lunes, 30 de diciembre de 2013

Reconocimiento a D. Miguel Blanca Gómez como Hijo Predilecto y Medalla de Oro de Periana.




Sr. Director-Gerente del Servicio Andaluz de Salud
Sr. Delegado de Igualdad, Salud y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía en Málaga.
Señoras y señores
Buenas tardes y bienvenidos a este acto-homenaje en el que el ayuntamiento y el pueblo de Periana queremos reconocer  el trabajo de uno de los más destacados hijos de nuestra tierra.
Vamos  a hacer  entrega de la Primera Medalla de Oro de Periana, y con ella el nombramiento de Hijo Predilecto de nuestro pueblo, a nuestro paisano Miguel Blanca Gómez.

En primer lugar quiero agradecer en mi nombre y en de todas y todos los perianenses, la presencia del Sr. Director Gerente del Servicio Andaluz de Salud,  D. José Luis Gutiérrez Pérez, para apoyar, aun más si cabe, este reconocimiento que vamos a realizar.
Sr. Gerente, además de mi agradecimiento  por venir a este acto, quiero desearle desde mi más   profundo convencimiento, que su tarea le procure tanta satisfacción como dignidad procura a los millones de andaluces y andaluzas la sanidad  pública y gratuita, la sanidad para todas y para todos.

También, agradecer que estén esta tarde aquí con nosotros, al Sr. Delegado Territorial de Igualdad, Salud y Políticas Sociales  de la Junta de Andalucía en Málaga, D. Daniel Pérez Morales, así como a la secretaria de la mesa del Parlamento andaluz, Doña Remedios Martel Gómez.

Quiero agradecer también en este acto de reconocimiento a Miguel, la importancia que ha tenido su familia, toda ella, pero muy especialmente su madre y su mujer, la importancia que han tenido ambas en la consecución de este perfil personal y profesional que hoy reconocemos. 
 
A sus hijos,  a su hermana  y a toda su familia, y como no, a sus amigos   y a sus amigas.
Agradezco también la presencia de todos y todas los vecinos y las vecinas de Periana, así como de los concejales y las concejalas que componen la corporación municipal de este Excmo. Ayuntamiento de Periana.
Gracias a todos y a todas.

Desde que se constituyó esta corporación municipal, hace dos años y medio, tuve el firme propósito de reconocer la labor de un hombre, un hombre  que ha entregado su vida a la investigación médica, Jefe de alergología en el hospital civil de Málaga, impulsor de la investigación científica pública en este campo, recientemente galardonado con el premio Salud Investiga, amén de un sinfín de premios y reconocimientos, y lo mejor, todos los que le esperan por llegar.

Talento, disciplina y trabajo, son las cualidades que más le caracterizan, y las que le han hecho profeta en su tierra. Por ello, la corporación municipal que presido  aprobó por unanimidad la propuesta de la alcaldía de concederle la primera Medalla de Oro de Periana y nombrarlo Hijo Predilecto de su pueblo, reconocimiento que hoy se va a hacer efectivo.
Su trayectoria profesional está jalonada de reconocimientos públicos y galardones, pero ahora se une el Reconocimiento de todo un pueblo a una labor, reconocimiento materializado en una persona, Miguel Blanca Gómez, un ejemplo de profesionalidad, de honestidad y de compromiso  con la sociedad; un médico, como decimos en Periana, con muy buena cabeza. Un referente para muchos médicos y un orgullo para nosotros.
  
