Málaga hoy 7/03/2010.
Desde febrero de 1937 a mayo de 1957, un total de 4.374 represaliados fueron sepultados en las fosas de comunes de San Rafael, a menudo después de torturas y crímenes abominables. De éstos, sólo 2.840 (entre ellos algunos neonatos, hijos de los fusilados, que fueron depositados allí por sus madres después de morir de hambre o tifus) han sido recuperados. Y tan sólo se ha producido una identificación. Son motivos más que suficientes para que los familiares de aquellos asesinados mantengan abierta la investigación, con el fin de vincular los restos hallados a sus nombres y de encontrar los cuerpos que el olvido parece haberse tragado sólo medio siglo después.
Así lo explicó el portavoz de la Asociación contra el Silencio y el Olvido para la Recuperación de la Memoria Histórica, Francisco Espinosa, a su vez descendiente de una de aquellas víctimas. El activista se muestra ilusionado frente a los análisis de ADN que la Universidad de Málaga comenzará en unos días con el apoyo de las mismas instituciones que colaboraron en las excavaciones (Ayuntamiento de Málaga, Junta de Andalucía, el Gobierno de España y la propia institución académica), pero es consciente de las dificultades: "Desconozco las posibilidades reales de éxito. Sólo sé que la Universidad tiene ya todas nuestras muestras, y que si los resultados no son los que esperamos lo tendremos muy complicado. Ahora mismo estamos investigando una fosa común en Alfarnatejo en la que sabemos que hay enterradas tres víctimas, y sin la evidencia del ADN ya sólo tres personas nos plantean problemas, así que imagínate con 2.800". Espinosa participa de forma activa en aperturas de fosas por toda la provincia y en la investigación documental: "IU ha pedido que se excave una fosa en Arroyo Coche [núcleo perteneciente al término municipal de Antequera pero cercano a Casabermeja]; siempre ha habido constancia de que allí había enterrados ocho republicanos, pero he podido demostrar que junto a ellos descansan los restos de otras once víctimas que fueron traídas de Periana". En todos estos casos, dictaminar los nombres y apellidos de los cadáveres "depende de quien pueda atestiguar si uno estaba cojo, o tenía alguna discapacidad; y aun así siempre resulta muy delicado".Con respecto a los cuerpos no hallados en San Rafael, Espinosa tampoco se muestra muy optimista. "Sabemos que unos 600 fueron sacados de las fosas y enterrados en las parcelas normales del mismo cementerio, o de otros. En estos casos, la recuperación es prácticamente imposible. Además, creemos que muchos fueron trasladados al Valle de los Caídos en 1959, cuando Juan XXIII, que lo inauguró, pidió a Franco que hubiera víctimas de los dos bandos. Pero las investigaciones apuntan a que allí hay restos de al menos 30.000 personas sin identificar, que llegaron metidos en cajas. ¿Cómo daremos con los nuestros?" El tiempo, quizá, tendrá una respuesta.
Tras la intervención arqueológica en San Rafael, en la que se recuperaron restos de 2.840 víctimas del franquismo, los familiares mantienen la investigación para dar con los 1.534 cadáveres que no aparecieron
Restos de víctimas del franquismo encontrados durante las excavaciones en las fosas de San Rafael.
La presentación, el pasado miércoles, del informe final de la campaña arqueológica desarrollada entre octubre de 2006 y octubre de 2009 en las nueve fosas comunes del antiguo cementerio de San Rafael, que sacó a la luz restos de 2.840 cadáveres, correspondientes en su inmensa mayoría a víctimas del franquismo que fueron ajusticiados en el mismo camposanto, tuvo connotaciones de punto y aparte, de satisfacción por el trabajo culminado mezclada con el horror al conocer la atrocidad de los asesinatos sistemáticos mantenidos allí durante veinte años. Pero para muchos familiares de aquellas víctimas, el empuje a la memoria no ha terminado, ni lo hará hasta que se localicen los restos de todos los republicanos cuyas vidas terminaron en aquel infierno. La identificación de todos ellos, además, es un objetivo del que no reniegan.Restos de víctimas del franquismo encontrados durante las excavaciones en las fosas de San Rafael.
Desde febrero de 1937 a mayo de 1957, un total de 4.374 represaliados fueron sepultados en las fosas de comunes de San Rafael, a menudo después de torturas y crímenes abominables. De éstos, sólo 2.840 (entre ellos algunos neonatos, hijos de los fusilados, que fueron depositados allí por sus madres después de morir de hambre o tifus) han sido recuperados. Y tan sólo se ha producido una identificación. Son motivos más que suficientes para que los familiares de aquellos asesinados mantengan abierta la investigación, con el fin de vincular los restos hallados a sus nombres y de encontrar los cuerpos que el olvido parece haberse tragado sólo medio siglo después.
Así lo explicó el portavoz de la Asociación contra el Silencio y el Olvido para la Recuperación de la Memoria Histórica, Francisco Espinosa, a su vez descendiente de una de aquellas víctimas. El activista se muestra ilusionado frente a los análisis de ADN que la Universidad de Málaga comenzará en unos días con el apoyo de las mismas instituciones que colaboraron en las excavaciones (Ayuntamiento de Málaga, Junta de Andalucía, el Gobierno de España y la propia institución académica), pero es consciente de las dificultades: "Desconozco las posibilidades reales de éxito. Sólo sé que la Universidad tiene ya todas nuestras muestras, y que si los resultados no son los que esperamos lo tendremos muy complicado. Ahora mismo estamos investigando una fosa común en Alfarnatejo en la que sabemos que hay enterradas tres víctimas, y sin la evidencia del ADN ya sólo tres personas nos plantean problemas, así que imagínate con 2.800". Espinosa participa de forma activa en aperturas de fosas por toda la provincia y en la investigación documental: "IU ha pedido que se excave una fosa en Arroyo Coche [núcleo perteneciente al término municipal de Antequera pero cercano a Casabermeja]; siempre ha habido constancia de que allí había enterrados ocho republicanos, pero he podido demostrar que junto a ellos descansan los restos de otras once víctimas que fueron traídas de Periana". En todos estos casos, dictaminar los nombres y apellidos de los cadáveres "depende de quien pueda atestiguar si uno estaba cojo, o tenía alguna discapacidad; y aun así siempre resulta muy delicado".Con respecto a los cuerpos no hallados en San Rafael, Espinosa tampoco se muestra muy optimista. "Sabemos que unos 600 fueron sacados de las fosas y enterrados en las parcelas normales del mismo cementerio, o de otros. En estos casos, la recuperación es prácticamente imposible. Además, creemos que muchos fueron trasladados al Valle de los Caídos en 1959, cuando Juan XXIII, que lo inauguró, pidió a Franco que hubiera víctimas de los dos bandos. Pero las investigaciones apuntan a que allí hay restos de al menos 30.000 personas sin identificar, que llegaron metidos en cajas. ¿Cómo daremos con los nuestros?" El tiempo, quizá, tendrá una respuesta.
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