MONUMENTAL
CINEMA
UNA
HISTORIA DE CINE
1947
- 1969
(DE BAD
BOY A ROCÍO DE LA MANCHA)
Tú
y yo entramos
al
cine
del
pueblo, lleno de niños
y
aroma de manzanas.
PABLO NERUDA, Oda a un
cine de pueblo
A
MANUEL ZORRILLA GARCÍA, Zorrilla de “La Tienda”,
por
su impagable colaboración.
El diccionario de la Real Academia Española (RAE)
nos dice que cine (acortamiento de cinematógrafo) es el local o sala donde como
espectáculo se exhiben películas cinematográficas. También se define con la
misma palabra la técnica, arte e industria de la cinematografía.
Muchos perianenses, debido a su edad, posiblemente no
tengan conocimiento de ello, pero nuestro pueblo tuvo cine. Cine que recibía el
pomposo nombre de MONUMENTAL CINEMA. Y es a ese cine, al cine de Periana,
nacido en los años cuarenta del pasado siglo y desaparecido antes de cumplir
los cinco lustros, al que dedico las páginas siguientes.
Pero
antes de adentrarnos en ello, a modo de introducción, voy a hacer una brevísima
reseña del que es conocido como el Séptimo Arte. La historia del cine podemos
decir que comenzó en París el 28 de diciembre de 1895, fecha en la que los
hermanos Lumiére, sus inventores, proyectaron públicamente imágenes sobre La salida de los obreros de una fábrica
francesa de Lyon, La demolición de un muro, La llegada de un tren, y Un barco saliendo del puerto; al
estreno, previo pago de un franco, asistieron ciento treinta y cinco espectadores.
Ciento cuarenta y ocho días después, concretamente el 15 de mayo de 1896,
festividad de San Isidro, se realizaron en Madrid las primeras proyecciones que
tuvieron lugar en España. En Málaga el primer pase de cine
tuvo lugar el 3 de septiembre de 1896, en la planta baja del hotel Victoria,
que estaba situado en el número 9 de calle Larios.
El
éxito del invento de los hermanos Lumiére fue fulminante en toda Europa y
América del Norte. En un año sus inventores eran capaces de rodar más de 500
películas, de muy pocos segundos de duración, caracterizadas por la ausencia de
actores, los decorados naturales, la brevedad de las mismas, la falta de
montaje y la posición fija de la cámara. Al principio, atraídos por la novedad
que suponía, los espectadores acudían en masa para ver el nuevo espectáculo, pero
pasado algún tiempo acabaron aburriéndose por lo monótono de las tomas. Y cuando
los agoreros pronosticaban la defunción del invento de los hermanos Lumiére,
apareció en escena –y nunca mejor dicha la expresión- el mago Méliés a quién
podemos considerar el creador del cine tal y como hoy lo conocemos. Era un hombre de teatro y todos sus
conocimientos –que eran muchos- los transfirió
al cine, comenzó a grabar historias ficticias, aplicando la técnica teatral ante la cámara, creando
los primeros efectos especiales y la ciencia ficción filmada, tal y como se
puede comprobar en sus películas Viaje a
la luna (1902) y Viaje a través de lo
imposible (1904). A partir de entonces la cinematografía no hizo más que
mejorar y en el año 1927 se estrena la primera película con sonido El cantante de jazz. Este hecho supuso todo
un hito, el cine tal y como se conocía hasta entonces dejo de existir y se
impusieron guiones más complejos que se alejaban de los estereotipados
personajes que la época muda había creado. En el año 1935 se estrena La feria de las vanidades la primera
película en color, esta nueva técnica conseguiría su espaldarazo definitivo en
1939 con Lo que el viento se llevó.
Desde entonces, al día de hoy, las técnicas cinematográficas no han hecho más
que progresar.
CINE EN LA CALLE
Las
primeras proyecciones cinematográficas en Periana, parece ser que tuvieron
lugar en la segunda década del pasado siglo, coincidiendo con la celebración de
San Isidro, en una barraca instalada en el llano de La Lomilleja. Pero no fue hasta
los años veinte del referido siglo, cuando el cine dejó de ser ocasional atracción
de feria para convertirse en espectáculo más
habitual. Un señor de Vélez-Málaga, con el beneplácito del Ayuntamiento y de
los vecinos de la calle Cádiz, valiéndose de una lonas la transformaba en un recinto
cerrado que hacía las veces de cine donde se proyectaban películas mudas. Su
periodicidad era muy irregular, pero en la época estival solían ser semanales. Ni
que decir tiene que los habitantes de la referida calle, familiares y amigos tenían
acceso gratuito al mismo. Los espectadores tenían dos opciones: permanecer de
pie o llevar una silla para sentarse.
Según me han contado, con varios días de antelación se colocaban
escritos en bares y tiendas anunciando el nombre de la película y fecha de
proyección, se pregonaba por los lugares más concurridos del pueblo y, en
ocasiones, la avisadora de las misas de difunto iba casa por casa
comunicándolo. Por la misma época la
calle Iglesia, paralela a la que se convertía en cine, se habilitaba para
efectuar en ella representaciones teatrales.
PRIMER CINE
ESTABLE
El
primer cine estable que hubo en Periana podemos situarlo en los inicios de los años
treinta del pasado siglo, su ubicación, casualmente, fue la misma que a partir
del año 1947 ocupó el MONUMENTAL CINEMA.
