El grupo de mayordomos de 2011 estamos muy agradecidos que todos ustedes estéis aquí compartiendo con nosotros las fiesta patronales. Os queremos comunicar que esta merienda dedicada a vosotros la hacemos con mucha ilusión. Es verdad que estamos cansados por todos los preparativos que la feria de San Isidro requiere. No podemos ocultarlo porque se nos nota en la cara y se refleja en nuestros rostros, pero ello no impide que estemos contentos e ilusionados que todos vosotros estéis aquí festejando en vuestro propio honor, porque os lo merecéis, esta merienda junto a nosotros. El grupo de mayordomos 2011, Ana y Rubén, Rafael y Encarni, Loli y “Jóse” Torrubia; Antonio y Andrés, Yésica y Damián , Esther y José María, sabemos que gracias a vosotros hoy todavía se celebra San Isidro en Periana. Y queremos daros las gracias porque nos habéis inculcado vuestros valores de fe y respeto a San Isidro. Sabemos que muchos de vosotros en algún tiempo fuisteis mayordomos y supisteis transmitirnos ese legado que nosotros hemos llevado con orgullo este año. Y si por algo hemos destacado, este grupo de mayordomos, es porque sabemos valorar y apreciar todos esos buenos sentimientos que tenéis en vuestros corazones.
Un fuerte aplauso para vosotros. Os lo merecéis.
EUGENIA
Hoy tenemos entre nosotros a una persona que por las características que vamos a ir describiendo los mayordomos, poco a poco vais a ir descubriendo de quien se trata.
Su familia no es natural de Periana, pues estuvo rotando por diferentes pueblos, Villanueva del Trabuco, Alfarnate, y finalmente Periana.
Esta Persona a la que nos referimos, llegó a Periana a muy temprana edad, junto con sus padres y sus hermanos. Casi todos los perianenses creemos que es de Periana, pues ha hecho toda su vida en nuestro pueblo. Podíamos llegar a decir que ella misma se siente de Periana.
Nos referimos a una mujer delgada, que vive con muy pocas comodidades, que no tiene grandes lujos, porque tampoco los necesita. Una mujer que estuvo trabajando durante mucho tiempo trabajando de cara a un público, primero en la Plaza de la Fuente y después en el Paseo Bellavista.
Pero vamos a dar más datos de ella. Aparte de realizar su trabajo con absoluta profesionalidad, esta magnífica mujer que pasa por la vida desapercibida, sin hacer ruido, que parece estar ausente, porque no quiere protagonismos, dedicó parte de su trabajo a prestar su disponibilidad, que no es poco, al servicio de todos nosotros. Una disponibilidad que nunca fue remunerada. Esta mujer estuvo trabajando, en su segundo trabajo como digo, en ese trabajo que hacia desinteresadamente y que todavía, a pesar de su avanzada edad sigue realizando, al servicio de todos y cada uno de nosotros. Solamente, hay que decir su nombre para saber de quien se trata. Solamente pronunciando su nombre todos sabemos a quien nos referimos, Se llama Eugenia. Eugenia para nosotros solo hay una. Una que hace por muchos. Una mujer a la que todos o casi todos hemos recurrido en algún momento de nuestras vidas. Una mujer que fue imprescindible para la vida social y cultural y religiosa de nuestro pueblo durante muchos años. Nosotros los mayordomos, no nos podemos acordar, pero muchos de vosotros que estáis ahí sentados sabréis que esta mujer subía durante el día, los 365 días del año, durante muchos años, al menos 4 veces al campanario de nuestra iglesia para dar los toques de campanas reglamentados en aquellos tiempos. Esta mujer ha abierto las puertas de la iglesia de nuestro pueblo para todos nosotros, una veces para ceremonias, otras para entierros, otras para bautizos, otras para festividades, etc. Siempre dispuesta y atenta hasta el mínimo detalle, sin que ninguno de nosotros notáramos las más mínima preocupación cuando hemos necesitado algún tipo de servicio religioso.
