En el día de hoy y en vísperas de las fiestas patronales quiero recordar a un hombre que pasó por nuestro pueblo y que nos dejó tristemente en el año 2008, como párroco, como persona, como amigo, siempre te recordaremos. A continuación os dejo con una semblanza que fue leída en el día de su entierro, sirva, para recordarlo y tenerlo presente en estas fechas tan especiales para él.
Semblanza del Rvdo. D. Rafael Carrión Barragán.
Semblanza leída en la Eucaristía de su entierro, el 23 de octubre de 2008.
Ayer veintidós de octubre, ya pasado el medio día, nos comunicaban la
triste noticia, Rafael Carrión Barragán, había muerto, ya estaba en los
brazo del Padre. No pudo superar la intervención quirúrgica del día
anterior, su familia, amigos y compañeros, llamaban para confirmar la
noticia. No lo podemos creer, ¿tan grave estaba?, solo tenia 42 años.
Pero sólo Dios sabe el porqué profundo de lo que ocurre en nuestras
vidas y en Él hemos puesto nuestra confianza.
Fiarse de Dios, cosa que Rafa había hecho en muchos momentos de su
vida. Momentos antes de la operación volvía a pedir el sacramento de la
unción de enfermos, para una vez más sentirse cerca de Jesús, el Señor
que fue moldeando su vida, como discípulo a la escucha del Maestro de
los cansados, abatidos, necesitados, de los últimos. Con dulce mirada de
ojos claros, en este tiempo de enfermedad pudo reconocer como Dios nos
cuida a través de una madre. Amor tan limpio, puro y desinteresado por
ser madre.
En estas últimas semanas Rafa agradecía con cariño las visitas y
llamadas de amigos y compañeros sacerdotes, también la de su obispo
Antonio. Quiso despedirse en paz, en la paz que regala Dios para los que
le aman.
El Rafa alegre, sensible, cariñoso, lleno de bondad, servicial con la
gente, orante, sencillo, austero, generoso con los pobres, preguntándose
el porqué de las cosas en nuestro mundo tan desigual e injusto, el de
la teología de la sospecha, al que le disgustaba el pensamiento único,
el que intentó trabajar por una Iglesia pueblo de Dios que camina al
servicio del Reino, al que le gustaba desinstalar todo clericalismo,
intentó trabajar por la formación y protagonismo de los laicos en los
pueblos. También el Rafa idealista, protestón y cabezón, pero amado por
Dios. Nace el cuatro de febrero de 1966 en Alcalá de los Azules (Cádiz),
pronto sus padres se vienen a trabajar a Arroyo de la Miel, el que
siempre dice que es su pueblo, su madre le hace caminar en los primeros
pasos de la fe, pero será ya de joven con un grupo de amigos y un
sacerdote Antonio Parra, en un grupo llamado CADU (camino duro) cuando
empieza su camino de enamoramiento de Jesús, quiere ser cura para mejor
servir el proyecto del Reino, pero antes estudiará magisterio y hará el
servicio militar en La Gomera (Islas Canarias), allí hasta da catequesis
para ayudar al párroco y la sencillez de la vida de aquella gente le
impresiona, va descubriendo como Dios está en lo sencillo y con la gente
sencilla. En septiembre del año 1988 ingresa en el seminario, con mucha
ilusión, quiere discernir su vocación y ser un buen cura. Gracias Rafa,
fuiste un buen amigo y compañero para muchos en el seminario.
Disfrutaste los estudios de teología. Recuerdo nuestros pinitos
pastorales juntos en el barrio de Bonaire, en Málaga, en el pueblo de
Periana, el verano de trabajo en el campo en las Ventas de Zafarraya,
otro verano en el monasterio en Burgos, vivencias que nos acercaron a la
gente, como te gustaba decir.
El 23 de julio de 1994, con 28 años, en la catedral nuestro obispo
Antonio lo ordenó sacerdote y lo envió a Ronda de vicario parroquial a
Ntra. Sra. del Socorro con José Luis Linares y de párroco a Serrato, con
la gente de pueblo. Sus primeros años pastorales, allí está dos años, a
primeros del año 1996 nuestro querido Pepe Barroso, no puede llevar ya
la parroquia de Periana, por su enfermedad y en el verano es nombrado
párroco del Patrocinio de San José en los Marines, San Fernando Rey en
Mondrón y San Isidro Labrador en Periana, seis años de trabajo pastoral,
la gente lo recuerda con cariño, y sobre todo la familia de los que
están en la droga en aquellos tiempos, los de las casas nuevas, con la
gente sencilla, creando grupo de adultos para su confirmación, allí
disfruta como cura de pueblo. En septiembre de 2002 marcha a la
Universidad Pontificia de Salamanca a estudiar teología dogmática. A su
vuelta ayuda unos meses en Santa Maria del Mar en Torremolinos, y en
septiembre de 2006 es nombrado párroco en Ojén. Donde hasta ahora servia
a esa comunidad cristiana. Nos despedimos de ti en esta tierra, porque
tú ya estas en los cielos nuevos y la tierra nueva, pídele al Señor que
nos siga dando su Espíritu para seguir trabajando en esta Viña de la
Iglesia de Málaga al servicio del Evangelio.
Nos veremos en el Gran Banquete del Reino, hijo, hermano, tío, amigo,
compañero. Rafa un abrazo y un beso grande, hasta mañana en el altar.
Antonio Jesús Sosa Mateo
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