viernes, 27 de noviembre de 2009

Manifiesto Día Intenacional contra la Violencia de Género.

MANIFIESTO
25 NOVIEMBRE 2009
DÍA INTERNACIONAL CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO
Un año más conmemoramos el 25 de noviembre, Día Internacional contra la Violencia de Género, haciendo balance, valorando los logros y destacando el trabajo que aún nos queda por hacer para la erradicación de la violencia hacia las mujeres que, lamentablemente, continúa siendo una lacra social.
Las reivindicaciones del movimiento feminista, las leyes que nos amparan, los recursos y campañas institucionales, han sido imprescindibles para que la mentalización social en contra de estos crímenes haya calado en la sociedad.
Muchos han sido los malos tratos evitados y los asesinatos no cometidos que, gracias a la valentía de las víctimas y a la colaboración institucional y ciudadana, se han impedido. Muchas son las mujeres que han sido y serán protegidas y alejadas de una certera situación de grave riesgo físico y psíquico y muchos, también, los menores y mayores que han podido salir de la espiral de terror crueldad que una convivencia violenta significa. También han sido muchas las personas que han llegado a identificar y a rechazar la violencia que había en costumbres y hábitos disfrazados de normalidad.
En este tiempo, las campañas de sensibilización social han producido sus frutos y los recursos que se han puesto a disposición han sido fundamentales para aminorar los catastróficos efectos de esta terrible lacra. Pero, tenemos que seguir trabajando, no podemos pasar por alto que quedan mensajes, patentes o soterrados en las familias, en la educación, en los medios de comunicación, en la publicidad, en la televisión, en los videojuegos, etc., que siguen transmitiendo una imagen de la mujer que denigra profundamente su papel y su situación en la sociedad, que la desprecia y la anula, que la hace responsable, casi, de todos los males, manteniendo un estereotipo femenino cruel e inaceptable.
Esta imagen, tergiversada y malévola, cala en lo más hondo de personas jóvenes que están formando su personalidad y les hace reproducir tan terrible violencia, lo que conlleva a que la edad de maltratadores y víctimas sea cada vez menor y que los casos de violencia hacia las mujeres hayan aumentado en las franjas de edad inferior a 30 años.
Debemos seguir trabajando para que la percepción social de la mujer no siga siendo sesgada, de dependencia ni de dominación. La educación en valores democráticos implica colocar el papel de la mujer como persona en igualdad de derechos y para ello, la educación, tanto en la familia como en el aula, debe ser prioritaria. El desarrollo de programas específicos contra la Violencia de Género en los centros educativos debe abordarse como base fundamental, como el puntal definitivo para terminar con ella.
Además de un compromiso más explícito en padres y madres para que cuestionen todo aquello que contribuya a la perpetuación de los roles de la desigualdad, y para que manden mensajes claros de igualdad y respeto a sus hijos e has.
Estamos en un momento en que la sociedad debe asumir, aún con más decisión, las riendas del cambio de valores en la juventud y haga un llamamiento general al respeto, a la dignidad, al valor social imprescindible de las mujeres como poseedoras de los derechos fundamentales a la libertad, a la igualdad y a la integridad.
Las Diputaciones andaluzas nos comprometemos a continuar trabajando en la atención, prevención, sensibilización y formación, llevando a cabo campañas y actuaciones a favor de la igualdad y contra la manifestación más brutal de la discriminación por razón de sexo. Tenemos que seguir incidiendo sobre la población joven, pero sin olvidar al resto de personas que configuran los cimientos formativos en la infancia y juventud, para que, desde el hoy, articulemos todos los mecanismos que posibiliten una convivencia pacífica y libre de violencia.
El futuro debe ser construido sobre los pilares de todos los derechos humanos, si falta alguno, como ahora sucede con la Igualdad, el futuro nunca llegará. Será como dar vueltas, atrapados en un agujero negro en el que el pasado siempre aparecerá amenazante.
Debemos construir el futuro y para ello la aportación de gente joven es decisiva para que el espacio conquistado sea un lugar de convivencia donde se encuentren la igualdad con la libertad, y la justicia con la dignidad Y entonces, simplemente, convivir.
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Monólogo.

Merienda a los asistentes.

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