PREGÓN DE SAN ISIDRO LABRADOR Nº 16
PERIANA A 14 DE MAYO DE 2003.
JOSÉ LUIS CLAVERO MORENO
Federico Carlos Sainz de Robles en su "Breve Historia de Madrid", entre otras cosas, dice "No sé si San Isidro es el mejor de los santos; pero a mí me lo parece", incorporó añadidos a la frase - También a mí me parece que Santa María de la Cabeza es la mejor de las santas y, si hablamos de pueblos, para mí Periana es el mejor de todos. en estas valoraciones interviene más la pasión que la razón, ¿Pero qué sería de los humanos si los desposeemos de esas vehementes inclinaciones y preferencias muy vivas de unas personas a otras? En mi caso esas inclinaciones forman un triángulo, antes dicho: San Isidro, su esposa y nuestro pueblo.
Del Santo, cualquiera de los oyentes podría mejorar mis conocimientos. El Austria Felipe III ( a quien sanó de un grave mal al invocarlo) promociona su elevación a los altares: primero la beatificación, el 4 de junio de 1619, siendo Papa Paulo V; después, la canonización en 1621, bajo el papado de gregorio XV.
Su gran biógrafo, el Félix de los ingenios, Lope de Vega.
De María Toribia (luego Santa María de la Cabeza), antes de las referencias hagiográficas, quiero en este punto evidenciar mi satisfacción por la condición femenina y de madres en solicitarme como pregonero novato en estas lides. ¡¡¡Siglo XXI, Siglo de la Mujer!!!. Pero volvamos a María Toribia, propietaria de una pequeña huerta en Caraquiz, cerca de Torrelaguna (Madrid). Allí conoce a Isidro, estamos en la mitad del siglo XII, y constituyen en su calidad de mozárabes (cristianos bajo el Islam) una muestra de sus profundas creencias religiosas, en un régimen mayoritariamente musulmán, al propio tiempo que es signo revelador de tolerancia social y religiosa. Sobrevivió a su marido muy desconsolada. De entre otros prodigios y virtudes, destacó "Los ángeles le ayudaban a cruzar los ríos, la comida se multiplicaba en su cesto y los enfermos se curaban ante su presencia". En mi criterio, méritos más que suficientes para optar, junto a Isidro, a compartir la titularidad como patrones del pueblo. En un día como mañana, nuestra Santa no debe quedar recluida, sino salir en compañía del que fue su santo esposo y sustituir en ella la ofrenda del trigo por la más delicada del pétalo de la rosa o de cualquier otra flor.
Periana, concurre en mí, en dos aspectos, también de carácter netamente femenino y materno: La naturaleza en su acepción del origen que uno tiene en cuanto al país en que uno ha nacido y en l de la madre propia.
La historia confirma que la creación de Periana es muy reciente, como municipio propio. Carlos III, impulsor de la España moderna, propicia a través de una serie de medidas, la multiplicación de estas villas con su Ayuntamiento propio, en los primeros años de su reinado Periana adquiere esa categoría (antes administrativamente dependía de Vélez-Málaga y eclesiástica de Riogordo). Hecho determinante, la roturación de tierras y el reparto para su cultivo a colonos. Es un proceso acelerado de desarrollo. Un ejemplo ilustrativo: En el catastro del Marqués de La Ensenada de 1759 (primer trabajo de este tipo en España), Periana no existe a estos efectos y de los pueblos de su entorno, a excepción de Zafarraya, están censados todos ( Alcaucín, Alfarnate, Alfarnatejo, Borge, Riogordo y la Viñuela.) Ha transcurrido menos de un siglo, y en igente obra dirigida por Pascual Madoz del Diccionario Geográfico, Histórico y Estadístico de España (1845-1850), nuestro pueblo, tiene ya 3.358 habitantes, escuela con 50 alumnos (ha superado a todos los mencionados), una iglesia con cura y tiene sacristán, un oratorio con culto al público en los Baños que se llama Vilo, tres fuentes en la población y diez fuera, todas de muy buenas aguas, siete molinos de harina y seis de aceite. En cuanto al nombre, independientemente de la falsa y rotunda leyenda, diversas interpretaciones se han dado a este respecto, en mi opinión sin entrar en polémicas etimológicas ni de otro tipo, la clave está en la Alquería o Ría que existió como tal hasta principios del S. XVIII entre Torrox y Frigiliana y que desapareció prácticamente tras su rebelión de los moriscos entre los años 1568-1572, este