Una vez finalizado el Pasacalles de la Banda de Música Municipal de Periana, la Plaza de la Fuente acogió a centenares de personas que se congregaron para asistir al Tradicional Pregón de las Fiestas Patronales.
A las 21´30 horas aproximadamente, Francisco José García Mateos
(Mayordomo de San Isidro 2012) dio la bienvenida a todos los vecinos y
vecinas presentes en la Plaza. Recordó el nombre de los hombres y
mujeres que han pregonado las Fiestas en Honor a San Isidro y la singularidad de cada uno de ellos.
Buenas noches vecinos y vecinas de Periana.
Un año más, y como viene siendo habitual,
los Mayordomos de San Isidro os damos la bienvenida a la Fiesta en honor a nuestro
Santo Patrón San Isidro.
Fiestas que deseamos que sean del agrado de
todos los habitantes de nuestro pueblo y de todas las personas que vienen a
visitarnos, ya que han sido preparadas desde la humildad, esfuerzo e ilusión
para que el nombre de San Isidro y de Periana sean identificados con alegría y
felicidad.
Desde hace algunos años, las Fiestas
patronales de San Isidro han sido oficialmente inauguradas con el tradicional
pregón que muchos de nuestro paisanos han preparado con emoción, y es que en
el 2012, celebramos el 25 aniversario
del primer pregón en Periana
Desde el año 1988, cuando nuestro paisano Don
José Luis Navas Carrasco inició la trayectoria pregonera en nuestras fiestas,
han sido muchos los nombres que nos han emocionado, nombres que, seguramente
todos recordamos, como a:
Don Jose Luis Navas
Carrasco
Don Carmelo
Martínez Infante
Don Fernando Arcos
Don Rafael Núñez
Ruiz
Don Miguel Blanca
Gómez
En todos los pregones vividos, siempre
hemos podido notar la añoranza que los pregoneros sienten por su tierra de
origen, y es que es muy difícil no recordar el pueblo de Periana, y más en el
mes de Mayo, de esta forma, agradecer también a:
Don Antonio Ruiz
Torés
Don Antonio Moreno
Zorrilla
Don Antonio
Zorrilla Ruiz
Don Francisco
Santos
Don Francisco
Arrebola Larrubia
Muchos de nuestros pregoneros son
recordados por su trayectoria profesional, pues tenemos el orgullo de haber
contado con pregoneros profesores, periodistas, ingenieros, médicos, párrocos, entre
otras profesiones, como pueden ser:
Don Juan Manuel
Núñez Arrebola
Don José Luis
Clavero Moreno
Don José Luis
Clavero Toledo
Don Dionisio
Camacho González
Doña Pilar Barroso
García
Todos los pregones
son diferentes,
Todos los pregones
agradecidos por la gente
Ya sea hombre o
mujer
Todo pregonero en
Periana parece renacer
Hemos tenido
pregones de todas clases
Emotivos,
divertidos y audaces
Fijaros si hemos
tenidos distintos tipos
Que hasta el pasado
año alguien se atrevió
A realizar en verso
su pregón.
Don José Antonio
Guerrero Zorrilla
Don Jesús Isidoro
Zorrilla Martín
Don Mercedes
Alarcón Fernández
Don J. Manuel
Zorrilla Barroso
Don José Manuel
Frías Raya
Tras el pregón que posteriormente realizará
nuestro amigo Antonio, hemos completado la lista de pregoneros de los últimos
25 años, lista que sin duda seguirá aumentando, y conseguirá emocionarnos a
todos y a cada uno.
Ya para finalizar, agradecer enormemente al
pueblo de Periana y sus aldeas la colaboración que siempre tienen con los
Mayordomos de San Isidro, a los comercios que ayudan a este grupo de personas a
organizar las fiestas, gracias al ayuntamiento de Periana por su colaboración y
trabajo que realizan cada año.
También queremos dar la bienvenida e
invitaros a que disfrutéis de las Fiestas a todas aquellas personas que viven
con ilusión su primer San Isidro, como por ejemplo nuestro párroco Don Sergio
Alin, que sin duda recordará su primer San Isidro en el pueblo de Periana con
ilusión, alegría y devoción.
Doy paso a nuestro alcalde, Don Adolfo
Moreno Carrera, quien realizará la presentación de nuestro pregonero.
