Señora doña Patricia
Alba Luque, delegada de Educación, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, señor alcalde
de Periana, autoridades, vecinos, amigos
todos. BIENVENIDOS A LOS BAÑOS DE
VILO-LA NEGRA Y MUY BUENAS TARDES.
Hoy, 21 de diciembre
de 2013, los hijos de estas modestas pedanías de Periana nos sentimos felices,
orgullosos, emocionados, reconfortados y, sobre todo, agradecidos, muy
agradecidos, por ver hecho realidad lo que hasta hace poco tiempo parecía una
utopía, pérdida en un sueño irrealizable.
Todo tiene principio
y, casi todo, fin. Lo que el año 2006,
parecía algo inalcanzable, hoy es una realidad palpable. Porque fue en el referido año cuando un grupo
de vecinos de estos lares, creó la Asociación Cultural
Baños de Vilo-La Negra. Sus objetivos
eran múltiples, pero el más importante y prioritario era contar con un lugar
donde albergar la imagen de nuestro patrón, San Juan Bautista, y reunirnos los
vecinos.
Arduo ha sido el
camino recorrido para llegar hasta aquí. Muchos los obstáculos que han debido
ser franqueados. Innumerables las dificultades entorpecedoras de nuestro
caminar, dificultades que, con mucho esfuerzo, día a día, se han ido
superando. Pero donde hay ilusión y
gente con muchas ganas de trabajar todo es posible.
Era
un deseo común, y todos los vecinos nos conjuramos para conseguirlo. Había que lograr recursos económicos y se
juntaron la imaginación con la ganas de trabajar: rifas, concursos, fiestas
patronales… De donde se podía extraer un euro, allí estábamos nosotros para
conseguirlo. Gracias, vecinos.
Muchísimas gracias a todos por haberlo hecho posible. También debemos dar las gracias al
Ayuntamiento de Periana, a los hermanos Moreno Ruiz, y a cuantos lo habéis
hecho posible. De todo corazón, MILLONES DE GRACIAS A TODOS.
Y
ahora, permitidme que haga una mención especial a alguien que ha jugado un
papel fundamental para que este día, 21 de diciembre de 2013, pase a engrosar
los anales de nuestra historia. Como todos suponéis me estoy refiriendo a la Presidenta de nuestra
Asociación, a Teresa Guerrero, a la mujer que abanderó nuestro objetivo y lo
hizo suyo, a la hija de estas tierras que no escatimó esfuerzos de ningún tipo
para que lo soñado por todos se convirtiera en realidad, a la paisana nuestra
que nunca olvidó donde están sus raíces
y busco sementera en los lugares mas insospechadas para que la sede de nuestra Asociación sea
hoy esta magnifica realidad. ¡GRACIAS! ¡MUCHISIMAS GRACIAS, AMIGA TERESA! ¡GRACIAS
QUE POR SIEMPRE IRAN ACOMPAÑADAS DE NUESTRO SINCERO RECONOCIMIENTO Y AFECTO!
A
partir de hoy, para nosotros, los nacidos o vecinos de estas benditas tierras,
nada será igual. Ya tenemos un lugar
donde reunirnos para suplicar a nuestro Patrón, recordar el ayer, vivir el
presente y proyectar el futuro. Para
recuperar y practicar nuestras añejas tradiciones. Un lugar vivo para vivir y que siempre estará
abierto para todo el que quiera visitarnos.
¡GRACIAS POR VUESTRA ASISTENCIA Y AYUDA!
José Manuel Frías Raya
Dña. Patricia Alba tomó la palabra para
agradecer a su Presidenta y a los socios el esfuerzo realizado durante
estos últimos años, animándolos a seguir trabajando por su aldea y su
patrón. Este es un gran ejemplo para otros pueblos, para otros grupos... es la prueba irrefutable que la unión hace la fuerza.
La Banda Municipal de Periana nos acompañó durante toda la jornada.
Paco San Martín, constructor de las obras del Centro Socio-Cultural fue el encargado de cerrar el espacio habilitado para la urna, que recopila en su interior recuerdos que serán de especial importancia en el futuro, entre ellos, un periódico, monedas de curso legal y todos y cada uno de los socios que han contribuido para que este Centro Socio-Cultural sea hoy una realidad.
