ADN.es 26/04/2009
Un mercado de venta directa de pequeños productores al consumidor ha logrado en Málaga ofrecer el limón ecológico a 30 ó 35 céntimos de euro el kilogramo al evitar los intermediarios, mientras que en el supermercado el limón está a 1,2 euros cuando al agricultor se le pagan sólo cinco céntimos de euro.
Y es que con esos cinco céntimos que abonaban, los agricultores de la comarca malagueña del Guadalhorce no cubrían sus costes de explotación y muchos habían optado ante esa tesitura por no recoger la cosecha, sino dejar caer el limón al suelo y que se pudra.
La alternativa son circuitos de comercialización cortos entre el campo y el lugar de la compraventa del producto y ya hay siete mercados locales así en la provincia de Málaga, donde se ha constituido un Foro Provincial por la Soberanía Alimentaria que pretende que la agricultura y la producción ecológica tenga su oportunidad en este contexto de crisis económica.
"Regiones más autónomas y no depender tanto del comercio mundial o la globalización económica y comercial e ir a una producción agrícola y ganadera más cercana con mercados locales de venta directa del productor al consumidor donde la provincia es pionera", explica el objetivo a Efe el vicepresidente segundo de la Diputación de Málaga y responsable de Medio Ambiente, Miguel Esteban Martín.
Precisa que esa comercialización directa permite que "no haya especulación de precios en los intermediarios" y que de esa forma, "se garantizan precios justo al productor y al consumidor" y este entrega una cantidad "razonable, no abusiva".
Sobre los intermediarios, comenta que "se hinchan porque no aportan nada nuevo al producto y se llevan un montón de dinero" y defiende la iniciativa de estos mercados, algunos mayores como los de las localidades malagueñas de Antequera y Coín, para "salvaguardar los intereses de productores y consumidores".
Insisten en que "la producción ecológica es una oportunidad para hacer frente a la crisis desde la agricultura", además de ser alimentos de alto nivel nutricional, no usarse en los cultivos productos contaminantes y ayudar a proteger y conservar el medio ambiente.
Sus impulsores creen que estos circuitos cortos tendrán que coexistir con otros largos, ya que el que tenga una huerta de dos hectáreas podrá comercializar sus productos en la Costa del Sol en mercados locales, pero quien posea una finca de cien hectáreas deberá salir fuera a vender porque su producción no podrá consumirse por el mercado interno.
Un reciente estudio sobre el sector ecológico en Málaga ha revelado contrastes como que esta provincia está a la cola en Andalucía en superficie agrícola certificada como ecológica con 33.000 hectáreas y, sin embargo, está a la cabeza en demanda de esos productos, especialmente en la Costa del Sol, y se exporta el 80 por ciento de la producción.
Martín asegura que la Diputación de Málaga fue la primera en constituir una mesa provincial de producción ecológica y firmó convenios para investigación y desarrollo al objeto de recuperar el pero de la ciudad malagueña de Ronda como producto ecológico y el melocotón de la población de Periana, "productos autóctonos en peligro de extinción".
Señala que el término "soberanía alimentaria" lo acuñó "Vía Campesina", movimiento internacional que aglutina a más de 180 organizaciones que representan a más de 300 millones de campesinos y que defiende el derecho político y ciudadano a que las regiones puedan decidir la política agraria, ganadera y pesquera que quieren.
Y es que con esos cinco céntimos que abonaban, los agricultores de la comarca malagueña del Guadalhorce no cubrían sus costes de explotación y muchos habían optado ante esa tesitura por no recoger la cosecha, sino dejar caer el limón al suelo y que se pudra.
La alternativa son circuitos de comercialización cortos entre el campo y el lugar de la compraventa del producto y ya hay siete mercados locales así en la provincia de Málaga, donde se ha constituido un Foro Provincial por la Soberanía Alimentaria que pretende que la agricultura y la producción ecológica tenga su oportunidad en este contexto de crisis económica.
"Regiones más autónomas y no depender tanto del comercio mundial o la globalización económica y comercial e ir a una producción agrícola y ganadera más cercana con mercados locales de venta directa del productor al consumidor donde la provincia es pionera", explica el objetivo a Efe el vicepresidente segundo de la Diputación de Málaga y responsable de Medio Ambiente, Miguel Esteban Martín.
Precisa que esa comercialización directa permite que "no haya especulación de precios en los intermediarios" y que de esa forma, "se garantizan precios justo al productor y al consumidor" y este entrega una cantidad "razonable, no abusiva".
Sobre los intermediarios, comenta que "se hinchan porque no aportan nada nuevo al producto y se llevan un montón de dinero" y defiende la iniciativa de estos mercados, algunos mayores como los de las localidades malagueñas de Antequera y Coín, para "salvaguardar los intereses de productores y consumidores".
Insisten en que "la producción ecológica es una oportunidad para hacer frente a la crisis desde la agricultura", además de ser alimentos de alto nivel nutricional, no usarse en los cultivos productos contaminantes y ayudar a proteger y conservar el medio ambiente.
Sus impulsores creen que estos circuitos cortos tendrán que coexistir con otros largos, ya que el que tenga una huerta de dos hectáreas podrá comercializar sus productos en la Costa del Sol en mercados locales, pero quien posea una finca de cien hectáreas deberá salir fuera a vender porque su producción no podrá consumirse por el mercado interno.
Un reciente estudio sobre el sector ecológico en Málaga ha revelado contrastes como que esta provincia está a la cola en Andalucía en superficie agrícola certificada como ecológica con 33.000 hectáreas y, sin embargo, está a la cabeza en demanda de esos productos, especialmente en la Costa del Sol, y se exporta el 80 por ciento de la producción.
Martín asegura que la Diputación de Málaga fue la primera en constituir una mesa provincial de producción ecológica y firmó convenios para investigación y desarrollo al objeto de recuperar el pero de la ciudad malagueña de Ronda como producto ecológico y el melocotón de la población de Periana, "productos autóctonos en peligro de extinción".
Señala que el término "soberanía alimentaria" lo acuñó "Vía Campesina", movimiento internacional que aglutina a más de 180 organizaciones que representan a más de 300 millones de campesinos y que defiende el derecho político y ciudadano a que las regiones puedan decidir la política agraria, ganadera y pesquera que quieren.
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