EL PAÍS 14/07/2003
Jairo y Joel, de tres y dos años, murieron ayer tarde, mientras dormían la siesta, asfixiados por el humo de un incendio que había originado un cortocircuito. Vivían con su madre, alojados por el Ayuntamiento en una antigua casa de maestro en Periana (Málaga), pueblo de los montes de la Axarquía. Las condiciones de la vivienda eran precarias y el alcalde estaba haciendo gestiones con la Junta de Andalucía para darle a esta familia "una vivienda en condiciones".
Jairo y Joel, de tres y dos años, murieron ayer tarde, mientras dormían la siesta, asfixiados por el humo de un incendio que había originado un cortocircuito. Vivían con su madre, alojados por el Ayuntamiento en una antigua casa de maestro en Periana (Málaga), pueblo de los montes de la Axarquía. Las condiciones de la vivienda eran precarias y el alcalde estaba haciendo gestiones con la Junta de Andalucía para darle a esta familia "una vivienda en condiciones".
Un caso de mala suerte. El Ayuntamiento había alojado a ésta y otras
dos familias en tres antiguas casas destinadas a los maestros de una
escuela que hubo en la calle Barrero de Periana, un pueblo de 3.700
habitantes, que se encuentra a unos 80 kilómetros de la capital de la
provincia. Según el alcalde, Adolfo Moreno, la casa "no estaba en
muy buenas condiciones" y había iniciado gestiones con la Junta para
asignarles "una vivienda digna". Pero, ayer tarde, hacia las 15.30, se
produjo el cortocircuito del cable de un enchufe, que originó el
incendio que acabó con la vida de los pequeños. Más que llamas, se
generó mucho humo, que pudo verse desde cualquier lugar del pueblo.
Cuando la madre -Verónica M., de unos 20 años- se dio cuenta de la
situación, intentó entrar en el dormitorio de sus hijos, "pero el fuego
la echó para atrás", según relató un vecino. Salió a la calle enseguida a
pedir ayuda, con los pelos chamuscados y la cara negra del humo. La
vivienda es una casamata construida en los años 60, de una sola planta y
tejado plano, contiene un pequeño salón, dos dormitorios, un cuarto de
aseo y lavadero. Unos 40 vecinos acudieron con gomas de las que usan
para regar su jardín y cubos de agua. A las 15.45 llamaron al Servicio
Andaluz de Salud, a la Guardia Civil y a los bomberos. Los primeros en
llegar fueron los servicios del consultorio de la vecina localidad de La
Viñuela. "La Guardia Civil tardó como 25 ó 30 minutos y los bomberos,
que venían de Vélez [a unos 30 kilómetros], estaban aquí a los tres
cuartos de hora", explica el alcalde.
Cuando llegaron los bomberos, el fuego estaba casi dominado por los
vecinos. Entre tanto, un muchacho que intentó llegar hasta Jairo y Joel,
que estaban en la habitación del fondo, salió con dificultad, a punto
de perder el conocimiento y tuvieron que echarle un cubo de agua para
reanimarle. Cuando se terminó de apagar el incendio y se pudo entrar,
"los niños aparecieron muertos, los dos juntitos", cuenta uno de los
testigos.
Los pequeños vivían solos con su madre, que se separó de su pareja al
poco tiempo de ser alojados en esta casa, de cuya titularidad no está
seguro el alcalde, que lleva en el cargo tres semanas: "El suelo creo
que es municipal, pero me parece que hubo que pedirle permiso a la
Consejería de Educación, cuando se alojó allí a estas familias". Aunque
en esta localidad hay muchos vecinos que cobran el subsidio agrario, los
servicios de asistencia social del Ayuntamiento de Periana afirman que
Verónica M. "no tenía derecho" e ignoran si tenía un salario social para
mantener a sus hijos o algún otro tipo de ingresos.
Hace cuatro o cinco días, los responsables municipales hicieron un
inventario de casas públicas disponibles. Había cinco de protección
oficial desocupadas, propiedad de la Junta. Moreno afirma que "uno de
estos pisos iba a ser para esta familia". En esa casa llegó a vivir
recientemente el maestro de un colegio de la pedanía de Mondrón, "pero
las condiciones eran precarias, y prefirió irse y pagar un alquiler".
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