lunes, 27 de septiembre de 2021

Jesús Ortigosa Ruiz "Estamos en peligro de extinción".




Periana era un pueblo de campesinos, de arrieros, de molinos y hornos... y de cabreros. Quedan pocos y su supervivencia es difícil, a pesar de su importancia para fijar la población al territorio, mantener el medio ambiente y frenar la tendencia al aumento de la España vacía. 

En Casabermeja radica la sede de una eficiente Cooperativa de leche y quesos de cabra, que organiza cada año la fiesta gastronómica de la cabra malagueña y que se está haciendo un importante hueco en el mercado.

Hoy quiero dar visibilidad a Jesús Ortigosa Ruiz, porque desarrolla uno de los oficios más antiguos del mundo, como es el de la ganadería, es natural de Periana a la edad de 42 años dice sentirse privilegiado por desarrollar la profesión que le gusta y poder disfrutar de paisajes que le llenan de vida.

Cada día saca a pastar a sus ciento y pico de cabras, unos días a la sierra de Guaro y otras veces a pastos que tiene en las tierras de Carrión, pero dice sentirse especialmente cómodo cuando sube a la sierra, "disfrutar de este paisaje me carga las pilas y si algún día no subo siento que me falta algo. Respirar aquí el aire puro, escuchar los sonidos de la naturaleza y el tintineo de los cencerros es el paraíso".

Durante una jornada de cuatro horas he acompañado a Jesús en el difícil mundo de la ganadería, por los tiempos que corren y porque cada vez más los precios oscilan y los beneficios a veces se reducen, pero aún con esos problemas él disfruta con pasión de su trabajo, ama profundamente a los animales y estar en contacto directo con la naturaleza también.

Cuatro largas horas de conversación analizando el lenguaje de los cabreros, las órdenes a sus perros, elegir el mejor lugar para carearlas, estar alerta para que ninguna de sus cabras se quede atrás, pendiente de si se acerca algún lobo... tantas cosas a tener en cuenta cuando sus cabras salen al campo.

Él se ha preocupado en todo momento de criar su propio ganado, sus cabras son mezcla de cabra malagueña, payoya y razas autóctonas, y las cruza a su antojo.

Ha sido una experiencia muy enriquecedora, aquí os muestro algunas imágenes de la jornada, espero que os gusten.






Gracias a Jesús Ortigosa Ruiz por permitirme vivir esta experiencia y conocer de primera mano su historia.

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