IMPRESIONES Y SENTIMIENTOS
Mis impresiones en aquel mi nuevo trabajo eran buenas pero mis sentimientos me tenían abatido. Una vez más una parte de mí, la razón, barajaba los numerosos datos a favor con optimismo. Pero otra parte de mí desde un rincón oscuro me arrastraba al pesimismo (pesimismo de la inteligencia y optimismo de la voluntad).
En ésas estaba como un preso que arrastra su cadena cuando conocí a Khadim. Para que me perdiera el temor le pregunté por la familia y por su país que es Senegal. Cuando me dijo el nombre de la ciudad donde tiene su casa y parte de su familia se le abrieron aún más los ojos.
-Touba, ¡aquello es el paraíso!
Khadim es un niño que tiene aún pocas nociones geográficas incluso del territorio más importante para él que es su paraíso personal. Pero sí siente que hacía allí apunta su corazón, su brújula interior.
Esa era la respuesta que yo andaba buscando. La cuestión no es tanto el lugar como las sensaciones. O dicho de otra manera, más importante que el lugar en sí es el conjunto de condiciones que hacen que te sientas bien allí. Sobre todo y en primer lugar el ser y sentirse querido-aceptado-reconocido-mirado-tenido en cuenta-cuidado-escuchado. Si te sientes bien verás el lugar donde te ha tocado estar con otros ojos. Si te sientes mal ese lugar será para ti el peor del mundo (tu infierno). Ni que decir tiene que para una persona un lugar puede ser el mismo paraíso y para otra ese mismo sitio puede ser el infierno.
Conclusión: si nos preguntamos ¿Dónde está el paraíso?, la respuesta acertada habrá de ser que está al mismo lado del infierno.
(Hay un excelente libro de Vargas Llosa “El paraíso en la otra esquina” sobre las vidas de dos personas y sus infiernos particulares (Flora Tristán, la abuela , y su nieto Paul Gauguin).
Mis impresiones en aquel mi nuevo trabajo eran buenas pero mis sentimientos me tenían abatido. Una vez más una parte de mí, la razón, barajaba los numerosos datos a favor con optimismo. Pero otra parte de mí desde un rincón oscuro me arrastraba al pesimismo (pesimismo de la inteligencia y optimismo de la voluntad).
En ésas estaba como un preso que arrastra su cadena cuando conocí a Khadim. Para que me perdiera el temor le pregunté por la familia y por su país que es Senegal. Cuando me dijo el nombre de la ciudad donde tiene su casa y parte de su familia se le abrieron aún más los ojos.
-Touba, ¡aquello es el paraíso!
Khadim es un niño que tiene aún pocas nociones geográficas incluso del territorio más importante para él que es su paraíso personal. Pero sí siente que hacía allí apunta su corazón, su brújula interior.
Esa era la respuesta que yo andaba buscando. La cuestión no es tanto el lugar como las sensaciones. O dicho de otra manera, más importante que el lugar en sí es el conjunto de condiciones que hacen que te sientas bien allí. Sobre todo y en primer lugar el ser y sentirse querido-aceptado-reconocido-mirado-tenido en cuenta-cuidado-escuchado. Si te sientes bien verás el lugar donde te ha tocado estar con otros ojos. Si te sientes mal ese lugar será para ti el peor del mundo (tu infierno). Ni que decir tiene que para una persona un lugar puede ser el mismo paraíso y para otra ese mismo sitio puede ser el infierno.
Conclusión: si nos preguntamos ¿Dónde está el paraíso?, la respuesta acertada habrá de ser que está al mismo lado del infierno.
(Hay un excelente libro de Vargas Llosa “El paraíso en la otra esquina” sobre las vidas de dos personas y sus infiernos particulares (Flora Tristán, la abuela , y su nieto Paul Gauguin).
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Vélez-Málaga 9/10/2009
Gracias a José Manuel Rejano Cabello por compartir con todos nosotros sus experiencias e impresiones y por participar en este blog.
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