martes, 23 de noviembre de 2021

Un sueño cumplido por Eva M. Gaspar Calsat.

 


Hace unos días vi en facebook una publicación de una madre muy orgullosa porque su hija ya era jueza, me llamó especialmente la atención porque esa muchacha era de Periana, rápidamente la busqué para que nos contara en primera persona su relato.

"Soy Eva M. Gaspar Calsat, tengo 25 años, y desde hace unos días soy jueza en prácticas. En este relato contaré mi trayectoria hasta llegar al punto en el que me encuentro.


Ser jueza no es algo que pensara de pequeña, es una decisión que tomé estando ya en la carrera. Era una profesión totalmente desconocida para mí hasta que empecé a investigar un poco sobre salidas profesionales relacionadas con la justicia estando en bachillerato.

Al finalizar 4º de la ESO no sabía si elegir bachillerato de ciencias sociales o el de ciencias de la salud, porque una de las carreras que me llamaba la atención era medicina, pero las matemáticas y la física no se me daban especialmente bien, así que opté por hacer ciencias sociales, y luego ya decidiría qué carrera elegir. Estando en segundo de bachillerato, unos meses antes de hacer selectividad, empecé a investigar para saber en qué carreras podía matricularme y cuáles eran las salidas profesionales de las mismas. Tenía varias opciones: me gustaba mucho la docencia, y sobre todo Historia, pero no quería opositar, y curiosamente he terminado haciendo una de las oposiciones más duras de este país; otra de mis opciones era derecho; y la última opción economía. Una vez hecha selectividad, llegó el momento de hacer la solicitud para entrar en la universidad, y yo quería estudiar en Granada; teniendo en cuenta mis opciones y los distintos grados que la Universidad de Granada ofertaba, decidí hacer el doble grado en Derecho y Ciencias Políticas y de la Administración. La política era algo que siempre me había gustado, y al ver que existía la posibilidad de hacer ambas carreras en 5 años, decidí apostar por ese doble grado, en lugar de hacer solo el grado en Derecho, con la idea de poder incrementar mis posibilidades laborales.

El primer año de carrera fue duro, sobre todo el primer cuatrimestre, era algo totalmente distinto a aquello a lo que yo estaba acostumbrada tanto la forma de impartir las clases como la manera de evaluar de los profesores o incluso la metodología de estudio. Estuve a nada de dejar la carrera y hacer otra, cuando por primera vez en mi vida una profesora me dijo “es que no sabes estudiar.” Esas palabras se me quedaron grabadas a fuego, de hecho a día de hoy me sigo acordando perfectamente de ese momento, y nunca entenderé porqué lo dijo, cuando yo siempre había sido una alumna ejemplar según me comentaban todos los profesores que había tenido en el colegio y en el instituto, de hecho fui la primera de mi promoción en bachillerato en el curso 2012-2014.

No tiré la toalla, y seguí adelante. Fue en segundo cuando empecé a barajar la opción de ser jueza y empecé a investigar cómo conseguirlo, y cuando vi el camino que había recorrer para llegar hasta ahí pensé que era imposible. Pero en tercero lo tuve claro, fui por primera vez al Juzgado, y vi por mí misma la labor del juez, es ahí cuando dije yo quiero ser juez, esto es lo que realmente me gusta. Estuve hablando con varios profesores para que me informaran un poco sobre el tema y asistí a varias charlas que impartían en Colegios Mayores personas que ya estaban opositando contando su experiencia y cómo era el proceso para llegar allí.

La oposición consta de 325 temas, divididos en varios bloques (Derecho Constitucional, Derecho Civil, Derecho Penal, Derecho Procesal Civil, Derecho Procesal Penal, Derecho Mercantil, Derecho Administrativo y Derecho Laboral). Es necesario superar tres exámenes, un tipo test de 100 preguntas, y dos exámenes orales, el primer oral en el que tienes que exponer 5 temas de 184, y el segundo oral en el que se ha de exponer otros 5 temas de entre los 141 restantes. Me informaron que era una oposición bastante dura, para la que se necesitaba mucha dedicación, constancia, y tiempo; la media estaba y sigue estando en casi 5 años. Con todo esto yo pensé que era muy difícil y no sabía si lo conseguiría, pero era lo que yo quería, era lo que realmente me gustaba, así que aposté por mí, y empecé a opositar con la ayuda de un preparador.

Empecé la oposición el 1 de septiembre de 2019, y la primera vez que fui al preparador fue el 5 de septiembre, tenía que llevarle los 3 primeros temas de Derecho Constitucional, y exponer el que él me dijera en un tiempo determinado, cuando terminé me dijo “esto se te da bien, pero hay que pulir algunas cosas.” Él me ha ido marcando un ritmo de estudio bastante exigente, pero con el que yo respondía bien, y a los pocos meses de empezar me dijo que servía para esto, y que él creía que iba a tardar poco en sacarme la oposición, que apostaba porque me la sacaría en mi primera convocatoria. En marzo llegó el COVID, y con él, el confinamiento, tuve que seguir preparándome a distancia, teniendo video-llamadas con mi preparador, dos días a la semana. En diciembre de 2020 salió la convocatoria, ofertaban 300 plazas para Jueces y Fiscales, 168 para Juez y 132 para fiscal. El primer examen, tipo test, lo fecharon el 28 de marzo de 2021, sabía que llevaba muy poco tiempo, y que era muy difícil que pudiera pasar la nota de corte, dado que nos presentamos 4298 personas, y pasarían al siguiente examen los 1200 con mejor nota. Mi preparador estaba convencido de que sí lo pasaría, y así fue. El primer examen oral me tocó hacerlo el 16 de julio, me seguí preparando, y conforme se acercaba la fecha, cada vez estaba más nerviosa e insegura, no me veía capacitada para llegar al Tribunal Supremo y defender los temas, creía que no iba a saber ni cómo me llamaba, pero entré en la sala, expuse los 5 temas que me tocaron, salí, me dieron la nota, y no me lo podía creer, estaba aprobada, y me dijeron que se me daba muy bien exponer los temas, que lo había hecho con mucha claridad, contundencia y seguridad, y que tendía buenas cualidades. Y el último examen fue el 18 de noviembre, en este examen estaba más tranquila porque ya sabía a lo que me enfrentaba, pero aun así, los días previos lo pasé muy mal, sabía que era el último paso para conseguir mi objetivo, y que de no hacerlo, tendría que volver a empezar de nuevo. Iba con la tranquilidad de que me sabía todos los temas, y con las palabras que me dijo mi preparador la última vez que nos vimos “Eva, tiene que pasar una catástrofe para que no apruebes, hazlo igual que lo haces conmigo.” Entré en la sala, saqué los temas, me senté, hice los esquemas, y empecé a exponerlos, una hora después me dieron la noticia de que era jueza.

Y esta es la trayectoria de una niña de pueblo, que después de 2 años y 2 meses opositando, entró el 18 de noviembre de 2021 en el Tribunal Supremo a las 15.10h como opositora y salió a las 18.30h como jueza.

Ha sido un camino duro, lleno de incertidumbre, de subidas y bajadas, pero en el que he estado arropada por mucha gente, gente que confió en mí desde el primer momento, incluso más que yo misma. Nunca me cansaré de dar las gracias a todas y cada una de aquellas personas que han estado a mi lado, la oposición me la he sacado yo, pero no hubiera sido posible sin ese apoyo".

Muchas gracias Eva por contarnos tu historia, te deseamos mucho éxito en tu futuro profesional.

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