Pero no adelantemos acontecimientos: sigamos el guión. En el referido lugar existía un corral, huérfano de animales,
del que era propietario Francisco Fernández, que regentaba un café en el mismo
sitio que ahora se encuentra el bar de “Panseco”. El señor que ponía películas
en la calle Cádiz, alarmado por los muchos espectadores que las veían y la poca
recaudación que hacía, le propuso que se lo alquilara para convertirlo en cine.
Llegaron a un acuerdo y, tras darle un apaño, se convirtió en la primera sala
cinematográfica y de espectáculos estable que hubo en Periana. Ni que decir
tiene que cada espectador si no quería permanecer de pie, al igual que sucedía
con su antecesor, debía llevar su propia silla. Suprimidos “los pases a favor”,
la recaudación aumentó de manera muy considerable. Las diversiones en aquellos
tiempos eran escasas, y quién económicamente podía permitírselo, acudía al
cine. De todas las películas proyectadas fue Sin novedad en el Alcázar - una cinta italiana del año 1940, de 113
minutos de duración, dirigida por Augusto
Genina, y protagonizada por Fosco
Giachetti, Mireille
Balin, María
Denis, Rafael
Calvo, Carlos
Muñoz y Aldo
Fiorelli, donde se narra el asedio que sufrió el Alcázar de Toledo en julio
de 1936- la que tuvo mayor éxito. Testigos presenciales me contaron que en los
varios pases realizados se puso el cine que no se cabía de gente. El encargado
de proyectar las películas era Paquito “El Ángel”, electricista de Periana, que
debido a problemas laborales con la compañía para la que trabajaba fue
trasladado a Torre del Mar, donde se sitúo bastante bien.
MANUEL ZORRILLA GARCÍA: MEMORIA DE CINE
Andaba recabado información
sobre el MONUMENTAL CINEMA y todos
mis interlocutores me decían que la persona más adecuada para hablarme del tema
era Manuel Zorrilla García, Zorrilla de “La Tienda” (1926). Así, que ni corto
ni perezoso, me hice con el teléfono de su hija Maria Teresa con la que vive en
Málaga, contacté con ella y el día nueve de agosto, casualmente el día del cumpleaños
de Manuel que también lo era de mi padre, Manolo “Calayo”, me planté en su
domicilio donde fui magníficamente recibido y mejor tratado. A Zorrilla no lo
veía desde el año 1969 y mi sorpresa fue mayúscula, era mucho el tiempo
transcurrido, pero físicamente apenas había cambiado, de haberme encontrado con
él en la calle lo habría reconocido inmediatamente. Y si mi asombro fue grande
en lo físico, mayor resultó en lo concerniente a lo intelectual, su lucidez y
memoria superaron con creces todo lo imaginable. Sus recuerdos del MONUMENTAL CINEMA, del que fue
administrador único desde su inicio hasta principio del los años sesenta -con
un paréntesis de dieciocho meses (1957-58) en que debió dejarlo
para incorporarse al servicio militar (ver
número 36 de ALMAZARA), haciéndose
cargo del mismo su cuñado Leoncio Barroso-, permanecen tan vivos en su memoria
como si hubiesen sucedido ayer. Fueron varias las tardes-noches que tuve
ocasión de charlar con él, teniendo la amabilidad y paciencia de responder a todas
mis preguntas de manera parsimoniosa, pormenorizada y muy didáctica. Además, la
información que me facilitó sobre nuestro pueblo del que es historia viva, no
sólo me han servido para escribir sobre el MONUMENTAL
CINEMA, también me ha sido y será de mucha utilidad para otros escritos.
NACIMIENTO DEL MONUMENTAL CINEMA
El éxito de público
que obtuvo la proyección de la película Sin
novedad en el Alcázar, fue la semilla que dio lugar al nacimiento del MONUMENTAL CINEMA. Juan Nacle Zorrilla llevaba
tiempo maquinando que poner un cine en Periana como Dios manda, podía ser un buen
negocio. Buscó socios para constituir una sociedad y los encontró en Manuel Zorrilla
Bonilla –padre de mi informador-, Bartolomé Clavero Núñez y Francisco Molina
Toledo. Barajaron varios lugares donde instalarlo, todos situados en La
Lomilleja, pero después de estudiarlos minuciosamente, llegaron a la conclusión
de que el sitio ideal era el corral de Francisco Fernández. Entablaron negociaciones con éste y tras un
prolongado tira y afloja alcanzaron un acuerdo, pagando por él 11.000 pesetas.
Lo primero que
hicieron los nuevos dueños del corral-cine fue echar abajo las paredes y convertirlo
en solar. Las medidas del mismo eran 34 x 11´50 metros, equivalente a 391
metros cuadrados. En un principio pensaron construir el cine en su totalidad de
un tirón, pero viendo que sus cálculos se habían quedado muy cortos y el
presupuesto subía mucho más de lo imaginado, cambiaron de opinión y decidieron
construirlo por partes: procediendo en primer lugar a levantar el escenario y las
paredes para convertirlo en un recinto cerrado donde se pudieran proyectar
películas y ofrecer espectáculos, con dos puertas, una que daba a la Plaza de
Alfonso XII y la otra a la Calle Almería. Acordando los miembros de la sociedad
no repartir beneficios hasta que estuviese completamente terminado. Con las primeras
ganancias generadas y algún dinero que los cuatro socios pusieron lo techaron.