Con este acto, por el que todos nos sentimos orgullosos como perianenses, destacar además que significa mucho para el pueblo de Periana porque agranda el orgullo de los valores de igualdad, al tiempo que resaltamos el mérito por el esfuerzo de uno de nuestros más ilustres paisanos, uno de los mayores artífices de la investigación en la sanidad pública andaluza.
Por tratarse de un hombre sabio que ama lo público, consideramos que este acto tiene un profundo sentido simbólico en estos tiempos de retrocesos sociales, por eso también con este acto queremos mostrar nuestro apoyo a la labor investigadora, para que no se disminuyan en los presupuestos las cantidades consignadas a tan importante fin.
Precisamente ahora, en esta época de vaivenes sociales y de consecuencias cuya magnitud nos desborda, se hace más necesaria que nunca la presencia de investigadores infatigables como Miguel. Por eso, unir el reconocimiento  y  la memoria me parece un acto humano de justicia sobre todo en los tiempos que corren.
Y Por eso también quiero reivindicar lo que Miguel ha conseguido, ser profeta en su tierra, sólo así se puede hacer pueblo, sólo así se puede construir ese tejido social pleno de significados en el que nadie sobra,  porque todos y todas estamos llamados a cumplir con nuestras tareas particulares, con nuestra visión del mundo, con nuestro oficio, con nuestra vocación solidaria de entregarnos por completo a aquello en lo que creemos.
Por eso este acto, que constituye un gesto y como tal irradia múltiples significados, ha de convertirse en un estímulo, un estímulo para seguir creciendo y tener cada día más candidatos y candidatas para conseguir ser merecedores de obtener esta honorífica distinción.

Ahora, los portavoces de los tres grupos políticos con representación municipal glosarán la figura de nuestro paisano. No será una presentación académica o la lectura de su abultado Curriculum para el que, por otra parte, no tendríamos tiempo por el gran volumen que ocupa.
Hoy estamos aquí entre paisanos, familiares y amigos, por eso la glosa estará a ese nivel, al que corresponde  con nosotros y con el cariño y aprecio que sentimos por él.



Miguel Blanca Gómez, talento y sencillez

Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Granada y doctorado en la de Málaga, Miguel Blanca Gómez comienza su singladura profesional como médico interno residente en el Hospital Regional Carlos Haya de Málaga. A continuación se va como investigador al Hospital Middlessex de Londres. En ese periodo trabaja como investigador en lo que se conoció como el síndrome tóxico producido por el aceite de colza desnaturalizado con sustancias químicas. Este hecho determinó que posteriormente se dedicara a estudiar las reacciones a sustancias químicas, concretamente los medicamentos. Regresa a Málaga y es Facultativo Especialista del Área de Alergología en el Hospital Carlos Haya, siendo durante algunos años coordinador de la Unidad de Investigación de dicho Hospital, etapa en la que creó lo que hoy se llama el laboratorio de investigación IMABIS (Instituto de Investigación Mediterráneo para la Investigación Biomédica). Para la construcción del referido instituto avaló con su firma la consecución de una parte del dinero necesario.

Marcha a Madrid y tras una dura y gran competición nacional, contra tres magníficos candidatos, consigue la plaza de Jefe del Servicio de Alergología en el Hospital Universitario de La Paz,  simultaneando algún tiempo este cargo con el de  asesor para investigación del Ministerio de Salud y Consumo. Durante varios años ocupa el cargo de presidente de la Comisión de Medicina y Cirugía del Fondo de Investigaciones Sanitarias del Instituto de Salud Carlos III de Madrid, convirtiéndose en el jefe de servicio del Hospital La Paz con más influencia en un órgano tan importante como este instituto que es la agencia estatal que canaliza y distribuye todos los fondos de investigación biomédica en España.

En el año 2003 regresa a Málaga y gana por oposición en examen público la plaza de jefe del Servicio de Alergología del Hospital Carlos Haya, cargo que ocupa en la actualidad. Mente viajera y comprometida con la investigación, no descarta en un futuro ocupar otros cargos con responsabilidades investigadoras y clínicas si llegasen las condiciones necesarias.