D. Plácido Iranzo Acosta "EL MEJOR JAMÓN DEL MUNDO", habló brevemente de su relato y de los recuerdos que desde su infancia tenía sobre nuestra localidad.
EL MEJOR JAMÓN DEL MUNDO
Por fin llegó a
su destino. Tuvo que preguntar en el pueblo por el camino que debía seguir para
ir a la finca. El almendrón, propiedad de Macario Almendrón y sede de la
empresa jamonera y derivados del cerdo ibérico El Almendrón. Al parecer era
bastante conocida en la localidad, pues no hizo más que abrir la boca y ya
varios dedos le indicaron la dirección a tomar al tiempo que numerosas voces
coreaban “el mejor jamón del mundo”.
Una hora por ese
carril de tierra, aunque con su coche quizá tardará más, le dijo un joven que
se acercó al grupo de personas que elevaban sus índices marcando las laderas de
los montes cercanos. Y, en efecto, después de tres horas llegaba a la
empalizada de la explotación porcina.
A Andrés Decano
le seguía incomodando la misión que le habían asignado. Continuaba pensando que
aquello se debía a la política de recortes y, casi con total seguridad,
constituiría su última tarea. Los tiempos habían cambiado y ya nadie creía en
marcianos, en contactos extraterrestres ni en abducciones. Por tanto resultaba
inútil mantener una organización secreta y carísima en lo más profundo del
CSIC.
El caso no tenía
ni pies ni cabeza, no se sostenía, hasta la aseguradora lo había rechazado por
“falta de realidad y falsedad manifiesta”. La guardia civil, ante la que
Macario Almendrón interpuso la denuncia, se limitó a personarse en la finca y
tras oír al propietario e inspeccionar el terreno, procedió a archivar las
diligencias bajo la etiqueta “Trastorno mental y demencia”. Todo esto, sumado
al hecho de que en lo que iba de año habían despedido a dos de sus tres
compañeros, le llevaba a creer que él sería el próximo.
Macario
Almendrón, a pesar de las reservas que mostró al principio, resultó ser una
persona agradable.
-De manera que
después de tres años, después de haberme tachado de loco, de estafador y otras
cosas que ahora no me acuerdo, le mandan a usted a investigar… Me parece, amigo
Andrés, que alguien quiere hundirle – le confesó el hombre.
Andrés Decano no
dijo nada, se limitó a pensar que así parecía.
Macario guió a
Andrés por la propiedad. Pasaron por delante de la casa, una construcción
antigua de piedra y barro con muros de un metro de grosor, pero que aparentaba
firmeza y frescura, presidida por un emparrado repleto de racimos en gestación.
Separada unos metros, dejaron al lado la parte nueva, una nave industrial muy
alta destinada al resguardo de los animales y al almacenamiento de los
productos, y por fin alcanzaron la zona cero, el lugar de los hechos, una
corraleta desvencijada burdamente compuesta por palos y ramas que no conocían
la rectitud, y cuya mayor parte aparecían tirados por la tierra. Más allá se
extendía la dehesa en la que campeaban los animales, repleta de encinas y pasto
bajo. Aparte de unas pocas gallinas, Andrés tan sólo alcanzó a ver un único
cerdo, ibérico, por supuesto, que desde su careta negra parecía mirarle de
manera inquisidora.
-Aquí es donde
sucedió todo – le dijo Macario.
-¿Se refiere a la
abducción? – preguntó Andrés.
-Sí, eso, las
abducciones – vocalizó Macario con cierta dificultad.
El cerdo se había
puesto en movimiento y a cada paso que daba se acercaba más a los dos hombres.
Andrés pudo apreciar entonces que, ciertamente, el animal no apartaba la mirada
de él, así como sus ojos, que en lugar de oscuros eran de un verde llamativo y
resplandeciente.
Tranquilo, Eté,
que este hombre nada más que ha venido a investigar lo que les pasó a tus
compañeros – le dijo al cerdo, y éste, como si le hubiese comprendido, se
detuvo, aunque no dejó de clavar su mirada en Andrés.