Eugenia ha sido la Puerta de nuestra Iglesia durante muchos años, Eugenia ha sido la Puerta de nuestras vidas, no sólo de las nuestras, sino también de nuestros padres y abuelos.
Pues ¿quién de todos nosotros no ha ido a recurrir en algún momento a Eugenia para celebrar cualquier acontecimiento religioso?.
Por eso, el grupo de mayordomos queremos hacer a Eugenia Salazar Sánchez este pequeño homenaje, porque te lo mereces, porque entendemos que todos los habitantes de Periana y también los llegados de fuera, unos por unas cosas y otros por otras, estamos endeudados contigo. Muchas gracias Eugenia por estar ahí, en todo momento, y dispuesta a atendernos.
Un fuerte aplauso .
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MANUEL
Ahora vamos a describir a un hombre de nuestro pueblo. Este señor al nos referimos lleva más de 2 años viviendo fuera de Periana. Ha estado prácticamente toda su vida aquí, trabajando en el campo y cuidando a su mujer hasta los últimos momentos de su vida. Ahora él requiere los cuidados y atenciones, que mostró a su esposa durante su vida por su delicado estado de salud. Es por eso que se ha tenido que ir de Periana, para estar junto a su hija, la cual le está dando todas las atenciones que se merece y que él, como digo, un día también supo dar.
Pues bien, nos referimos a un hombre que se dedicó prácticamente toda su vida a la labranza. Nos imaginamos a un hombre que al despuntar el día, se le veía subido en una bestia dirigiéndose a la finca de su patrón. Un hombre que día tras día realizaba las tareas tan duras del campo. La manos endurecidas, de sujetar el arado, los pies llenos de tierra al hundirse entre los surcos, el ir y venir surco tras surco, de un lado para otro, el sombreo de paja y el sudor que llegaba hasta los pies bajo ese sol de verano. Nos referimos a uno de los últimos gañanes de nuestro pueblo, oficio prácticamente desaparecido pero que fue muy necesario en aquellos tiempos para nuestra agricultura. Un hombre que no quiso enriquecerse, y que fue amante del campo y de su trabajo, Un hombre que después de terminar la larga jornada se disponía a cinchar las bestias para tomar el camino de regreso a casa, un camino, a veces inseguro, por la oscuridad de anoche. Y a la noche su mujer le esperaba con un puchero preparado para poder recuperar fuerzas. Por la mañana no más que un vaso de vino con una yema de huevo para empezar el día. Y entre el ir el venir de los surcos hechos por el arado, unas veces para combatir el aburrimiento y la monotonía y otras para combatir el cansancio y la soledad, murmuraba los cantos típicos de los arrieros. Otras veces en el camino quizás para combatir el miedo ante los asaltantes de aquellos entonces y otras veces para combatir la soledad, esas coplas podían ser su mejor acompañante.
Un hombre amante de su pueblo, como nadie, un hombre amable con su gente, sencillo y humilde. Un hombre que en su vejez, se dedicaba estos últimos años, a dar paseos vespertinos todos los días por la peña antes de acostarse. Como queriendo encerrar así en su mente una última imagen su pueblo todas las noches antes de dormir.
El grupo de mayordomos queremos hacer a Manuel Larrubia Moreno, conocido como Manuel el curro o “currito” para los amigos, este pequeño homenaje, por ser el abuelo que todos hemos deseado tener. Sencillo, fuerte en su trabajo, firme en sus convicciones, amante de su campo y de su pueblo, amable con sus paisanos y lleno de una enorme sabiduría.
Un fuerte aplauso.
El lunes día 16 de mayo a las 18:00 horas tuvo lugar la Fiesta en Honor de la Tercera Edad para todos los mayores de Periana y sus aldeas, se elegió al abuelo y abuela de las Fiestas de Periana 2011 y nos acompañó la cantaora de copla Pastora de Córdoba.
Aquí os muestro una selección de imágenes del evento. Nuevamente agradecer el esfuerzo y constancia de los Mayordomos 2010/2011 porque pusieron todo su empeño para que todo saliera a las mil maravillas.
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