En la actualidad dirige el mayor equipo de investigación sobre alergología de España, equipo que se encuentra entre los más productivos del mundo en investigación de alergias. Habiendo participado en más de una treintena de proyectos de investigación financiados por agencias tanto públicas (nacionales, europeas y americanas) como privadas financiadas por multinacionales farmacéuticas y fundaciones benéficas.  Pertenece a varias sociedades médicas y posee premios de sociedades científicas nacionales e internacionales. Sus publicaciones se cuentan por centenares, y gozan de un gran impacto científico por número de citas y otros índices de calidad.  Los conocimientos que ha generado a lo largo de su carrera destacan por su gran aplicación a la medicina práctica, por lo que son citados en facultades de medicina y centros hospitalarios de todo el mundo; indicaré como ejemplo que no hay establecimiento sanitario que trate enfermedades infecciosas o alérgicas que no tenga en cuenta y referencia los trabajos que ha publicado el doctor Blanca como guías de uso en pacientes alérgicos a las penicilinas. El conocimiento básico que genera su investigación también es altamente evaluado por los mejores grupos del país como son facultades de química, farmacia e ingenieros agrónomos, entre otros. Ha formado en Málaga a un grupo de investigadores jóvenes que constituyen la generación más importante de científicos  que están marcando escuela en nuestro país. La Academia Americana de Alergia, Asma e Inmunología ha destacado, en varias ocasiones, el  trabajo de su grupo como relevante y digno de imitar por otros grupos; la última vez  ha sido, en el presente año, con motivo de la celebración de su Congreso en San Francisco. Valga como comprobante de lo anteriormente expuesto que algunos de sus discípulos son invitados a dar conferencias y charlas tanto en Europa como en Estados Unidos, circunstancia que pone de manifiesto su capacidad y generosidad para transmitir el conocimiento. Él y su equipo forman el grupo  investigador que más publica en Málaga y, tal vez, en Andalucía… También coordina desde el Hospital Carlos Haya, con un selecto grupo de discípulos y colaboradores, la Red para el Estudio de las Reacciones Adversas a Alergenos y Fármacos. 

JOSÉ MANUEL FRÍAS RAYA 


LOS DIAS DEL PASADO
        
Miguel Blanca Gómez, nuestro paisano más universal, vino al mundo un 24 de mayo de 1949 en el Hospital Civil de Málaga, lugar donde trabaja en la actualidad.  El hecho de que naciera en la Capital se debió a que el médico de Periana  aconsejó a su madre,  Manuela Gómez Larrubia, que para prevenir cualquier tipo de complicación en el parto -cuando nació, su madre tenía más de cuarenta años-,  diese a luz en un centro sanitario: hecho inhabitual en aquella época, en la que todos los niños perianenses nacíamos en nuestras casas con la ayuda de doña Margarita. Su padre, Miguel Blanca Martín, brigada de la Guardia Civil y natural de Tolox, había llegado trasladado a nuestro pueblo algún tiempo antes. Con posterioridad nació María Victoria (de profesión enfermera), su única hermana.

Comienzo la entrevista interesándome por su memoria, Miguel me dice que es excelente, e inmediatamente tengo ocasión de atestiguar que  esta en lo cierto.  Sus respuestas a mis preguntas son flechas disparadas certeramente en la diana del indeleble recuerdo. Recuerda perfectamente el que fue su primer hogar en el pueblo, donde vivió sus tres primeros años de vida, situado en la plaza de La Fuente: allí acudía a amamantarlo Mariquita “La Carabina”, su ama de leche, a la que recuerda con gratitud y cariño como su segunda  madre; casa en la que posteriormente, su primo, don Francisco Torres Gómez “El hijo de la Pepita Torres”, instalaría la farmacia. Va relatando de manera rápida, amena y precisa vivencias de cuando tenía como vecino a San Isidro “De la Fuente” y me deja perplejo.  Con Miguel, al igual que sucedía, en aquellos tiempos, con la mayoría de los niños del pueblo, los Reyes Magos nunca se portaron bien y se conformaba con ver los juguetes en el estante de la tienda de Antonio “Del Puesto”, numerosas veces a lo largo del día, e imaginaba cual le gustaría poseer.

Definitivamente, nuestro paisano ha viajado en el túnel del tiempo y se encuentra paseando por los paisajes que sirvieron de escenario a su niñez pueblerina.  Revive la gran nevada que cayó sobre Periana en el año 1952, y me describe con precisión, casi cinematográfica, un incidente que sucedió  aquel día: “un ´´Carabina´´  le arrojó una bola de nieve a una mujer, Miguel ¨El Picaíllo¨, que presenció los hechos, le recriminó su conducta  y tuvieron una gran trifulca”… También se acuerda de las madrugadas en las que los cantos del Rosario de la Aurora, encabezado por las hermanas Núñez y Bueno, interrumpían sus infantiles sueños.