De ello se encargó el Almacén de Maderas Llosa, ubicado en el barrio malagueño
de Huelín, utilizando el sistema conocido como de armadura a dos aguas;
llamando mucho la atención que las tejas –alicantinas, cuadradas-, no iban
pegadas con barro como era habitual en la casas del pueblo -la estructura de
madera no hubiera resistido el peso-, sino amarradas con alambre a los listones
que formaban la techumbre. Las siguientes ganancias acumuladas y a toda prisa,
debido a los requerimientos del gobernador civil motivados por las denuncias
anónimas remitidas desde el pueblo, acordaron destinarlas a la construcción de
los váter, situados conforme se entraba a mano izquierda, junto al escenario. En
su realización encontraron más dificultades de las previstas y les costó un
pico, viéndose de nuevo los socios obligados a rascarse el bolsillo.
En lo referente al
rimbombante nombre de MONUMENTAL CINEMA,
parece ser que fue idea de Juan Nacle Zorrilla, conocedor del cine-teatro que
con el mismo nombre existía (y sigue existiendo) en el número 65 de la calle
Atocha de Madrid, desde el año 1923, con una capacidad para 4.200 personas.
Pero esto no fue algo privativo de Periana, muchos cines de capitales de
provincia y pueblos de toda España adoptaron el nombre de la fastuosa sala madrileña.
ESTRENO DEL MONUMENTAL CINEMA
El MONUMENTAL CINEMA comenzó a funcionar
sin techo, es decir, como si fuera un cine de verano, pero la proyección de
películas no se limitaba a la época estival, había cine durante todo el año,
viéndose los espectadores en más de una ocasión sorprendidos por la lluvia,
encontrando refugio los más afortunados debajo de la cabina de proyección. Su aforo superaba los 250 espectadores que
eran acomodados en sillones de anea realizados por un sillero de Vélez-Málaga (1). Imagino que
a más de un lector le habrá impregnado el olor a zotal y comenzado a picar el
culo al recordar la caterva de chinches que habitaban en los mismos. Años
después fueron sustituidos por butacas de madera procedentes de un cine de
Málaga remodelado. Adquiridas a precio de saldo, llegaron a Periana en el
camión de Joseico “El Busca”. Resultando su instalación más costosa de lo
previsto.
Con un proyector
alquilado (2)
y
lleno casi absoluto, en fecha que no he podido averiguar, comenzaron en el año
1947 las proyecciones en el MONUMENTAL
CINEMA. Aquel ignorado día se
proyectó Bad Boy (Chico malo), película
americana del año 1939, de 70 minutos de duración, dirigida por Herbert Meyer,
y protagonizada por Johny Dows, Rosalind Keith, Helen Mackellar y Spencer
Williams; la entrada costaba dos pesetas, aproximándose la recaudación a los
cien duros. La segunda fue Harka, película
española del año 1941, de 66 minutos de duración, dirigida por Carlos Arévalo, y
protagonizada por Alfredo Mayo,
Luis Peña,
Luchy Soto,
Luis Peña
Sánchez y Raúl Cancio. La tercera La
canción de Aixa, película española del año 1939, de 107 minutos de
duración, dirigida por Florián Rey, música de Federico Moreno Torroba, y
protagonizada por Imperio Argentina, Manuel
Luna, Ricardo Merino, María Paz Molinero, Rafaela Satorres y Anselmo Fernández.
Después
se proyectaron cientos de películas españolas y extranjeras, mayoritariamente
americanas, aunque, salvo contadas excepciones, los espectadores preferían las
españolas. Ahí van los títulos de algunas de ellas recordados por Manuel
Zorrilla García: Morena Clara, Nobleza baturra,
Jeromín, Amanecer en Puerta Oscura, Currito
de la Cruz, Los clarines del miedo, Tarde de toros, Balarrasa, La Señora de
Fátima, Correo de Indias, Reina Santa, El beso de Judas, Lazarillo de Tormes,
Carmen la de Ronda, Fuenteovejuna, El Alcalde de Zalamea, Embrujo, Locura de
amor, Marcelino pan y vino, Historias de la radio, El pisito, Calabuch,
Plácido, El último cuplé, Los últimos de Filipinas, Agustina de Aragón, Lola la
piconera, ¿Dónde vas Alfonso XII?, ¿Dónde vas triste de ti?, La leona de
Castilla, El pequeño ruiseñor, La saeta del ruiseñor, Un rayo de luz, Violetas
imperiales, El sueño de Andalucía, Los tramposos, Botón de ancla, Con faldas y
a lo loco, Tiempos modernos, Centauros del desierto, La reina de África, La ley
del silencio, Cantando bajo la lluvia, Casablanca, Con la muerte en los
talones, Un americano en París, Raíces profundas, El árbol del ahorcado,
Tiempos modernos, El tercer hombre, El bolero de Raquel, Compañeros de juerga,
Los calaveras, Dos buenos chicos…
De todas
las películas proyectadas en el MONUMENTAL
CINEMA la más taquillera, tal y como puso de manifiesto la recaudación
conseguida en los varios pases de tarde y noche efectuados, fue Marcelino, pan y vino, una cinta española
del año 1954 apta para todos los públicos, de 90 minutos de duración, dirigida
por Ladislao Vajda con música de Pablo Sorozábal e interpretada por Pablito
Calvo, Rafael Rivelles, Antonio Vico, Juan Calvo, José Marco Davó, Adriano
Domínguez, Juan José Menéndez, Isabel de Pomés, Mariano Azaña, Carmen
Carbonell, Joaquín Roa, José Nieto y Fernando Rey. Otras destacables fueron ¡A mí la Legión!, película
española del año 1942, de 82 minutos de duración, dirigida por Juan
de Orduña y protagonizada por Alfredo Mayo, Luis Peña y Manuel Luna; y Allá
en el Rancho Grande, película mejicana del año 1949, de 98 minutos de
duración, dirigida por Fernando de Fuentes e interpretada por Jorge
Negrete y Lilia del Valle.
