viernes, 13 de mayo de 2022

Pregón nº 33 de las fiestas de San Isidro Labrador a cargo de Dña. Pilar Serrán Segovia.



Un cinco de diciembre de 1963 nace en Málaga, María del Pilar Serrán Segovia, una anécdota a modo de detalle, porque para ella Periana es el comienzo de su vida. Aquí en Periana comenzó su historia, en sus calles correteaba y jugaba, en los pasillos del Cuartel de la Guardia Civil donde vivía con su padre Juan Serrán Jiménez, su madre María Segovia Pastor y su hermana Raquel.

En el cuartel siempre la recordarían como una niña morena , canija y con coletas que, desde tan corta edad empezaría a tejer su vida, como ella decía, “de color de rosa”.

Descubriría su amor por la costura desde muy joven, habito que le inculcaría su madre, que aunque se llama María en el pueblo la conocen por Pilar, quien fue profesora de corte y confección.

Durante su vida, Pili, como todos la conocían, nunca dejaría de recordar sus experiencias de Periana, como el olor de las magdalenas de Anita del Horno, el sabor del agua de la fuente de Periana, su San Isidro Bendito, y el tacto del trigo que los vecinos del pueblo depositan en el trono del santo cada año.

El nuevo destino de su padre en Vélez-Málaga, la llevó a trasladar su residencia a la capital de la Axarquía, cursó estudios en el IES Reyes Católicos, los amigos y el destino la vincularon de nuevo con su pueblo de Periana.

Muy trabajadora, implicada en el sector textil, esposa y madre de tres maravillosos hijos, José Manuel, Javier y Juan Andrés.

Nunca le faltaron las fuerzas para conseguir sus sueños y sus metas como diseñadora.

¿Quién no pasó por AV MODISTAS? Para un traje de romería ¿A qué grupo de baile no hizo su diseño? Siempre solidaria, empática, alegre, incansable, daba la mejor versión de si misma, dando verdadero sentido a la palabra amistad, quien la conocía ya la recordaría para siempre, porque era de esas mujeres que te sabía tocar el alma.

En el año 2010 fue diagnosticada de cáncer de mama y al contrario de hundirse, se suma a la lucha por combatir esta enfermedad, fomentando el asociacionismo, trabajando junto a la Asociación Esperanza, de la que fue Presidenta desde 2017, trabajó por hacer la vida más fácil a todas las personas que padecen esta enfermedad.

Su pueblo (Periana) el de los olivos monumentales, el del aceite verdial, los duraznos, fue escenario de una infancia y juventud que ella siempre llevó por bandera.

Fueron muchas sus vivencias junto a la gran familia que forma en la Asociación Esperanza, musicales, reconocimientos, caminatas…

Es en la IX caminata de la Esperanza en Vélez-Málaga fue donde los Mayordomos de San Isidro 2019/2020 le proponemos ser la pregonera de las Fiestas en honor a San Isidro.

Proposición que la llenó de alegría y agradecimiento, ya que ese año la enfermedad le había avanzado y su estado de salud estaba muy dañado, pero como ella misma dijo “Esto me ha dado un chute de vida”.

Pili emocionada aceptó y después del aplazamiento por Covid 19, y viendo su delicado estado de salud dejó escrito este pregón, cumpliendo su sueño de ser pregonera de Periana, lo escribió con todo su amor y esta noche, pondrán voz a sus palabras dos de sus tres hijos, los cuales cumplirán su deseo.


























Pregón nº 33 de las fiestas de San Isidro Labrador a cargo de Dña. Pilar Serrán Segovia

PREGÓN SAN ISIDRO LABRADOR PERIANA

En el silencio de la noche, cuando todos duermen, cuando dejo mi mente tranquila y en calma, cuando ya por fin descansa; mi imaginación comienza a fluir me hace volar en sueños infinitos, sentir la grandeza, los colores de la vida, reflexionar y siempre dar las gracias por un día más, un momento más.

De la fluidez del momento brotan palabras con rapidez, intento atraparlas para que no se me olviden, pararlas y plasmarlas con la lentitud del paso del tiempo, quiero darles forma, quiero que me acompañéis en este recorrido y que os llegue el sentimiento tan profundo que siento por Periana y por todos vosotros.

