FOTO CON RECUERDOS
Gema Frías Luque, administradora y creadora del blog PERIANA Y PEDANIAS, con la amabilidad que la caracteriza, me ha propuesto que inaugure una nueva sección que incorpora al mismo con el nombre de FOTO CON RECUERDOS y, como es de suponer, he aceptado encantado. En numerosas ocasiones, de palabra y por escrito, he puesto de manifiesto la admiración que siento por Gema: persona incansable y entrañable, a la que tanto debemos los perianenses del pueblo y de la emigración y que, de manera altruista, con gran esfuerzo y perseverancia, esta consiguiendo que Periana sea conocida en todo el mundo. Desde aquí hago un llamamiento a todos los perianenses que visitan sus páginas requiriéndole su participación, con ello, estaremos escribiendo la crónica de la Periana del ayer y será un legado que dejaremos a las futuras generaciones de perianenses. Gema ha emprendido una cruzada para recuperar el patrimonio fotográfico de nuestro pueblo; pero, según ella, ese rescate sería más completo si cada foto tuviese su comentario correspondiente. ¡Ayudémosles a conseguirlo!
Nuestra paisana me ha expuesto sus pretensiones y no pueden ser más simples: se trata de plasmar por escrito –sin precisar extensión- los recuerdos que la visualización de alguna de las fotos que hay colgadas en su blog, o cualquiera otra que alguien pueda aportar, les sugieran. Además, según me ha hecho saber -y yo he puesto en práctica- pretende que no nos limitemos a escribir solamente sobre lo reflejado en ella, quiere que vayamos un poco más allá y contemos todo lo que se nos ocurra relacionado con las personas, objetos o eventos contenidos en las mismas. Y, por supuesto, con la época retratada.
Las fotografías, por muchos años que pasen sobre ellas, nunca mueren, están repletas de vida. Solo necesitan que alguien las mire para resucitarlas. No obstante, cuando las generaciones coetáneas o cercanas a las personas inmortalizadas en ellas desaparezcan, solo podremos ver sus rasgos físicos, sus peinados y formar de vestir; pero no sabremos la identidad de la personas que nos miran en silencio. Gema Frías Luque, defensora apasionada de su pueblo, pretende que eso no suceda y para ello nos ofrece la hospitalidad de su blog, el de PERIANA Y PEDANIAS, que ha superado las 375.000 páginas vistas, para que todos guardemos en él lo plasmando por escrito referente a los recuerdos que nos ha sugerido la foto observada.
La visualización de esta foto hace que, rápidamente, afloren en mi mente recuerdos relacionados con la misma. ¡Quién pudiera regresar a aquellos añorados tiempos para volver a vivirlos! Comencemos por las personas. De los cinco niños que aparecen en la fotografía no reconozco a ninguno, sin embargo, todos los adultos me resultan conocidos, pero no a todos consigo ponerle nombre y apodo. Sé con total certeza que la fotografía esta tomada delante del puesto que Dolores “La Carmona” (situada debajo del botijo) tenía en el mercado de Periana, ubicado entre el de Pura “La Silva” y Domingo “Cenizo”. Dolores, vecina mía, vivía en mi calle, en mi querida calle de Las Monjas, limitando su casa por la parte de arriba con la de Carmen “La Fifa” y en la de abajo con la de Remedios “El Galgo”. Estaba casada con José Moreno “Oseíco Meneo”, que tenía una burra, y eran padres de tres hijas: Dolores, Teresa y Pepa. Además, vivía con ellos Antonia “La Carmona”, madre de Dolores. Todas sus hijas emigraron a Barcelona, donde su madre tenía un hermano, y cuando venían en el mes de agosto de veraneo al pueblo, la calle de Las Monjas adquiría un trajín inusitado. En la casa de “La Carmona” cabía todo el mundo, siempre estaba repleta de gente y allí nadie estorbaba ni molestaba.
