martes, 10 de septiembre de 2013

La historia del Cortijo Blanco por Juan Manuel Núñez Arrebola.



EL CORTIJO BLANCO


SITUACIÓN

Foto: Vista del Cortijo Blanco desde El Cañuelo.
La aldea del “Cortijo Blanco” está situada en el extremo nororiental del término municipal de Periana, lindando con el de Alcaucín. Su situación a 720 metros de altitud (Periana está a 550) hacen de él un sitio ideal durante los meses más cálidos del año. Para acceder a esta cortijada tan característica de nuestro pueblo saldremos por el camino de “La Estación” dejando atrás la aldea de “La Muela” y “el Cortijo del Fraile” (si seguimos las indicaciones de la Villa Turística no tenemos pérdida). Se encuentra a cuatro kilómetros de distancia de Periana, y a la misma distancia de Ventas de Zafarraya siguiendo la carretera.

POBLACIÓN ACTUAL

Actualmente consta de veintidós casas habitadas, de las cuales quince son residencias habituales (hay dos familias británicas que viven todo el año) y el resto son ocupadas en momentos puntuales del año. De estas, tres son casas rurales que se ocupan frecuentemente. Una decena de casas está en situación de abandono o semiderruidas.
No olvidamos las cuarenta y una casas que forman el complejo turístico de la Villa de la Axarquía, casas que, desgraciadamente, permanecen cerradas desde el año 2003 al igual que todas sus instalaciones (salones, comedores, piscina, pistas de tenis, cafetería…).


Foto: Vista del Cortijo Blanco desde El Toril. A la izquierda la Villa Turística.



Afortunadamente ha habido varios casos en los últimos años de familias extranjeras (ingleses, belgas, escoceses) que han comprado y reestructurado casas que amenazaban con su desaparición. Podemos afirmar que el número de habitantes de esta aldea que viven en ella la mayor parte del año es de cuarenta y uno.

ALGO DE HISTORIA

El Cortijo Blanco es una de las aldeas antiguas de Periana. En 1754 aparece su nombre en el Catastro de Ensenada junto con otros 28 cortijos que comprendía el actual término de Periana. En concreto se cita a Juan Otero como propietario del mismo así como la dedicación al ganado ovino. En el libro “Historia de Periana” (Rafael Núñez Ruiz, Santiago D. Ruiz García) también aparece documentado el dato de que ya en 1704 existía el Cortijo Blanco. Estamos, pues, hablando de un lugar habitado desde, cuando menos, hace más de trescientos años.
 
                         Vista del Cortijo Blanco desde el Cañuelo. Años 80.

No obstante, siguiendo la tradición oral de los habitantes de esta aldea, parece ser que la primera casa que se construyó fue la que denominan “de Hermenegildo”, ahora en ruinas (aunque la actual fue construida sobre la primera que se erigió a mediados del siglo XIX). 



La casa de Hermenegildo en la actualidad. Se pueden apreciar restos de la maquinaria del molino que había en su interior.


 Casa o molina de Pérez en la actualidad.

Uno de los personajes más recordados en esta zona es el que fue el habitante más longevo, José de la Cruz, que falleció hacia el año 1930 nada menos que a la edad de 107 años.
A mediados del siglo XX el Cortijo Blanco conoció su época de mayor actividad y densidad de población. La molina de la familia Pérez (actualmente abandonada) fue un referente en esta época en toda la zona, pues en ella se molía gran parte de la aceituna y grano que se producía en los alrededores. Este molino hizo del Cortijo Blanco un lugar de referencia y conocido por todos los habitantes de Periana.

La electricidad llegó al Cortijo Blanco a la vez que a Periana, esto es, a comienzos del siglo XX. Precisamente el molino de Pérez funcionaba con electricidad, sustituyendo al de tracción animal que había en la ya citada casa de Hermenegildo y regentado por José de la Cruz.
Otra historia es la del agua. Es famosa la fuente del Cortijo, la cual fue construida en 1952 en su ubicación actual (según llegamos desde Periana la encontramos a la izquierda). Anteriormente el manantial se encontraba doscientos metros más arriba, por lo que el suministro de agua hasta entonces era bastante complicado para los habitantes. Finalmente el agua del cortijo se canalizó y llegó a las casas en el año 1982. Con la construcción de la Villa Turística en el año 1993 también se canalizó agua de Periana.

La Fuente del Cortijo Blanco. Aún con sus pilas de lavar

Debido al gran número de habitantes que había a principios del XX, se acondicionó una escuela para los niños del Cortijo Blanco. La escuela se fundó en torno a 1920 y se cerró en 1957. Desde entonces los niños de la aldea acuden al colegio “San Isidro” de Periana.


