Hoy viernes 7 de junio a las 19:30 ha tenido lugar, en las dependencias de la Biblioteca Municipal, la presentación del libro de Daniel Clavero titulado "El siervo del diablo", le acompañaba su hermana Lola Clavero, escritora, elaboró un listado de películas con las cuales entendía que el autor se había inspirado a la hora de la recreación, y tras observar al personaje entendió que algunos matices tenían relación con diferentes etapas de la vida del autor.
Por otra parte y tras hablar brevemente de la razón por la cual tenía especial interés en escribir este tipo de historias, concluyó que no quería comentar detalles de la obra, que recomendaba leerla y que cada cual tuviera sus propias conclusiones.
Tras la presentación continuaría con la firma de ejemplares, con una aceptación muy importante de participación.
Un hombre despierta en una perdida casa de campo de la inglaterra victoriana. Víctima de un extraño encantamiento, su cuerpo no le obedece, empleándose en una febril sucesión de tareas domésticas al servicio de una silenciosa y siniestra presencia. Tras recuperar gradualmente el control de sus movimientos, el angustiado protagonista pondrá en práctica un plan que le permita resolver cuestiones acerca del porqué de sus actos, de la identidad del otro inquilino, y por supuesto, la más importante de todas, aquella que le martiriza día y noche... "¿Quién soy yo?".
Daniel Clavero Toledo (Granada 1977). Actualmente reside en un pueblecito de la provincia de Málaga llamado Periana. Es Licenciado en Geología y Doctor en Geofísica Cum Laude por la Universidad de Granada. Trabaja como profesor de enseñanza secundaria en el municipio donde vive actualmente. En 2005 publicó el libro de divulgación científica editado por el Colegio de Aparejadores de Málaga, titulado: "Riesgos Geológicos y Geotécnicos en el Término Municipal de Málaga". También es coautor de varios artículos y libros de temática científica.
PRESENTACIÓN
DE "EL SIERVO DEL DIABLO".
(Lola Clavero Toledo)
Daniel
Clavero Toledo es licenciado en Geología por la Universidad de Granada y doctor en Geofísica cum laude con la tesis; Riesgos
geológicos y geotécnicos en el término Municipal de Málaga, publicado por
el colegio de aparejadores de Málaga . Ha sido coautor de otros libros y
artículos científicos.
Ahora ha publicado una obra
de ficción literaria "El siervo del
diablo". No hay que extrañarse de que los científicos escriban también
literatura. Daniel se incorpora a una tradición de científicos escritores,
entre los que hay ya ejemplos ilustres en las letras españolas.
José
Echegaray, dramaturgo de finales del siglo XIX, era ingeniero,
matemático y físico y recibió el premio Nobel de Literatura en 1904.
Julio Rey Pastor, doctor de relieve internacional en
Matemáticas por la Universidad de Zaragoza, dice «Para la matemática española,
el siglo XIX comienza en 1865 y comienza con Echegaray».
Los escritores científicos tienen una fórmula también científica de la Literatura,
así lo expresa el propio José Echegaray en un soneto:
Escojo una pasión, tomo una idea,
un problema, un carácter... y lo infundo,
cual densa dinamita, en lo profundo
de un personaje que mi mente crea.
La trama, al personaje le rodea
de unos cuantos muñecos que en el mundo
o se revuelcan en el cieno inmundo
o se calientan a la luz febea.
La mecha enciendo. El fuego se prepara,
el cartucho revienta sin remedio,
y el astro principal es quien lo paga.
Aunque a veces también en este asedio
que al arte pongo y que al instinto halaga,
¡me coge la explosión de medio a medio!
Pío Baroja, notable novelista español, adscrito a la Generación del
98, fue licenciado en Medicina y publicó su tesis: "El dolor, un estudio psicofísico".
Gregorio Marañón, novecentista como Ortega y Gasset, Eugenio
D´Ors, Manuel Azaña y Américo Castro, fue también médico endocrino y académico
de casi todas las academias, entre ellas la de la Real Academia de Ciencias
exactas, físicas y naturales, lo que no le restó para escribir ensayos tan
literarios como el dedicado al emperador Tiberio o a la figura de Don Juan.
¿Los escritores científicos escriben de una forma diferente a los
escritores literatos?
Tal vez sí, tal vez podríamos decir que los científicos nunca
abandonan su rigor en el análisis de personajes y ambientes, que redunda en la
exactitud, lo cual es netamente positivo. También puede notarse en ellos una
necesidad de defender una tesis, que depende, como siempre, de la
interpretación del lector.
En mi caso, al leer "El siervo del diablo", observo un
análisis del concepto del bien y el mal y de la relatividad de tales nociones.
