PREGÓN FIESTAS DE SAN ISIDRO
Periana 11 de mayo de 2007.
Buenas noches, alcalde, concejales, mayordomos, vecinos y vecinas, amigos y amigas, visitantes todos de Periana. Bienvenidos.
He sido amablemente invitado por vuestro alcalde Adolfo, a petición de la Junta de Mayordomos, para pronunciar este año el Pregón de las Fiestas en honor de nuestro Santo PATRÓN SAN ISIDRO LABRADOR, y continuar así con la celebración del viejo y renovado rito del comienzo oficial de la Fiesta.
Agradezco este inmerecido honor que me hacéis, al permitirme dirigiros la palabra a todos vosotros, vecinos y vecinas del pueblo y, también a todas las personas que habéis acudido hasta aquí por la buena fama de hospitalidad que, merecidamente, nos hemos ganado, para disfrutar de estos festejos conocidos y apreciados en toda la provincia y más allá de sus límites.
Yo, criado en la Fuente, saludo a los vecinos de la Fuente, de la Cruz, del Carrascal, de la Quinta, La Lomilleja, El Barrero... y a los de La Negra, Guaro, Moya, Vilo, Mondrón, Los Baños de Vilo, Los Marines, Pollo Pelao, Regalón, La Muela, Cortijo Blanco, El Aguadero, El Cañuelo, Río Seco, Las Mayoralas... y todos los demás núcleos diseminados que abrazan como hermanos al pueblo.
Yo, un Arranquina, embajador de Periana en la cercana Torre del Mar, doy la bienvenida a este Pregón a los Serenos, Cagachines, Caribes, Bigotecanos, Conde, Cuerno, Ropaje, Niña Bonita, Malaga, Cucos, Josecojo, Moro, Oreja, Maleta, Carabina, Pocete, Camarillas, Frasquerres, Panseco, Frasquete, Manchao, Rechochos, Carrionas, Campanillón, Tulipán, Perfeto, Tapaeras, Ramplas, Escobosa, Yescas, Gallardo, Buscas, Tito Pepe, Meina, Broches, Corro, Obispa, Pulga, Gazpacho, Alegre, Las 24, Matuza, Paulillo, Nervios, Mollete, Carreteras, Junco, Balastrera, Mendas, Telesforo, Castaña, Mañi, Gallotuerto, Casablanca, Canito, Saturno, Perdigones, Ritos, Cafe, Americano, Mechiné, Candelas y a todos aquellos que por olvido haya omitido.
Tras este saludo inicial, quiero hacer otro emotivo y muy especial para dos personas que lo estarán escuchando, sin lugar a dudas, desde otra Tribuna más alta que esta terrenal, ¡DESDE EL CIELO!. Me refiero a mis padres, Teresa y José, José y Teresa... ( La Teresa de la Julia y Pepe el del Cortijo de los Arroyos) que en poco tiempo se fueron uno tras otro.
Si para un hijo es un orgullo tener una madre y considerarla una REINA, mayor motivo de satisfacción es que ese reconocimiento sea compartido por sus paisanos. Sí, a mi madre, vosotros, pueblo de Periana, la elegísteis REINA DE LAS FIESTAS de la Tercera Edad, hace ahora 10 años. Con orgullo, amor y honor custodio esta diadema y banda que vosotros le pusísteis en el pecho y yo guardo en mi corazón. Os doy las gracias desde esta tribuna pública.
Aparte de hijo del pueblo, también lo soy de unos de sus ritos más ancestrales. Como bien sabéis, en Periana existe la costumbre según la cual, el 24 de junio, la noche de San Juan, los niños herniados son pasados por una rama de mimbre, pero deben hacerlo un varón llamado Juan y tres mujeres llamadas María. Si pasado un tiempo, la rama florece, la tradición afirma que el niño se curará. Pues a mí me pasaron por la mimbre y se ve que entre que la rama floreció y la Dolores del Chico Martín, (q.e.p.d.) usó sus dones para curar, a día de hoy no he tenido necesidad de ir al quirófano para este menester.
De mi vida solo voy a contaros unos retazos. Cuando conocí a mi padre tuvo que emigar, como otros tantos andaluces y andaluzas, primero a Francia y más tarde a Alemania, para sustentar a la familia y poder ofrecer un futuro distinto a sus hijos. Afortunadamente nuestro pueblo, solidario como el que más, no sólo no envía ya a sus hijos a otras tierras a emigrar, sino que recoge a los que se fueron y acoge a los inmigrantes. Curiosamente mi padre, que fue emigrante durante 25 años, fue atendido en sus últimos meses de vida junto a su hija e hijo, por una persona inmigrante con todo cariño y respeto.
