jueves, 25 de diciembre de 2025

Cocina de temporada junto a un balneario recóndito de la Axarquía: abre un restaurante junto a los Baños de Vilo.

 


25/12/2025 - www.diariosur.es 
En una aldea de Periana, la cocinera y heredera del mítico Bar Cuenca inaugura una apuesta por el recetario tradicional y el aceite de oliva virgen extra del municipio.

Belén Cuenca ha regresado al lugar donde muchos viajaban hace dos siglos para buscar salud. Junto al pequeño balneario histórico de Baños de Vilo, a cinco minutos de Periana, se encuentra ahora El Balneario, restaurante integrado en el complejo rural que rodea la pileta reformada en los años noventa. Después del cierre del mítico Bar Cuenca de Mondrón y de varias etapas en otras cocinas, Belén recupera recetario tradicional, el producto de temporada y una apuesta más decidida aún en el uso del aceite virgen extra local, con la intención de convertir este rincón en una parada cómoda para quien sube hasta el enclave termal.


La historia, en su caso, es circular. En 2018 vio jubilarse a su madre y tomó el relevo en Bar Cuenca de Mondrón, que había sido durante más de tres décadas un pequeño templo de la buena cocina, pero sin grandes alardes: migas, potajes y otros guisos de temporada. Resistió hasta 2023, cuando las circunstancias y el escaso paso obligaron al cierre. Entre tanto, Belén pasó por varias cocinas de la zona, pero la espina de aquel final siguió ahí. Su respuesta no ha sido buscar un modelo distinto, sino levantar uno nuevo que conserve la memoria del anterior. Desde el pasado día 12 de diciembre es una realidad.


Ese espíritu se traduce en una carta corta y viva, en la que manda lo que marque la temporada. Migas, chivo lechal, callos con garbanzos, pisto, potajes de hinojo o tagarninas, sopas de puchero o de marisco y, cuando llegue Semana Santa, 'parpuchas', las célebres tortillas de bacalao que se elaboraban con mimo y destreza en el Cuenca. Ahora, en Navidad ya ha preparado pudin de turrón, y no pretende estandarizar nada más allá de la lógica rural: si hay producto, se cocina; si no, se espera.

El aceite de oliva virgen extra de Mondrón y Periana es otro eje del proyecto. «Siempre lo usé en los guisos -explica-, pero ahora también lo empleo en las frituras porque es lo más saludable». Y también se nota en el sabor. Basta probar las patatas fritas que usa como guarnición o su surtido de croquetas (espinacas, calabacín, zanahora y pollo) para comprobar la diferencia entre usar el 'oro líquido' o no. No faltará el más vinculado a Belén, el de la variedad verdial de Vélez, especialmente el de Mondrón, aunque no descarta el otro que también se elabora en el pueblo, el de Periana.

En El Balneario también se puede probar otro icono de este pueblo de la Axarquía, su melocotón. Aunque su temporada sea relativamente corta y se limite a un par de meses de verano, Belén los ofrece como postre en una receta ancestral, sencilla y dulce, la fruta conservada en almíbar.

El nuevo establecimiento cuenta con un amplio salón, con capacidad para ochenta personas, y una terraza relativamente amplia, situada a tan sólo unos metros de los Baños de Vilo, de tal forma que, quien los visite, pasará por allí y tendrá la tentación de adentrarse a probar sus platos caseros y de temporada.

Un lugar único
El enclave acompaña. Baños de Vilo conserva un pequeño manantial sulfuroso que mantiene unos 21 grados independientemente de la estación. Fue un referente terapéutico en la segunda mitad del siglo XVIII, tuvo médico especializado y alojamiento inaugurado en 1828, y hasta acogió a personajes ilustres como Ramón María Narváez. Hoy queda una única pileta en buen estado, tras la reforma que asumió el Ayuntamiento en los años noventa después de comprar el recinto, que llevaba casi un siglo abandonado.

A su alrededor, desde 2013, funciona un conjunto de apartamentos rurales, y ahora el restaurante completa la oferta: quien suba, pruebe o visite el entorno, puede quedarse a comer sin necesidad de bajar a Periana.

El horario -de miércoles a domingo, de 10.00 a 22.00 horas- permite cubrir ese visitante que desayuna tarde, el senderista que llega antes del almuerzo o quien prefiere almorzar temprano. Contará con un menú con buena relación calidad precio para los días laborables (de miércoles a viernes), por sólo tan diez euros. No es una propuesta para competir con nadie, sino para ocupar un hueco que en esta zona quedaba desierto. Y, sobre todo, para que Belén pueda sacarse -por fin- la espina de aquel cierre en Mondrón: recuperar una cocina propia, reconocible y vinculada a su tierra.

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