martes, 10 de agosto de 2010

Río Guaro - Pantano de La Viñuela


Descripción
Este itinerario, que se desarrolla totalmente en el término municipal de Periana, comienza en la misma localidad de Periana desde donde tomamos el Camino del Algarrobal, un carril en buen estado que se dirige hacia el sur, paralelamente al Arroyo Cantarranas, afluente del río Guaro. Se desciende por este carril hacia el Camino de los Molinos, hacia la zona de Las Mayoralas, siguiendo el curso del río Guaro, hasta alcanzar la cola del Embalse de la Viñuela, desembocadura del río Guaro en dicho embalse, por donde se cruza y, siguiendo la ribera de éste, nos dirigimos hacia la Loma Catalán, y tras rebasarla, alcanzamos el cerrito de Capellanía, punto final del itinerario. Si el itinerario lo abordamos en invierno cuando el embalse ha subido de nivel, su último trayecto no lo podremos realizar, pues habrá sido inundado por el agua del Embalse de La Viñuela, quedando el Cerro Capellanía como un islote separado de tierra firme.
Arroyo Cantarranas
Tras salir de Periana por sus arrabales meridionales, tomando el Camino del Algarrobal, nos dirigimos por este camino y, alternativamente, nos acercarnos al arroyo Cantarranas, que discurre a la derecha de dicho camino. Es una zona pintoresca, con espléndidas vistas hacia el Embalse de La Viñuela, y cuya presencia de algarrobos rememora una antigua actividad industrial que hoy día ha decaído. En efecto, estos algarrobales guardan relación con la producción de “garrofín” un producto extraído del fruto del algarrobo, la algarroba, y que antiguamente era sucedáneo del chocolate y que incluso hoy día tiene grandes aplicaciones en el ramo de la alimentación. El garrofín es una harina que se obtenía por molienda de las semillas de algarrobas, y para ello se utilizaban los antiguos molinos harineros, venidos a menos, de la zona, algunos de los cuales tendremos ocasión de visitar.
El camino transcurre por unos materiales muy característicos del flysch de Periana, en cuyo término se encuentran dispersos por diversos puntos. Se rata de brechas de travertinos de edad plio-cuaternaria, responsables del aspecto de algunos afloramientos. Su origen está relacionado con importantes manantiales procedentes de la Sierra de Alhama, probablemente ligados a una hidrología diferente y de mayor envergadura que la actual. A ambos lados del camino se observa gran profusión de cultivos, la mayor parte de regadío, en el que, además de numerosos algarrobos que dan nombre al camino, y alguno de los cuales merecen ser calificados de “árboles notables” por su antigüedad y porte, se encuentran olivos, naranjos, limoneros y otros frutales como melocotoneros (posiblemente los mejores a nivel nacional), nísperos, perales, granados y alguna que otra higuera. En la ribera del arroyo Cantarranas con una vegetación que demuestra el antiguo desarrollo de una alameda, destacando árboles tales como álamos blancos, olmos y, aunque más raro, algún que otro fresno, que en algunos puntos se ha sustituido por eucaliptos. El matorral está formado por mimbreras, aladiernos, escaramujos y zarzamoras, encontrándose además alcandoreas, zarzaparrillas y cañaverales.
Respecto a la fauna, entre los reptiles se pueden encontrar camaleones y la culebra de escalera, la culebra de collar, la culebra viperina, la culebra meridional, la culebra bastarda y el galápago. El elemento faunístico más constante en la zona es la avifauna, con una nutrida representación tales como mirlos, chochines, bisbitas, totovías, verderones, zorzales, ruiseñores bastardos, petirrojos, jilgueros, además de aviones y golondrinas. También se han encontrado nidos de aves acuáticas como pollas de agua (Gallinula chloropus). Entre los mamíferos, se encuentra tejones y ginetas.
Camino de Los Molinos
