PRESENCIA DE LA AXARQUIA EN ALEMANIA
Hace unos días, paseando por la Calle
Mayor de la ciudad alemana de Heidelberg, me llevé una grata sorpresa. En el
escaparate de una tienda Delicatessen (productos
gourmet) se hallaba colocada una botella del vino “Molino real” de la añada
2013. Este vino es el resultado de la iniciativa de Telmo Rodríguez, uno de los
enólogos más lúcidos de nuestro país y el propietario actual del vino riojano
Granja Remelluri. Telmo visitó Cómpeta en 1994, y se enamoró tanto de la uva
Moscatel de Alejandría como de las cepas viejas que la producían. Con motivo de
un reportaje para la revista Sobremesa, tuve
ocasión de conocer los pormenores de esta aventura vinícola. Frente a la
tendencia de los lugareños a arrancar las cepas viejas por su escaso
rendimiento, Telmo apreciaba en su justa medida el valor de estas vides por su
capacidad de aportar al vino un potencial de concentración y profundidad
inigualables. Compró en seguida varias hectáreas a los viticultores de la zona,
y luego fue ampliando poco a poco la propiedad hasta llegar a las 9 hectáreas
actuales. Es éste un viñedo dramático, que se encarama como puede sobre
escarpadas pendientes de pizarra. La simbiosis entre la moscatel de Alejandría
y la pizarra es perfecta. El vino en suma es producto tanto de la generosidad
de la naturaleza como del “factor humano” aportado por el riojano Telmo
Rodríguez: nunca este vidueño tan típico de los montes de la Axarquía ha
alcanzado tanta finura, tanta elegancia y tanta nobleza en el dulzor.
También me llenó de satisfacción
encontrar en esa tienda unas botellas de medio litro del aceite Núñez del
Prado. En España tenemos excelentes productos naturales, pero hemos de
rentabilizarlos en los mercados exteriores. Nuestro principal reto radica en
este sentido en su eficaz comercialización. En el caso de los vinos de calidad
nos encontramos en Europa con los vinos franceses (sobre todo, los burdeos y
los borgoñas), que ya desde el siglo XVIII han monopolizado el mercado de la
excelencia. No se puede competir con ellos. Nuestros rivales en el terreno
vinícola y oleícola son especialmente otros dos países del sur, Italia y
Grecia. Ellos se han aprovechado del largo periodo de aislamiento de España
durante la autarquía franquista para copar los mercados europeos. Cualquier
supermercado alemán tiene siempre una amplia oferta de aceites italianos y
griegos, mientras que no es fácil encontrar en todos un aceite español. Ellos han
sabido también adaptarse a la creciente tendencia alemana hacia los productos
“bio”. Además, los italianos y los griegos cuentan con otro dato a su favor: la
amplísima red de restaurantes que tienen por toda Alemania y que sirven de
plataforma para promocionar, junto a su cocina, sus vinos y aceites.
Unos cien metros más delante de la
citada tienda gourmet, se hallaba ubicada una sucursal de la Agencia
Inmobiliaria Engel & Völkers. En sus escaparates resaltaban unas magníficas
fotos de casas en venta en la Axarquía malagueña. El encargado del
establecimiento nos comentó que en el último mes había hecho dos operaciones de
venta. Este hecho merece una breve consideración. La mayoría de nuestros API
locales (Agentes de la Propiedad Inmobiliaria) no acaba de digerir la nueva
situación generada en las últimas décadas. El problema no está en el mercado,
sino en ellos. Salvo honrosas excepciones, tratan de disimular su impotencia
con una visión muy negra y subjetiva del mercado inmobiliario en los pueblos
axarqueños. No es lo mismo vender una haza en calidad de corredor a otro
lugareño, oficio que dominaban a la perfección, que realizar la operación de
venta de una finca urbana. Hemos dejado ya atrás la autarquía económica, pero
en muchas cosas aún no hemos superado la autarquía mental. ¿Dónde está la
novedad? Pues que el 90% de la potencial clientela compradora es extranjera, y
para moverse en este ámbito hay que saber idiomas y tener contactos
internacionales. No es casual que la mayoría de las agencias inmobiliarias de
la zona esté sobre todo en manos de ingleses. Es reconfortante ver que un
alemán de Heidelberg conoce y habla con entusiamo de los pueblos de la Axarquía
malagueña, mientras que los antiguos corredores locales sólo destilan pesimismo
y derrotismo sobre la realidad en la que viven.
Diego
Núñez