lunes, 23 de julio de 2018

Presencia de la Axarquía en Alemania por Diego Núñez


PRESENCIA DE LA AXARQUIA EN ALEMANIA

            Hace unos días, paseando por la Calle Mayor de la ciudad alemana de Heidelberg, me llevé una grata sorpresa. En el escaparate de una tienda Delicatessen (productos gourmet) se hallaba colocada una botella del vino “Molino real” de la añada 2013. Este vino es el resultado de la iniciativa de Telmo Rodríguez, uno de los enólogos más lúcidos de nuestro país y el propietario actual del vino riojano Granja Remelluri. Telmo visitó Cómpeta en 1994, y se enamoró tanto de la uva Moscatel de Alejandría como de las cepas viejas que la producían. Con motivo de un reportaje para la revista Sobremesa, tuve ocasión de conocer los pormenores de esta aventura vinícola. Frente a la tendencia de los lugareños a arrancar las cepas viejas por su escaso rendimiento, Telmo apreciaba en su justa medida el valor de estas vides por su capacidad de aportar al vino un potencial de concentración y profundidad inigualables. Compró en seguida varias hectáreas a los viticultores de la zona, y luego fue ampliando poco a poco la propiedad hasta llegar a las 9 hectáreas actuales. Es éste un viñedo dramático, que se encarama como puede sobre escarpadas pendientes de pizarra. La simbiosis entre la moscatel de Alejandría y la pizarra es perfecta. El vino en suma es producto tanto de la generosidad de la naturaleza como del “factor humano” aportado por el riojano Telmo Rodríguez: nunca este vidueño tan típico de los montes de la Axarquía ha alcanzado tanta finura, tanta elegancia y tanta nobleza en el dulzor.

            También me llenó de satisfacción encontrar en esa tienda unas botellas de medio litro del aceite Núñez del Prado. En España tenemos excelentes productos naturales, pero hemos de rentabilizarlos en los mercados exteriores. Nuestro principal reto radica en este sentido en su eficaz comercialización. En el caso de los vinos de calidad nos encontramos en Europa con los vinos franceses (sobre todo, los burdeos y los borgoñas), que ya desde el siglo XVIII han monopolizado el mercado de la excelencia. No se puede competir con ellos. Nuestros rivales en el terreno vinícola y oleícola son especialmente otros dos países del sur, Italia y Grecia. Ellos se han aprovechado del largo periodo de aislamiento de España durante la autarquía franquista para copar los mercados europeos. Cualquier supermercado alemán tiene siempre una amplia oferta de aceites italianos y griegos, mientras que no es fácil encontrar en todos un aceite español. Ellos han sabido también adaptarse a la creciente tendencia alemana hacia los productos “bio”. Además, los italianos y los griegos cuentan con otro dato a su favor: la amplísima red de restaurantes que tienen por toda Alemania y que sirven de plataforma para promocionar, junto a su cocina, sus vinos y aceites.  

            Unos cien metros más delante de la citada tienda gourmet, se hallaba ubicada una sucursal de la Agencia Inmobiliaria Engel & Völkers. En sus escaparates resaltaban unas magníficas fotos de casas en venta en la Axarquía malagueña. El encargado del establecimiento nos comentó que en el último mes había hecho dos operaciones de venta. Este hecho merece una breve consideración. La mayoría de nuestros API locales (Agentes de la Propiedad Inmobiliaria) no acaba de digerir la nueva situación generada en las últimas décadas. El problema no está en el mercado, sino en ellos. Salvo honrosas excepciones, tratan de disimular su impotencia con una visión muy negra y subjetiva del mercado inmobiliario en los pueblos axarqueños. No es lo mismo vender una haza en calidad de corredor a otro lugareño, oficio que dominaban a la perfección, que realizar la operación de venta de una finca urbana. Hemos dejado ya atrás la autarquía económica, pero en muchas cosas aún no hemos superado la autarquía mental. ¿Dónde está la novedad? Pues que el 90% de la potencial clientela compradora es extranjera, y para moverse en este ámbito hay que saber idiomas y tener contactos internacionales. No es casual que la mayoría de las agencias inmobiliarias de la zona esté sobre todo en manos de ingleses. Es reconfortante ver que un alemán de Heidelberg conoce y habla con entusiamo de los pueblos de la Axarquía malagueña, mientras que los antiguos corredores locales sólo destilan pesimismo y derrotismo sobre la realidad en la que viven.

                                                                       Diego Núñez
           

No hay comentarios:

Publicar un comentario