En las páginas de esta trama, sólo hay dos personajes; uno dominado, el
protagonista, y otro dominador, que existe como una presencia difusa, lo que se
presta a pensar en un desdoblamiento de personalidad, como en Doctor Jeckyll y Mister Hyde de Robert Louis Stevenson, (empezó sus
estudios en ingeniería náutica) donde el lado oscuro y el lado claro de un
personaje son el personaje completo.
Por lo demás, esta influencia no es casual, porque también se observan
otras de la literatura angloamericana. La actitud del personaje principal, el
dominado, es irónica e irónicamente se expresa cuando alude a su dominador,
"el viejo", lo que recuerda a los términos en los que Holden Caulfield, protagonista de
"El guardián entre el centeno"
, novela de J.D. Salinger, describía a su viejo profesor.
Esta tensa y estrecha convivencia entre dos personalidades encontradas
se halla al igual en la célebre novela "
El talento de Mister Ripley" de Patricia Higshmith, donde predomina la tensión psicológica. En ese
argumento, también hay un secuestrado y un secuestrador, pues Tom Ripley se
siente completamente anulado por la avasalladora personalidad del millonario
Dickie Greenleaf, lo que le plantea la necesidad de asesinarlo para poder
suplantarlo.
La distancia humorística que relativiza el terror es un arma, presente
en los cuentos de Edgar Allan Poe, que
de igual modo se presenta en esta novela.
Otra fuente que se revela en "El siervo del diablo" es la de
los clásicos del cine americano, a los que Daniel es tan aficionado. Clásicos
que, sin duda, hacen referencia a convivencias estrechas y difíciles.
El homenaje a "¿Qué fue de
Baby Jane?" de Robert Aldrich, consciente o inconsciente, es
innegable.
Podemos evocar las relaciones entre dominadora y dominada que se
establecen entre las hermanas Hudson. Jane Hudson cuida ya casi en la
ancianidad de su hermana Blanch, paralítica a causa de un misterioso accidente
de coche, y la somete a toda clase de torturas.
Jane había sido una niña prodigio en el cine a lo Shirley Temple,
pero, al crecer, fue olvidada, mientras su hermana lograba el éxito en la
juventud y la madurez, lo que la instigaba a un feroz rencor, que manifestaba
contra su indefensa hermana.
Otra referencia notable es, según creo, "El crepúsculo de los dioses" de Billy Wilder. Aquí el
espacio común es un caserón y es también común la presencia de dominador y
dominado. La dominadora es una olvidada estrella de cine mudo, Norma Desmond, y
el dominado su criado, Max, que la obedece e idolatra con todas sus
excentricidades.
Cabría, como en "El siervo del diablo" una reflexión sobre el síndrome de Estocolmo ¿El secuestrado acaba fascinado por el secuestrador y se
deja dominar por su voluntad?
El ciudadano actual también se podría preguntar si sufre un síndrome
parecido con sus políticos, los vota y los obedece por su voluntad anulada.
Por supuesto, antes de enharinarnos en temas tan transcendentales,
hemos de asumir que muchas ficciones surgen de una mera anécdota autobiográfica. En este caso, el autor sufrió una
transitoria parálisis facial. Aquella inmovilidad de gestos, que no obedecían a
su voluntad, pudo ser el detonante que le hizo crear a un personaje que no
podía ser dueño de sus propios movimientos.
¿Es cierto?
La tesis de la novela, que, según creo, es la relatividad del bien y
el mal, el cuestionamiento, en fin, del maniqueísmo, parece ya mucho más
intencionada si nos remitimos a la
novela de John Steinbeck (Premio Nobel), "Al este del Edén", llevada
al cine por Elia Kazan.
Esta novela es un trasunto de la fábula bíblica de Caín y Abel. Nos
presenta a dos hermanos que ya por sus nombres los evocan; Cal es el malo y
Aron el bueno, pero a medida que la trama discurre, descubrimos que la bondad
de Aron es relativa, pues reside en la hipocresía, y que Cal tiene buenos
sentimientos, aunque sea torpe, a causa de su sinceridad, y no encuentre los
métodos adecuados para manifestarlos.
El mismo paralelismo se da entre el padre, "Adam" (Abel) y
la esposa Cathy (Caín).
En definitiva, yo definiría "El siervo del diablo" como una
novela de tesis, que desmonta los conceptos de bien y mal, sirviéndose de un
giro que, por sorprendente, no podemos desvelar.
Acercarse a esta obra es una osadía muy saludable, pues transmite con
la mayor amenidad un ejercicio de lógica con profundidad pero sin desmayos y un
sabor inconfundible y pertinentemente actualizado a los clásicos de la
literatura y el cine.
Si bien se puede leer del tirón, lo recomendable es hacer su lectura
despaciosa, y disfrutarla, como merece, pasaje a pasaje, para descubrirla
debidamente en toda su intensidad.