Adaptación de la realizada en el año 1936.
Las películas eran suministradas por las productoras
existentes en aquellos tiempos: Cifesa, Metro-Goldwyn-Mayer, Universal, Hispano Foxfilm…, los representantes, todos de Sevilla,
se desplazaban a Periana y le mostraban a Zorrilla sus catálogos para que
eligiera. Había que adquirirlas por lotes de cuatro, siendo la calidad de las
mismas muy desigual, normalmente había una película buena, avalada por las
magnificas recaudaciones conseguidas, dos regulares y una mala. Pero había que
cargar con todas, siendo el contenido de los paquetes innegociable. El precio
del alquiler rondaba entre las 200 y 400 pesetas y durante tres días se podía
proyectar todas las veces que se quisiera. Cada una constaba de 8 a 10 latas
donde iban guardados los rollos que la componían, su peso podía superar los 30
kilogramos. La película se facturaba en Sevilla en régimen de equipaje. Llegaba
a la estación de RENFE en Málaga y allí un hijo del Miguel Aragonés, jefe de la
estación de Periana, se encargaba de llevarla al tren para que viniese al pueblo,
al llegar un muchacho la recogía y cargando al hombro el saco marrón donde iban
los rollos la trasladaba al cine. Unos de los chicos que desempeñó esta misión
fue Domingo “Millón”, hijo, con el que
he tenido ocasión de hablar. Percibía 10 pesetas por transportar al hombro la
película de la estación al cine y devolverla de madrugada al mismo lugar, con
parada para reponer fuerzas en el “olivo del espanto”. Las películas también
arribaron al pueblo en el coche de viajeros marca Oakland, conocido como “La
Rubia”, que su dueño Antonio Zorrilla “El Rubio”, aparcaba en el vestíbulo del
cine; en el coche de Guerrero o en la “Alsina”.
Cada película venía acompañada de su correspondiente hoja de censura y
carteles anunciadores de la misma. Las copias que llegaban al pueblo eran
viejas, debido a ello se cortaban de vez en cuando, respondiendo el público con
protestas y silbidos casi generalizados. Algo similar sucedía cuando la imagen
o el sonido dejaban mucho que desear.
Todas las películas
iban precedidas de su correspondiente NO-DO (Noticiarios y Documentales) de
proyección obligatoria en los cines españoles. Se suponía que era un noticiario
de actualidad, pero a Periana, al igual que las películas, llegaban con algunos
años de retraso. Cada NO-DO costaba treinta pesetas, llegaba de Sevilla por
Correo y se devolvía de igual forma. Tenía como lema: “El mundo entero al alcance de todos los españoles”. La
primera proyección del mismo se realizó el 4 de enero
de 1943, siendo su
pase obligatorio hasta enero de 1976, sobreviviendo con carácter voluntario
hasta 1981.
DIAS, HORARIOS,
PUBLICIDAD, PÚBLICO Y OPERARIOS
Cuando comenzó su
andadura el MONUMENTAL CINEMA las películas se estrenaban el sábado y se
reponían el domingo, pero la función del sábado no tuvo la aceptación esperada. Se cambió de día, estrenando el domingo y
reponiendo el lunes con precio algo reducido, pero tampoco funcionó. También se
intentó dar cine por la tarde (3) dirigido a niños y
jóvenes, y entre semana, pero la poca asistencia de público hizo que todo
quedara en un fallido intento. Así que, salvo contadas excepciones, se decidió
dar un único pase el domingo por la noche. El horario era después de cenar, es decir,
entre las nueve y las diez, dependiendo de las estaciones del año.
Para atraer a los espectadores se utilizaban varios
métodos. El tráiler que se proyectaba en
el descanso anunciando la película que próximamente se vería en aquella
sala. Distribución de prospectos,
folletos o programas de mano donde aparecía el cartel de la película a
proyectar, junto a los nombres del director, actores principales y argumento de
la misma. Eran de forma rectangular siendo su tamaño la cuarta parte de un
folio. Estos folletos los enviaba la
productora que distribuía la película o se mandaban hacer en una imprenta de
Vélez-Málaga. A los niños nos encantaba coleccionarlos. En la puerta del cine, con algunos días de
antelación, se colocaba el cartel de la película a proyectar, y cartones rectangulares
donde se veían fotogramas de la misma. Idéntico proceder se realizaba en la
puerta de la Conchita “La Luz” –luego de Pepa Larrubia- o en La Fuente. También dos muchachos recorrían
las calles del pueblo transportando unas andas sobre las cuales había colocadas
dos tablas, separadas por la base y unidas por la parte superior, formando
sendos planos inclinados. Sobre dichos planos se colocaban carteles de las
películas o información de los espectáculos. Según me han contado, en algunas
ocasiones, esos muchachos se desplazaban a Mondrón para publicitar allí las
películas y espectáculos que se ofrecían en el MONUMENTAL CINEMA.
