Antiguamente era un cortijo, propiedad de un médico de apellido “Moya”, de ahí deriva el nombre y el origen de esta aldea. Nos volvemos a encontrar con el río Guaro, unido con el río Zapata, regando las tierras de la aldea de Moya, tomando vida en hermosas huertas de frutales. Casas rurales enraizadas en un gran tajo rodeado de chumberas donde la roca y el agua atrae al visitante.
sábado, 14 de febrero de 2009
Moya
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Gracias Gema por lo que has escrito sobre el camino de vilo a Moya me trae muchos recuerdos.
ResponderEliminarmuchas guapa
pura
perdon me he equivocado, queria decir.
ResponderEliminarmuchas gracias guapa