Cuando Miguel tenía tres años sus padres cambian de domicilio y se mudan al número dos de la calle general Aranda, donde tenía por vecinos a Prudencia y Manuel, la Pura “De Carlos”, María “La Corazón”… de los que habla con gran afecto.

Sigue paseando por las empedradas calles del pueblo y recuerda cuando fueron abiertas para introducir en ellas las tuberías que harían el milagro de llevar agua corriente a todas las casas de Periana.  Se acabaron los tiempos de acarrearla con cántaros a cuestas o con la ayuda de borricos y mulos desde La Fuente o los lavaderos de La Cruz y la calle de Las Monjas.

Hablamos de los amigos de la infancia y, enseguida, descubro que es un adicto a la amistad. Me dice, con orgullo, que en la actualidad, cincuenta años más tarde, los amigos de su niñez continúan siendo sus mejores amigos: Manolo “El Sereno”, Paco “Torés”, Pepe “Coliche”, Antonio “Leoncio”, Pedro “De la Elvira”, Rafael “El Soldao”, Paco “El Electricista”… Si yo fuera alguno de vosotros me sentiría muy feliz por contar con la amistad de Miguel. Miguel os quiere y recuerda con añoranza los muchos y buenos momentos que pasasteis juntos y, en la actualidad, disfruta en las contadas ocasiones en que volvéis a reuniros. Trompos, billardas, bolas, platillos, correrías campestres… y sobre todo fútbol, mucho fútbol. La Lomilleja, la Peña de el Sombrero, la Estación, los Peñones, el Algarrobal, la Huerta de Antonio Díaz… Veranos vividos en el cortijo que su madre poseía en Moya, - cercano al de “Tapaeras” y “Maria Felisa”- del que cuidaban “Colás” e Isabelita “La Cuartelera”.  Primera comunión con don Justo: los niños con los niños y las niñas con las niñas.  Lectura de tebeos. Hoyos de aceite, chocolate con sabor a algarroba, terrones de azúcar, arencas… Alquiler de bicicletas en la feria. Paseos. Pipas y charlas en la puerta de la Inés. Primeros amores.  Momentos irrepetibles que permanecen en el imaginario de la memoria  que retroalimentan el presente y actúan como un cliché permanente que nos recuerda de donde venimos.

Miguel se sincera conmigo hasta extremos que nunca pude imaginar,  y se lo agradezco de todo corazón. Le pregunto por el momento más feliz de su niñez y me deja helado al decirme que no recuerda ningún momento feliz, que su infancia fue dura, muy dura. Su padre abandona la Guardia Civil para dedicarse al campo que posee su madre. Deja de entrar el sueldo fijo en casa y el campo no produce lo esperado. Llegan las estrecheces económicas. España empieza a salir de la autarquía y el campo se devalúa continuamente. Miguel es muy consciente de lo que sucede en su casa, y la  situación le provoca  una “depresión latente” que le acompaña desde entonces. San Isidros de carencia, que había que echar con una peseta, peseta que solo daba para montarse una vez en los carricoches y comer un pedazo de turrón.  A veces, tenía la fortuna de poder ir al cine gracias a la peseta que, tras hacerse rogar un buen rato, le daba su primo Paco “El Farmacéutico”. “Los diez primeros años de nuestra existencia son los que marcan nuestro devenir…  Mi infancia fue muy complicada, de ahí procede mi indomable espíritu luchador… Durante muchos años para mi el horizonte era un espacio cerrado, no parecía haber luz al final del túnel”.  No cabe la menor duda de que aquellos años han dejado profunda huella en su personalidad. Posiblemente, su carácter, su forma de trabajar y su manera de navegar por el mundo este muy condicionada por ese pasado en donde se configuran tantas cosas de nuestra conciencia y voluntad. El amargor al recordar una infancia no feliz se atempera repentinamente y se convierte en ternura infinita al hablar de sus padres. Cuando se refiere a sus progenitores, su rápido decir se vuelve pausado, se le ilumina el rostro y sus ojos desprenden un rayo de melancólica luz. 

