martes, 26 de julio de 2011

MISCELÁNEA por Segundo PASCUAL TOLEDO.


CUEVA, a escasos metros de la fuente ( punto de referencia en la medición de las dos fanegas de tierra para abrevadero del ganado). (Léase documento).

Tajo de La Cueva (falda de la Sierra de Enmedio, aludida en el documento, por cuyas estribaciones discurría la realenga).
Panorámica actual BARRIADA DE MONDRÓN (Probable emplazamiento del Cortijo del beneficiado Blas Mondrón)
Pico de Vilo (1456M), en la Sierra de Enmedio (mencionada también en el documento).
Trazado de la antigua realenga (también antiguo camino de Guaro a Sábar)

Fuente de LA CUEVA, ubicada en el mismo margen de la realega, junto a los actuales indicadores. (Pilas de piedra recientemente expoliadas).

Actual cortijo de LA CUEVA (probable construcción s. XIX)
Señalización actual del antiguo trazado de la histórica realenga (JUNTA DE ANDALUCÍA).
Lentisco (arbusto citado en el documento) junto al protagonista de nuestro documento Segundo PASCUAL TOLEDO.

 LOS ORÍGENES HISTÓRICOS DE MONDRÓN

Los habitantes de cualquiera población, sea ésta grande o pequeña, como es nuestro caso, han indagado en el pasado, más o menos remoto, con la intención de esclarecer los orígenes de la misma, de igual manera que toda persona con un mínimo de inquietudes es comprensible desee conocer su árbol genealógico, la idiosincrasia de sus antepasados, lo que podríamos llamar sus ancestros.

Bien es verdad que la tarea de esclarecer los orígenes de una aldea, pueblo o ciudad resulta a veces un poco ardua o difícil. La mayor dificultad suele proceder, la más de las veces, de la carencia o escasez de documentos escritos fiables que nos permitan llegar a una conclusión cierta sobre el objetivo que perseguimos. De ahí la disparidad de opiniones que a veces surgen – muchas de ellas contradictorias--sobre un mismo tema. Cuando esta base documental falta, bien porque nunca existió, despareció con el transcurrir de los años o no se ha encontrado, entonces entra en juego la imaginación, la especulación o las meras hipótesis. Y de este modo entramos en el campo de la leyenda, que poco o nada tiene que ver con la verdadera historia. Es así como llegamos a conclusiones tan pintorescas como la de afirmar, incluso en textos escritos, que los orígenes del topónimo Mondrón están en una dehesa de caballos perteneciente al rey Carlos III (este rey perteneció a la dinastía de los Borbones y Mondrón existía ya embrionariamente como cortijo antes de los Austrias). Abundarían en este dehesa los acebuches, cuyos troncos serían ramoneados o “mondados” por los caballos, y en su evolución morfológica, con el paso de los años, acabaría convirtiéndose en MONDÓN = MONDRÓN…Esta teoría tiene la misma base histórica que la que afirma que el nombre de Periana procede de la leyenda—dudo incluso que adquiera la categoría de leyenda—NI PEREIRO NI SANTANA. Así reza nada menos que en el escudo de la localidad. .. O esta otra que afirma que los ricos y exquisito melocotones de nuestras tierras tienen su origen en un ”hueso” de este árbol, que un tal Arrojo(?) se trajo de América metido en el bolsillo… La verdad es que, puestos a elucubrar, no sabemos a que peregrinas conclusiones puede llegar la mente humana…Y es que como dijo alguien, “la imaginación es grande, ya con ella podemos hacer lo que queramos…”.

Fue un estudioso e inolvidable perianense, riguroso investigador, enamorado como nadie de su tierra, Paco Santos, quien encontró en el Archivo Histórico Municipal de Vélez-Málaga, el documento que prueba, sin ningún género de dudas, los verdaderos orígenes de Mondrón. En este documento se lee que el uno de junio de 1560—inicios del reinado de Felipe II—el alcalde mayor de Vélez, licenciado Pedro Alonso Moyano, acompañado de varios colaboradores, realizó una visita de inspección a los abrevaderos de Periana con el fin de practicar ciertas mediciones encaminadas a evitar que los agricultores ocuparan las tierras de la realenga. Un eterno problema de nuestras tradicionales vías pecuarias…En el mismo se alude a una fuente—no precisamente la actual fuente de Mondrón—que los conocedores del terreno, como el que esto escribe, la identificamos inequívocamente con la llamada fuente del cortijo de La Cueva, situada al borde del trazado de la realenga. Esta era la fuente en cuestión. Basta leer detenidamente el documento citado—a pesar de estar muy deteriorado—para llegar a la conclusión de que se trata del mismo acuífero, situado en la parte baja del actual cortijo del mismo nombre, construcción en aquellos tiempos inexistente. Con el mencionado documento en la mano, se aprecia sin dificultad, que la topografía del terreno descrito en el mismo coincide punto por punto con la realidad antes apuntada: sierra de Vilo, falda de la sierra de Enmedio, una cueva, camino de Guaro a Sábar, etc. Además, este era el trazado por donde discurría la antigua realenga, como bien puede observarse aún en algunas de sus partes no desaparecidas del todo. Los actuales moradores de la comarca siguen denominando aún a esta vieja vía, LA REALENGA. Algunos trayectos de la misma han sido amojonados o señalizados recientemente por la autoridad autonómica competente.

