María José Torres lleva 30 años inmersa en la investigación de alergias a fármacos y ahora a las de tipo alimentario. Una carrera que alterna con su puesto de jefa de servicio de dicha área en el Hospital Regional
Melanie Soler 18.03.2019 | 05:00
Imagen de la investigadora María José Torres.
Próximas mejoras en la unidad del Regional
- Al frente del servicio de Alergias del Hospital Regional, María José Torres asegura que la unidad requiere de cambios, entre ellos, ampliar el departamento de alergias a fármacos en pacientes, área que sufre una «sobrecarga tremenda». También prevé modificaciones en el estudio de las patologías respiratorias, donde el hospital es referente, además de crear unidades acreditadas para determinadas alergias. «Estamos ilusionados con la nueva gerencia y va a servir para hacer mejoras en unidades específicas», sentencia la investigadora.
Desarrollar bloqueantes ante aquellos fármacos que no pueden tomarlos pacientes para hacerlo posible es uno de sus proyectos más novedosos.
Es la jefa de servicio de Alergia del Hospital Regional y acaba de integrarse dentro del Índice h como una de las mujeres más importantes dentro de la investigación en España. Un reconocimiento a toda una vida volcada en este ámbito.
A sus 54 años, María José Torres, malagueña que ha realizado toda su carrera profesional en la tierra, lleva hacia delante una amplia lista de proyectos de investigación ligados a las alergias alimentarias y a los medicamentos, una rama en la que suma cientos de horas de dedicación. Además, es la coordinadora de la Red Nacional de Alergias, dependiente del Instituto de Salud Carlos III, en el que participan 26 grupos de toda la geografía española. Una red en la que se trabaja en el campo de las enfermedades alérgicas y el asma a través de tres líneas: la comprensión de los mecanismos de las enfermedades alérgicas, mejorar los diagnósticos y los tratamientos actuales.
Con una amplia carrera de 30 años en el ámbito de la investigación, la entrada en este ránking de mujeres científicas de diversas disciplinas, que mide la calidad de las mismas, y que suma a más de 400 mujeres, entre ellas otras tres profesionales de Málaga, asegura que la mujer se enfrenta a muchos «valles» durante su carrera, debido sobre todo a la maternidad y que ha hecho que en ocasiones «el competir con el hombre resulte complicado».
«La alergia, en general, es algo que va en aumento de una forma exponencial. Se habla incluso de características de epidemias», detalla al ahondar en las alergias de tipo alimentario, una rama en la que se ha introducido en los últimos años ante el gran interés que despierta a nivel europeo y la posibilidad de proyectos con una fuerte financiación. En este ámbito, está inmersa en un proyecto dirigido por la Universidad Complutense de Madrid en el que el Hospital Regional coordina la parte clínica y cuenta con la participación de cinco grupos clínicos europeos. En él trabajan en una fórmula novedosa para conocer en la misma consulta y con un aparato que tendría el facultativo si el paciente tiene alguna alergia alimentaria. Un aparato que ofrecería resultados instantáneos, sin pasar por el laboratorio.
Otro que inicia en las próximas semanas y que coordinada junto con un Instituto de Frankfurt (Alemania) es trabajar en el abordaje de la alergia alimentaria mediante suplementos naturales y no con fármacos. Un programa en el que también están inmersas la Universidad CEU San Pablo y la Universidad de Nancy (Francia).
En cuanto a las alergias a fármacos, la investigadora Torres asegura que es un problema importante ya que en algunos casos el paciente requiere de un fármaco que no puede tomar. En este sentido, esta alergóloga va a iniciar un programa entre profesionales de Ibima y Bionand, gracias a una fuerte financiación por parte de la Junta, en la inclusión de nanopartículas del diagnóstico de posibles alergias a fármacos con tan solo una gota de sangre. Un procedimiento que implicaría menos riesgo para el paciente ante posibles reacciones y daría la opción de utilizar muchas estructuras a nivel nano para analizar el mayor número posible de fármacos.
Otro proyecto que acaban de iniciar y que cuenta con financiación del Instituto Carlos III tiene dos líneas. Por un lado, en los próximos tres años trabajarán en un modelo matemático a través del cual con solo unas pacientes y el historial médico, el doctor podría obtener la posibilidad de ser alérgico y hacer un diagnóstico. Un sistema que se plantean en un futuro que sea accesible a través del teléfono móvil.
La otra línea de investigación que aborda este nuevo programa se basa en la creación de bloqueantes con nanoestructuras ante aquellos fármacos a los que el paciente sea alérgico, para evitar posibles reacciones. Una línea muy novedosa, como apunta la doctora Torres, que abriría un campo nuevo a la hora de tratar a los pacientes.
Tiene dos proyectos más en fase de evaluación pendientes de lograr financiación a nivel nacional y europeo; uno relacionado con el asma bronquial y el segundo ligado a los medicamentos. Mientras tanto, tiene trabajo.
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