Hace unos días la Comunidad de Regantes de la Acequia de Guaro hacía un comunicado, poniendo en conocimiento de sus regantes que debido a la sequía que estamos padeciendo se ven obligados a suspender temporalmente el riego del olivar, el agua que se pueda disponer irá dirigida al riego de los árboles más frágiles como el de frutales. No se ha hecho esperar la respuesta en redes sociales, comentando por la gran mayoría de perfiles que el principal cultivo en Periana es el olivar y no del cultivo de frutales, principalmente, haciendo relación al cultivo de árboles tropicales, que se están haciendo hueco por la Alta Axarquía.
En este sentido Rafael Núñez Ruiz ha plasmado una reflexión que titula de indignación que os trascribo literalmente.
INDIGNACIÓN
Hay quienes vienen almacenando agua y sustrayéndola de forma irregular para el riego de los aguacates. Aun así, con esta sequía o las que vengan, ni por esas: querrán que les costeemos un trasvase. El plan de riego y la acequia de la Comunidad de regantes de Periana no fueron pensados ni planeados para cultivos subtropicales, del tipo de los aguacates, sino del terreno, es decir, mediterráneos. Es una perversión del planteamiento original y del uso y suministro del agua de riego, costeados entre todos los regantes cuando ni había aguacates ni se preveía tal distorsión. En lugar de advertir del alto riesgo, en nuestro terreno y clima, de la expansión de cultivos como el el aguacate, cosa que algunos venimos haciendo desde hace algún tiempo, desde la Comunidad se les privilegia y se protegen las prácticas irregulares de modo oficial. El plan de de las tierras de regadío de Periana y las instalaciones de riego son un patrimonio municipal de los cultivos históricos del terreno y clima mediterráneos, es decir, de los cultivos adaptados a las condiciones de suelo y clima de nuestro municipio. La expansión de otros cultivos puede llevar a la desertización del territorio, cosa que está sucediendo, y a inflar burbujas especulativas, pensadas solo a corto plazo, como la de unos cultivos subtropicales, que se extienden sin control alguno, a costa de hipotecarnos el futuro. No podemos estar conformes con el apoyo desde la Comunidad a planteamientos e inversiones especulativas a muy corto plazo, a costa de los cultivos adaptados a nuestro medio, que por otra parte constituyen un patrimonio absolutamente singular. Es el caso, reconocido en el mundo oleícola gracias al esfuerzo de generaciones, del olivar y aceite verdial. Por último: ¿Qué hace un presidente del Consejo Rector de la Cooperativa San Isidro actuando en contra de los intereses de los cooperativistas? ¿Qué legitimidad tiene, a pesar de haber sido votado, para ejercer de presidente de la Cooperativa San Isidro en contra de los productores?.
Y, por favor, no pervirtamos el lenguaje: la aceituna también es un fruto o una fruta.
Rafael Núñez
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