Pues bien: en el mismo documento se alude a un cortijo, propiedad de un tal Pedro Muñoz, vecino de Vélez, que antes había pertenecido—se dice textualmente -- al “beneficiado Blas Mondron, difunto“. Las tierras donde practicaban las mediciones formarían parte del cortijo de Blas Mondrón. Luego, con toda evidencia, MONDRÓN tomó el nombre de este su antiguo propietario. Desconozco el origen del apellido Mondrón, pero no sería descabellado apreciar en el mismo cierta semejanza con algunos nombres tomados del euskera. En Estados Unidos existe también Mondrón como apellido.

En resumen: La actual barriada de Mondrón tomó su nombre del beneficiado BLAS MONDRÓN, y está probado que ya existía antes de 1560. Este propietario sería un presbítero o clérigo de grado inferior que gozara, como era bastante habitual en aquellos tiempos todavía aún no muy alejados del medievo, de algún beneficio o prebenda eclesiástica. Probablemente comenzara su existencia—como un mero cortijo— cuando los Reyes Católicos conquistaron la plaza de Vélez-Málaga (1487 ) a los reyes nazaríes de Granada. Hasta la toma de esta última ciudad no existía propiamente un ejército, sino que las campañas bélicas se hacían con señores que disponían de mesnadas propias y con ellas servían a los reyes en las guerras de reconquista que emprendían. Estos guerreros obtenían como recompensa parte de las casas y heredades de las poblaciones que reconquistaban: fueron los famosos repartimientos, que propiciaron la repoblación de grandes extensiones de terreno, dando de este modo origen a no pocas poblaciones. Mondrón y las tierras aledañas es posible formaran parte de uno de esos lotes o repartimientos que correspondería, o tal vez adquiriera posteriormente, el mencionado Blas Mondrón. Podemos pensar—no creo descabellada la hipótesis-- que estaría incluido de los famosos repartimientos de Vélez-Málaga, sobre cuyo tema existe abundante y autorizada bibliografía, donde el lector interesado en ampliar conocimientos puede documentarse y profundizar en el mismo.

Creo que con este sintético trabajo he contribuido a esclarecer, dentro de lo posible, los orígenes históricos de nuestra localidad, deshaciendo muchos tópicos e inexactitudes que estaban adquiriendo indebidamente el calificativo de verídicos, sin ser en realidad más que meras elucubraciones sin fundamento ni base documental alguna.


LOS NIÑOS HERNIADOS Y LA MIMBRERA

Las hernias umbilicales son muy frecuentes en los niños. Suelen aparecer en el ombligo del bebé durante los primeros días de su existencia. Por lo general, se resuelven por sí solas antes de que cumpla un año. Esta es la experiencia que todas las madres tienen de ello. En nuestra comarca—y también en otras muchas—tenían los antiguos una manera muy singular de curar esta dolencia infantil. La sanación se hacía pasando al niño o a la niña (era más frecuente en los varones) por la mimbrera en la noche del día 24 de junio, conmemoración de la Natividad San Juan Bautista. Por lo común, dada la estación, noches claras y estrelladas. Desde los primeros tiempos de cristianismo el Bautista ha suscitado mucha devoción y fascinación entre las gentes. Tal vez sea porque su nacimiento profetizó la Natividad de Cristo. El mismo Jesús dijo de él no haber entre “los nacidos de mujer nadie más grande que el Bautista”. Las Noches de San Juan se han considerado desde tiempos muy lejanos asociadas a leyendas fantásticas, rituales mágicos, como si la atmósfera se cargara de algo invisible que nos trasladara a un mundo distinto donde lo imposible se hiciera posible…Noches también de hogueras: las populares HOGUERAS DE SAN JUAN…

En nuestra comarca existen, especialmente en los arroyos y humedales, muchas de estas mimbreras. Este, como todos sabemos, es un arbusto muy ligado en otros tiempos a las labores de artesanía

Cuando un niño padecía una hernia, es decir, tenía ”una quebracía”, como vulgarmente la llamaban, se pasaba por la mimbrera el Día de San Juan. Para que el rito surtiera los efectos deseados en la curación del niño eran necesarios “cuatro juanes” y “cuatro marías“. Se decía que ellas habían de estar “vírgenes”… Con la antelación suficiente, una rama de la mimbrera era hendida o abierta en canal, dándole forma de arco, para que el niño pudiera pasar de un lado a otro con facilidad a través de la misma.