Celebración en el Cortijo Blanco de la Virgen de Fátima. Años 50.


 La Virgen del Cortijo Blanco, actualmente.

  Casa en la que estaba ubicada la escuela.

En el año 1954 los habitantes del Cortijo decidieron tomar como patrona a la Virgen de Fátima encargándose una estatua que fue comprada por suscripción en Málaga. La estatua estuvo ubicada en la escuela del cortijo y fue bendecida por Don Justo, párroco de Periana. Durante aquellos años, los 13 de mayo, festividad de dicha virgen, se celebraba una fiesta en honor de la misma. Con el cierre de la escuela, los aldeanos decidieron que la estatua quedara en una habitación de la casa de Curro, siendo este un lugar de frecuentes visitas para rezar a la patrona del Cortijo Blanco.
El carril o camino del Cortijo Blanco (que actualmente conecta Periana con Ventas de Zafarraya) fue acondicionado por primera vez para el tránsito de vehículos en el año 1977, si bien este era un camino de tierra que finalizaba en el término municipal de Periana (la fuente del Piojo). En el año 1981 se prolongó tal y como lo conocemos hoy y en los años 90 se asfaltó en su totalidad.

El carril a su paso por el Cortijo Blanco. 
La primera televisión que pudo verse en el Cortijo Blanco fue en el año 1976 en la casa de los Pérez y el primer teléfono en la zona no se instaló hasta 1987.
Durante los años cuarenta y cincuenta solo había una radio en todo el Cortijo. Como curiosidad decir que la radio fue comprada entre Pérez y Curro y cada semana el aparato en cuestión viajaba de una casa a otra. Los famosos “partes” eran oídos por todo el que quería acercarse con el resto de vecinos.

 Foto: Villa Turística de la Axarquía.
El año 1993 fue especial para el Cortijo Blanco, pues fue entonces cuando comenzaron las obras de la Villa Turística. Nada menos que 90.000 metros cuadrados fueron acondicionados para albergar lo que sería un lugar de referencia para la Axarquía y Andalucía en el ámbito del turismo rural que tanto se desarrolló en aquella época. Después de tres años la Villa comenzó a funcionar atrayendo a personas de diferentes puntos del país y de Europa. Durante cinco años el trasiego de coches de turistas que buscaban relax, buen clima y tranquilidad fue una constante en este cortijo en el que apenas unos años antes no había vehículo propio de ningún vecino. En noviembre de 2003 la Villa fue cerrada, fue remodelada en 2008 pero la inactividad ha sido total hasta el momento.

LA CASA DE CURRO. EL POYO Y EL ALMENCINO.

De entre las casas más antiguas y significativas que hay en el Cortijo Blanco destaca la que se conoce como “La casa de Curro”. Su situación céntrica en la aldea, el amplio poyo que rodea la entrada de la casa y el inmenso almencino que la protege en su entrada hicieron de ella un lugar de encuentro vecinal de forma continua. El poyo de Curro era donde se solía reunir la gente para hablar o hacer alguna fiesta (la rueda).

Fotografía del año 1908 (aproximadamente), el matrimonio formado por Francisco Núñez Barroso y Teresa Muñoz con sus hijos en la puerta de casa. En brazos del padre, su hijo Francisco "Curro" 

La casa fue construida en el año 1905 para albergar a una familia bastante numerosa. El matrimonio formado por Francisco Núñez Barroso (de ahí el nombre de la casa) y Teresa Muñoz Bolaños la edificó mientras vivían en la que hoy se conoce como “Casita del Pastor” (actualmente los propietarios de la “Casita del pastor” son una familia de Liverpool; el nombre le viene dado por la profesión de su último morador, Antonio “Repito”). Francisco Núñez Barroso había nacido en 1864 en las Mayoralas y conoció a Teresa Muñoz, que vivía en el Cortijo Blanco desde niña junto a sus tíos, ya que quedó huérfana muy pronto (había nacido en Canillas de Aceituno). El matrimonio decidió instalarse en el cortijo, sus hijos fueron muchos: Antonio, Remedios, Mercedes, Teresa, Magdalena, María, Angustias y Francisco.


Foto: El matrimonio formado por Francisco Núñez Barroso y Teresa Muñoz Bolaños.
Precisamente este último nació el mismo año en que la casa se construía. No solo heredó el nombre de su padre, sino que sería quien siguiera viviendo en aquel cortijo que en su origen era de una sola planta y con tres habitaciones. Muchos corrales y poca vivienda.
Teresa Muñoz (la abuela “Curra”, así la conocían en la familia) falleció en Periana en diciembre de 1957, desde hacía quince años la familia de su hijo Curro ya vivía en el Cortijo Blanco.