Le pido que me cuente su etapa escolar y el semblante de Miguel se transfigura al hablar de don Ernesto, con tres años lo tuvo como maestro y su sola presencia le producía pánico.  Todo lo contrario le sucede al hablar de don Francisco “De la Rafaela”, lo recuerda con satisfacción, y me dice que él formó parte de la primera generación que el maestro don Francisco  preparó para estudiar.  Se examinó de Ingreso en Vélez y sus primeros tres años de Bachiller los realiza en el Seminario de Málaga, de donde fue expulsado en febrero. Motivos: no tener vocación.  Su llegada a Periana la describe como uno de los momentos más trágicos y tristes de su vida.  La “Alsina” lo deja en La Lomilleja, una tarde fría y oscura, y de camino hacia su casa se encontró con  aceituneros que regresaban del campo y se vio convertido en uno de ellos. Su madre, su querida madre, en más de una ocasión, le advirtió de forma enérgica que sólo había dos salidas: estudiar y labrarse un futuro o trabajar en el campo con todas las desgracias que esto acarreaba en aquellos años.  Aquella noche no duerme, reflexiona con la almohada y decide que preparará  las asignaturas con ahínco. Por primera vez en su vida estudia seriamente. Prefiere hacerlo de noche, para ello se vale de la bombilla pública que había en la fachada de su casa, teniendo como mesa el poyo interior de la ventana, no estaban los tiempos para consumir más luz que la estrictamente necesaria.  Debido a la deficiente luz o al mucho estudiar, su vista paga las consecuencias y comienza a utilizar gafas. Los curas, le permiten examinarse y aprueba todas las asignaturas con sobresaliente. Para su madre se ha producido un milagro. Miguel da un cambio radical y se convierte en un excelente estudiante y en un infatigable lector que devora libros con la intención de profundizar en el conocimiento de las cosas. Consigue una beca del PIO y realiza cuarto y reválida en los Carmelitas de Antequera. Aprueba con magnificas notas pero, una vez más, volvieron a expulsarlo del colegio. Motivos: tener catorce años y gustarle el cachondeo y las chicas del colegio vecino. Alguien descubre su gran inteligencia e informa a sus padres de ello. Su siguiente destino será Ronda, donde terminó el Bachiller e hizo PREU. Paisanos que compartieron colegios con Miguel me cuentan que jamás toleró que, en su presencia, ningún niño de Periana fuese golpeado o humillado por otros, siempre salió en su defensa, y me atestiguan que tuvo algunas broncas de las que hacen época. También me relatan el episodio que protagonizó al coger “prestada” la bandera de España que su padre guardaba y con ella, a modo de pendón invencible, se puso al frente de sus “valientes guerreros” en la Peña del Sombrero.  Mis interlocutores hablan de Miguel con cariño y ponen de manifiesto su gran inteligencia y tenacidad.

Con el PREU aprobado, Miguel tiene muy claro que estudiará Económicas en Málaga,  pero su primo Paco, “El hijo de Pepita Torres”, le convence para que haga Medicina.  Realiza la carrera en Granada y durante sus últimos años de estudio fue alumno interno, trabajando como ayudante quirúrgico, circunstancia que puso fin a una niñez y a una juventud repleta de renuncias. Allí tiene la fortuna de conocer y trabajar con un reducido grupo de profesionales de primera línea, en los que encontró un referente a imitar y que le  inculcaron la idea de que lo importante en su profesión es ser un buen médico a nivel técnico y humano. Si estudiando la carrera que nunca había imaginado ha llegado a donde está, si hubiese estudiado lo que le gustaba, es decir, Económicas,  es lícito pensar que, como mínimo, hubiese sido ministro de Economía. Pero una vez que conoces a Miguel te das cuenta de que tal suposición no es posible;  jamás hubiese llegado a ministro: Miguel no sabe venderse, tiene demasiado talento para acatar la dictadura de  los mediocres.  Siente alergia hacia los disfraces de conveniencia y camina por la vida con la verdad por estandarte.

 JOSÉ MANUEL FRÍAS RAYA


LOS DIAS DEL PRESENTE

Hoy, nuestro paisano, el doctor Miguel Blanca Gómez, es un prestigioso alergólogo e investigador, reconocido mundialmente. Casado con María Ángeles, una enfermera de la Alpujarra granadina, a la que conoció cuando estudiaba Medicina en la ciudad de la Alhambra y que le ha hecho padre de dos hijos, Natalia y Miguel, médica y licenciado en Marketing y Dirección de Empresas, respectivamente.

