jueves, 20 de noviembre de 2008

Coplillas de Verdiales I

Cuando pasé por Mondrón,
me quedé maravillao,
al ver una cooperativa,
con surtidor al lado,
vaya gente tan fina,
lo mucho que han progresao.

Organizar una fiesta,
es tan simple y tan sencillo,
violín guitarra y laúd,
pandereta y platillo,
cantaor y bailaor,
y el que toca los palillos.

Quisiera parar el tiempo,
las noches de luna clara,
quisiera parar el tiempo,
y recrearme en tu cara,
pa decirte lo que siento,
por tu hermosura serrana.

En Periana me crié,
entre frutales y olivos,
en Periana me crié,
San Isidro fue testigo,
de nuestro cariño y fe,
con esa esperanza vivo.

Suave como la seda,
es tu cariña tan fina,
suave como la seda,
son tus labios tan divinos,
chiquilla cuando me besas,
chiquilla cuando me besas.

A mi me han enterrao,
en el hoyo de tu barba,
a mi me han enterrao,
vaya lugar tan divino,
yo me quiero morir ya,
yo me quiero morir ya.

El día que te besé,
nunca lo podré olvidar,
el día que te besé,
tu madre empezó a mirar,
yo no sabía que decir,
tu te echaste a llorar.

Tienes corazón de acero,
duro como el pedernal,
tienes corazón de acero,
si vuelvo a la libertad,
seré el hombre más sincero,
y te amaré de verdad.

Una paloma lloraba,
en el jardín de mi amor,
una palabra lloraba,
y me partió el corazón,
cuando de ti me acordaba,
que cosas tiene el amor.

A este puerto hemos llegao,
en mi barco de ilusiones,
a este puerto hemos llegao,
mando un saludo al alcalde,
otro saludo al jurado,
y a Dios pido que nos guarde.

Como si fuera un objeto,
mi amor quisiste comprar,
como si fuera un objeto,
yo nunca podré olvidar,
que tu de mi pensaras esto,
no te puedo perdonar.

Si tu fueras un clavel,
quisiera ser tu jardinero,
si tu fueras un clavel,
te cuidaré con esmero,
hasta poderte coger,
con un amor verdadero.

La vergüenza y la honradez,
en mi sangre yo lo llevo,
la vergüenza y la honradez,
vaya cuerpo con salero,
aunque chico bien se ve,
yo por ese cuerpo muero.

Me estoy muriendo de sed,
y en tu boca está la fuente,
me estoy muriendo de sed,
déjame besar tu frente,
que a tus labios llegaré,
y después me das la muerte.

A tan ilustre jurado,
le dedico esta canción,
a tan ilustre jurado,
les pido de corazón,
junto a San Cayetano,
por la Paz y la Comprensión.
Autor: Isidro Frías Luque.

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