Foto: Algunos de los hijos del matrimonio. Foto realizada en el Cortijo Blanco. El niño del centro es "Curro" , y sentada a la izquierda su hermana Magdalena.
Francisco Núñez Muñoz se casó con Julia Moreno Luque, quien había nacido en el cercano cortijo de “El Collado” y pertenecía a la inmensa familia de los “Mindoya” (sus padres tuvieron 24 hijos), casi todos oriundos de los términos municipales de Alcaucín y Ventas de Zafarraya. Después de la guerra el matrimonio se instaló con sus cuatro hijos (Antonio, Dolores, Teresa y Francisco) en la casa paterna. En 1945 nació el último de los hijos de este matrimonio, Juan (es el único varón nacido en esta casa). Como anécdota también se recuerda que en la misma habitación que vio nacer a Juan Núñez Moreno, su bisabuelo Antonio Núñez García (padre del primer Francisco del que hablábamos, el que construyó la casa) falleció muchos años antes. 

                                                 El Cortijo Blanco a finales de los años 70.



Curro y Julia construyeron la segunda planta (las cámaras), así como una cocina anexa a la casa con el acostumbrado horno de la época. Es en esta época cuando la virgen de Fátima es trasladada a la casa como ya hemos mencionado. El matrimonio decidió a finales de los años 60 pasar la vejez en Periana y se trasladó al pueblo cerca de su hija Dolores Núñez Moreno en el barrio de la Quinta.
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                                    La casa de Curro. Fotografía del año 1983. 




Francisco Muñoz (Curro) y Julia Moreno Luque el día de la boda de su hijo Juan con Encarna en Periana (septiembre de 1969).


En el año 1979 la casa pasa a ser propiedad del último de los hijos del matrimonio, el que había nacido en ella precisamente, Juan Núñez. Al residir este por aquel entonces en Madrid y mientras no le llegó la jubilación, la casa de Curro fue lugar de estancia durante los períodos de vacaciones para la familia de Juan, quien en 1969 se había casado con Encarna Arrebola García, de Periana (Encarna del horno de los Serenos). Durante los años 80 las reformas de la casa fueron varias hasta llegar a la actualidad. Desde hace diez años el matrimonio reside habitualmente en la casa.





      La casa de Curro actualmente con su característico "poyo" y el árbol de la entrada.
 Si algo recuerdan especialmente quienes han pasado por esta casa sin duda es el almencino que está en la puerta y que surge de la misma piedra que conforma el poyo de la entrada. Parece ser que no fue un árbol plantado a propósito, sino que nació de manera libre a la vez que se hacía la casa, creciendo junto con ella, abrigándola, dándole frescura en los días de más calor y formando un único conjunto que ya va camino de cumplir 110 años. El grosor del tronco es de tres metros y medio de perímetro en su base y su altura es muy superior a la de la casa. 


El almez o almencino (celtis australis como reza en un cartel de su base) es un árbol de tradición árabe (al-máys significa “el árbol) que podemos encontrar fácilmente en otros lugares. Se trata de una especie con gran capacidad para establecerse en sitios pedregosos y pueden vivir hasta 600 años. El fruto que da (la almencina) un año sí y otro no (el de la casa de Curro los da los años impares) es muy pequeño y de un sabor muy dulce que se puede comer en el mes de septiembre, que es cuando suele madurar tomando un aspecto oscuro.
Su madera se ha empleado tradicionalmente para herramientas del campo como horcas o fustas.
El Celtis australis forma parte de la “lista roja de la flora vascular de Andalucía”, se trata de una especie que hay que proteger y que forma parte de la flora amenazada en el sur de España y que es preciso conservar.
Las propiedades astringentes de sus hojas tomadas en infusión están demostradas. No en vano existe una teoría que relaciona a este árbol con el que los griegos denominaban “loto” (existe una variante en Castilla “lodo” o “lodones” que ha dado nombre a lugares como Torrelodones). Según la Odisea, Ulises y sus hombres llegaron a la tierra de los lotófagos tras una tormenta (bien podrían ser comedores de fruto de este árbol).

Al margen de todo ello, su sombra es maravillosa durante el verano. Esperemos que continúe haciéndolo con la misma intensidad con la que lo ha hecho en estos últimos 108 años.

Agradezco a Juan Manuel Núñez Arrebola su colaboración y contribución  a esta página.

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