«La alegría con que etiquetamos a la gente de
alérgica a los antibióticos pasa factura»
María
José Torres. / SUR
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María José Torres, presidenta del congreso
mundial de alergias a los medicamentos, considera que muchas personas los
consumen de una forma abusiva
Medio millar de expertos participan desde hoy en
Málaga (hotel Barceló) en un congreso mundial de alergias a los medicamentos,
evento organizado por la Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica. La
alergóloga del Hospital Regional Carlos Haya y presidenta del comité
organizador del congreso, María José Torres, dice que muchas veces se hace un
uso abusivo de las medicinas. La doctor Torres afirma que etiquetar alegremente
a la gente de alérgica a los antibióticos cuando no lo es supone un riesgo.
–¿Qué es lo más importante que se tratará en el congreso?
–Este congreso reúne a profesionales de ámbitos
diferentes y lo hace de modo monográfico. Se hablará de reacciones adversas y
alérgicas a medicamentos. También evaluaremos la posibilidad de tratamiento de
esas enfermedades, con la participación de profesionales de todo el mundo. Hay
500 expertos inscritos. Hace dos años, en Suiza, participaron menos de la mitad
que ahora.
–¿Son muy frecuentes las alergias a los medicamentos?
–No es la alergia más frecuente, pero afecta
mucho, porque, por ejemplo, una persona que es alérgica a un determinado antiinflamatorio
puede que lo sea a todos los antiinflamatorios. Eso hace que ese paciente tenga
muy pocas alternativas que tomar.
–Si se es alérgico al ibuprofeno, ¿se es también a todos los
antiinflamatorios?
–Depende. Hay veces que se es alérgico sólo ibuprofeno
y otras en que se es alérgico a todos. Hay gente que es alérgica hasta al
paracetamol.
–El problema es que eso no se sabe hasta que se toma un fármaco concreto
y se produce una reacción adversa, ¿verdad?
–No hay manera de saberlo con antelación, sólo
con determinados fármacos muy precisos se puede, en función de un patrón
genético, prever que se desarrollará una reacción alérgica o no. Eso es algo
muy específico.
–¿Hay medicamentos que producen más
efectos adversos que otros?
–En principio, cualquier fármaco puede producir
una reacción alérgica. Las más frecuentes las provocan los antiinflamatorios y
los antibióticos. Hay fármacos, que sin ser tan frecuentes, causan un verdadero
problema al paciente, como suceden con alergias provocadas por medicamentos
quimioterápicos contra el cáncer.
–¿Hace la población un uso correcto de las medicinas?
–El problema fundamental es que hay mucho uso
fuera de la prescripción médica. Bastante gente consume de forma excesiva los
medicamentos. A veces, vamos acumulando los fármacos y los seguimos tomamos,
aunque el motivo por el que nos nos lo recetaron ha desaparecido. Ahora estamos
viendo, por ejemplo, algo que antes no podíamos ni pensar: las reacciones al
omeprazol. Las reacciones alérgicas están relacionadas con el consumo.
–¿Qué efectos alérgicos tiene el omeprazol, que un protector gástrico muy
común?
–Suelen aparecer urticarias o un cuadro más
severo: anafilaxias, es decir, da sensación de ahogo o se hincha la cara a los
pocos minutos de tomar el medicamento. En el caso del omeprazol, como casi
siempre se toma con otro fármaco, confunde muchísimo.
–¿Los antibióticos se consumen de forma inadecuada?
–Hay un uso abusivo y excesivo. Además, hay otra
cosa importante: se etiqueta de forma abusiva a la gente como alérgica a los
antibióticos sin serlo realmente. Se considera que hasta el 10 por ciento de la
población está etiquetada como alérgica a esos medicamentos cuando muchas de
esas personas no lo son. Alguien que está considerado como alérgico a los
antibióticos sin serlo se enfrenta a serios problemas si tiene que ser
ingresado en un hospital. De entrada, estará más tiempo hospitalizado y tendrá
más riesgo de sufrir otro tipo de infecciones. A ello se une que ese paciente
le resultará más caro al sistema sanitario. La alegría con que etiquetamos a la
gente de alérgica pasa factura.
–Pero ¿por qué se etiqueta a una persona de ser alérgica a los
antibióticos cuando no lo es?
–Muchas veces somos los médicos los que
etiquetamos alegremente a un paciente que ha presentado un síntoma alérgico
tras tomar un fármaco. Otras veces es la propia persona la que dice que su
madre le contó que de pequeño tuvo una reacción adversa a la penicilina, por
ejemplo.
–¿Y cómo se puede saber si alguien es realmente alérgico o no?
–El diagnóstico de alergias es complicado y
largo. El paciente tiene que ir al hospital para el diagnóstico y hacerle una
serie de pruebas en el brazo. Luego, en la mayoría de los casos, al enfermo hay
que darle a dosis crecientes el medicamento que se sospecha que le produce la
alergia para ver si lo tolera o no. Todo eso hace que el diagnóstico sea
prolongado. Por ello, antes que etiquetar alegremente, hay que hacer un buen
estudio. Lo que está claro es que cuantos más medicamentos se consumen, más
probabilidades hay de ser alérgicos a ellos.
21/04/2016 - INFORMACIÓN
PUBLICADA EN EL DIARIO SUR
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