El público mayoritario que asistía al cine eran mozuelos,
tanto de Periana como de las pedanías del pueblo; parejas de novios con
carabina; matrimonios –sin hijos o con hijos ya mayores-; hombres casados
solos; mozuelas en grupo; y cuando la película era autorizada para todos los
públicos niños en pandilla o con sus padres.
La historia del MONUMENTAL CINEMA no puede contarse sin
hacer referencia al personal que con su trabajo y dedicación lo pusieron en
marcha y lo hicieron posible. He aquí su reparto el día del estreno.
- ADMINISTRADOR: Manuel Zorrilla.
Percibía 25 pesetas por película. Los componentes de la sociedad tenían total
confianza en él y le otorgaron plenos poderes para hacer y deshacer lo que
creyera conveniente. El cine era él, y lo mismo proyectaba la película en ausencia
del encargado de hacerlo que solucionaba sobre la marcha cualquier problema que
se presentase.
- PROYECCIONISTA: Elías Solórzano. Percibía
20 pesetas por película. Un manitas aventajado que le metía mano a todo y todo
lo hacía bien. Decir que Zorrilla y Elías colocaron el techo raso del cine.
- TAQUILLERA: Carmen “La
Veinticuatro”. Percibía 5 pesetas por película.
- PORTEROS: Domingo “Millón” y
Antonio “Palomo”, gañanes de Bartolomé Clavero y Francisco Molina,
respectivamente. Percibían 5 pesetas por película.
- ACOMODADOR: Manuel “Cagachín”. Percibía
5 pesetas por película.
- LIMPIADORA: Juana “La Telesfora”.
Percibía 10 pesetas por limpiar el cine después de cada proyección.
- VENDEDORES DE CARAMELOS: Un niño
de “Frasquerre” y otro de “La Perea”.
SALA POLIVALENTE Y DIFERENTE
El MONUMENTAL
CINEMA de Periana, al igual que su homónimo de Madrid –donde se ofrecieron
conciertos, teatro, musicales y se fundó el Frente Popular-, acogió entre sus
paredes otros acontecimientos artísticos y sociales. Por su escenario desfiló la flor y nata del
flamenco y la copla, compañías de teatro (4),
variedades, zarzuelas (5) y, en algunas
ocasiones, debido a las inclemencias del tiempo, acogió el baile de pago de San
Isidro o la Feria. El
precio de la entrada para los espectáculos era superior a la del cine,
propiciando algún que otro problema. Citemos lo sucedido cuando actuó la
Compañía de “La Niña de Antequera”. Aquella noche la recaudación fue muy
considerable, para reducir el pago que sobre ella correspondía efectuar,
hicieron una declaración menor de la que verdaderamente hubo, y al ir integrado
en la compañía un “chivato”, tuvieron problemas con la Sociedad General de
Autores (SGAE). Los espectáculos se contrataban a porcentaje sobre la taquilla
realizada, siendo el reparto de 55 % para la compañía y 45 % para los
propietarios del local.
En el cine se celebraron otros eventos como los referidos
a continuación donde hubo llenos históricos.
-ENTREGA
DEL TÍTULO DE HIJO ADOPTIVO AL GOBERNADOR CIVIL DE MÁLAGA Manuel
García del Olmo y de HIJOS PREDILECTOS
a José Clavero Núñez, notario de Cazalla de la Sierra y José Moreno Núñez,
secretario general del Banco Hispano Americano. Sábado 15 de mayo de 1948.
- CLAUSURA
DE LA VII ASAMBLEA COMARCAL DE LA FALANGE. Domingo 5 de julio
de 1953.
- CELEBRACION DE LA JUNTA GENERAL PARA LA CONSTITUCIÓN DE LA COMUNIDAD DE REGANTES DE LA
ACEQUIA DE GUARO. Domingo 5 de diciembre de 1965.
En mi peregrinar por los Archivos de Málaga buscando
información sobre Periana, encontré la siguiente instancia -que transcribo textualmente-,
solicitando autorización para una representación teatral, petición obligatoria de
cursar para cualquier evento diferente al cine.
Excelentísimo Sr. Gobernador Civil de la
Provincia de Málaga.
Manuel Zorrilla García, mayor de edad,
con domicilio en Periana (Málaga), en concepto de propietario del Cine de dicha
localidad, y en cumplimiento de las disposiciones emanadas del Gobierno Civil
de Málaga, a V. S. con las consideraciones y respetos debidos expone:
Que un grupo de aficionados al teatro
de Riogordo, le ha solicitado el local para dar una representación de la obra
de D. Juan Ignacio Luca de Tena ¿Dónde vas Alfonso XII…? el próximo día 25 de
mayo, a cuya solicitud he accedido por tener dicho cuadro artístico la
correspondiente autorización para representarla en este pueblo de Periana. Como quiera que además la empresa del cine o
teatro ha de recibir también la autorización consiguiente del Gobierno Civil,
Suplica se digne conceder al cine de
Periana la autorización gubernativa necesaria para que dicha representación pueda
llevarse a cabo, siendo gracia que espera obtener de V. S. cuya vida guarde
Dios muchos años.