Como te prometí mi querido San Isidro, comienzo a escribirte con la llegada del nuevo año, el día de los reyes magos, es el mejor regalo de reyes concedido por el pueblo que siempre llevo en mi corazón.

La luna me acompaña a través de la ventana de mi habitación, es sin dudar, un privilegio, me envía su sonrisa creciente y deja entrar su luz en esta fría noche de invierno.

San Isidro ¿recuerdas cuando me adentraba en tu lugar de culto, en tu casa, tu iglesia? sí, me gustaba ir cuando estaba abierta para verte con tan solo la luz tenue y en penumbras que iluminaba tu imagen. Me sentaba en uno de los bancos al final, siempre allí. En aquel silencio acogedor del que brotaba el chasquido de una vela, el crujir de la madera de algún banco, el suspiro de paz al sentir tu mirada a lo lejos, es la música que suena sin un sólo acorde.

Tu mirada, da luz a este silencio, para abrir mi alma, abrir este sentimiento que desde hoy formará parte de vuestro corazón.

Te hablaba de mis pensamientos, mis ruegos, mis inquietudes, mis rezos, mis sueños, incluso las peticiones para que me ayudaras a aprobar algún que otro examen.

La sensación de tu mirada, esa es seguro la que sigo buscando, aquí en mi habitación, ese silencio en el que, tan solo escucho la brisa del aire, algunos perros ladrar a lo lejos o la respiración de mis hijos cuando duermen que me hacen suspirar y llenarme de vida.

Agradecerte que este vuestro pueblo, mi pueblo Periana, me haya elegido ser tu pregonera, honor que pienso humildemente no merezco, pero que, si lo habéis decidido así, aquí estoy para ofreceros mis recuerdos, mis vivencias, el amor que siento por ésta mi tierra.

Este es uno de esos momentos que van a quedar en un lugar privilegiado de mi corazón y hace que mi alma se engrandezca de cariño, al igual del día de la carrera de la Esperanza en Vélez-Málaga cuando tus Mayordomos me rodearon en forma de coro para leerme el nombramiento de, ser yo la que diera comienzo a la feria en tu honor, dar voz a la alegría de tu pueblo celebrando con júbilo un año más de devoción hacia ti.

Todo lo vivido días atrás quedaron borrados por completo, la emoción, el sentimiento se apoderó de mí. Me regalaste, me regalásteis un chute de energía que os agradeceré toda mi vida, incluso… después. Siempre me digo que no puedo olvidar de dónde vengo para saber a dónde voy.

Mis raíces comenzaron a brotar de forma delicada y a la vez arraigadas a esta tierra, como las raíces de los olivos y de los melocotoneros.

Crecí con el sabor a aceitunas machacadas y maceradas para luego comerlas con un poco de sal, del olor que desprendía la cooperativa de aceite, de compañeros de colegio que llegando el tiempo de recogida perdían días de clase para ir a varear y ayudar a su familia a recoger éste bien tan preciado y saludable, sustento de sus días.

Las lumbres de los braseros de picón y leña en las puertas de las casas para luego darnos calor bajo la mesa camilla...y llegando la primavera los cubos de trozos de cal hirviendo moviéndolos con un palo hasta deshacerla añadiéndole un "chorreoncillo" de azulillo. Era la costumbre que abría paso a la llegada de tu santo, San Isidro.

Era una tarde calurosa de agosto, lunes 24 del año 1964, cuando un taxi se acercaba lentamente a estas tierras. Un matrimonio joven, con su hija de tan sólo siete meses, llegaban ilusionados aunque también nerviosos ante la nueva vida que comenzaban.

Sí, éramos nosotros, el joven matrimonio, mis padres y yo, su hija Pili. A partir de ahí, nuestra historia, la de mi familia, pasó a ser también parte de la vuestra, de los acontecimientos, de la vida social y cultural que se respiraba en aquel tiempo, de nuestras ferias, desde ese momento compartimos nuestras vidas.