-¿Ha dicho usted
las abducciones? ¿Cuántas fueron? – preguntó, mirando alternativamente a
Macario y a Eté, que así se llamaba el cerdo, al parecer.
-Veintiuna. No
perdón; fue una, pero abunjeron… adunderon… se llevaron a veintiún marranos.
Andrés conocía por
el informe de la guardia civil que varios animales fueron abducidos, pero nada
se especificaba acerca de la cantidad ni del tipo, ya que sobre lo que más se
hacía hincapié en el informe era el estado mental de Macario y su más que
probable intención de estafar al seguro.
-¿Me está usted
diciendo que una nave extraterrestre le abdujo veintiún cerdos? – Preguntó
Andrés, cada vez más desconcertado por el comportamiento de Eté, cuyos ojos
refulgían como esmeraldas enmarcadas en negro.
-Sí. No, fueron
veintidós, pero luego devolvieron a éste. ¿Verdad Eté? – y el cerdo soltó un
gruñido que parecía una afirmación.
- Y, ¿Por qué
cree usted que esa nave alienígena vino aquí, precisamente, para abducir a sus
marranos? – inquirió Andrés con cautela.
- Hombre, porque
mis jamones son los más mejores del mundo, y eso lo tienen que saber hasta los
marcianos – respondió resuelto.
Andrés Decano,
con una curiosidad creciente, le pidió a Macario que le relatase los hechos, a
lo que el hombre accedió de buen gusto.
Le explicó que la
noche de autos, tres años atrás, un sonido extraño le despertó y al salir por
la puerta vio lo que parecía un platillo volante. Tenía luces de colores
alrededor de su contorno, que giraban conforme la nave se desplazaba y se
detenían cuando así lo hacía ésta. En la parte de abajo también mostraba
multitud de focos que lanzaban sus haces multicolores al suelo, yendo de aquí
para allá, como si husmeasen a ras de tierra, como si fuesen buscando algo.
Macario afirmó que pudo verlo con todo detalle porque pasó justo por encima de
donde él se encontraba.
“Tenía muchas
luces de colorines que se meneaban más que el hopo de una chota”, escribió
textualmente Andrés en sus notas, “se parecía al techo de la discoteca de mi
primo Ozé”.
Macario le
aseguró que la nave era muy grande, enorme, pero que no tuvo miedo porque le
enfocaron con un rayo de luz “y eso me dejó como lacio”.
Luego, el OVNI se
paró sobre la corraleta, donde los marranos gruñían asustados, y tras iluminar
a cada uno con un rayo, igual que acababa de hacer con él, los animales se
quedaron en silencio.
Seguidamente el
zumbido proveniente de la nave se volvió más agudo, “parecía un chiflido
largo”, y los cerdos comenzaron a elevarse en el aire arrastrados por las luces
de colores. A pesar de su olor oscuro natural, Macario aseguró que “parecían de
dibujos animados: unos rosas, otros azules, naranja butano y con lunares”.
Desde su
posición, el ganadero pudo apreciar cómo, tras unos minutos en completo
silencio, la nave volvió a emitir un rayo, pero en esta ocasión de color “verde
fosforito”, y a través de él devolvió a
la porqueriza a uno de los cerdos.
-Nada más que uno
me dejaron, éste, Pancho, que desde entonces tiene los ojos de marciano – y
señaló al cerdo, que permanecía pegado a ellos, siguiéndoles en su deambular
alrededor de la cerca y sin perder detalle de cuanto Andrés hacía o decía.
-¿No me dijo que
el animal se llamaba Eté? – Inquirió Andrés, habiendo pillado la falta de
Macario.
-Antes se llamaba
Pancho, pero después de lo del OVNI le puse Eté… como el de la película. ¿No la
ha visto usted?
Andrés miró al
cerdo, que entornó ligeramente los ojos verdes y le sonrió. Por un momento
pensó que aquel marrano entendía la situación por completo y se burlaba de él,
pero, claro, eso era imposible.
-Sí, la he visto
– murmuró con la mirada fija en la careta del cochino.
- Pues, ya está,
eso es lo que pasó – sentenció Macario, dando a entender que no tenía nada más
que añadir.
