La Virgen de Fátima
por el camino de la vida
madre buena te busqué
y en él viendome perdida
tu Santo nombre invoqué.
De repente apareciste
bellamente engalanada
ensanchandome el camino
allí donde se estrechaba.
Al fondo ví una puerta
que abrirla no sabía
pero tu me regalaste
una llave que la abría.
Esa llave era la Cruz
que a todos nos acompaña
para llegar al que es luz
que es Padre y no engaña.
Adiós Virgen de Fátima
esplendorosa bella luciente
que llevas a tu lugar
a tus hijos creyentes.
Autora: Eloisa García Frías.
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