18/02/2024 - www.axarquiaplus.es
La mujer, nacida el 9 de febrero de 1917, falleció el pasado jueves después de conmemorar su cumpleaños en compañía de sus dos hijas, seis nietos, nueve bisnietos y tres tataranietos.
Carmen Rodríguez Moreno, nacida durante la Primera Guerra Mundial el 9 de febrero de 1917 en Los Baños de Vilo, Periana, falleció el pasado jueves en su residencia de Málaga a la edad de 107 años. Casada con Antonio Sánchez Rodríguez, quien falleció en 2001 a los 84 años, tuvieron dos hijas, María del Carmen y Victoria, que a su vez les dieron seis nietos. La celebración de su cumpleaños número 107 tuvo lugar el sábado 10 de febrero en la casa de una de sus hijas en Málaga, rodeada de casi toda su familia. Según publica Diario Sur.
El evento contó con la presencia de sus seis nietos (María Victoria, Paco y Mari Carmen, hijos de Victoria, y Pilar, Toñi y José, hijos de María del Carmen), así como nueve bisnietos y tres tataranietos, cuyas edades oscilaban desde los siete años hasta el más joven, de tan solo uno. «Estaba ya muy débil, pero por lo menos pudimos festejarle los 107 años», compartió Pilar Martín, de 52 años, una de las nietas. Apenas cinco días después de la celebración, Carmen falleció en su hogar de la capital malagueña el pasado jueves debido a causas naturales.
«Hasta la Navidad de 2022 estuvo muy bien, con 105 años, hablando con todo el mundo y muy pendiente a todo, este último año ha sido ya mucho más duro, porque no veía ni escuchaba bien», confiesa la nieta, quien recuerda una anécdota de aquellas Navidades, entre risas y lágrimas: «Le dije, mira abuela, qué guapa estoy con este vestido, y ella me respondió sí, pero esa falda es muy corta».
Sus familiares la recuerdan como una mujer dedicada al campo junto a su esposo, cultivando olivos, naranjos, melocotones, perales y hasta un cerezo en su casa rural en Río Seco, cerca de la Villa Turística. Tras el fallecimiento de su esposo hace 23 años, Carmen alternó entre las casas de sus hijas en la capital, pero siempre encontraba alegría en regresar a su querido pueblo y reunirse con sus vecinos.
La centenaria residente de Periana fue despedida con emotividad por parte de sus familiares y amigos, encontrando su último reposo en el cementerio local junto a su esposo después de vivir una vida plena que se extendió por más de un siglo. Descanse en paz.
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