- Sí, ya, bueno. Y
luego usted puso la denuncia en la guardia civil y solicitó al seguro la
indemnización, ¿no es así?.
- ¡Hombre, claro!
Comprenda que al quitarme toda la piara me dejaron en la ruina.
Pero si lo llego
a saber me hubiese quedado quietecito.
-No le comprendo,
¿por qué dice eso? – preguntó Andrés desconcertado.
- Porque no vea
usted cómo se rieron de mí – el cerdo, ante el desconcierto de Andrés, meneaba
la cabeza de arriba abajo en un claro gesto de afirmación.
- ¿La guardia
civil? – preguntó sin dejar de mirar al marrano, que seguía sonriéndole.
- La guardia
civil primero, los del seguro después, y más tarde todo el pueblo. Todavía me
dicen “Macario el de lomni”. Vamos, peor que si fuese el tonto del pueblo, que
es otro primo mío, por cierto – Eté volvió a asentir con la cabeza.
- Comprendo –
susurró Andrés - . Sin embargo, por la documentación a la que he tenido acceso,
su empresa de jamones y embutidos no sufrió las pérdidas que usted insinúa, es
más, el trimestre posterior declaró haber tenido unos ingresos superiores a la
media, cuatro veces por encima, para ser exactos. Y eso a pesar de tener sólo
un animal.
- Sí, es cierto,
y se lo debo todo a Eté. Sin él no sé lo que habría hecho.
Andrés Decano
miró al cerdo y éste, henchido de orgullo, esbozó una amplia sonrisa, entornó
los ojos verdes, se sentó sobre sus cuartos traseros como lo haría un perro, y
sacó pecho. El investigador no daba crédito a lo que estaba viendo.
-¿Le … le
importaría explicarme lo que ocurrió? – pidió Andrés entre titubeos.
Macario Almendrón
le dijo que, desde el suceso, andaba desesperado y, al no tener nadie cerca con
quien conllevar las penas, le lloraba al cerdo sus desgracias, haciéndole
partícipe de su incierto futuro. Y el cochino, que tras su abducción parecía
haber cobrado conciencia, le escuchaba con atención y aparentaba compartir su
tristeza.
Así
transcurrieron varios días hasta que, una mañana muy temprano, los gruñidos del
cerdo le sobresaltaron y, entrando en la sala de almacenamiento, se topó allí
con media docena de jamones, ya curados y listos para su consumo. Eté, junto a
ellos, no dejaba de señalarlos con el hocico al tiempo que ronroneaba como un
gatito de siete arrobas.
A partir de aquel
momento esa situación se repitió a diario, encontrando Macario media docena de
jamones, unas veces, o paletillas, lomos, chuleteros, morcillas y chorizos en
otras ocasiones.
Andrés le expuso
claramente que aquello sonaba a cuento chino, a historia para dormir a los
niños, y Macario le explicó que, de la misma manera que a una lagartija le
vuelve a crecer la cola cuando se la cortan, y algunas especies de insectos
mudan la piel por otra nueva, a Eté le sucedía algo parecido, pero a mayor
escala.
-¿Está usted
tratando de decirme que su cerdo muda los jamones como un lagarto muda la piel?
¡Eso sí que no me lo creo!.
-Le comprendo,
Andrés, y aunque le juro que es la pura verdad, eso es lo que tiene que poner
en su informe: que todo es mentira, que Macario Almendrón ha perdido el juicio
y que no distingue la realidad de la fantasía ni el mundo verdadero del
imaginario.
-¿Y por qué iba a
hacer eso? – saltó Andrés, bastante alterado.
- Porque de lo
contrario vendrán otros hombres, del gobierno o de alguna organización secreta,
como para la que usted trabaja, y se llevarán al pobre Eté, a mi Pancho, para
analizarlo, y hacer experimentos, y meterle sondas y cosas por el… ¿Es que no
lo ha visto usted en televisión? – Macario Almendrón no pudo soportar la idea
de ver a su animal en forma y, con lágrimas en los ojos, se dirigió a la casa
apresuradamente dejando allí a Andrés y
al cerdo.