Allí se reunían ” los juanes y las marías” ( el número solía variar de unos lugares a otros) para proceder al rito en el Día de San Juan, a las doce de la noche, que es justamente cuando comienza esta festividad. Yo recuerdo haber asistido personalmente en mi niñez a uno de estos ritos en favor de un hermano más pequeño. Tuvo lugar en el llamado arroyo de Las Lavaderas, donde existen muchas de estos arbustos. Me informan de que en tiempos muy recientes fue “pasado” un niño de esta comarca por una de las muchas mimbreras que allí prosperan merced a la abundancia de las aguas que discurren por este arroyo. Esto indica que la tradición y la creencia en su poder curativo sigue viva aún en el pueblo, y no ha desparecido del todo, pese a las facilidades sanitarias que se nos ofrecen en la actualidad.

El rito era el siguiente: “las marías” se colocaban a un lado de la mimbrera abierta y “los juanes”, a otro. Una María cogía al niño y se lo pasaba a un Juan a través del arco abierto, diciendo al mismo tiempo: “Tómalo Juan”, y éste contestaba : “Yo lo recibo , María.” Y viceversa: “Tómalo, María”, y ella respondía : “Yo lo recibo, Juan”. Simultáneamente, añadían: “quebrao te lo entrego y sano me lo has de dar”. Y así alternativamente, varias veces.

Después se cerraba la hendidura abierta en la mimbrera con una ligadura de hilo o algodón. Se tenía como un buen augurio el que ésta se consolidara y sanara pronto. Lo mismo sucedería al niño herniado. Hay que tener en cuenta que, según los pediatras, muchas hernias infantiles suelen sanar espontáneamente en la mayoría de los casos…Este era, salvo pequeñas variaciones, el llamado “rito de la mimbre” para la sanación de niños herniados o más comúnmente, “quebrados”…

Mientras, la madre del niño permanecía en casa y lo recibía diciendo: “Dame el niño, que bueno está—porque Dios lo quiso —y el señor San Juan".

 

LAS CENCERRADAS O CENCERRAZOS

En aquellos ya lejanos tiempos eran muy frecuentes las famosas cencerradas que se daban durante varias noches en las portadas de las casas donde habitaban dos recién casados, unos de los cuales o ambos a la vez , marido o mujer, habían sido viudos. No importaba para ello que estuviesen prohibidas en España nada menos que desde el siglo XVIII… La RAE las define como “ruido desapacible que se hace con cencerros, cuernos y otras cosas para burlarse de los viudos la primera noche de sus nuevas bodas.” Si condescendían, confraternizaban con ellos y no mostraban enfado, abrían la puerta, eran amables e invitaban a dulces, aguardiente o coñac a los asistentes, allí daban por terminada la cencerrada, cencerrazo o campanillada, que de las tres formas podía llamarse… Pero si observaban enfado, altivez, irritación o malos modales, entonces los visitarían durante varias noches más, y sobre todo, si pretextaban un viaje de novios para ausentarse de la localidad hasta cuando hubiese amainado el temporal.

En este caso, aunque la duración del mismo fuese tan larga como la primera vuelta al mundo de Juan Sebastián Elcano, al regreso les esperaban los cencerros, esta vez con más virulencia, si cabe, que si no se hubiesen ausentado. Esta antisocial y bárbara costumbre fue desapareciendo con el tiempo, sobre todo, a causa del éxodo rural del campo a las ciudades en los años cincuenta y sesenta, pues eran los más jóvenes los que solían organizar las cencerradas, y también, obviamente, los que más emigraron…No hay que olvidar tampoco el mayor grado de tolerancia, civismo, madurez y cultura social que el pueblo había alcanzado… Hoy, en la concepción moderna de la vida, se considerarían estos comportamientos atentatorios contra los más elementales derechos humanos, y serían, no cabe la menor duda, penalizados sin paliativos…

El ruido solían hacerlo, primordialmente, con cencerros—de ahí su nombre—silbatos, latones golpeados por palos, sartenes, cazos, panderetas, caracolas. etc. La virulencia y duración de “las cencerradas o cencerrazos” dependía mucho de la situación de los recién casados. Podían darse dos situaciones posibles:

--- Hombre viudo con mujer soltera o viceversa.

----Hombre viudo con mujer viuda.

De estas dos situaciones posibles, la primera parece ser la que más irritaba o exacerbaba los ánimos. ¿Por qué?. No lo sé, pero así sucedía en la mayoría de las ocasiones. Tal vez fuese porque a los jóvenes les irritara que una soltera se uniese a un hombre viudo, restándole a ellos una posibilidad de matrimonio con una mujer de su mismo estado…La psicología humana no siempre es fácil de entender. Creo fue el francés Pascal quien dijo aquello de que “el corazón tiene razones que la razón no comprende”. Y es verdad. Así nos sucede muchas veces…

Recuerdo perfectamente los nombres de las dos personas (viudo él y soltera ella) a quienes, en nuestra comarca, se les dedicó el último cencerrazo. Pero omito esta información por respeto a la memoria de ambos, dos excelentes personas, ya fallecidas, y buenos amigos de quien esto escribe.


Segundo PASCUAL TOLEDO

11/07/2011.


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