Periana 22 de Mayo de 1961
Aparece
firmada por Manuel Zorrilla.
Preguntando
a unos y otros para escribir la historia del MONUMENTAL CINEMA, muchas han sido las respuestas e historias que me
han dado y contado, pero hay una que me dejó perplejo, pensaba que mi informante
se estaba quedando conmigo, tomándome el pelo o gastándome una broma; pero no era así, me estaba contando la pura verdad,
tal y como me confirmó María Dolores Clavero Moreno, “La hija de Bartolomé”. Les
cuento. El cine de Periana siempre fue un lugar gélido. En las noches de invierno sentado en la
butaca se pasaba más frío que rebuscando aceitunas. La gente acudía al mismo
con las principales prendas de abrigo que poseía: pellizas, abrigos largos, chaquetones,
gabardinas, gorros, bufandas, mantones, pañoletas, varios pares de calcetines,
guantes… y algunas de las familias más pudientes del pueblo –Bartolomé, Paco
Molina, don Ángel “El Médico”- que tenían reservadas las primeras filas del
mismo para los espectáculos y las centrales para las proyecciones, acudían con
braseros de picón. Cuando la
clasificación de las películas les permitía entrar, también llevaban brasero los
nietos de María del “Horno de los Serenos”. No sé si en otros lugares de España
o del mundo se haría algo similar, yo he buscado y rebuscado información sobre ello
y no he encontrado nada igual. Periana y sus gentes -como dice mi amigo Paco- eran
y siguen siendo diferentes.
CRUZADA CONTRA EL SÉPTIMO ARTE
Las autoridades de aquellos tiempos, muy preocupadas ellas
por el bienestar de los españoles en el
más allá, sin importarle mucho el más acá, hicieron todo lo posible para que
nadie se pasase la eternidad purgando sus pecados en el infierno. Muy perspicaces ellos, nada más hacerse con
el poder descubrieron que el cine, invento del maligno Satanás, era un foco de
corrupción de niños, jóvenes y adultos que no podía conducir más que a la
perdición y a la condena eterna, así que emplearon todos los recursos a su
alcance para guiar a sus atemorizados súbditos por la recta vereda. Parte de tal responsabilidad la delegaron en
la Iglesia, y los curas de cada pueblo o parroquia eran los encargados de advertir
a sus feligreses desde los púlpitos de los peligros a que se exponían viendo
películas pecaminosas.
Todas las películas, nacionales y extranjeras, las
visionaban los censores y después de mutilarlas le otorgaban una clasificación
por edades.
La censura estatal se hacía mediante clasificación
numérica:
1: Apta
para todos los públicos.
2: Para
mayores de 14 años.
3: Sólo
para mayores de 21 años.
3R: Para
mayores con reparos.
4:
Peligrosa. Su visión era desaconsejable para los mayores.
La Iglesia hacía
una censura similar, pero en lugar de números –los analfabetos abundaban en
aquellos tiempos,- utilizaba los colores, más fáciles de identificar.
BLANCO: Apta
para todos los públicos.
AZUL: Apta
para jóvenes mayores de 14 años.
ROSA: Apta
para mayores de 21 años.
GRANA: Apta
para mayores con reparos. El color era rojo, pero tal vocablo era
impronunciable en aquellos tiempos.
NEGRO:
Peligrosa. Nadie debía verla.
En Periana, destacó de manera singular por la pasión que
puso para ahuyentar a la gente del cine don Justo Marcos Merino, severo párroco
del pueblo de 1950 a 1962, que se vanagloriaba de no haber puesto nunca un pie en
tan pecaminoso recinto. Las beatas del
pueblo, siguiendo sus consejos tampoco lo pisaron nunca (6). ¡Él y
ellas se lo perdieron! Con la llegada de
los siguientes curas: los hermanos Rey Sánchez (1962-1966) –don Pedro y don Santiago -, todo cambió. Me
repito: ¡Qué gran deuda tiene Periana con ellos! De la noche a la mañana la
iglesia dejó de inmiscuirse en tales asuntos, incluso llegaron a montar un cine
de verano, aledaño a la iglesia, bautizado con el nombre de CINE PARROQUIAL, con el objetivo de
recaudar fondos para ayudar a los más necesitados del pueblo. Siendo aún
recordada la “operación silla” que organizaron en La Fuente para conseguir equiparlo de asientos. Fuera
de la época estival, los dueños del MONUMENTAL
CINEMA les cedían la sala gratuitamente para que realizasen en ella sus
proyecciones.
AGONIA Y
MUERTE DEL MONUMENTAL CINEMA
El cine en
Periana, contradiciendo
las previsiones de Juan Nacle Zorrilla, nunca fue un buen negocio. Pocos, muy
pocos fueron las ganancias que reportó a sus dueños, por no decir ninguna. Y
fue precisamente él, quién pronosticó pingües beneficios, el primero que
abandonó el barco, vendiendo -al inicio de los años sesenta del pasado siglo-, su
parte a Enrique Larrubia Sarrión, que pasó a desempeñar las funciones que hacía
Manuel Zorrilla García.