El hombre,
aún sorprendido por la reacción del
porquero, se dejó caer sobre una piedra. Eté, entonces, se acercó y volvió a
sentarse a la manera canina frente a Andrés, y, clavando en él sus refulgentes
ojos verdes, carraspeó y comenzó a hablar.
-Mira, Andrés,
todo lo que te ha contado Macario es verdad. Pero ambos sabemos que este es tu
último caso, y si le das la más mínima credibilidad acabarás tan loco como él.
En esta ocasión la verdad no beneficia a nadie, sino más bien al contrario, y
no te imaginas siquiera el dolor que le causarías a ese hombre, además de la
desafortunada suerte que correría yo mismo, que no quiero ni pensarlo. Y si
encima de lo de la abducción y lo de los jamones, se te ocurre mencionar que el
cerdo marciano habla, acabarás en una celda acolchada de un psiquiátrico
perdido de la mano de Dios.
El cerdo hizo una
pausa, dando tiempo a que Andrés acabase de asimilar que aquel animal, en
efecto, no sólo le estaba hablando, sino que le ofrecía una salida digna al
dilema que se le planteaba.
-Andrés, tú sabes
lo que es una mentira piadosa, ¿verdad? – Andrés asintió, todavía perplejo. –
Pues eso es lo que los tres necesitamos, una mentira piadosa que no haga mal a
nadie.
En ese instante Macario
salió de la casa y se dirigió hacia ellos, frotándose los ojos.
Cuidado, que ya
viene. Que no sepa que hemos estado hablando – susurró Eté.
Al llegar
Macario, Andrés Decano, algo recompuesto, se levantó y estrechó la mano del
hombre.
-Tengo que irme,
Macario, pero no se preocupe, que intentaré hacer lo mejor para todos – se
excusó, y al mirar al cerdo este le guiñó un ojo.
El hombre y su
cerdo contemplaron cómo el coche se alejaba por el camino de tierra, uno al
lado del otro junto a la empalizada.
-¿Qué tal ha ido,
Pancho? – Preguntó Macario.
-No hay porqué
preocuparse, no nos volverá a molestar.
Tres semanas
después Andrés Decano recibía en su domicilio una caja con un jamón en su
interior. Debajo de “Jamones El Almendrón” podía leerse escrito con bolígrafo:
gracias por todo. Y al lado, con una caligrafía mucho más cuidada: lo he hecho
especialmente para ti, espero que te guste.
Cuando Andrés
probó aquel jamón, en su punto exacto de curación, no pudo evitar acordarse del
eslogan en la etiqueta: el mejor jamón del mundo.
-… y parte del
universo – dijo en voz baja.
PLÁCIDO IRANZO ACOSTA
(RELATO GANADOR)
Plácido Iranzo Acosta nació en Nerja en el año 1967, y siempre ha vivido en esta localidad pues "no imagino otro lugar en el que vivir", afirma. Puedes encontrar sus novelas en las librerías de Nerja: EL CUADERNO AZUL (2005) Agotada en paoel, para descargarla en formato epub al precio de 1€ en: www.todosleemos.com
EMILIO EL LOCO (2008): A caballo entre el género negro y la novela fantástica. Emilio de la Rosa tendrá que enfrentarse a un demonio que está acabando con las mujeres descendientes de una antiquísima estirpe.
ADELINA, UN CUENTO SIN ADA (2011): Realidad y ficción se mezclan en esta obra ambientada en Nerja.
PREMIOS:
2006: Tercer premio en el "IX Certamen de relatos cortos La aventura de escritir, Nerja" con "El cocinero de las estrellas".
2007: Ganó el "II Certamen de relatos cortos Solidaridad y Voluntariado" de Nerja, con "Solidaridad se escribe con S de Sonia".
2008: Vencedor en el "XXI Certamen Literario Joaquín Lobato (Vélez-Málaga) gracias al relato "Martes de otoño".
2011: Su relato "Y un día" resultó ganador en el "XII Certamen Literario de La Aventura de escribir".
2013: 2º accésit XIV Certamen Literario "relatos románticos" de la mencionada asociación cultural con "La chica de la curva". En el día de hoy gana el Certamen Literario Internacional Villa de Periana con el relato "El mejor jamón del mundo".
