miércoles, 27 de enero de 2010

Guía Histórico-Artística de Periana

GUÍA HISTÓRICO ARTÍSTICA DE LA AXARQUÍA


Textos y documentacion:
  • Emilio Martín Córdoba
  • Pilar Pezzi Cristóbal
  • Purificación García Ruiz
  • Victoria Eugenia Ruesca Pareja
  • Luisa María Pérez Requena
Los primeros vestigios históricos del territorio de Periana se registran en el poblado prehistórico de Cerro de Capellanía, en el que se ha documentado una ocupación humana que se inicia a mediados del Neolítico, relacionándose con una aldea de carácter estacional, para convertirse en un poblado estable hasta la Edad de Bronce Antiguo. En los primeros momentos del asentamiento sus pobladores son más ganaderos, que agrícolas, donde los ovicápridos son dominantes para la base subsistencial y aprovechamiento de recursos complementarios para la elaboración de productos lácteos y textiles. Esta situación cambiará en la primera mitad del II milenio a.C. cuando la agricultura cerealística se convierte en el principal recurso económico de sus habitantes. En los inicios del I milenio a.C., en la ladera norte de la pequeña colina, se construye una muralla defensiva ante la situación de conflictividad territorial y prácticas de rapiñas que se producen en estos momentos, esta situación fue la causa de su abandono.


El poblado volverá a ser ocupado durante el Bronce Final, desarrollándose el asentamiento en la cima y en la ladera sur del cerro, pero en los inicios del siglo VIII a.C., cuando se está produciendo la instalación de los centros fenicios en la costa de Vélez, el lugar volverá a ser despoblado. Ya en el siglo III a. C. el cerro se convertirá en un lugar de asentamiento que perdurará hasta la época romana imperial, como una importante villae rústica, desarrollándose un complejo sistema de habitaciones que quedan reguladas a partir de una calle central que atraviesa el cerro en sentido este-oeste.


En el Cerro Alcolea se ha estudiado una importante mina de pedernal, con un sílex de excelente calidad, que se comenzó a explotar de forma sistemática desde el II milenio a.C., reconociéndose diferentes áreas de talleres donde se transformaban las rocas bases para la obtención de núcleos e instrumentos líticos. Esta cantera volverá a ser aprovechada en el siglo XVIII para la obtención de piedras de fusil, especialmente, y las piedras de yescas.


Existen otros vestigios prehistóricos en el Cerro del Fuerte, relacionado con un pequeño asentamiento estacional en abrigo. en el mismo lugar se han documentado los vestigios de un posible hisn de época Alto Medieval, que no tuvo mayor proyección en el tiempo.


En el siglo XV, el territorio de Periana permanecía a la taha de Zalia, junto con las demás alquerías de Guaro, Alhamama Billu (Baños de Vilo) y Zabar, que se encontraban despobladas desde los inicios del mismo siglo ante la situación de peligro que conocen estas tierras por la conquista de Antequera por las tropas castellanas en 1410.


Las primeras noticias de Periana nos la ofrecen los Libros de Repartimiento de Zalia, cuando se nombra la Fuente de Periana, existiendo para el año 1560 la serrezuela de Periana y las casas de Periaña. La Puebla de Periana, que no villa, estaba formada por varios cortijos, entre los que destacaban las grandes fincas de El Algarrobal de Gelo, El Ruedo, Los Peñones de Aguas y el Encinar, que llegaron a construir un núcleo embrionario de población al dar numerosos puestos de trabajo.


El 5 de agosto de 1757 es nombrado su primer alcalde ordinario, José de Frías Palma, el cual ejercerá sus funciones hasta 1759. Gracias a la constitución de 1812 deja de ser una villa dependiente para convertirse en un municipio independiente.


Una grave catástrofe, como fue el terremoto sucedido en la noche de Navidad de 1884, afectó a toda la Axarquía, pero fue la población de Periana, la localidad más afectada de todo el territorio. La mayoría de las casas se hundieron y las demás tuvieron graves daños, la iglesia fue destruida y fallecieron 58 habitantes del municipio.


El 10 de enero de 1885, el rey Alfonso XII y su séquito visitaron la población para observar sobre el terreno los daños producidos por el terremoto, la indemnizó con un capital donado nacional e internacionalmente por un importe de 300.587,30 pesetas, para que construyesen una iglesia nueva y un barrio alrededor de ella, y se alojaran los vecinos que habían perdido sus casas en el desastre.


El edificio más representativo de esta población es la Iglesia de San Isidro Labrador, la cual fue construida después del terremoto que asoló este pueblo en 1884. Si bien desde el 25 de Mayo de 1505, se construyó una ermita con la misma advocación que fue destruida por el terremoto. El nuevo templo es un edificio ecléctico neomudéjar que se compone de tres naves, donde las laterales son muy pequeñas dando importancia a la principal o intermedia, presentando un crucero destacado en planta. Se encuentran divididas por arcos apuntados que descansan en columnas de hierro fundido que apoyan en sillares de piedra, elemento típico del siglo XIX.


Tanto las naves laterales como el presbiterio y el crucero se cubren con bóvedas de falsa crucería, la nace central con armadura de madera.
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A los pies del templo se alza la portada o fachada realizada con ladrillo visto, accediendo al templo mediante un arco rebajado, sobre este aparece un vano geminado de arcos de herradura con un óculo y después se alza un frontón triángular, coronado por una espadaña de dos vanos.

Un detalle curioso de esta iglesia es la solería de su interior, la cual se compone de pequeñas piezas de terrazo policromado, a modo de teselas, las cuales configuran una serie de dibujos geométricos que van formando grecas.

Un lugar interesante son los Baños de Vilo, se trata de unos antiguos baños medicinales árabes de los que se tiene constancia por unas Actas Capitulares de Vélez-Málaga del siglo XVI, en las que se califica a las aguas como "aguas hendiondas". El manantial está situado a 610 metros sobre el nivel del mar y sus aguas manan a la temperatura constante de 21 grados centígrados, con propiedades curativas, sobre todo para las enfermedades de la piel gracias a sus aguas sulfhídricas, magnésico-cálcicas y nitrogenadas. Los baños se habían utilizado desde la época musulmana, pero no es hasta el siglo XIX cuando se decide explotarlos como Balneario, acondicionándolos con distintos servicios y dependencias, entre ellas un oratorio público y varias piscinas. Estas obras fueron costeadas por distintos municipios. Los personajes que visitarán estos baños serán de la nobleza y de la alta sociedad de la Axarquía. Debido a una fuerte tormenta en 1907, que causó graves daños y destrozos en las infraestructuras, los baños dejan de funcionar y casi desaparecen, posteriormente y en época actual, han sido restaurados y conservados.

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