A mediados del siglo XVIII, la ganadería y la agricultura eran las principales actividades económicas de lo que sería después el término municipal de Periana. El consiguiente aumento de población y la liberalización de los precios del cereal sirvieron de acicate para la expansión de la agricultura.
La creciente importancia del cultivo del cereal y leguminosas y del olivar obligaba a la adquisición de bestias de carga y de labor (arar, acarrear aceitunas y grano, barcinar, trillar, la arriería...) razón más que suficiente para que comenzaran las ferias de ganado en el pueblo e incluso en algunas aldeas (aldea de las Mayoralas, último tercio del siglo XIX).
Se adquirían bestias (mulos, burros, vacas, bueyes, yeguas,...) y de algunos animales domésticos (cerdos, cabras, ...) podía resultar de vital importancia para aquella época, en donde era el medio de transporte más común.
La arriería tenía así mismo una extraordinaria importancia complementaria de la economía agropecuaria.
Marchantes de ganado eran protagonistas de un especial modo de vida y el alma del mundo de las ventas y de las ferias. Eran, además, junto con los recoveros y diteros, los principales agentes de la comunicación entre pueblos y comarcas vecinas. Los arrieros, por ejemplo, eran el principal medio de relación de nuestra comarca litoral con otras de interiores.
Tratantes, marchantes y labriegos de distintos puntos y poblaciones vecinas asistían a la feria del ganado de Periana.
La feria de ganado de Periana se celebraba los días 1, 2 y 3 de septiembre, los animales se situaban en las hazas que había en la salida del pueblo, entre la Lomilleja y Los Empalmes: Por debajo del cuartel y entre la carretera de salida y el camino viejo, se agrupaban y permanecían tumbados a la sombra de los olivos los animales que eran objeto de tratos, en un ambiente colorista del que formaban parte los tratantes, labriegos, los corredores y los gitanos canasteros entre otros.
A continuación de los ventorros, con sus copas de vino Montilla y de aguardiente con churros y buñuelos se sucedían los puestos de turrón, mostachones de Vélez, juguetes y bisutería barata junto a las casetas de tiro, tómbolas y juegos diversos, entre los sones de la banda de música y el trasiego de barquilleros y vendedores de helados. Abajo, en el Llano del cine estaban las atracciones (caballitos, norias, "volaeras" o sillitas locas y barquillas) y el circo, y delante del cuartel, tenían lugar las carreras de cintas.
Sobre el día 15 de septiembre el ganado se trasladaba a la feria de ganado de Vélez-Málaga desde Ventas de Zafarraya, a su paso por Periana hacían un descanso y se aprovechaba la oportunidad nuevamente para hacer algún que otro trato, antes de que el ganado comenzara su marcha.
Los marchantes usaban infinidad de trucos y embustes para atraer la atención de los posibles compradores, unos usaban al más espabilado, otros usaban a sus hijos... historias y anécdotas que forman parte de nuestra cultura. Hay gente, los más avispados, que salían ganando con los tratos que hacían y otros que salían perdiendo.
A finales de los años 60 y 70 comienza el declive de estas celebraciones, hasta su total desaparición.
Sobre el día 15 de septiembre el ganado se trasladaba a la feria de ganado de Vélez-Málaga desde Ventas de Zafarraya, a su paso por Periana hacían un descanso y se aprovechaba la oportunidad nuevamente para hacer algún que otro trato, antes de que el ganado comenzara su marcha.
Los marchantes usaban infinidad de trucos y embustes para atraer la atención de los posibles compradores, unos usaban al más espabilado, otros usaban a sus hijos... historias y anécdotas que forman parte de nuestra cultura. Hay gente, los más avispados, que salían ganando con los tratos que hacían y otros que salían perdiendo.
A finales de los años 60 y 70 comienza el declive de estas celebraciones, hasta su total desaparición.
Resumen de la REVISTA ALMAZARA AGOSTO 2004 - Nº 3
Recuerdos de mi padre Isidro Frías Luque.
No hay comentarios:
Publicar un comentario