Homenaje a Don Ángel
Me hubiese gustado mucho participar
en persona en este merecido homenaje a Don Ángel, pero mi estancia en Alemania
me lo ha impedido. Sin embargo, el organizador de este acto, mi amigo Miguel
Blanca, me ha sugerido la posibilidad de adherirme a este homenaje con unas
breves líneas, sugerencia que aprovecho con gusto, pues ante todo predomina en
mí un sentimiento de profunda gratitud hacia la persona de Don Ángel.
Yo guardo de Don Ángel recuerdos
entrañables. Como padecí de niño (entre los 5 y 9 años) una larga enfermedad,
de difícil pronóstico, le solía decir a mi padre: “Pepe, yo no sé lo que tiene
tu hijo, pero os voy a ayudar en todo lo que pueda”. En varias ocasiones nos
acompañó a Granada a visitar a diversos médicos renombrados de la época, como
el catedrático Ortiz de Landázuri, que luego fue rector de la Universidad de
Pamplona. Al no obtener resultados positivos en estas consultas, nos dio una
carta para Rof Carballo, famoso internista en Madrid, que había sido compañero
suyo de curso en la Universidad Complutense. De Carballo salió la pista que
llevó a la solución del problema: la visita a Carlos Jiménez Díaz, que fue el
primero en diagnosticar certeramente mi enfermedad. Junto a este asesoramiento médico, fueron
muchos los gestos de humanidad que tuvo conmigo. Por ejemplo, cuando terminaba
la ronda de las igualas, venía a veces a mi casa a jugar al parchís conmigo,
juego en el que era un verdadero maestro.
Hablando de juegos, estaba también
el ajedrez, uno de sus preferidos. Guardo un recuerdo muy nítido de aquellas
partidas entre él y Don Ernesto, que tenían lugar por las tardes en la terraza
del ventorro de Antonio Bueno. Cuando fallaba su compañero habitual de juego,
los suplentes éramos siempre Paco Nacle o yo. Jugar con él nos servía de un
eficaz aprendizaje.
Don Ángel amaba la vida y disfrutaba
de ella de manera visible, transmitiendo a los demás esas loables ganas de
vivir. Recuerdo en este sentido una divertida anécdota. En uno de los
mencionados viajes a Granada paramos en Loja para desayunar. Eramos cinco: mis
padres, él, el taxista y yo. Tras pedir los cafés, el camarero nos espetó: “¿No
querrán ustedes una docenita de roscos -los famosos roscos de Loja- para
acompañar el café?” Y Don Ángel le respondió en seguida: “Traiga mejor dos
docenas”, a lo que el camarero contestó: “Ah, bueno, es que quieren llevarse
una”; “no, no, replicó Don Ángel, es para comer aquí”. Y efectivamente se comió
él solo, con auténtica fruición, una docena entera.
Periana tuvo mucha suerte al contar
con él como médico. Yo no sé si llegó a leer el libro de Laín Entralgo La
curación por la palabra, pero lo que sí me consta es que a menudo ponía en
práctica este procedimiento, sobre todo, con gente un tanto hipocondriaca. ¡Qué
diferencia con la medicina tecnocrática que hoy se suele practicar! Y es que,
aparte de ser una gran persona, era un clínico excelente. Gracias por todo, Don Ángel.
Diego Núñez
Hoy día 28/12/2019 en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Periana se ha celebrado un entrañable acto de homenaje al que durante muchos años ha sido medico del pueblo Don Ángel Pérez Sánchez, conocido como DON ÁNGEL. Un médico y un Humanista en toda la extensión de la palabra. Su vida la entregó por el pueblo y por sus vecinos tanto de Periana como de los alrededores, Mondrón, Vilo, Moya, La Negra, Los Marines, Regalón, Pollo Pelao, La Viña, Guaro.
En una época difícil por los pocos adelantos médicos DON ÁNGEL, suplió esos pocos adelantos con inteligencia, sabiduría y buen hacer, y muchos vivieron gracias a él y a su trabajo.
El acto se ha iniciado con una breve introducción por parte del Alcalde, don Rafael Torrubia Ortigosa, y de Don Miguel Blanca Gómez, coordinador del acto de homenaje y del documental que se proyectó a continuación, con una duración aproximada de 35 minutos.
Tras el documental muchos vecinos han contado historias relacionadas con don ÁNGEL y su buen hacer, el que esto escribe ha podido comentar lo que a el le sucedió cuando el Molino de Aceite estuvo a punto de costarle la vida, y fue llevado a la consulta de Don ÁNGEL.
Ha intervenido también don Rafael Ruiz que junto a la Revista Almazara han puesto todo de su parte para que el homenaje saliera como ha salido todo perfecto.
Entre los muchos asistentes he podido saludar a don Rafael Ruiz y señora, a don Rafael Torrubia, y a la Concejala de Cultura Paloma Díaz Pérez.
FOTOS Y TEXTO: JOSÉ RAMÓN VEGA FRÍAS
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