martes, 22 de septiembre de 2020

Álvaro Molina cumplió su sueño de subir a La Maroma.

Gracias al Club Perianda y al Playas de Torre del Mar, este vecino de Periana de doce años y con parálisis cerebral, ascendió al pico más alto de Málaga.


www.axarquiahoy.es - 22/09/2020

El Club Perianda junto al Club Running Playas de Torre del Mar hicieron realidad el sueño del pequeño Álvaro Molina, ascender a La Maroma. La MAroma es el pico más alto de la provincia malagueña. Lo hicieron, ayudados por una silla adaptada Joëlette. El objetivo de esta iniciativa solidaria era la de cumplir con el sueño del pequeño Alvaro Molina, un niño de 12 años residente en Periana que padece una parálisis cerebral. Así, la ilusión de Álvaro era subir por primera vez a la montaña y poder disfrutar de las vistas y de la naturaleza en primera persona.

La silla que fue monitorizada por voluntarios de los dos clubes organizadores, suponía toda una aventura para estos deportistas, muy habituados al montañismo. Sin embargo, nunca habían transportado a nadie tan especial en este tipo de silla adaptada. En este caso, los voluntarios iban además acompañados por los padres del joven Álvaro, Adela y Salva y de una numerosa representación de vecinos de la localidad de Periana.

Entidades colaboradoras:

Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol-Axarquía

Asociación para la Promoción Turísticas de la Axarquía.

Ceder Axarquía.

Federación Andaluza de Montañismo.

Ayuntamientos de Periana y Alcaucín.

Asociación Amelgar.

Adsports de Torre del Mar.

Cooperativa Aceitera San Isidro de Periana.

Pastelería Azuquita de Alcaucín.

De acuerdo con Jose Francisco Rodríguez, presidente del Club Perianda, “para nosotros ha sido un desafío intenso y duro, pero que ha merecido la pena». El esfuerzo de todos, volcándonos, voluntarios, familiares y vecinos, hace que el día de hoy se quede marcado en la memoria de nuestro querido Álvaro”.

Por su parte, el presidente del club torreño, Rafael Sánchez, co-organizador de ‘El Sueño de Álvaro Molina’, ha señalado que “en nuestro club estamos acostumbrados a participar en todo tipo de actividades solidarias. Ésta ha sido la mejor de todas ellas, por la intensidad de lo vivido, por la dificultad del reto conseguido, pero sobre todo por ver esa cara de felicidad que el pequeño Álvaro nos dedicó durante los 23 kilómetros que duro nuestra aventura”.

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