La asistencia al MONUMENTAL CINEMA de Periana nunca fue
la esperada por sus dueños –algo similar sucedió con la mayoría de las salas de
igual nombre distribuidas por toda España, incluida la de Madrid-, parece ser
que tal denominación era sinónimo de gafe y las expectativas económicas depositadas
en él jamás se alcanzaron. Se defendía
justito, pero reportaba muy pocos beneficios. La llegada de la televisión al pueblo le asentó
un golpe mortal del que no se pudo recuperar,
propiciando que el número de espectadores fuese cada vez menor. Los
costes aumentaban y los ingresos menguaban. En las últimas proyecciones efectuadas
ni tan siquiera se llegó a cubrir gastos. El
MONUMENTAL CINEMA, el cine de Periana, era una ruina y su desaparición no
tenía vuelta atrás. Sin previo aviso, después
de exhibir más de mil películas, la magia desapareció de la pantalla y cerró
sus puertas para siempre.
La última película
que se proyectó en el MONUMENTAL CINEMA
fue Rocío de la Mancha, cinta
española del año 1963, de 96 minutos de duración, dirigida por Luis Lucia, con
música de Augusto Algueró y protagonizada por Rocío Dúrcal, Carlos Estrada,
Helga Liné, Simón Andreu, José María Caffarel, Jesús Puente y Mercedes Muñoz Sanpedro.
He intentado averiguar por todos los medios a mi alcance día, mes y año de tan
triste acontecer -muchos perianenses a los que agradezco su colaboración pueden
dar testimonio de ello-, pero no lo he conseguido. Ni tan siquiera sé -con
total seguridad-, el año. He hablado con los hermanos “Fabio”, Antonio y
Alfredo, el último proyeccionista y ayudante, respectivamente; Domingo “Millón”
y su hermana Rosario, y con todo aquel que creía podía orientarme, pero mis
preguntas no han obtenido la respuesta buscada.
Después de atar, desatar
y ajustar muchos cabos con las
informaciones recabadas, son varias las hipótesis a las que he llegado. De
todas ellas, la que me parece más verosímil pone de manifiesto que el MONUMENTAL CINEMA permaneció abierto
hasta el año 1969. Siendo estos los indicios que la fundamentan: en el blog PERIANA y PEDANIAS de Gema Frías Luque,
hay colgada una entrada correspondiente al domingo 28 de septiembre de 1969, conservada
por José Verdugo, de la que deduzco que ese día hubo cine en Periana y costaba
ocho pesetas. A ello se suma la información que me ha facilitado Domingo
“Millón”, hijo, -vendedor de caramelos, portador de películas, colgador de
carteles, y último portero del cine de Periana- me dijo que él contrajo
matrimonio en abril del año 1970 y solamente hacía algunos meses que el cine
había cerrado. Hay otro acontecer que parece confirmar mi suposición. El
domingo 19 de octubre de 2014, procesionó por las calles de Málaga la imagen de
San Isidro Labrador de Churriana, al que acompañaron gente venida de todos los
pueblos de la provincia que tienen como patrón al Santo Madrileño. De Periana
se desplazó un grupo muy numeroso, cuando íbamos por calle Larios me
acerqué a Pepe de “La Adela”, gran
aficionado al cine, y le pregunté si él recordaba cuando cerró el MONUMENTAL CINEMA y, sin dudarlo un
momento, me dijo que el 28 de diciembre de 1969 con la proyección de la
película Rocío de la Mancha. ¡Me
quedé asombrado de la rotundidad de su respuesta! El nombre de la película coincidía con las referencias que yo tenía,
pero al comprobar la mencionada fecha en el calendario perpetuo por meses de
Internet, descubrí que era domingo, día que se proyectaba el cine en Periana. En honor a la verdad, debo decir que de otros
perianense he recabado informaciones, tan creíbles como las expuestas con
anterioridad, que echan por tierra mi suposición.
Lo narrado con
anterioridad pone de manifiesto que la historia del MONUMENTAL CINEMA, el cine de Periana, esta inacabada, pero yo,
aquí y ahora, pongo fin a la misma. Simplemente añadir que seguiré investigando
para confirmar o descartar mi hipótesis. Estoy seguro de que la fecha buscada
permanece viva en la memoria de algún perianense o guardada en un cajón, pero
el que esto suscribe no ha sido capaz de encontrarla, si alguien puede
facilitármela le quedaría muy agradecido. Además, pienso que la fecha de
nacimiento o defunción del MONUMENTAL
CINEMA es algo secundario, lo importante es que sepan de su existencia los
perianense que no lo conocieron y dejar constancia para la posteridad, de que
Periana tuvo cine, cine que recibía el ostentoso nombre de MONUMENTAL CINEMA y ese ha sido mi objetivo al redactar este
escrito.
Al igual que cité al
personal que experimentó la alegría de inaugurar el MONUMENTAL CINEMA, hago lo mismo con los que vivieron la tristeza
de despedirlo. Tanto los unos como los otros, más algunos operarios no
mencionados (7), forman
parte de su historia. He aquí su reparto el día del cierre.
- ADMINISTRADOR: Enrique de “La Dulceria”.
- PROYECCIONISTA: Antonio “El Fabio”.
