www.diariosur.es - 26/05/2024
José Manuel Frías es un auténtico enamorado de su pueblo natal, Periana. Aunque allí solo pasó la infancia, ha vuelto con mucha frecuencia a la localidad de la Alta Axarquía, que presume de ser la cuna del aceite verdial, uno de los más dulces y afrutados de la provincia. A sus 69 años, este maestro de escuelas de adultos y periodista jubilado, acaba de publicar su obra más ambiciosa hasta la fecha, 'Paisanos, historia y recuerdos de Periana', en la que recopila los más de mil apodos que asegura que tienen sus apenas 3.300 habitantes.
«No son ofensivos, peyorativos, despectivos ni injuriosos, en ningún caso, simplemente son la forma en la que toda la gente se conoce en el pueblo, en éste y en todos, eso sí, los apodos tienen siempre su historia y sus orígenes», sostiene Frías, que con este nuevo libro, de 538 páginas y que puede adquirirse en Amazon al precio de 16,22 euros, completa lo que ha denominado «una auténtica trilogía sobre el lugar donde nació y vivió hasta los catorce años». Así, con anterioridad ya había publicado 'San Isidro en Periana: devoción, tradición y sentimiento', en 2017, con motivo del XII Encuentro Nacional de Hermandades de San Isidro y Santa María de la Cabeza, celebrado en su pueblo natal, y '2.600 efemérides perianenses', lanzado en 2019.
Entre los más de mil apodos que pueden consultarse en el nuevo libro, en un extenso índice alfabético, los más abundantes y que se repiten con más frecuencia en el pueblo son 'Gallo', en 26 ocasiones; 'Caribe', en 21; 'Ganguita', en 20; 'Sereno', en 18; 'Calayo', en 17; 'Adolfo', en 17; 'Correo', en 15; 'Maríafelisa', en 14; 'Nervios', 'Mendas' y 'Tapaeras', en 13 ocasiones cada uno; 'Collarea', 'Potencias' y 'Castañetas', en 11 ocasiones cada uno también. Así, las letras por la que comienzan más apodos de Periana, tanto de los 474 citados en el libro como entre los 560 recogidos en el índice, son la 'c', con 188; la 'p' con 155; la 'm', con 143; la 'r', con 62; la 'f', con 50; y la 'a' con 47.
Eso sí, como curiosidad, Frías advierte de que nadie lleva apodos en Periana, «o yo no he conseguido descubrirlos», dice, que comiencen con 'k', 'w' y 'x'. Para el autor, «lo más dificultoso y laborioso» del libro ha sido confeccionar el índice, compuesto por 4.039 entradas, de las que 1.887 son de personas, casi todas identificadas con su nombre y apellidos. De ellas, un 85% son perianenses que, en un porcentaje superior al 90%, van acompañados del apodo por el que son conocidos, siendo 474 los apodos que figuran en él.
Cuarto libro descartado
Frías asegura que su cuarto libro iba a llevar por título 'Orígenes de los apodos de Periana', pero confiesa que con éste, «al que he dedicado muchísimo más tiempo del esperado», pone fin a su trayectoria de «cronista ocasional» de Periana. «Confío en que alguien lo hará, y para facilitarle el trabajo, he incorporado al índice 560 apodos perianenses, que no llevan ninguno de los paisanos que aparecen en el libro», sostiene. Como primera piedra de esa futura obra por escribir el autor aporta el origen de los dos apodos de su familia, 'Ganguita' por su madre y 'Calayo' por su padre.
En el caso de 'Ganguita', Frías cuenta que sus bisabuelos maternos, «caseros en la huerta del Algarrobal, propiedad de los Núñez, tenían seis hijos, cinco de ellos varones». «Al mayor, Rafael Raya Zorrilla, mi abuelo, nacido en 1892, que sabía leer, escribir y andaba bien de números, le tocó servir al rey en Melilla. Lo nombraron asistente de un militar de alta graduación y éste hecho cambió la suerte de su familia. Al poco tiempo de llegar a tierra africana, descubrió que el aceite de oliva que se producía en Periana, podía tener allí un buen mercado», cuenta.
De esta forma, su abuelo «se granjeó la simpatía del militar, a lo que contribuyó los exquisitos regalos que le llevaba del pueblo, y sus venidas para llevar aceite fueron continuas, prosiguiendo una vez licenciado». «El buen dinero ganado en este menester, mi bisabuelo, Rafael Raya Toledo, lo empleó en comprar algunas de las fincas y casas que se le ofrecían», apunta, para añadir: «El vendedor pedía un precio, mi antepasado le decía cuánto estaba dispuesto a pagarle, al contado, y de ahí no se movía». «El vendedor intentaba buscar otro comprador, si no lo encontraba volvía. Cada vez que compraba una haza o vivienda en Periana se decía: 'Rafalico Raya ha comprado otra ganguita', Siendo éste el origen del apodo de mi familia materna. A todos los hijos les dejó casa en propiedad en la Lomilleja, excepto a mi abuelo, situada en la calle de Las Monjas y varias hazas».
