Viviendas de los vecinos de Periana afectados por el terremoto.
El día 25 de Diciembre de 1884 cuando faltaban diez minutos para las 9:00 de la noche, la tierra explotó en Periana y los perianenses se tiraron a la calle esquivando las grietas que se abrían y eludiendo los muros de las casas que se desplomaban. Corrían y corrían y no sabían a dónde, algunos incluso llegaron a Riogordo y Colmenar. El terremoto destruyó por completo la aldea de Guaro y el cortijo en el Batán apareció una grieta de más de 1.5 metros. El cortijo de Zapata permaneció intacto, pese a la proximidad del hundimiento. Fueron numerosos los arrastres de tierras árboles trasladados de unas fincas a otras.
En un censo de 4.060 habitantes, que son los que tenía Periana en aquel tiempo, hubo 58 muertos y 18 heridos graves.
De las 506 viviendas del núcleo urbano fueron destruidas 158 y del diseminado 191 fueron destruidas 164. También fueron convertidos en escombros la Iglesia, el Ayuntamiento y el Cuartel de la Guardia Civil, edificios que se encontraban en la llamada Plaza de la Constitución.
La falta de ayuda inmediata, debido principalmente a la carencia de vías de comunicación provocó la muerte inevitable de muchas personas que no tenían ni vivienda ni ropa ni comida ni medicinas...
Para más inri a finales de diciembre se produjo la nevada más fuerte jamás conocida en la historia de ésta zona.
El 18 de Enero de 1885 visitó Periana Alfonso XII a visitar la catástrofe y cuantificar los daños, entregó a cada enfermo 75 pesetas y otorgó importantes donativos. Cuando otros países tuvieron alcance de la noticia también enviaron importantes donativos y materiales para comenzar la reconstrucción del pueblo.
Salieron a repartir entre Granada y Málaga casi 6.5 millones de pesetas, se reconstruyó una calle en el Carrascal y 50 viviendas, dos escuelas y una Iglesia en la Lomilleja.
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