No había pabellón para nosotros en el cuartel, nos dieron una vivienda en las “casas nuevas”. allí sentí el cariño de Cristobalina, la mujer de José el guardilla, de Carmencita, como yo le decía, la de las
casas nuevas, la viudilla que vivía enfrente, Magdalena y Emilio que, como otras muchas familias emigraron a Barcelona. El cabo de los municipales Cartabones que, según dice mi padre, sabía de toda la gente del pueblo y cuando necesitaban saber de alguien lo buscaban para que les diera “norte” de su paradero.

Aunque mi corta edad no me dejó recordar mis vivencias en aquella calle, el tiempo, cómplice de mis travesuras, lo guardaba en el recuerdo de estas personas maravillosas que me contaron que con nueve meses ya andaba, de mis idas y venidas a sus casas, de sacar las ollas y utensilios de cocina de mi madre para jugar en la calle, vaya, un pingo.

A los dos años aproximadamente pasamos a ocupar ya un pabellón en el cuartel de la guardia civil. Era como una casa de vecinos, estaba retirado del pueblo. todo alrededor era campo menos la casa de la Carmela del cruce que estaba en la entrada.

Que alegría ver el avance, como se extiende la población, como un pueblo se hace grande, de gente y grande de corazón. allí años después, en 1968 nació mi hermana Raquel, la familia Serrán Segovia al completo.

Mi primer colegio, era una casa en el carrascal, tengo la imagen guardada aún en la retina de cuando nos sacaron de clase y un hombre con una caña larga y subido a unas escaleras comenzó a sacar serpientes del tejado, era un nido de bichas, aun las veo enganchadas en la caña. Fue tal el miedo que pasé que no quería volver allí, mi padre no conseguía meterme dentro de ninguna de las maneras.

De ahí pasamos al barrero, cada mañana, muy temprano allá que iba con mi babero y mi cartera. el olor a baulito de madera, a lápices, a papel de la cartilla, de las caligrafías y cuentas rubio y el pan con mortadela chica para el recreo.

Allí vivimos momentos muy buenos con Doña Aurora, personaje especial, buena gente y también buena degustadora del pan y los mantecados de la tahona. En los recreos nos mandaba a hacerle las compras a las tiendas más cercanas, fruta, pescado, verduras y yo el pan y los mantecados mmmm ¡que buenos!.

¿Recordáis cuando nos castigaban dándonos palmazos con la regla en las manos? Mis compis decían que restregándonos ajo en las manos no dolía. Pues allá iba yo, le quitaba a mi madre un diente de ajo y me lo iba restregando por el camino. Al final, era un olor en clase estremecedor por todos los que lo llevábamos echados y las manos pegajosas. ¿Qué pasó? que los reglazos dolían igual y dejamos de hacerlo. Así que, reglazo a palo seco. Qué tiempos aquellos, tiempo de valores y honestidad, inocencia y aventuras en cada calle por recorrer.

Esas vivencias de los libros y las clases se mezclan con la vida en Periana, ese trabajo en el campo, en mi imagen el tiempo de la aceituna, su recogida de rodillas y llenando las espuertas, cargándolas en mulos, después ya en tractores que luego llevaban a la cooperativa y pesaban, para así saber la cantidad de kilos que les correspondían en aceite.

No sabemos valorar lo importante que es la agricultura, trabajadores del campo, luchando por un fruto todo el año y los gobiernos queriendo achicarlos. Nuestro aceite, nuestro oro líquido, si supieran de su exquisitez y de lo saludable que es dejarían de comprar otros que las grandes marcas comercializan a gran escala. Pero nosotros sí lo valoramos, sí que somos afortunados de contar con el mejor producto, cuidado con amor desde esas manos que generaciones han hecho posible.

Hoy en día la tecnología con su avance ayuda cada vez más a aliviar el trabajo. Después la elaboración del aceite, deseando comprar de los primeros litros, ese nuevo color oro un poco turbio al principio, pero exquisito manjar para mojarlo en un buen hoyo de pan y un vaso de leche para desayunar y otro buen trozo de pan cortao con chocolate para merendar, los recuerdos vuelven a mi mente y a mi gusto esas meriendas eran especiales para mi. Acostumbraba a escalar por una esquina de un muro de piedras que cercaba el cuartel para llegar a una era, allí, si allí saboreaba el mejor pan con aceite y chocolate ABC o las tres calaveras. créanme, no se paladea igual con el olor a campo, a cosecha, a trigo recién cribado, manjar de dioses. ese manjar que aún hoy después de los años, sigue siendo el más exquisito.