Nada más que desearos que paséis unas
felices Fiestas y ¡VIVA PERIANA! y ¡VIVA SAN ISIDRO!
El Alcalde de Periana, D. Adolfo Moreno Carrera, comenzó su elocución incidiendo en la gran labor que desempeñan, cada año, los Mayordomos y Mayordomas en la organización de las Fiestas Patronales.
Continuó presentando al Pregonero D. Antonio Frías Zorrilla,
vecino natal de Periana y que actualmente reside con su familia en la
provincia de Almería. El regidor municipal le agradeció su
disponibilidad para pregonar las Fiestas de San Isidro 2012.
D. Antonio Frías Zorrilla comenzó su intervención dando la bienvenida a todos los asistentes y agradeciendo a los Mayordomos y Mayordomas que fuese designado Pregonero de San Isidro 2012.
En su Pregón se pudo diferenciar tres grandes bloques:
- Infancia: descendencia genealógica, domicilio en la
Plaza de la Fuente, homenaje a sus amigos y amigas de la niñez con
quienes jugaba, escolarización en el colegio y en el primer instituto de
la localidad.
- Mejora en servicios e infraestructuras experimentada en Periana. Uso de las nuevas tecnologías.
- San Isidro, Santo Patrón de Periana.
Pregón de la Fiesta de San Isidro de Periana 2012
Antonio
Frías Zorrilla
Buenas
noches paisanas, paisanos y visitantes. Bienvenidos a la Plaza de la Fuente,
lugar entrañable y emblemático de nuestro pueblo.
Creo
que el motivo de que yo esté esta noche aquí, de este lado del micrófono, es
fruto de mi condición de perianense, de la amabilidad de los mayordomos y de la
casualidad. No tengo más méritos que justifiquen el honor que me brindáis,
dándome la oportunidad de dirigiros unas palabras, que han sido escritas más
con el corazón que con la cabeza. Quiero pensar que esta situación se ha
producido, como otras cosas en la vida, por azar. Hace dos años, el pregonero
de esta fiesta fue un Zorrilla, el año pasado fue un Frías; pues bien, como yo
tengo ambas condiciones, era muy probable que me tocara a mí este año, como así
ha sido. Aquí estoy, feliz de compartir con vosotros este momento. La mayoría
me conocéis por mi apodo, Antonio de la Purita, como mi padre. Pero también me
reconozco si me llamáis Duardillo, Manchao, Zorrilla o Chupo, que son mis ramas
genealógicas en el pueblo.
Vengo
a reivindicar esta noche mi condición de hijo de este pueblo. No traigo título
de propiedad material, mi título es de propiedad sentimental y colectiva,
compartida con todos vosotros. Esta Plaza de la Fuente de Periana me pertenece
y yo le pertenezco a ella. Yo nací en esta plaza y lo podéis tomar al pie de la
letra. Una tarde de otoño, mi madre se encontraba barriendo su puerta,
embarazada de mí, se sintió indispuesta y al rato doña Margarita cortaba el
cordón umbilical que me unía a ella. Así, sin salir de esta plaza, empezó mi
vida en este pueblo.
Voy a
contaros una porción pequeña de la historia de nuestro pueblo a través de la
mirada de un niño, que nació y se crió en él y cuyos recuerdos siempre le han
acompañado, a pesar de llevar ya muchos años fuera. Espero que mis recuerdos
sean buenos recuerdos para los que formáis parte de ellos.
La Plaza de la Fuente es el núcleo físico del
que surgió Periana hace más de dos siglos. En los años sesenta del siglo pasado
este lugar era también el núcleo social de la vida del pueblo. En aquellos
años, todavía el Arroyo de Cantarranas dividía al pueblo en dos partes, que
solo podían franquearse por la carretera y por la fuente. Por aquí discurría
toda la vida del pueblo y yo, que vivía en ella, podía observarla sin moverme
de mi entorno más cercano.