Leer es vivir (otras vidas). Leer es soñar (otros sueños)
Más información: placidoiranzo.blogspot.com
Me interesa tu opinión: p.iranzo@hotmail.com
Plácido Iranzo gana el Certamen Literario Internacional Villa de Periana de relato
La obra del escritor, ‘El mejor jamón del mundo’, ha sido seleccionada entre más de mil trabajos.
Nerja.- El nerjeño Plácido Iranzo ha sido
nombrado ganador del XXII Certamen Literario Internacional Villa de
Periana de relato cuyo fallo fue anunciado el pasado sábado ante la
presencia del alcalde de Periana, miembros de la Corporación Municipal,
la delegada provincial de Cultura de la Junta de Andalucía y presidentes
y representantes de las diferentes asociaciones culturales de la Villa.
El trabajo de Iranzo, ‘El mejor jamón del mundo', ha sido
seleccionado entre más seiscientos escritos, ‘una cifra extraordinaria ya que
se ha sobrepasado sobremanera la participación habitual, llegando a
cuadruplicar la de las ediciones anteriores, y de igual manera, la
calidad de los escritos ha sido excelente, poniéndonos en serios apuros
para decidir la selección final de los relatos que optarían al premio,
aunque hubo unanimidad a la hora de galardonar al mejor', explicaba un
miembro del jurado.
Tras la entrega de premios, la panda de verdiales y la banda de
música del municipio ofrecieron un espectáculo para el público allí
congregado. Plácido Iranzo cuenta con gran experiencia en lo que a
escritura de relatos se refiere ya que es integrante de la asociación
Creación Abierta de Nerja.
La Panda de Verdiales San Isidro de Periana hizo su entrada tras la clausura del Certamen Literario como broche de oro a los actos realizados en esta primera jornada.
Ayer día 21 de diciembre de 2013 y con motivo de la celebración de la Semana Cultural de Periana tuvo lugar la inauguración del Centro Socio-Cultural de Baños de Vilo, hasta allí se desplazaron el alcalde de la localidad D. Adolfo Moreno Carrera, la Delegada Territorial de Educación, Cultura y Deportes de la Junta de Andalucía en Málaga Dña. Patricia Alba Luque, la Presidenta de la Asociación Cultural Baños de Vilo-La Negra Dña. Teresa Guerrero Díaz, socios y vecinos de la aldea.
Tras la presentación del alcalde rememorando los comienzos de la Asociación y los primeros pasos dados por su presidenta para la consecución de los fines propuestos inicialmente, cedió la palabra a Dña. Teresa Guerrero que nombró a todos y cada uno de los socios que han colaborado activamente en la consecución de este proyecto y que junto a la empresa constructora (pergamino que irá incluido junto a pequeños recuerdos de nuestros días en la urna que se colocará bajo los cimientos del salón cultural para que perdure en el tiempo).
A continuación tomó la palabra un miembro de la asociación Juan Luis Ríos Martín para agradecer a todos los socios su implicación en este proyecto y sobre todo agradecer el ejemplo de su Presidenta Teresa Guerrero por habernos guiado durante todos estos años para la consecución de tal fin, palabras que fueron escritas por nuestro gran amigo José Manuel Frías Raya.
Dña. Patricia Alba tomó la palabra para agradecer a su Presidenta y a los socios el esfuerzo realizado durante estos últimos años, animándolos a seguir trabajando por su aldea y su patrón.
Acto seguido se preparó la urna que permanecerá en el tiempo guardada bajo una de las losas del centro Socio-Cultural de manos de su constructor Paco San Martín.
A continuación se dio el resultado del XXII Certamen Literario Internacional Villa de Periana 2013 cuyo ganador fue D. Plácido Iranzo Acosta con su relato "EL MEJOR JAMÓN DEL MUNDO"
Acompañados en todo momento por la Banda Municipal de Música de Periana y la Panda de Verdiales San Isidro.
Finalmente degustaron todos los presentes de un suculento ágape en el salón del Balneario ofrecido por los socios de la Asociación Cultural y el Excmo. Ayuntamiento de Periana.
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