Hoy, nuestro paisano, el hijo de Manuela Gómez y Miguel Blanca, dirige o coordina los más importantes equipos de investigación en alergología que existen en España y que se encuentran entre los mejores del mundo. Equipos ubicados en Málaga, Madrid, Badajoz, Valencia, Barcelona y Navarra, en los que  trabajan  cerca de un centenar de personas y gestiona presupuestos superiores a los 8 millones de euros. Habiendo convertido el Servicio de Alergología de Hospital Carlos Haya en el mejor de España, siendo el más prestigioso y conocido de los servicios a nivel internacional y lo ha situado en el número uno de producción científica de dicho hospital.

Hoy, nuestro paisano, el amigo intimo de Manolo “El Sereno” y Paco “Torés”, se pasa viajando una tercera parte del año. Requerido por las universidades y centros de investigación más prestigiosos del planeta,  donde imparte conferencias y da cuenta de sus investigaciones en castellano, inglés, francés, italiano, portugués, catalán…  Se codea con algunos de los científicos más notables del mundo, incluido algún premio Nobel. 

Hoy, nuestro paisano, que conjuga en armonía perfecta talento y sencillez y al que nadie le ha regalado nada, se levanta todos los días a las cinco de la mañana, a las seis está en su lugar de trabajo y la mayoría de los días el reloj supera las siete de la tarde cuando lo abandona. Pero no termina aquí su jornada laboral, su mente y cartera se van llenos de problemas y cuestiones para resolver en casa. Además, a lo largo de un día atiende con diligencia más de un centenar de llamadas telefónicas, procedentes de cualquier lugar de la tierra, y recibe más de doscientos correos electrónicos.

Hoy, nuestro paisano, el médico, el investigador, el escritor, el profesor universitario, el políglota, el conferenciante, el gestor, el viajero incansable… se siente plenamente identificado con su trabajo; pero reconoce que es alergólogo por casualidad, y lleva marcado a fuego en su subconsciente que su verdadera vocación era ser economista.

Hoy, nuestro paisano más internacional, sigue acudiendo todos los años a San Isidro, le continúan gustando las tortas de aceite, se siente orgulloso de haber vivido en Periana, añora su niñez pueblerina… Y le gustaría ir al pueblo más a menudo, pero sus múltiples ocupaciones se lo impiden.  En este entorno, donde vivió su infancia y adolescencia que le marcaron para siempre, es donde encuentra un espacio entre imaginario y real lleno de personas, paisajes y vivencias que le recuerdan sus orígenes.  

 JOSÉ MANUEL FRÍAS RAYA 

 
El Ayuntamiento de Periana aprobó en sesión ordinaria celebrada el día   29 de julio de 2013 el Reglamento Municipal de Honores y Distinciones    que el ayuntamiento puede conceder, así como las condiciones precisas para la señalada concesión.
La distinción de Medalla de Oro de Periana es la más importante distinción de las contempladas en este Reglamento, que la hace recaer  en "personas de Periana, que hayan destacado de forma extraordinaria por cualidades o méritos personales o por servicios prestados en beneficio u honor de Periana, que hayan alcanzado consideración indiscutible en el concepto de lo público".
A tenor de lo anterior, el Ayuntamiento de Periana, atendiendo la solicitud presentada por la alcaldía, primero en la Junta de Gobierno  de fecha 18 de julio de 2013, y posteriormente en Pleno de la corporación, aprobaba esta propuesta por unanimidad de todos los grupos según acuerdo plenario de fecha 29 de Julio del mismo año 2013:
 "Conceder  la  Medalla de Oro y nombrar de Hijo Predilecto de Periana , a D. Miguel Blanca Gómez, en virtud de sus cualidades intelectuales y humanas".
Sus méritos, aptitudes y merecimientos para la distinción, a tenor de lo señalado en el Reglamento municipal de Honores y Distinciones, quedan reflejados en el texto de la propuesta presentada por la alcaldía así como en las explicaciones de los diversos portavoces de los restantes grupos municipales. 
Así pues, y con la aprobación unánime del Pleno municipal se incoaba Expediente de concesión de Medalla de Oro y nombramiento de Hijo Predilecto de Periana a D. Miguel Blanca Gómez.
Por último se fijó este salón de Plenos, por su significado institucional, como el más idóneo     para la celebración de este acto.
 