De mi infancia recuerdo con especial cariño la escuela del Carrascal con la Srta. Menchu como mi primera e inolvidable maestra. Era humana, tierna, cariñosa, ... eran otros tiempos en que se daba leche en polvo en las escuelas. Más tarde, los primeros cursos de primaria en la casa-escuela de D. Francisco la Rafaela (q.e.p.d.) y por último la EGB en "el instituto". Por cierto Alcalde, que el pueblo necesita un colegio, pues lo que tiene son dos institutos - uno de ellos habilitado como colegio -. Estoy seguro de que tú lo conseguirás en un futuro no lejano.
Mi infancia son recuerdos de un monaguillo. Durante ocho años toqué las campanas de la iglesia. Muchos toques de campanas, misa ordinaria, de difunto, de sábado gloria, de casados, de rosario, campanas de muerto, campanadas de hombre, campanadas de mujer, muertos por igual con toques en número desigual, ángeles somos del cielo venimos, pan y tocino de todos queremos... bellotas, castañas, noche de santos, noche de diversión, Nikara 3, Capri, paseos por la Peña, teatro en la iglesia días de quintos, reuniones en los salones del antiguo Ayuntamiento con Antonio "el Mellizo", con Antonio Ranea, con Marchena, Antonio Zorrilla, Enrique Caro, entre otros amigos
para publicar la LIBRETILLA, revista popular, muy casera y que gozó de gran aceptación, aunque en nada comparable con la calidad y presentacibn de la actual ALMAZARA.
En este preciso momento, es justo y por mi condición de Inspector de Educación una obligación, reconocer y felicitar publicamente a los autores del magnífico libro que sobre la HISTORIA DE PERIANA nos han regalado los profesores Rafael Núñez y Diego Ruiz, con la seguridad de que ese trabajo serio y riguroso, sin precedentes en nuestro pueblo, contribuirá indudablemente a un mejor conocimiento y fijación de nuestras señas de identidad. Un pueblo que conoce su propia historia, sabe caminar y sabe a donde va.
Mi infancia son recuerdos de tardes de jugar al fútbol en la peña con los amigos, tras la salida del colegio, o en el instituto, de jugar a los platicos, a las monedas, a los indios, de idas y venidas al Tajo Navas, al Fuerte, La Peña, La Estación. De reuniones de amigos los sábados por la tarde en la parte alta de la entonces tasca de la Fuente, más tarde en el Bar de Benitez,, en el patio de Panseco - el Bar de Fermín- y más tarde en el Huerto que llevaba Antonio (q.e.p.d), en la Cruz, camino del cementerio.
Mi infancia son recuerdos de mi padre con boina negra y maleta de madera dándome un beso de madrugada, mientras él creía que yo dormía, antes de coger el taxi de Guerrero que lo llevaba a Málaga. Son recuerdos de calles empedradas que se levantaban para dar paso al hormigón y al cemento. Son recuerdos de la luz de 125 que se iba cada dos por tres, de hilos de la luz colgando de
las paredes de las casas, de niños agolpados, sentados en el suelo, tomando un vaso de La Casera por seis reales para poder ver Bonanza, Jim West, El Virginiano o Daniel Bum, en el Bar de Muñoz porque entonces había pocas familias con tele en el pueblo.
Cuando llegaba San Isidro, mi casa se quedaba pequeña, como todas las casas del pueblo, pues todos los hijos e hijas de Periana, que se encontraban fuera de él volvían para reencontrarse con
familiares y amigos en torno al Santo Patrón. Era obligado echar los colchones al suelo para dar cobijo a tanto huésped.
También está grabada en mi retina las noches de verano, en la que los vecinos y vecinas sacaban sus sillas a la puerta de la calle y departían hasta altas horas de la rnadrugada.
Ingresé en el Serninario, allí estudié y me formé como persona hasta que lo cerraron. Guardo un recuerdo especial del día que ingresé, pues ese día mi padre se iba para Alemania y al dejarme en la puerta del Seminario, antes de continuar el viaje en el taxi de Guerrero (q.e.p.d) hacia el aeropuerto, me mostró el pasaporte que llevaba y me dijo " hijo, estudia, que te hagas un hombre de provecho y no tengas que renovármelo" Esa frase se me quedó grabada y en los rnomentos difíciles me servía de estimulo para continuar.
El resto de mi vida académica y profesional se ha desarrollado fuera de Periana, pero eso no ha impedido que retorne a mi cuna, especialmeute en la Fiestas de San Isidro.