Mis
padres, Antonio de la Purita y María Zorrilla, tenían su negocio en esa esquina
de abajo de esta plaza, una tienda de las de entonces, donde se vendía de todo
y cuyo horario laboral no tenía más descanso que el domingo. Ahí crecimos mi
hermana Puri y yo, entre sacos de grano, medidores de aceite y de petróleo y
todo tipo de productos que se despachaban a granel, en cartuchos y pliegos de
papel de estraza. Desde esa tienda, que era mi primer lugar de juegos, podía
ver el fluir de personas y animales, que tenían el paso y la parada obligada en
la Fuente. Recuerdo el tránsito de las piaras de cabras, de ovejas, de vacas o
de cerdos que abrevaban en las pilas antes de salir a carear y cuando
regresaban. Las bestias tenían una parada obligada en la fuente, cargadas de
aceitunas, de avenate, de duraznos o algarrobas.
De
los vecinos que conocí en mi infancia quedan muy pocos entre nosotros. Solo uno
ha quedado indemne con el paso del tiempo; es un gañán de mediana edad, dueño
de una yunta de bueyes, que anteponía la devoción a la obligación y, cuentan,
que alguien le echaba una mano en la faena. Pasa desapercibido trescientos
sesenta días del año, discreto, en su hornacina, y cinco días de cada año
recobra todo el protagonismo en el pueblo.
El gañán Isidro es nuestro símbolo local.
Los
niños de los sesenta íbamos a escuelas unitarias de primaria, yo pasé por la de
don Francisco García y me cambiaron a la de don Francisco Guerrero. Todavía
recuerdo las máximas que copiábamos cada mañana a primera hora. La que ellos
nos aplicaban a nosotros era animarnos a seguir estudiando. Nuestra vida social
tenía como escenario la calle, jugábamos a las bolas, los platillos, los
trompos, la rueda, etc., no había máquinas con pantallas y botones. Al lado de
mi casa, la bajada a la Plaza del Mercado y el Lavadero estaba empedrada, el emporlao
llegó más tarde, y la recuerdo como un hervidero de niños jugando, bastaba con
hacer un hoyo entre las piedras y un puñado de bolas para estar jugando hasta
el anochecer, actividad que solo se interrumpía para merendar un hoyo de pan
con aceite y azúcar.
De mi
infancia recuerdo aquellos teléfonos con teclado de rueda y la centralita de
clavijas, una comunicación triple que tengo asociada a la frase: “África,
póngame con el uno cinco”. La llegada de la televisión marcó un hito, ésta vino
a quitarle el puesto al cine de Periana, que ante tal competidora entró en
decadencia y terminó desapareciendo. El primer televisor de ámbito público que
yo recuerdo fue el del bar Los Nervios. Las colas de niños, venidos de todas
partes, nos agolpábamos en el gran salón esperando los Chiripitifláuticos o las
películas de Bonanza, el Virginiano o Tarzán. Con la televisión afloraron
nuestros ídolos musicales, que emulábamos haciendo ruido con baterías de cartón
y guitarras con elásticos, la música estaba en nuestra cabeza.
Los
niños de los sesenta, en pueblos pequeños como el nuestro, teníamos un reto
crucial para nuestras vidas. En Periana solo había educación primaria, que
entonces llegaba hasta los diez u once
años; si querías seguir la educación secundaria tenías que irte de tu casa y de
tu pueblo. Esta situación ya fue explicada en primera persona por un pregonero
anterior, mi primo Manolo Zorrilla que, como tantos otros, fue un niño de los
internados de aquellos años.
Pero
la generación a la que yo pertenezco tuvo una situación distinta. Al final de
los sesenta se construyó en Periana un edificio escolar nuevo, que se publicitó
como instituto de educación secundaria, aunque técnicamente era una extensión
del instituto Reyes Católicos de Vélez-Málaga. Esto convirtió a nuestra
generación en la primera que podía realizar los estudios de secundaria sin
salir de su pueblo. La ilusión que este hecho despertó en el pueblo fue enorme.