ENTREGA DE LA MEDALLA DE ORO Y DOCUMENTO DE HIJO PREDILECTO.

D. Miguel Blanca Gómez  ha realizado acciones meritorias suficientes para recibir este reconocimiento, además pregona con orgullo el nombre de su pueblo, con lo que honra la memoria de su patria chica  y de sus habitantes.
Por eso a este pueblo y a sus vecinos les toca agradecer la honra que reciben de él.
Por mi parte, decir que no hay nada más reconfortante para un alcalde que ser testigo de un reconocimiento como este, saber que los cimientos de una andadura se han forjado entre nosotros y con nosotros.
Con esta distinción, Miguel, has adquirido una condición y a la vez un compromiso importante, el compromiso de ser imagen de este pueblo de Periana, que aunque seguramente fácil para ti, para ello siempre contarás con nuestro apoyo, con el de este alcalde, el de  la Corporación Municipal y el de todos los vecinos y las vecinas de Periana. Para nosotros es un honor y una gran satisfacción hacerte este reconocimiento.
 






PARA MIGUEL BLANCA (27-Diciembre-2013)
       Sr. Gerente del SAS, Sr. Alcalde, miembros de la corporación municipal, autoridades, familiares y amigos de Miguel, señoras y señores:
      Querido Miguel, es un honor para mí evocar, en nombre de tus amigos de la pandilla, algunos momentos vividos en este nuestro pueblo de Periana.
      Aunque naciste, por circunstancias excepcionales, en el hospital civil de Málaga, (hoy es al contrario, lo normal es nacer en el hospital y lo excepcional hacerlo en el pueblo), eres “perialeño” por los cuatro costados y me consta que has paseado con orgullo el ser de Periana en cuantos lugares del planeta, y son muchos,  has estado.
     El tiempo pasa y llega la hora de la escuela. Seguro que recuerdas los bajos del Ayuntamiento viejo, cerca de tu casa, en donde se ubicaba la escuela de Don Ernesto. Don Ernesto, al que temíamos más que a una vara verde. Allí estuviste tú, como tantos de nosotros, y seguro que te acuerdas de los más pequeñines que se sentaban en la tarima bajo la mesa del maestro porque había más alumnos que pupitres; y que de vez en cuando alguno salía disparado llorando por haber recibido un puntapié propinado por D. Ernesto.
    De D. Ernesto a D. Francisco García, o sea, “Don Francisco la Rafaela” como casi todo el mundo lo conocía. Esto ya es otra cosa. Aprendimos mucho, muchísimo con él, de todo, hasta Urbanidad que quizás hoy hiciera falta. La escuela estaba abierta hasta la noche, pues después de las sesiones normales de mañana y tarde, D. Francisco tenía clases particulares en las que había alumnos de bachiller, magisterio, … y hasta de mecanografía. Eran tantas las materias y los grados que le decíamos la academia “Ripollet”. Gran Maestro Don Francisco. ¡Cuántos y cuánto se le debe! Y es ahí donde  se empieza a modelar y perfilar el Miguel Blanca posterior.  
    Al terminar la jornada escolar recorríamos las calles y los alrededores del pueblo para jugar a piola, billarda, trompo, bolas, pilla-pilla, indios, policías y ladrones, y, por supuesto, fútbol. Y así íbamos, casi a diario, del barrero al carrascal, de la cruz a la lomilleja, de la quinta a las casas nuevas, del barrihumo al cuartel y los empalmes sin dejarnos atrás la fuente y el llano. El llano, ¡Qué partidazos aquellos!: “Quinta contra Lomilleja” o “Estudiantes contra Periana”, ¿Te acuerdas?... Y de árbitro D. Justo con la sotana remangada y corriendo por el llano. Y hasta hubo un tiempo que los encuentros eran amenizados por una banda de música muy especial: la fundada por D. Francisco García con sus alumnos algunos de cuyos instrumentos estaban confeccionados por materiales “tan sofisticados” como cañas y papel de fumar. ¡Teníamos tiempo para todo!, claro que no existían la Tablet, el portátil, el móvil ni ninguna otra maquinita de las que hay ahora y que absorben gran cantidad del tiempo de nuestros niños y jóvenes.