- AYUNDANTE DE PROYECCIONISTA: Alfredo “El
Fabio”.
- TAQUILLERA: Loli de “Alonso de las Cabras”(8).
- PORTERO: Domingo “Millón”, hijo.
- ACOMODADOR: Domingo “Millón”, padre.
- LIMPIADORA: Dolores “Malospelos”.
El MONUMENTAL CINEMA, el cine de Periana, nunca tuvo bar, pero ello no fue impedimento
para que en su sala se pudieran degustar los riquísimos refrescos NIK (9), primero los
vendían unos niños que los transportaban en cubos de zinc con hielo; luego lo
hicieron Dolores “La Bicharrita” y su hija Rosario en una especie de
quiosquillo que montaron, frente a las taquillas, en la parte izquierda del
vestíbulo que se encontraba repleto de carteles de películas.
Sólo me resta decir que una compañía
integrada por varios socios: Frasquito “El Moyero”, Isidro “El Pescadero”,
Joseico “El Buscas”, Rafael “El Cuco”, Manolo “El Francés”, Manuel
“Castañetas”… le hicieron una oferta a los dueños de cine y sin necesidad de
negociar mucho, lo adquirieron en 600.000 pesetas. Desmontaron el escenario,
retiraron los asientos y lo convirtieron en una amplia nave destinada a la
compra, almacenaje y embalaje de cereales, legumbres y frutas. Pasado algún
tiempo la vorágine constructora hizo acto de presencia y en el lugar donde
estuvo el MONUMENTAL CINEMA, el cine
de Periana, se levanta hoy un edificio de viviendas (10).
No
puedo remediarlo, soy un sentimental empedernido anclado en el pasado, pero
creo que no estaría de más, colocar en la fachada principal del inmueble hoy
existente, la que da al llano de La Lomilleja (Plaza de Alfonso XII) (11), una
placa que dijera:
En este lugar estuvo
EL MONUMENTAL CINEMA,
el cine de Periana.
1947-1969
FIN
o
como dicen los americanos: THE END.
(1)
En algunas casas del Periana aún se conservan ejemplares de esos sillones.
(2)
Algún tiempo después, Juan Nacle Zorrilla compró un proyector nuevo en Granada
por 30.000 pesetas.
(3) En verano, las sesiones vespertinas,
con la llegada de los estudiantes, se veían muy concurridas y animadas, a ello contribuía
Antonio Solórzano, hijo de Elías, que antes de comenzar la proyección ponía canciones
como: “Cheri te quiero, Cheri yo te
adoro, como la salsa del pomodoro”… “Si quieres tomar tequila, prepara sal y limón”… Canciones que niños y jóvenes,
tarareaban y bailaban, los más afortunados con un refresco NIK en la mano. Estas
sesiones, normalmente, tenían lugar los jueves. Yo recuerdo la época cuando la
entrada valía diez reales, igual que me costaba perlarme en la barbería de
Rafael “Pisablando”.
(4)
En Periana hubo un grupo de teatro que coordinaban y dirigían Adelaida Fernández Soto, maestra nacional, y José
Luis Navas Carrasco, el hijo de Doña Margarita. Efectuaron representaciones en
el MONUMENTAL CINEMA y en algunos
pueblos limítrofes.
(5)
Las compañías de zarzuela fueron contratadas por don Ángel Pérez Sánchez -médico
del pueblo y cinéfilo empedernido que jamás se perdía una película-, durante el
tiempo que tuvo arrendado el MONUMENTAL
CINEMA.
(6)
Cabe la posibilidad de que lo expuesto con anterioridad no sea cierto en su
totalidad y que don Justo y las beatas del pueblo llegaran a pisar el cine en
alguna ocasión, pero no lo hicieron para ver ninguna película, sino para
asistir a algún homenaje o representación teatral, organizada con fines
benéficos.
(7) En compañía de mi amigo Paco “El
Carpintero”, visité en su casa a Pepe “El Moro”, proyeccionista del cine de
Periana, recabando información para escribir esta historia.
(8)
Me han informado que vive en la barriada de El Palo (Málaga), pero me ha sido
imposible contactar con ella.
(9)
NIK era un refresco delicioso de naranja, limón o manzana que se fabricaba en
el Alambique de Rafael de “La Concepción”. Esta bebida refrescante se
publicitaba en la pantalla del MONUMENTAL
CINEMA de manera estática, es decir, proyectando una diapositiva con un
mensaje escrito para que lo leyesen los espectadores. En aquellos tiempos, el
número de analfabetos era muy elevado y había cines donde estos anuncios eran
leídos por megafonía cuando se proyectaban.
(10) Mientras
escribía la historia del cine de Periana, vi a Joan Manuel Serrat cantado Los Fantasmas del Roxy en el programa Cachitos de hierro y cromo que emite la 2 de TVE, canción que hacía muchísimo tiempo
que no oía e inmediatamente la he asociado con el MONUMENTAL CINEMA. Son
historias paralelas que tienen como denominador común la desaparición de un
cine.
(11) El
Llano de la Lomilleja o de la Iglesia (Plaza de Alfonso XII) también era
conocido como el Llano del Cine y la calle Almería como el Callejón del Cine.
JOSÉ MANUEL FRÍAS RAYA
(Publicada
en el número 45 de ALMAZARA, la
revista de Periana)
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