Próximo a la zona anterior, después de cruzar el río Guaro, se encuentra un molino harinero que simboliza una actividad harinera ligada al río Guaro que actualmente ha desaparecido. De aquí, volvemos al río Guaro y, tras cruzarlo, tomamos el Camino de los Molinos, en dirección a Las Mayoralas, en busca de la cola del Embalse de La Viñuela. Los Molinos harineros son un testimonio de una actividad industrial importante en la zona años atrás. Sus orígenes se remontan al medievo, pues se sabe que algunos de ellos ya los usaban los musulmanes, otros siendo reconstruidos en el siglo XIX, funcionando unos, primeramente para molienda del trigo (obtención de harina), luego, conforme iba decayendo el sector cerealístico, para molienda de forrajes (obtención de pienso) y de algarrobas (obtención de garrofín). El sistema en muchos de ellos consistía en almacenar agua en una alberca y dejándola caer libremente por un conducto en cuyo término había un molino, al que movía gracias a la fuerza hidráulica con que llegaba. Este tipo de molinos utiliza un caudal de agua limitado. A partir de una acequia se conduce hasta el “cubo”, desde donde se precipita en caída vertical para mover una rueda.
A lo largo del camino aparece un extenso olivar, en el que aparecen algunos ejemplares notables, por su antigüedad y por su porte.La fauna es muy similar a la zona anterior.
Loma Catalán
Una vez alcanzada la cola del Embalse de la Viñuela, lugar de desembocadura del río Guaro, cruzamos este río y nos dirigimos hacia el sur, bordeando el Embalse de La Viñuela por su orilla occidental, hasta alcanzar un pequeño cerro llamado Loma Catalán, desde donde se divisa gran parte del Embalse de La Viñuela.
Al llegar al río Guaro, tenemos la posibilidad de contemplar las potentes terrazas de aluvial que se ha ido depositando en la zona a lo largo de milenios. Son bolos o cantos rodados, con bastante esfericidad, de naturaleza carbonatada (correspondiendo al sustrato de la Dorsal Bética) y de tamaño variable. Este aluvial nos habla de la poderosa fuerza de transporte que debió tener este río en otros tiempos, posiblemente ligados a una climatología más lluviosa que la actual.El camino discurre por las arcillas y margas rojas correspondientes al flych de Periana. Desde la cima de la Loma Catalán se puede divisar una espléndida vista del Embalse de la Viñuela, una construcción que constituye la culminación de un ambicioso plan de reconversión agrícola para la comarca de la Axarquía, por el que se han convertido terrenos tradicionalmente de secano en regadío. La cola del embalse es una zona frecuentada para la celebración de romerías. Cerro Capellanía Tras bajar de la Loma Catalán, se alcanza un valle que, en época de sequía se puede cruzar a pie, para alcanzar luego el pequeño Cerro de Capellanía, último punto previsto de nuestro itinerario. Sin embargo, en épocas de lluvias, y estando el embalse a más del 50% de su capacidad, es imposible completar este itinerario, al quedar el Cerro Capellanía totalmente aislado de tierra firme, por lo que, en este caso, nos contentaremos con aspectos parciales de los elementos observables de esta zona.En todo el contexto de la zona del Embalse de la Viñuela, existen un total de quince yacimientos contabilizados de asentamientos, entre los que destaca el Cortijo de Capellanía, Cortijo Ciqarra, Cortijo los Quitos, Terraza de Guaro, Cerro Sabar, Las Mayoralas, Villa del Molino, Camino de la Costa.Se huye de lugares demasiado altos, para evitar los fuertes vientos o la violencia de la lluvia, y los excesivamente bajos, para ponerse a salvo de eventuales inundaciones. Así El Cerro de Capellanía conserva vestigios de una ocupación que se inicia en el Neolítico Medio y que se prolonga hasta el siglo I d.C. Podemos observar en su cima la existencia de muros que conforman una estructura urbana compleja, de casas que se adosan a una calle central que transcurre en dirección noreste-suroeste del cerro. Tanto los edificios como la calle se corresponde con una ocupación romana de época imperial y otra más antigua de época republicana. Su situación estratégica, al lado del río Guaro, y en posición relativamente elevada, explicaría el hecho de que haya sido elegido por sucesivas culturas como lugar de asentamiento.
Situados en el Cerro Capellanía, podemos observar enfrente, en dirección este, la existencia de otro asentamiento similar a éste en la otra orilla, de manera que el río queda en medio.En la orilla del Embalse de la Viñuela se puede observar, según las estaciones, una importante avifauna acuática, entre las que podemos considerar ánades reales, cigüeñas, focha común, zampullín chico, garza real, garcetas, somormujo lavanco, pato cuchara, ánade silbón, etc. Finalmente, entre los mamíferos, destacan el zorro, conejos y jabalíes.

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