Santo Patrono, ¡he vivido muchos San Isidros! como monaguillo primero, como estudiante después -siempre coincidían los exámenes por estas fechas- pero nunca falté. Corno anécdota te contaré que hice la mili en Estella (Navarra) y cuando llegaron tus Fiestas, el día en que había que procesionarte caía en sábado. Cuando terminé en el cuartel a las seis de la tarde del viernes 14, como no tenía combinación para venir a Málaga a tiempo de la procesión, decidí hacer auto-stop (Estella-Vitoria-Burgos-Madrid-Toledo-CiudadReal-Córdoba-Antequera-Málaga Puente Don Manuel y por fin Periana a las 2 de la tarde de tu día, el 15, el tiempo justo de colocar mi pañuelo en el varal del trono, bañarme, reponer fuerzas, y portarte sobre mis hombros, con el uniforme de militar, cumpliendo con la tradición. Cuando te encerré en tu casa, a las tres de la madrugada, sin descanso y con fuerzas renovadas tras portearte, cogi mi petate y tuve la fortuna de que un viajero anónimo, una vez en Málaga y cumplida mi promesa, me llevase directamente hasta el cuartel en Estella, cuando su camino era otro, evitando de esta forma llegar tarde y ser arrestado.
Son muchas las imágenes y escenas de tu recorrido por el pueblo que se agolpan en mis recuerdos; pero hay una que emerge con una fuerza especial: TU CAMINAR SOBRE LA FUENTE porque los costaleros que te llevan, lo hacen con tanta devoción y fervor que eres tú el que camina sobre sus pies prestados. iQue bien y majestuosamente te llevan! Casi te toco con mis manos y tu mirada y la mía se cruzan, una vez más, y se fijan a escasos centímetros, cómo late el corazón en estos momentos, cuantos sentimientos, cuantas emociones, lágrimas de fe contenidas, nudos en la garganta, recuerdo de los ausentes, promesas ..., cuanta comunicación y con que intensidad en escasos minutos.
Existe una leyenda que explica que un día de invierno y mientras se dirigía al molino con un saco de grano sintió compasión de los pájaros que en la nieve ya no encontraban alimento y que estaban a punto de morir. lsidro limpió un pedazo de tierra apartando la nieve y vació allí la mitad del saco. Al llegar al molino resultó que el saco estaba tan lleno de grano como antes.
Llenos están de trigo los sacos que cada año vaciamos a tu paso desde balcones, balates y ventanas, pero no es cereal lo que echamos sobre tus andas; esos millones de granos que salen de los sacos repletos de promesas, son millones de gracias, de peticiones, de esperanzas, de milagros y de ilusiones.
El martes, cientos de personas, al contemplar como te procesionamos, sentirán un pellizco en el corazón y te harán la siguiente pregunta:
- ¿SAN ISIDRO, volveremos a estar juntos el año que viene tu y yo?-
No, no es una falta de respeto. A San lsidro los de Periana le habiamos de tú, porque forma parte de nuestra familia, porque nos acompaña en el desayuno, almuerzo y cena de cada día, cuando viajamos y en cada acto de nuestro vivir cotidiano, a través de esa imagen suya que todos tenemos puesta en el lugar más cálido y acogedor de nuestras casas, en el salpicadero del coche, en el llavero o en la cartera que llevamos en el bolsillo.
Pero, si por un deseo del Creador alguno de los aquí reunidos, no estuvieramos en este mundo el año próximo, que no se aflija ni apene, que estará con él en el cielo: en una parcela especial que
San lsidro junto con su mujer, Santa María de la Cabeza, y la complicidad de los ÁNGELES YUNTEROS cuida para nosotros: los hijos de Periana. Un paraiso donde los campos están repletos de espigas de oro de olivos que dan aceituna verdial y melocotones que saben a gloria bendita. Y abundan los manantiales de donde brota el agua procedente del lavadero de la Cruz y de la Fuente.
Y nosotros, pueblo de emigrantes en los lugares más recónditos del munclo: Francia, Alemania, Bélgica, Suiza, Argentina o Australia o en nuestro país: Barcelona, Madrid, Durango, Sabadell, Santa Coloma de Gramanet, Hospitalet, Bilbao, Málaga..., hoy recibimos inmigrantes. Ayudémosles a integrarse entre nosotros, sigamos siendo el pueblo tolerante, abierto, hospitalario y solidario que nos distingue y que San Isidro, en un futuro muy cercano, forme también parte de sus vidas.
A todos vosotros: niños, jóvenes, adultos y ancianos, yo, inmerecido pregonero de vuestra fiesta mayor, os invito a que durante estos días desterréis de vuestra vida toda sombra de tristeza o preocupación y os entreguéis en cuerpo y alma al disfrute, al gozo y la diversión.
Perianenses, gritad conmigo,
¡VIVA SAN ISlDRO ! ¡VIVA PERIANA!
Periana 11 de mayo de 2007
José Antonio Guerrero Zorrilla
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