El primer curso de bachillerato elemental comenzó en Periana con cuatro grupos
y unos cien niños que procedían de todo el término municipal, desde Mondrón
hasta La Venta Baja y desde Los Marines hasta La Muela y el Cortijo Blanco. Por
primera vez estudiábamos asignaturas diferenciadas y se dotó de una plantilla
de profesores especialistas. Pero aquella situación venía acompañada de algo
que nadie nos dijo, ni a nosotros ni a nuestros padres. Fuimos la generación
que ganó y perdió el instituto, porque después de esos primeros cien niños ya
no se matricularon más en ese “instituto de Periana”. La razón fue que la Ley
General de Educación de 1970 había extendido la educación primaria obligatoria
hasta los 14 años, creando la Educación General Básica. Nosotros fuimos los
últimos de un sistema escolar que cambiaba, pero tuvimos la suerte y fuimos los
únicos en hacer el bachillerato elemental en nuestro pueblo. Digo esto en
descargo de aquella generación de padres, los nuestros, que vieron como un
triunfo el que llegara el instituto a nuestro pueblo y como una derrota el que
solo duró cuatro años y tuvieron que enviar a sus hijos fuera para que
continuaran los estudios de secundaria. Ellos no tuvieron la culpa, el motivo
fue el cambio del sistema educativo. Como todos sabéis, el instituto de verdad,
con continuidad, tardó casi veinte años en llegar a nuestro pueblo y ser el
actual IES Alta Axarquía, donde han estudiado las últimas generaciones de
perianenses.
Aquellos
niños, de la generación del instituto, cambiamos los juegos en la calle por la
pandilla de amigos y amigas. No había muchas opciones y teníamos que inventar
nuestros lugares de ocio. Uno de esos lugares fue el Salón del Cura, donde
pasamos largos ratos jugando al pingpong o las cartas y descubrimos los bailes
al son de un tocadiscos. Después vinieron el teleclub y más tarde las
discotecas. Recuerdo que, en esos años, las fiestas de San Isidro tenían un
significado especial porque las vivíamos intensamente. Los paseos en las norias
y las barquillas, las carreras de cintas a caballo y en bici, o el tiro al
plato ocupaban las días de feria y la caseta del baile era el punto de
encuentro de todos, para divertirnos hasta que el cuerpo aguantase.
Tuvimos
que salir del pueblo a terminar el bachillerato y algunos lo hicimos en
Vélez-Málaga, yendo y viniendo todos los días en un autobús de línea. Allí nos
llegó el fin de la dictadura y los primeros cambios políticos que despertaban
nuestra curiosidad. Desde entonces tengo una sensación que todavía me acompaña,
hacer proyectos fuera, pero desear el regreso a mi pueblo.
Después
llegaron para mí los estudios en la universidad de Granada, al tiempo que me
echo novia en Periana. Termino la universidad y antes de casarme y formar una
familia, participé en la segunda corporación local de la democracia en Periana,
siendo alcalde Rafael Zorrilla. Pero todos estos proyectos cambiarían por uno
nuevo, para el que yo me había preparado durante largo tiempo. Encuentro
trabajo en Almería y me traslado allí, dejando en el pueblo a mi mujer y a mi
primera hija. Hago proyectos fuera y sigo ligado a Periana.
Me he
convertido en un perianense observador de su pueblo en la distancia. De eso os
quiero hablar, de cómo veo a nuestro pueblo. Periana ha cambiado mucho y para
bien, lo noto más desde que no vivo aquí. Si nos alejamos unos años, puedo
decir que a este pueblo no lo reconoce ni la madre que lo parió.
Los
logros son palpables, cuesta enumerarlos; se concretan en infraestructuras que
lo embellecen y en servicios que mejoran la vida de sus habitantes. Es difícil
hacer un recuento exhaustivo, pero… un instituto, una piscina y polideportivo,
un gimnasio, un centro cultural, un centro de salud, un nuevo ayuntamiento, un
teatro, un paseo, un parque de bomberos, un campo de fútbol, etc., qué duda
cabe que han mejorado a este pueblo. El mérito es colectivo y a su logro han
contribuido todos los alcaldes y sus corporaciones, desde las primeras,
encabezadas por Rafael Zorrilla, hasta las últimas, por Adolfo Moreno.
Pero
el pueblo no lo forman las plazas, los paseos, los edificios o las calles. El
pueblo lo constituyen sus paisanos. Donde haya un perianense, allí está
Periana. Lo que hagan sus habitantes es lo que forma el pueblo y le da vida.
Por ello me llena de satisfacción comprobar que, además de cambiar la fisonomía
de nuestro pueblo, ha cambiado también la actividad de los perianenses. Me
alegra conocer la existencia de la asociación cultural Almazara, impulsada por
Rafael Núñez con un magnífico equipo de colaboradores. Contando la historia y
la actualidad de nuestro pueblo están haciendo historia. Me satisface conocer
cada vez más proyectos culturales que implican a más personas y se plasman en
una magnífica banda de música, grupos de baile, panda de verdiales, semana
cultural, carnavales, día del aceite verdial…
Los
tiempos cambian y las nuevas tecnologías nos traen otras formas de hacer
pueblo. Los perianenses nos subimos a ese tren. Son muchos los sitios en
internet que dan cuenta de ello, con personas como Gema Frías que, con su
constante labor en la red, nos hace sentirnos más cerca de vosotros a los que
vivimos fuera de nuestro pueblo.
