MUJERES
CON TALENTO, MARÍA MORENO RIERA
Hoy
quiero hablaros de María Moreno Riera nacida el 15 de noviembre de 1926, hija
de Manuel Moreno Núñez y África Riera Guiral. La mayor de tres hermanos, la
seguirían Carmen y Manolo.
En esta imagen posan sus padres Manuel Moreno Núñez y África Riera Guiral.
Su
abuelo materno era capitán del ejército y eran naturales de Granada. Cada
verano viajaban a Periana para disfrutar de la tranquilidad que se respiraba en
nuestra localidad.
En
el año 1924 la joven África se enamora de Manuel, poco más tarde se casan y se
establecen en Periana en calle Córdoba nº 13. Manuel, era natural de Periana, y se dedicaba al cultivo
de tierras que poseía en las Mayoralas, y su madre era ama de casa.
Una
de sus pasiones de niña era jugar al diábolo, en el patio de la escuela (actual
Plaza Alfonso XII) María lanzaba el diábolo y sus compañeras de colegio se
subían al muro para ver como éste alcanzaba tal altura, y mientras el diábolo
subía y bajaba, a María le daba tiempo a saltar entre las cuerdas que lo
lanzaban.
Dña.
Adelaida Fernández Soto dió clases en Periana durante más de cuarenta años,
gozó de una gran amistad con María e incluso una vez se jubiló pasaba grandes
temporadas en su casa.
Pronto
la joven María se implicaría en distintas actividades sociales que alternaría
con la que fue su profesión.(En la imagen anterior posa María a la edad de 25 años).
En esta imagen posa María a la derecha de Dña. Adelaida.
En
el año 1956 se inaugura la Central
Telefónica, nuestra protagonista de hoy se encargaría del
funcionamiento general, su gran apoyo fue su madre, la cual disfrutaba ayudando
a su hija en esos menesteres, incluso, a veces daba los recados telefónicos,
desde bien temprano, para no despertar sospechas en su hija, su madre era
excesivamente agradable con sus vecinos, no le importaba caminar hasta
barriadas tan alejadas como el Cerro o el Carrascal, para comunicar noticias
entre familiares que vivían lejos de su tierra. A veces los vecinos preferían a
su madre antes que a nuestra protagonista, ella era fiel a su trabajo, y su
madre, conmovida, a veces, por la falta de comunicación y de recursos económicos,
hacía lo imposible por enviar pequeños mensajes que le llegaban a modo de
recado, todo el pueblo coincidía en que su madre tenía mucha simpatía para el
trato con el público.
En
los años 60 eran pocos los teléfonos en las casas particulares y el sistema de
comunicación era tan lento como lo era la misma vida. Para hablar por teléfono
había que descolgar y que respondiera la operadora desde la centralita; una
centralita en la que las conexiones se hacían con clavijas y para hablar de
cualquier provincia a otra suponía dos horas de retraso.
A
partir de las 8 de la tarde el salón de la Central Telefónica
era un hervidero de gente esperando cola para hablar con sus familiares más
directos, muchos de ellos emigrantes en busca de un futuro mejor en distintos
puntos de la geografía española, tales circunstancias se daban puesto que el
precio de la llamada era un 50% más barato.
A
María la ayudaron entre otras a este menester, Remedios Moreno Toledo, Mª
Purificación Rodríguez Godoy, Mª Carmen Benítez Pascual, las cuales
desarrollaron esta labor desde muy temprana edad.
En esta casa estaba ubicada la Central Telefónica que dirigía María.
Durante
unos años combinó su profesión de telefonista con la de encargada de la
cooperativa de costura que había en Periana cuya dueña era Leonor Aranda.
Estaba a cargo de 20 jóvenes aproximadamente, cosían pantalones y faldas
vaqueras entre otras cosas.
Realizó
cursos de Puericultura y de Técnicas básicas de enfermería, cursos que
desarrollaría estando en la Sección Femenina
de Málaga, a la edad de 30 años, para ese tiempo ya contaba con su carnet de
conducir, nuestra protagonista se anticipó a su época y sería una de las pocas
mujeres de nuestro pueblo en poseer el permiso de conducir.
Asistía
a la Sección Femenina
viajando en su Seat 600, tardaría unas dos horas en alcanzar a visualizar la
ciudad, viaje que hacía con gusto y a su vuelta vendría cargada de alimentos y
prendas para los más necesitados.
Hizo
sus prácticas en el Dispensario de nuestra capital Malagueña.
Paralelamente
a su profesión desempeñaba el puesto de Tesorera en Cáritas, asistiendo
mensualmente a las reuniones que tenían lugar en el Arciprestazgo en Vélez-Málaga.
Además dada su experiencia, el Ayuntamiento de Periana le daba 26 duros para
realizar tareas de toma de tensión, colocación inyectables y muchas veces
donaba este dinero a los más pobres, dada las dificultades económicas que
sufría nuestro pueblo en aquellos años, tanta fue su dedicación en estos
menesteres, que ayudaba a D. Ángel en las vacunaciones y a curar, dado el pulso
tan inestable que en los últimos tiempos poseía el veterano médico de cabecera,
el más querido de entre todos los médicos que pasaron por Periana.
D. Ramiro Gil Recio hizo que María se implicara a la edad de 13 años en la iglesia.
Allá
donde se la necesitaba acudía, aún recuerda nuestra protagonista aquella temporada
que cada mañana le mandaban una mula y uno de sus criados, desde el Cortijo
Colodra, ya que un pariente estaba enfermo y debía ponerle una inyección
diaria.