San Isidro era para nosotros un día muy especial, nuestra madre nos hacía nuevos vestidos que desde, su estreno en esa fiesta, eran los que nos vestían en cada ocasión importante, los que lucíamos cada domingo que íbamos a misa durante el verano en esa iglesia….

Los recuerdos de aquella feria en la que con mi amiga Pili la del cruce, Pili Barroso pregonera de tu fe en 2006 haciendo de contrapeso en la noria pequeña, jornadas inolvidables de risas y alegría infantil, esos momentos que como tesoros guardo en mi alma y siguen siendo esos lazos invisibles que me unen a aquellas amistades que perduran en el tiempo, esas que sin vernos guardan las mismas sensaciones, esa amistad que no conoce años ni distancia.

La devoción a San Isidro Labrador y Santa María de la Cabeza, la vinculación de nuestra tierra al campo y en nuestra fe, la misma que se mantiene cada día. No necesitamos que sea mayo para llegar a ti en el pensamiento, en la fe, esa presencia de nuestro patrón que siempre me ha acompañado, nos ha acompañado.

El destino nos llevaba hasta Vélez-Málaga y esas raíces jamás se cortaron, ni por las amigas que se quedaron y que siguieron viviendo en mí, ni cada uno de esos recuerdos que conservé de manera especial en mi nueva vida veleña: los patrones, la costura, la ilusión por crear han sido parte de esas vivencias que han ido labrando mi camino. Miles de puntadas en esos trajes que del alma al pensamiento han sido creaciones de vida. Los regalos que la vida, el amor llegaron en los hombres de mi vida: José Manuel, Javier y Juan Andrés, en ellos la bondad, la nobleza, la sensibilidad, la inteligencia, la superación, la lucha, el orgullo y el motor de mi historia.

Es curioso, a pesar de que en años mis visitas a Periana han sido pocas, el sentimiento de sentiros cercanos, ha sido intenso, cada 15 de mayo, no faltaba enlazar mi voz en la distancia a San Isidro, verdad ¿Raquel?

Gloria a ti, excelso patrono

que en Periana levantas

tu trono de amor.

Escucha hoy el clamor

del pueblo que te aclama

y te implora con gran fervor

no desoigas la voz,

glorioso San Isidro

y se siempre su protector…

Así que volver a Periana, volver a beber del agua de la fuente, volver a pasear por aquellas calles de mi infancia, visitar el antiguo cuartel donde pedía el menú de las vecinas para auto invitarme a comer… fue recuperar vida vivida, y desde aquel día del aceite verdial que subí, supe que ese amor por esta tierra era para siempre. Así que no dudé en visitar tu templo, encargar el trigo y cada año acompañarte. Porque,

para este pueblo de Periana,

que por patrono te eligió,

piden tus hijos, San Isidro

tu poderosa protección.

Tú que en la tierra fuiste ejemplo

de fe, trabajo y humildad

haz que en la vida esas virtudes

sepan tus hijos imitar.

Las voces que te acompañan en tu canto cada año, las que suenan a lo lejos sin pisar esta tierra, la devoción en ese sentir que desde el alma surge como el fruto de la semilla de tu fe, esas voces que con el don que Dios les da, engrandecen siempre tu sola presencia, San Isidro. Tú, en la oración que de manera tan bella nace del alma.

Y así, año tras año, ese trigo y esa cita ha sido vida para mí, en ti la confianza para verte un año más, y aunque el cáncer ha sido mi compañero estos años, renovar esa visita en el balcón que siempre nuestro Hermano Mayor José María Camacho abría con tanto cariño, esa sensación al notar el movimiento del trigo que de nuevo llegaba a ti, inexplicable. Tenerte así cerquita, pidiendo, rogando, pero dándote las gracias por volver un año más.

Inolvidable cuando la Hermandad abrió a nuestra Asociación Esperanza a acompañarte en el recorrido. El rosa inundó de manera diferente las calles de Periana. Fue un regalo que he tenido la oportunidad de vivir de cerca, ese rosa que ha sido especial en la caminata en Periana, el cariño que nos habéis trasladado con vuestro olivo verdial en 2014 y ese apoyo que desde la corporación nos habéis ofrecido.