Al lado derecho de Dolores “La Carmona”, vestida de negro, aparece Teresa “Ignacico”, que estaba casada con Rafalico “Manga Ancha” y eran padres de familia numerosa, vivían en la medianía de la calle de Las Monjas, en un callejón que hay frente a la casa de Feli Mata, junto a la puerta de entrada a la huerta de “La Bartola”. El varón que aparece tras ella es Rafael “El Rubio”, casado con Elvira “Corazón”, que era el encargado de cobrar los arbitrios municipales a los vendedores del mercado. Contigua a él vemos a una jovencita tímida que identifico como Aurora “Abaita”, con la que compartí balcón y conversación en el último San Isidro viendo la procesión. Al lado de ella aparece su tía, Mariquita “María Felisa”, intima amiga de mi madre, casada con Paco “Junco” y padres de tres hijos, Rosario, Paco y Toñi. Comenzando por la parte izquierda vemos a Beatriz “La Senona”, que vivía en la Plaza del Obispo, blanqueadora de postín a la que recuerdo encalando mi casa en vísperas de San Isidro; ahora mismo, al igual que si la estuviera viendo, me viene a la mente la admiración que sentía por ella cuando la veía, subida en el último peldaño de una larga escalera de madera, espurreando con ocre el más recóndito de los lugares del techo de cañas que había en la cámara. La joven que aparece a su lado es Dolores, la primogénita del matrimonio formado por Dolores “La Carmona” y José Moreno “Oseíco Meneo. Junto a ella, con un niño en brazos, identificó a Dolores de “El Santo”, hija de Mariquita “Alegre” y José “El Santo”, que también vivía en la calle de Las Monjas; eran una familia muy numerosa formada por diez hermanos, cinco mujeres: Remedios, Dolores, Teresa, Margarita y Milagros; cinco varones: Rafael, Isidro, Pepe, Francisco y Manolo. La mujer que aparece a continuación, con las manos apoyadas sobre los hombros de un niño, la tengo en la punta de la lengua, pero no me sale.
La foto esta tomada en el mercado de nuestro pueblo, de Periana, pero podía estar tomada en cualquier otro lugar de España, fueron muchos los mercados similares que, a finales de los años cuarenta y principio de los cincuenta del pasado siglo, se construyeron en todo el país. La configuración de la tienda - de la que imagino algunas de las fotografiadas, con cesta en la mano, eran clientas- no puede ser más simple: sobre un tablero rectangular de madera, apoyado en dos banquillos de idéntico material (algunos vendedores lo apoyaban sobre cajas de madera vacías) se exponían los productos a vender: patatas, cebollas, ajos y en los dos pañiles que aparecen colocados sobre el tablero es posible que hubiese tomates y pimientos. Alimentos imprescindibles para hacer alguna de las comidas más socorridas de aquellos tiempos en el pueblo: sopas de pimiento y tomate o papas fritas con huevo acompañadas de un gazpacho hecho con agua fresca de La Fuente o del Lavadero de La Cruz. La vestimenta de las mujeres y niñas, algunas con manga corta, ponen de manifiesto que la fotografía debió ser tomada en verano o en días muy cercano al mismo. Además de los productos ya citados, Dolores “La Carmona”, tal y como se puede apreciar en la instantánea, también vendía botijos, escobones para blanquear y estropajos, estropajos de esparto que impregnados con jabón fabricado con las sobras del aceite de freír y sosa cáustica o de la marca “Lagarto”, lo mismo servían a nuestras madres para fregar platos, ollas, sartenes, cacerolas, perolas… que para restregarnos las manos, brazos, pies y piernas de carbonero con las que los niños volvíamos a casa tras una larga jornada de juego.
Agradezco a José Manuel Frías Raya su colaboración y aprovecho la ocasión para, una vez más, dirigirme a vosotros: perianenses de aquí, es decir, los que vivís en el pueblo; y perianenses de la emigración, los que andáis diseminados por esos mundos de Dios, para que rebusquéis en los cajones de vuestras casas o en esas latas viejas de carne membrillo y Colacao, donde vuestras madres y abuelas solían guardar las fotos en blanco y negro para que me las enviéis. Con ellas pretendo formar el álbum familiar de nuestro pueblo, de Periana y Pedanías. Todas las fotografías serán bien recibidas: bautizos, comuniones, bodas, soldados, celebraciones familiares, pandillas, novios, amigos, niños en el colegio, viajes de estudios, lunas de miel, jornadas campestres, ferias, romerías, procesiones…
Gracias a Pepi Moreno por enviarnos sus recuerdos e imágenes y compartirlos con todos nosotros.
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