Sur.es 20/10/2010.
Tradicionalmente los agricultores han vivido mirando al cielo, pendientes del clima que puede bendecir o arruinar sus cosechas. Pero en los últimos años más bien parecen corredores de bolsa, siempre atentos a la cotización del llamado oro líquido, cuya evolución no es ni mucho menos tan estable como la del preciado metal. A menos de un mes de iniciar la temporada oleícola, los 22.000 olivareros malagueños comprueban angustiados cómo el precio en origen del aceite baja semana tras semana, lo que les hace temer una campaña desastrosa.
Actualmente los agricultores reciben 1,92 euros por cada kilo de virgen extra, frente a los 2,48 euros que conseguían el año pasado por estas fechas. Es casi un 23% menos, pero lo más importante es que el precio en origen actual está por debajo del umbral de rentabilidad, fijado en 2,2 euros por kilo para la mayor parte de los olivares malagueños. Es decir, los agricultores están vendiendo su producto por debajo de coste.
«El año pasado arrancamos con un precio alto que después bajó a lo largo de la campaña. Este año arrancamos con un precio bajo; veremos dónde acabamos», reflexiona Baldomero Bellido, técnico de olivar de la patronal agraria Asaja. El presidente de Hojiblanca, Antonio Luque, confirma que muchas explotaciones en la provincia «están ya en pérdidas». «Si hay algo bueno es que se está vendiendo mucho aceite. Este año España va a alcanzar la cifra de 1.330.000 toneladas, un 12% por encima de la anterior campaña récord. El consumo está aumentando a nivel mundial y eso es positivo, pero los niveles de precios están muy bajos», apunta el dirigente de la cooperativa antequerana.
En este sentido, Bellido considera incomprensible que ante «el volumen de ventas que hay, el precio del aceite no repunte». Sobre todo, añade, cuando la previsión de cosecha de este año es inferior a la de 2009. En Málaga la pasada campaña fue récord en producción, con 78.000 toneladas, pero este año se quedará en 55.000, según los cálculos de Asaja. El motivo es la llamada vecería del olivo, que alterna un año de fruto abundante con otro escaso. Una caída de producción que, sumada a los bajos precios, provocará un notable descenso en los ingresos de los olivareros malagueños.
Desequilibrio
Pero lo cierto es que el mercado oleícola no está regido por la simple ley de la oferta y la demanda. Como recuerda Antonio Luque, «hay cuatro o cinco grandes empresas comprando la mitad del aceite mundial y, enfrente, miles de productores compitiendo por vender».
El aceite de oliva lleva todo el año por debajo del umbral de rentabilidad. De hecho, las organizaciones agrarias solicitaron ya en enero la intervención de las autoridades comunitarias para poner orden en el mercado. Actualmente, con los precios aún más bajos que entonces, Asaja reitera la necesidad de corregir este «grave desequilibrio».
Lo que pide el sector es que se active el llamado almacenamiento privado, un sistema ideado por la Unión Europea por el cual los productores retienen en las almazaras parte del aceite a cambio de una ayuda pública, con el objetivo de reducir el 'stock' y subir los precios en origen. Esta medida ya se activó en julio de 2009 y permitió que la cotización repuntara hasta un 50%. Pero el producto guardado se liberó a principios de este año, propiciando una nueva caída. Ahora las organizaciones agrarias exigen que vuelva a ponerse en marcha el almacenamiento privado, pero el Gobierno español, que es el que lo tiene que pedirlo a Bruselas, no se ha mostrado por la labor hasta ahora.
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