    Un paso más y comienzas los estudios: lo haces en el seminario de Málaga, en Antequera, en Ronda y, por fin, en Granada donde inicias Medicina. Estamos ya entrados en los años sesenta y comienza a esbozarse la buena y sincera amistad que une cada día más a unos 20 jóvenes entre chicos y chicas y que llega con la misma fuerza y frescura hasta nuestros días; es la pandilla.
     Estábamos deseando que llegasen las vacaciones de Navidad, de Semana Santa o de verano para realizar los paseos diarios a la alberca de Antonio Andrés en la Peña donde charlábamos y charlábamos, o nos “chorrábamos por la refalandeta” y, a veces, hasta cantábamos; o hacíamos excursiones al Batán, a la Huerta de Antonio Díaz, a los Peñones, a la Estación, y ¡cómo no! Recordar los bailes en la OJE. ¡Memorables las noches de fin de año y los bailes de disfraces! A propósito también tú vendiste perchas, de la partida traída por D. Francisco, en el puesto que montamos en el mercado o por los campos (a mí me tocó ir a las Mayoralas) para sufragar los gastos de la obra de la OJE.
       Acabados los estudios y ya trabajando en Carlos de Haya, no te olvidas de tu pueblo y así cada año, junto a tu esposa, VES a San Isidro en la Fuente y le echas trigo desde el balcón de mi casa; y hasta fuiste su pregonero en 1994. Pero además, durante varios años y, con relativa frecuencia, pateábamos los campos de las rosas, Mondrón, el algarrobal, moya y otros… recolectando material (fundamentalmente tábarros) para tus trabajos de investigación. Y aun ahora, cada cierto tiempo, nos venimos reuniendo la pandilla al completo en Periana o fuera de ella y evocamos y recordamos muchísimos más momentos inolvidables vividos y de los que, a algunos de ellos, yo  me he referido.
    Bueno, y aquí estamos todos, orgullosos de contar con tu amistad y satisfechos de estar en momentos como éste de exaltación de tu persona.
     Para terminar quiero expresarte dos deseos que muchos de tus amigos teníamos:
        Uno, hacerte un homenaje público en tu pueblo para reconocer lo mucho que has aportado en el terreno de la alergología y que, de seguro, ya tienes un puesto en la historia y porque a la par llevas en tu corazón a Periana y sus gentes, te precias de ello y con gallardía lo manifiestas estés donde estés.    Deseo, cumplido con creces, por el acuerdo del Excelentísimo Ayuntamiento de Periana al nombrarte “Hijo Predilecto y Medalla de Oro de Periana”. Manifestamos nuestro agradecimiento al Ayuntamiento, personalizado en el alcalde Adolfo,  y a cuantas personas han contribuido a ello.
      El otro, dependerá, en gran medida, de ti mismo. Nos encantaría, igual que en los tiempos que como pequeñas pinceladas he narrado, verte con cierta frecuencia pasear por nuestras calles y campos, con tu mujer Mª Ángeles, con tus hijos,  familia y amigos, y, dentro de muy poco, (yo diría que casi ya) con tu nieta Marina de la mano camino del parque. Tanto ellos como tú debéis saber que no solo estaréis en tu pueblo sino que estaréis en vuestra casa. Por tanto, queremos y esperamos todos, y en particular la pandilla, veros a menudo por aquí.
      Y como expresión sincera de lo que digo, aquí está nuestro aplauso, COMPADRE, para que te animes a cumplir este segundo deseo.

Francisco Moreno Torés












Tras destapar la placa colocada en la casa donde Miguel Blanca Gómez pasó los primeros años de su infancia y adolescencia se dirigieron al Centro Cultural donde degustaron un suculento ágape.

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