Por su parte, respecto al origen de 'Calayo', Frías asegura que un antepasado de su familia paterna tenía un pedazo de tierra sembrada de melones, de manera que «en una animada charla de café, con algunas copas de más, se le presentó la ocasión de venderlos en el campo». «Vendedor, comprador y acompañantes se dirigieron hacia el melonar. Llegados al lugar, el comprador exigió el calado de alguno. Mi familiar, sacándose una navaja del bolsillo, le dijo que eligiera el que quisiera, puesto que todos eran más dulces que el almíbar, el primero que caló, salió más verde que el pepino, el segundo, tercero, cuarto y …, ídem de lo mismo. Mi antepasado perdió los nervios y comenzó a decir: 'Éste lo caló yo, éste lo caló yo, éste lo caló…' Caló casi todos los melones. Ninguno salió dulce. El suceso se refirió por el pueblo y así nació el apodo de mi familia paterna», apostilla.
Frías admite su «pasión» por el mundo de la investigación histórica, a la que ha dedicado 48 años de de su vida, teniendo como tema monográfico su tierra natal, aunque este flechazo «fue casual», confiesa. Cuando estudiaba Magisterio, la profesora de Historia le mandó hacer un trabajo sobre el lugar de nacimiento de los alumnos. Le propuso como tema el terremoto sobrevenido en Periana el jueves 25 de diciembre de 1884, pero la docente le dijo que buscase otro. Él le respondió que aparte de este lamentable suceso, cuyo número de fallecidos aún está por determinar, en su pueblo «nunca había ocurrido nada importante».
Aconsejándole la docente que buscara en las 'Efemérides Malagueñas' de José Luis Estrada y Segalerva, compuesta de cuatro voluminosos tomos, Frías había visionado los dos primeros, sin encontrar nada importe sobre Periana. Sin embargo, llevaba mediado el tercero cuando se topó con la siguiente: 'Domingo, 17 de agosto de 1861. Sufrió la pena de muerte en Periana el preso político Antonio Morales Mostazo'. Según recuerda, fue entonces cuando preguntó en su pueblo «y nadie tenía la menor idea de este asunto. Las actas municipales de dicha fecha están desaparecidas», dice.
Aconsejado por un profesor, el autor acudió al archivo Díaz Escovar y allí encontró informaciones que aludían a la participación de Periana en la 'Revolución de Loja', 'del Pan y el Queso' o de 'Pérez del Álamo', «apellidos de cabecilla de la misma, con las tres denominaciones es conocida, en dos periódicos de la época publicados en Málaga, 'El Avisador Malagueño' y 'El Correo de Andalucía'», recuerda. La prestación del servicio militar obligatorio le llevó a Madrid, donde prosiguió su investigación en la Hemeroteca Nacional, «situada entonces en la calle Zurbarán», recuerda. Desde entonces no ha dejado de investigar y acumular informaciones sobre su pueblo.
José Manuel Frías es, por tanto, «una enciclopedia viviente de Periana», pues de su pueblo natal lo sabe casi todo. Así, entre sus paisanos más ilustres, destaca, a su juicio, el nombre de José Núñez Moreno (1893-1976), que fue secretario general del Banco Hispano Americano e influyente personalidad de la Asociación Católica Nacional de Propagandista (ACNP). «Su nombre debería aparecer en los libros de Historia. Sobre él solo hay un libro, 'Viaje a Periana de José Núñez', escrito por Javier Clavero Salvador», describe.
El autor perianense destaca con orgullo que, de este paisano, el papa Pío XII dijo: «José Núñez es un hijo austero y humilde que no quiere ser ministro». «Fue el interlocutor entre el referido papa y Franco, para la firma del Concordado de 1953, que puso fin al aislamiento de España. En Periana y pueblos cercanos es recordado por la muchísima gente que colocó en el banco, la Policía, la Guardia Civil, la SEAT, ENASA o algunas empresas del INI», apunta Frías.
Con una sonrisa complaciente el investigador desvela que también «colocó a Fraga, el primer cargo político que tuvo don Manuel, secretario general de Cultura Hispánica, se lo consiguió Pepe Núñez de Madrid, así era conocido en su pueblo, pues su hijo mayor y el político gallego fueron compañeros de clase», apostilla. Lo dicho, una auténtica enciclopedia viviente de Periana, de sus gentes y de sus más de mil apodos.
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