José Martín Ortega, más conocido como "Miguiña", hombre de melena serpenteante y poblada barba heredero de los juglares de la Edad Media cautivó las calles de Vélez-Málaga con el rasgueo de su guitarra y la acidez de su poesía, a través de su melodía lírica. Adulador de la mujer, retratista de cada rincón, crítico político.
Nació en los años 20 en Canillas de Albaida, quedando huérfago de padre a los siete años de edad, quedó a cargo de sus tíos, se crió entre la carbonería y la escuela de los franciscanos.
El porqué de su apodo aún resulta una anécdota. Tenía un tic en el ojo y un día la churrera le dijo: ¿Me guiñas?, con el paso del tiempo se hizo popular y se transformó en Miguiña.
Fue encarcelado en varias ocasiones a consecuencia de su carácter mezcla de justiciero e insolente y sobre todo cuando se le cruzaban los cables era temible.
Un día venía vendiendo caracoles y se paró frente al Ayuntamiento y sacó una poesía: "Si los caracoles que llevo se me volvieran leones, les diría: valentones, idse para el Ayuntamiento y comedse a esos ladrones".
El espiritu nómada de Miguiña acerca la tradición de juglar por los pueblos de la Comarca de la Axarquía como Arenas, Comares o Periana, en estos pueblos alternó experiencias con otros poetas.
Miguiña no se valoraba como poeta y aunque en Vélez-Málaga era muy conocido su éxito lo encontró en ciudades como Granada, Sevilla, Cádiz o Córdoba.
Miguiña murió en 1956 como consecuencia de un brote de esquizofrenia.
El historiador Veleño Juan Fernández Olmo ha editado un libro con la vida y obra de este artista para mantener viva su memoria durante muchos años.
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