De
no haber sido telefonista nuestra protagonista de hoy hubiera cursado estudios
de enfermería, ya que poseía muchas facultades para el desarrollo de esta
práctica.
Inauguración de una parroquia en el Centro de la capital malagueña entre ellos se encuentran, María, Mercedes y Manuel Núñez Núñez, Carmen Bueno Riera, Carmen Moreno Riera, Adelaida Fernández Soto, Carmen Molina Soto, Eugenia Salazar Sánchez, D. Ramiro Gil Recio y María Moreno Riera.
Fue
amiga de personalidades muy distinguidas de Periana de los años 50 y 60, tales
como Dña. Margarita y D. José Navas, D. Pedro Arrebola y su esposa Leonor,
Francisco Torres (Boticario) y su esposa Mercedes, Francisco Guerrero y
Conchita.
Cuatro
pilares fundamentalmente se distinguieron en su vida, ya hemos hablado de su
trabajo, de su profunda necesidad de ayuda a los más desvalidos (con especial
preocupación en las encintas y lactantes), y además, resaltar, su profunda
dedicación a la parroquia y a su familia.
Excursión al campo en el año 1935 junto a Dña. Adelaida.
Su
dedicación a la parroquia ha sido siempre una constante en su vida,
transmitiendo a los más jóvenes su fe en la iglesia católica, labor que
desarrollaría durante cuarenta años, además asistiendo a las reuniones de
coordinadora, reuniones parroquiales, y todos los eventos relacionados con su
iglesia.
Pastoral que organizó María a mediados de los años 70, coincidiendo con la visita del Obispo D. Ramón Buxarrais.
Con
todos los sacerdotes que han pasado por Periana ha tenido una vinculación
especial, amistad y cercanía, teniendo en muy alta estima las actividades
desarrolladas por María, confiando ciegamente en su labor.
Niños de comunión, junto al Párroco D. Antonio Fernández, junto a las catequistas Encarnita Arrebola, Sor Beatriz y María Moreno Riera.
También
fue catequista de varios grupos de la aldea de Mondrón, donde se desplazaba
semanalmente, guardando grandes recuerdos de esta época.
Con
algunos grupos realizó catequesis de perseverancia, en su propia casa. En la imagen inferior posa junto a Raquel Arroyo, Diego Nieto, Elías Oviedo, Ángel Ríos Pérez, entre otros. También serían alumnas aventajadas en sus clases de perseverancia Raquel Pastrana y María Jesús López.
La
generosidad y altruismo de María han sido las dos variables más importantes que
han marcado su vida, personal, laboral y social.
Ha
estado muy vinculada con la gente joven del pueblo por esta y otras razones,
siendo una mujer muy tolerante, y en muchos casos ha sido consejera y
confidente de muchas personas que han necesitado de sus sabios consejos.
En
su casa era la cabeza de familia, ella administraba y dirigía su hogar, ya que
su madre así se lo encomendaba y siempre era la mediadora entre todos los
miembros de su familia. Era hija, prima, sobrina… se hizo responsable de todos
ellos, hacía de enfermera y se preocupaba de sus dolencias, dándole alivio en
la medida de sus posibilidades. Compraba el aceite a sus hermanos y gracias a
su perfecta administración se las arreglaba para que no faltara de nada en su
casa.
Esta humilde servidora posando junto a nuestra protagonista de hoy, María Moreno Riera.
La
casa de María es también conocida como “la casa de las maestras”, las maestras
que tenían destino en nuestra localidad se hospedaban en su casa, era tal su
hospitalidad, que todo el mundo la buscaba para vivir en su hogar, todas las
personas que por allí pasaron coincidían en que en aquella casa se respiraba
"familiaridad".
En esta imagen posa junto a Juan Rafael, uno de los niños a los cuales les dio comunión, de algunos de ellos se siente especialmente orgullosa.
Ha
tenido y tiene una especial implicación y complicidad con sus vecinos, especialmente
Mª Pura Godoy y sus hijos, y con los
hijos de Leoncio (Estela y Leo) a los que vio nacer y acunó en sus brazos, y
con los que sigue manteniendo una estrecha relación.
En esta imagen posa junto a sus sobrinos y amigos.
Aunque
ya se ha desvinculado de sus quehaceres voluntarios en nuestra localidad por
sus dolencias, aún sigue colaborando de manera puntual en aquellos eventos
parroquiales en donde se la requiere.
Casa actual de María, en el Paseo Bellavista, su anterior vivienda estaba situada en la Plaza de la Fuente. En los años 80 se mudaría a esta casa, propiedad de sus primas.
Actualmente
disfruta de su casa, situada en el Paseo Bellavista, de las visitas que recibe
a diario, le encanta leer y charlar con sus amistades, sus puertas están
abiertas para todo el mundo.
Todo
lo que aprendió María fue gracias al incontable número de personas con las que
se relacionó, mujer valiente y decidida, siempre unida a su pueblo y a sus
gentes. Entregó su vida y su tiempo a ayudar a los más desfavorecidos, a los
enfermos, a los más pequeños…
Mujeres
como María que se llenan la boca hablando de su Periana y de sus vecinos son un
ejemplo para todos nosotros. Su labor llena de generosidad y bondad es el mejor
regalo que ha recibido Periana.
María posa junto a Leo, al que considera parte de su familia, le encanta recibir visitas de los más jóvenes y recordar juntos antiguos momentos vividos.
María posa junto a uno de los rincones más especiales de su casa.
Agradezco
la colaboración de María por abrirme las puertas de su casa y mostrarme sus
recuerdos para poder compartirlos con todos vosotros.
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