Los
tiempos cambian, y no corren buenos tiempos, como todos sabéis. Los impuestos,
el paro, los recortes… nos están poniendo la vida más difícil. Antes os hablaba
de los esfuerzos que hicimos los niños de mi generación para completar los
estudios. Ahora quiero pediros a los padres y madres que tenéis hijos
estudiando, que los animéis para que completen su educación secundaria, ellos
tienen la ventaja de poder hacerlo sin irse de su casa. Y que luego los
incentivéis para que continúen formándose, en la universidad o en la formación
profesional, pero que completen una formación, es la mejor manera de ganarle la
partida a esta situación de crisis
Los
tiempos cambian, qué duda cabe, y esto afecta también a la fiesta de San
Isidro. Para mí, San Isidro, más allá de su significado religioso, es un
símbolo de identificación perianense. San Isidro y Periana forman un binomio de
identidad cultural. Yo veo devoción y cultura, tradición y renovación,
versatilidad e integración.
La
fiesta de San Isidro es un espacio y un tiempo de encuentro, es una forma de
convocarnos y decir ¡aquí estamos, un año más! Por eso es también un momento
para acordarnos de aquellos que ya no están entre nosotros y con los que hemos
compartido muchos sanisidros.
Esta
fiesta se nutre de tradiciones, la misa, los mayordomos, la procesión, la
ofrenda de trigo, la romería,… pero también incorpora nuevos componentes
culturales, que dan cuenta de las inquietudes de los perianenses: bailes,
actuaciones musicales, gastronomía,…
De
todas las cualidades que podemos atribuir a esta fiesta, destaco su capacidad
de integración. Permite participar a todos; unos cumplen y renuevan promesas,
otros participan en las actividades lúdicas y culturales. La fiesta ha cambiado
porque cambian las personas y los tiempos, pero sigue siendo la fiesta que
integra a todos.
Es
una fiesta del pueblo y para el pueblo. Preparada con el cariño y el esfuerzo
que un grupo de perianenses han querido dedicar a su pueblo. La labor de los
mayordomos es digna de todo elogio, merece nuestro reconocimiento y nuestra
gratitud. Solo será recompensada cuando vean el fruto de sus desvelos reflejado
en nuestras caras de felicidad durante estos días. Cuando os crucéis con ellos
y con ellas, devolvedles una sonrisa, es el mejor pago que pueden recibir por
su entrega a la fiesta.
Por
unos días vamos a vivir la alegría del reencuentro con amigos y familiares,
vamos a olvidarnos de la rutina, de la crisis y de todo lo que nos preocupa a
diario.
Os
convoco, un año más, a disfrutar de la fiesta del pueblo y pido que me
acompañéis en esta convocatoria gritando:
¡Viva San Isidro!
¡Viva la fiesta del pueblo!
¡Viva Periana!
A la finalización del mismo, la Junta de Festejos le hizo entrega de una placa conmemorativa. Su mujer recibió un ramo de flores.
Todos los asistentes degustaron un exquisito ágape ofrecido por los Mayordomos y Mayordomas de San Isidro.
Desde distintos puntos de la geografía española se desplazaron para visitar su pueblo de Periana como es el caso de los Godoy que no se perdieron detalle de este San Isidro 2012.
Fotos realizadas en la noche del viernes con motivo del pregón 2012. En breve haremos un pequeño recorrido por los 25 pregoneros que componen este acontecimiento en Periana. Agradecer tantas y tantas muestras de cariño, en especial de todas esas familias que han viajado desde distintos puntos de la geografía española para reunirse y encontrarse nuevamente con sus raíces, con sus recuerdos y por hacerme participe de sus historias. Disfrutád de estas imágenes. Un abrazo a todos.
Textos: José Manuel Fernández Ortíz
Fotos: Gema Frías Luque
Textos: José Manuel Fernández Ortíz
Fotos: Gema Frías Luque
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