Orgullosa de sentirme perialeña y que cada uno de vosotros nos haya regalado momentos tan inolvidables. Siempre gracias.

Ese agradecimiento es más evidente en el cariño que me habéis regalado, a mí, a mi familia, esa medalla que custodio con orgullo de la Hermandad y que me entregasteis en septiembre de 2017 al término del pregón de la real feria de San Miguel, sin palabras, cada detalle vivido y ese momento que resumo en este pregón que me llena de vida…

De nacimiento soy malagueña, por años vividos veleña pero mi alma, mi ser, se siente de esta tierra desde la sencillez de estos campos que nos rodean; de este aire que da vida, de esos momentos compartidos en los Baños de Vilo y de la oración que nació por nuestro patrón cuando la pandemia hizo parar nuestro mundo.

Un manto de trigo, amapolas y cariño

anhela hoy Periana y tus aldeas,

queriendo salir contigo.

En mi armario, guardado

ha quedado mi vestido,

mi vela, mis guantes.

Quería estrenarlos hoy

en tu Día,

día de San Isidro.

En la puerta de tu Iglesia,

en los balcones,

en las ventanas, en los altillos;

Sacos de trigo quedan esperando

tu paso bendecido.

¿ cuanto pesan mis hijos,

mi familia, mis amigos?

Personas a las que quiero

Y te ruego, se queden conmigo.

Peticiones que hoy también te suplico;

cuida de los sanitarios, los enfermos,

a las familias de los que se han ido.

Médicos, enfermeros, auxiliares,

celadores que luchan contigo.

Policías, guardias civiles, conductores,

limpiadores, voluntarios, cuidadores,

de quienes quedan desprotegidos.

¿Cuántas familias te piden?

San Isidro, no me dejes desvalido.

En el recuerdo llevo tu imagen,

Tu medalla en mi pecho

Siempre la llevo conmigo.

Cuando llegas a mi balcón, y te miro

Tú, en tu trono erguido

recibes el grano de mi mano

Lo vierto emocionada

agradecida por un año más vivido.

La grandeza de tu rostro,

el amor que veo en tus ojos,

tus encallecidas manos

de arrancar doradas espigas,

de varear aceitunas,

melocotones y duraznos,

me recuerdan a mi pueblo

a la gente buena del campo.

Este año anhelamos tu ausencia.

las calles despojadas de trigo.

Siempre recordaremos este año

que no hicimos la procesión contigo.

Te quedas en tu casa,

en confinamiento, como buen vecino.

Hoy recordamos tu paso

y todos lo hacemos unidos.

Paseas por las calles invisible, calladito

nuestras mentes te acompañan y cantan

TU HIMNO bendito.

Tu Hermandad, Mayordomos,

tus Hombres de Trono, lo han entendido,

aunque con lágrimas en sus ojos

en sus casas quedan tranquilos.

Saben que estas a nuestro lado

que otro año volverá

lo que siempre hemos vivido.

Toma, San Isidro,

no te quedes sin mi trigo,

sin mis rezos y la dicha

que cada día te pido.

Hoy el trigo no quedará en las calles,

se queda contigo,

ayudando a los necesitados

a los más afligidos.

Hoy inundamos tu cuenta de amor

como hacías TÚ cuando estabas vivo,

junto a tu mujer Santa María de la Cabeza

recorriendo los caminos.

Todos en casa, hasta el Santo San Isidro.

Que la pandemia la ganamos,

estando todos unidos.


¡VIVA SAN ISIDRO BENDITO!

No descubro nada si pedí el dejar este honor de ser pregonera. No era por falta de devoción ni de amor, sino una realidad que convive conmigo y me hace ir respirando con más calma.

La negativa fue unánime, honrada de nuevo y agradeceros vuestro cariño sincero, gracias por el regalo que me habéis dado, que san isidro siempre bendiga este pueblo y su gente, a su hermandad, sus mayordomos, a nuestros hijos, a quienes nos visitan y quienes eligen esta tierra para vivir.

Que santa maría de la cabeza nos proteja.

¡Viva San Isidro!

¡Viva Periana!



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