa tirolina de Comares, una de las más espectaculares de la zona, que no solo ha ofrecido una dosis de adrenalina, sino también unas vistas panorámicas impresionantes del entorno natural que rodea al municipio.

El broche de oro a esta jornada de descubrimiento y compañerismo lo ha puesto un delicioso almuerzo en el Restaurante Atalaya, donde todos los participantes han compartido mesa, risas y anécdotas, fortaleciendo los lazos que los unen por su vocación solidaria y su amor por la tierra.