pueblo levantisco y rebelde (amante de su tradición e integridad), con frecuencia es citado en el Epistolario del conde de Tendilla, Capitán General de la Alhambra (o sea del Reino de Granada) a sus corregidores y demás subordinados con la recomendación de adoptar medidas de castigo para alguno de sus habitantes. Entre 1504 y 1506, he podido localizar unas seis circulares. La fechada el 4 de mayo de 1506, contiene lo que para mí constituye la solución del nombre, leo unos párrafos: "Mandamiento para que los vecinos de Periana se pasen a esta tierra de Alhama y Comares con vuestras mujeres e hijos para que están apartados de la costa". Bien pudo establecerse en mitad del trayecto, alguno de los desterrados, denominando al lugar del nuevo asentamiento con el nombre de su añorado pueblo. Al margen de elucubraciones, lo real es que nuestro pueblo se formó con gente venida de otras poblaciones, todas ellas del Reino de Granada; Alfarnate, Alfarnatejo, Alcalá Real, Alcaucín, Benamocarra, Benamargosa, Alhama de Granada, El burgo, Montefrío, Puebra de Don Fadrique y algún otro sin memoria. En resumen "PERIANA es un pueblo de pueblos".
Ha tenido (quizás por su modernidad) pocos relatores; pero me consta un testimonio oral que traduce y aquilata el sentir admirativo de terceros muy cualificados humana y artísticamente: con motivo de la exposición, varios años atraás en la Alhama, del arte de Al-Andalus, el Metropolitan Museo de New York contribuía al evento con importantes fondos. Los dos conservadores encargados del traslado hicieron alto aquí, para seguir hacia Granada. Su anfitrión, experto en lengua árabe y arte islámico, les hizo un recorrido por algunos de los parajes que creía más atractivos. Sus comentarios fueron al unísono y escuetos. "Uno de los paisajes más bellos contemplados". (Fue antes de la visita de B. Clinton a Granada).
Y de la madre naturaleza, identificada con el pueblo, paso a la mía propia, de la que no pude disfrutar en la intensidad del tiempo, como consecuencia de su, para mí, prematura muerte. Recorro el tiempo hacia atrás y veo su imagen en el andén de la estación de RENFE, con los ojos cegados por las lágrimas; yo apoyado en la ventanilla del tren, sollozando, con el corazón encogido; era como un estallido en el pecho; un corte radical y violento de ese cordón umbilical que nos une a lo que amamos profundamente y que recuperamos en un nuevo regreso venturoso hacia la madre, familia, el pueblo. Novalis manifiesta que la infancia es la Edad de Oro del ser humano.
Alguien también ha dicho "que la infancia es la patria de las personas" y Unamuno "que son las cenizas de los muertos las que han formado la patria." Pero esta Edad de Oro y estas "patrias" tenían sus prolongadas interrupciones, pese a mi privilegiada situación de niño de padres posibles: el alejamiento conllevaba un internado en otro mundo triste y hostil. Primero en Málaga y posteriormente de forma más prolongada en Madrid. En nuestra capital, los propios eran muy crueles con sus condiscípulos de pueblo. Éramos asediados continuamente, objeto de mofas y befas, aderezadas con el epíteto de cateto (el término ha dado nombre a un pan muy apreciado, que yo rechazo por connotaciones peyorativas). De aquellos días guardo el buen recuerdo de la somanta que le propiné a uno de los más destacados acosadores. Ello me valió un castigo que cumplí con gran complacencia y divertimiento; como mascota en aquel colectivo de penados, gocé de la protección y simpatía del resto. Ya en la capital del reino, ese fenómeno de acoso vuelve a repetirse; ahora las afrentas y escarnios tenían su fundamento en la expresión oral, en el habla, en la pronunciación; "andaluz, andaluz" repetían y reían, remedándome con muy poca gracia. (Años después, me he sacado muchas espinas acentuando el lenguaje e introduciendo voces populares nuestras que dejaban a oscuras al personal de los finolis; mi compadre puede dar fe de ello.) Esta situación de desarraigo se corresponde, en cierto modo, con la emigración pura y dura de un niño del mundo rural a la capital... Las vacaciones producían un doble efecto de dicha, la liberación de aquel ambiente y el regreso a la Arcadia Feliz: Mi pueblo, los míos.
