lunes, 3 de noviembre de 2008

Serie Romances I



“A la mujer de la vida”

Yo te quise redimir,
De aquel vicio senagoso,
Te prometí ser tu esposo,
Y llevarte a un buen vivir.

No comprendes mujer loca,
Que los hombres que hoy te miran,
Solo tu candor estiman,
Solo el carmin de tu boca.

Estiman tus pocos años,
Tu juventud retosona,
Y esos ojos de paloma,
Que sufren mil desengaños.

Pasas noches al relente,
Medio heladita de frío,
Te critica toda la gente,
Y te explota un chulo perdido.

Vives fuera de la sociedad,
Que es lo último del presente,
Te señalan con el dedo,
Y te critica la gente.

Hacen de tu cuerpo,
Como si fueras herramienta,
O un coche que han alquilao,
Asperas malas a tientas.

Del enfermo y del borracho
Las dueñas en las casas le maltratan,
Y pasas pena,
Y a lo mejor no te estrenas.


A ti no te da pena,
O sentimiento o algo,
Algo que todo cuerpo lleva,
Todo corazón humano.

Pobre mujer de la vida,
Que desgraciado es tu fin,
Si no llegas a comprender,
Y poderte redimir.

Tu paradero final,
Lo lleva escrito tu vida,
Morirás toda podrida,
Y enferma en un hospital.

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