Cerrado el capítulo de los recuerdos, en el tiempo presente, aparecen los deseos que en demanda a nuestro patrón espero que se cumplan por parte del competente para ello.
No más campanadas fúnebres discriminatorias. Lo ideal sería su inexistencia; pero, supuesta imposibilidad, un número igual de toques equipararía al ser humano, sin distinción de edad, ni sexo. No más inventivas históricas, que no producen ningún beneficio y son apropiadas por espabilados terceros. Nuestro autóctono durazno (hoy casi arqueología) es consecuencia de ese microclima; su nombre deriva del griego DORAKNON, melocotón; su origen está en Persia (Prunus pérsica), vino a través de los árabes y las primeras plantas en nuestro pueblo procedían de lugar geográfico relativamente próximo, a finales del s. XIX. De nuestras joyas urbanas y rústicas, habría que mantener un equilibrio sin perjudicar la una a la otra. Es nuestro pueblo escalonado, de vistas, la construcción debe adaptarse a este hecho sin sobrepasar la altura de la inferior a la de arriba, dentro de una línea estética y decorativa que respete la esencia y la peculiaridad del urbanismo tradicional. Del campo, tenemos un bosque cultivado, que aparte de beneficios económicos es un impresionante generador de oxígeno, tan necesario en una naturaleza cada vez más contaminada. ¡¡Lo que hoy es dicha, mañana, puede ser llanto y crujir de dientes!!
Fomentemos nuestra vida asociativa en los cultural, en lo recreativo y en lo social. Este fenómeno se patentiza con mucha fuerza en un pueblo vecino, digno de imitar en ese sentido.
Otros deseos irían en esta línea:
Salvador Rueda (1857-1933); uno de los más distinguidos, poeta y escritor ajárquico. Hace años se confundió con belicoso militar o político de la incivil guerra española ¡Qué grave error la confusión en persona tan humilde y alejada en el tiempo de esas identificaciones! Daba nombre a una calle y fue apeado de la misma. Una reparación y rehabilitación se le debe. Para Rueda, la mujer era la expresión de la belleza; pero siempre su admiración estará tamizada por la visión de la misma como madre. Una buena ocasión para que el acto estuviera ilustrado por una experta en su obra María Isabel Jiménez Morales de la Universidad de Málaga.
Sebastián Soriano Punzano, testigo excepcional de la fundación de Periana, sacristán mayor, notario de los acontecimientos de aquellos primeros años, al propio tiempo que defensor de los pobres y necesitados pobladores. Ha desaparedico su apellido de la nómina censal actual, su descendencia materna fue la causa, pero hoy a través del ADN ( en los seres humanos, todas las mitocondrias de las células son de origen materno), comprobaríamos que personajes importantes e influyentes de nuestro pueblo son descendientes suyos. Un ejemplo, ese Don Manuel del Puente.
Manuel Alcántara, con títulos más que suficientes para confeccionar un grueso volumen. Su vinculación a Periana viene a través de su madre; nació aquí, a ella el homenaje y así aprovechar que se deje caer por este patio. (El chivo ya no es expiatorio, fue indultado y hoy es todo un señor macho, muy barbado y dispone de un respetable hato de cabras).
-"No aburrir a Dios sobre todas las cosas (¿No me habré colado?).
MUCHAS GRACIAS
¡¡VIVA SAN ISIDRO!!
¡¡VIVA SU ESPOSA!!
¡¡VIVA PERIANA!!
José Luis Clavero Moreno
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